domingo, 1 de diciembre de 2013

EL PAIS, EL GPS MÁS CALIENTE DEL MUNDO,./ EL MUNDO, INFIERNO TÓXICO EN NÁPOLES,.

El GPS más caliente del mundoTÍTULO: EL PAIS, EL GPS MÁS CALIENTE DEL MUNDO,.

  1. La fase de cortejo en maricalandia es mucho más rápida ahora. Con el móvil todo es más frío, pero inmediato. Es como entrar en el súper ...FOTO.
     
    EL PAIS. FOTO.
    La fase de cortejo en maricalandia es mucho más rápida ahora. Con el móvil todo es más frío, pero inmediato. Es como entrar en el súper donde tienes ternera gallega, solomillo, chuletas... Eliges y te eligen». Técnico comercial curtido en tiempos de crisis, Mauro dispara sin rodeos. Tiene 31 años y un perfil discreto en la plataforma de ligoteo gay Grindr. Se convenció de las bondades de esta aplicación para móviles una tarde playera en Alicante: «Abrí el cacharrín y tenía más de 80 mensajes de chicos de allí mismo, pero también de Altea, Valencia, incluso de Ibiza. Aluciné».
    - Por seguir con el símil, ¿aquí lo que vende es carne fresca?
    - Sí, totalmente. Te vas al extranjero y de una tacada te entran cincuenta. En Madrid es ya hasta un poco aburrido, porque el mundo gay es una aldea. Pero en zonas más aisladas, ciudades pequeñas, ayuda a romper el hielo, a abrir armarios. Y se conoce a gente maravillosa. Puedes tener sexo unas horas, un romance y también un noviazgo. Pero siendo serios, encontrar amante es fácil; una pareja, una proeza.
    Grindr (molinillo de café) es hoy la mayor red social para hombres homosexuales, con más de 7 millones de usuarios en 192 países. España es el sexto más activo: «264.825 chicos conectados», refrescan el dato en la compañía. La fundó, en marzo de 2009, Joel Simkhai, emprendedor de Tel Aviv, criado en Nueva York. Hoy, empresario forrado de dólares y líder de opinión, con base en Los Ángeles. El sistema es sencillo y gratuito, aunque tiene su versión de pago. Basta con descargarse la aplicación geosocial e introducir un nombre de perfil, foto y algún dato más personal, como la altura o el rol sexual. Pero todo es opcional, flexible, discreto. Ni siquiera es necesaria una cuenta. En la pantalla del smartphone irán apareciendo los 100 chicos que estén más cerca del usuario. La labor del GPS acaba ahí, donde empieza la destreza personal.
    A Mauro le ha funcionado «de maravilla. En tres años habré tenido 50 ó 60 citas». En algunas no ha habido nada, en otras un beso, en muchas de todo. Hace meses se pasó a la competencia, Bender, con unos cuantos miles de usuarios menos, pero caras nuevas, y ahí ha conocido a su actual pareja. «Nos escribimos varias veces y un día, en un bar, de copas, le reconocí. Quedamos y a los cinco minutos nos besamos durante cinco horas, una noche sin mañana. No hicimos nada más».
    Herramienta política
    Pero tanta oferta parece que complica la fidelidad, el compromiso. Para Marcos Dosantos, tinerfeño, 22 años, licenciado en Ciencias Políticas y metido de lleno en un máster de liderazgo social, la revolución Grindr se merece un estudio sociológico. Se abrió la aplicación a los 19 y la utiliza de manera intermitente. «Automatiza tanto los encuentros que renuncias a lo cualitativo, pero sin lugar a dudas ayuda en el primer contacto. Depende de cómo lo gestiones puede salir bien. La gente empieza a especificar ya en su perfil si quiere sexo o simplemente conocer personas de tu estilo. Y no hay que olvidar que es una herramienta muy útil en países homófobos».
    Nosotros somos arco iris total, según el Pew Research Center, que el pasado verano preguntó a habitantes de 39 estados. Un 88% de los españoles cree que la homosexualidad debe ser aceptada, un punto más que los alemanes, los segundos de la lista. En el polo opuesto, el África subsahariana, el mundo musulmán, China, Corea del Norte... Grindr ha conseguido penetrar en Irán, Irak, Etiopía, Yemen o Sri Lanka. Aunque en algunas zonas, como Turquía, le han dicho que se vaya con sus chicos a otra parte. El pasado septiembre, la principal asociación de gays, lesbianas y transexuales de Estambul denunciaba en un juzgado de paz que el Gobierno de Abdullah Gül había bloqueado y desactivado el acceso y uso de la App «como medida de protección de la familia tradicional».
    Los abogados de Joel Simkhai siguen peleando para que Grindr vuelva a ser operativa en el Bósforo. Se ha convertido en arma política, como ya lo es en Estados Unidos, donde irrumpió el año pasado en la campaña presidencial enviando mensajes a sus 2,9 millones de usuarios. Les animó a votar a los compromisarios pro derechos de los homosexuales y facilitó información concreta de programas por estados.
    Aquí no se 'grindrea' por política. Es el ligue puro y duro. Las flores las pone uno, si quiere... «Hay tíos muy bordes. Hay que estar templado y preparado para escuchar cosas como 'qué feo eres, contigo nada'. Yo soy bastante precavido y no pongo mi foto. Me muestro después de haber contactado. Hay gente que la pone falsa y luego el chasco es mayor. De cualquier manera, en Grindr estamos todos, lo utilizamos mucho, aunque a veces no nos guste reconocerlo. La mayoría andamos entre los 20 y 40 años», cuenta Adán, vasco, con 35 en el carné y tres en la red social.
    Peligros
    Pablo, ingeniero valenciano, conoció a su pareja a través de este sistema. Tampoco da apellidos porque en su empresa no lo tienen aún claro. «En ese ámbito tiendo a proteger mi condición sexual porque mando a un equipo de gente y no me apetece ventilar cuestiones personales». Jamás ha buscado sexo, así lo indica en la cabecera de su perfil. Tampoco se exhibe en foto. «Tengo un amigo que quedó con un desconocido y le desplumó. No hay que llevarse a la gente a casa por las buenas. Hay quien manda fotos privadas a saco y mensajes tan sutiles como 'ven a mi casa a follar'. ¿Pero esto qué es? El Grindr ha ayudado a romper círculos, fronteras sociales. Estamos desde el que recoge basuras hasta el banquero. Pero puede ser peligroso. Buscas sexo, lo obtienes fácil y no te implicas más allá. Te puedes viciar cuando lo que deseas es encontrar al compañero de vida. Demasiadas tentaciones».
    David García, abogado alicantino, se cansó a los dos años del GPS caliente. «Es que en Alicante es un chat de amigas. Nos conocemos todos. En Madrid hay más variedad y son menos cazurrillos que aquí. No se atreven a poner foto. Son cuerpos que hablan sin cara. Es ingenuo pensar que vas a conseguir novio, lo que predomina es el sexo. Cuando la disco se acaba y se encienden las luces, da un poco de pena ver cómo andan muchos chateando, para ver si pillan cerca. Lo de ligar en la barra, de entrada, da pereza».
    La de Juan José Izquierdo, 28 años, maestro recién despedido «sin finiquito» de una tienda de vaqueros en Madrid, es una historia con confeti, sin olor a matarratas de garito barato. Conoció a su chico, de 40, hace dos lustros. Hubo miradas. Silencio eterno. Y hace tres meses le localizó por el juguetito del móvil. «Fue emocionante. Él me escribió y poco a poco nos hemos ido acercando. Sigue igual, yo he cambiado más. Estamos juntos y nos hemos dado de baja de todas las aplicaciones. Él me aporta madurez, yo le doy alegría. Lo estamos intentando, sin terceras personas. Por amor nadie se muere, ¿no?».
    La salida al mercado de la segunda generación de iPhone, con geolocalizador, posibilitó el sueño de Joel Simkhai: una aplicación para contactar con otros gays. Nacido en Tel Aviv y radicado en los Ángeles, hoy es un líder de opinión que combate la homofobia, además de ganar mucho dinero. En 2011 lanzó la aplicación para heterosexuales Blendr.
    millones de mensajes se intercambia la comunidad Grindr al día, según datos facilitados por la empresa esta misma semana. La ciudad más activa es Londres, seguida de Nueva York y París. No faltan países como Malawi, Albania o Cuba.
    Juan José Izquierdo, madrileño de 28 años, se ha puesto morado en Grindr. «Esto es para echar un polvo rápido y ya está. Pero a veces surgen milagros. Un hombre con el que me miré bastante hacía 10 años me contactó por el Bender. Somos pareja». Se trata de la competencia, que también ha lanzado el buscador de lesbianas Brenda.
Infierno tóxico en NápolesTÍTULO: EL MUNDO, INFIERNO TÓXICO EN NÁPOLES,.

  1. La autopista a Nápoles tiene un desvío al infierno saliendo a la altura de Caserta. Ha sido una tierra bendita para la agricultura durante siglos, ...-foto.

    SOCIEDAD

    Infierno tóxico en Nápoles

    Italia descubre un secreto a voces que nadie ha querido ver: la Camorra ha envenenado el suelo con residuos peligrosos y hasta nucleares, vertidos y quemados sin ningún control

    La autopista a Nápoles tiene un desvío al infierno saliendo a la altura de Caserta. Ha sido una tierra bendita para la agricultura durante siglos, y aquí levantaron los Borbones su Versalles napolitano, la Reggia de Caserta. Pero ahora el paisaje está dominado por extrañas hogueras y columnas de humo negro en el horizonte. En algunos lugares se respira pura peste, con tos y picor de ojos. Es una combustión infinita desde hace más de veinte años. Es la Tierra de los Fuegos, un nombre provocador que ya tiene diez años, aunque solo ahora se ha puesto de moda. Es un escándalo apocalíptico silenciado: lo que arde es simplemente basura tóxica y peligrosa... y también residuos nucleares. La Camorra, la mafia de Nápoles y su región, Campania, lleva desde 1988 envenenando su propia tierra, en un egoísmo primitivo y suicida. El mal aflora ahora, por ejemplo, en forma de tumores. Según el Instituto Pascale, en dos décadas la tasa de mortalidad por tumores ha aumentado un 47% en hombres y un 40% en mujeres en la comarca, mientras en el resto del país permanecen estables.
    El primer 'arrepentido' de la Camorra que reveló el secreto fue Nunzio Perrella, en 1988. Confesó a un fiscal que nada de droga, el verdadero negocio era la basura: «A munnezza è oro». Los Casalesi, los clanes de Caserta -Bidognetti, Schiavone, Zagaria, Perrella-, crearon sociedades tapadera de gestión de residuos especiales. Para las empresas deshacerse de ellos supone un dineral, pero las compañías mafiosas empezaron a ofrecer precios imbatibles y se hicieron con los contratos. Incluida la gestión de fangos radiactivos de energía nuclear, procedente de Alemania, Austria o Suiza, porque en Italia no hay centrales. Su oferta era la mejor porque no tenía apenas coste: se limitaban a descargar los camiones por ahí. En un prado o una fosa. A veces les prendían fuego.
    Las sucesivas investigaciones calculan que 443 empresas de toda Italia, sobre todo del norte, más rico e industrializado, se han librado así de 10 millones de toneladas de basura tóxica, como mínimo. Son más de 400.000 camiones. Con cualquier basura imaginable: escoria metalúrgica, polvo industrial, desechos petroquímicos, desperdicios de hospital, amianto. En febrero una comisión parlamentaria de investigación concluyó trágicamente: «Se trata de daños incalculables que pesarán sobre las futuras generaciones. El daño ambiental está destinado, por desgracia, a producir sus efectos de forma amplificada y progresiva en los próximos años con una punta que se alcanzará dentro de unos cincuenta años». Medio siglo de condena a muerte. O más, como dice una pericia aterradora entregada el año pasado a la Fiscalía Antimafia sobre un vertedero de 22 hectáreas en Giugliano: «La falda acuífera de Nápoles está irremediablemente dañada hasta 2080 con riesgo para la agricultura y la salud humana». El término que se está usando en Italia para describir este envenenamiento de masa es 'ecocidio'.
    En el triángulo infernal que se delinea entre Nápoles, Caserta y Nola han convivido siempre con esto con la habitual fatalidad del sur de Italia. Eran cosas de la Camorra. Por supuesto, con la complicidad de empresas, políticos y funcionarios. «Es una sociedad intrínsecamente mafiosa», ha denunciado esta semana el escritor Roberto Saviano, autor del 'best seller' 'Gomorra', que en 2006 ya contaba todo. Dos años después lo hizo la película basada en el libro, premiada en Cannes. Pero no pasó gran cosa.
    De repente, el escándalo de la Tierra de los Fuegos ha explotado en los últimos meses. Partió de la movilización popular. En Acerra el auge de los tumores en niños era asombroso. La media es de uno entre un millón y en el pueblo surgieron cuatro en pocos meses. El símbolo fue Tonia de Sena, de 6 años, con un tumor cerebral, que falleció en agosto. La gente se echó a la calle en una manifestación. También Vincenza Maisto, de 16 años, con un tumor óseo desde los 12, empezó a colgar fotos en Internet para denunciar la Tierra de los Fuegos. Ha muerto esta semana. En los municipios malditos todo el mundo conoce alguien con cáncer. Los ocho más contaminados son Acerra, Aversa, Bacoli, Caivano, Castelvolturno, Giugliano, Marcianise y Villaricca.
    Los medios ya denunciaban el tema con reportajes sobrecogedores. Además de los hospitales, otro lugar de terror son los cultivos, donde pimientos, berenjenas y frutas crecen junto a descampados llenos de basura indescifrable. Los agentes forestales cuentan que en algunos campos el uniforme se deforma, por los vapores de ácido. Ha cundido la paranoia sobre el destino de esos productos y toda la región, no solo esa zona, está pagando el miedo a todo lo que venga de allí. Por ejemplo, ingredientes clásicos de la dieta italiana, como el tomate, la 'mozzarella' de búfala y el vino.
    La puntilla al escándalo llegó hace un mes cuando la Cámara de los Diputados, con una decisión inédita, levantó el secreto sobre la declaración de un capo de los Casalesi, Carmine Schiavone, otro importante 'arrepentido' que en 1997 dijo a una comisión de investigación: «Con todo lo que hemos tirado aquí, los habitantes de Caserta estarán todos muertos dentro de veinte años. No hay esperanza para ellos». Se sabía, pero nadie ha hecho nada. Es más, divulgar esa información secreta podía costar de 3 a 24 años de cárcel. El mismo día que salió la noticia en la prensa, el 1 de noviembre, los bomberos apagaron 15 fuegos en la zona tóxica. No ha cambiado nada. Del 1 de enero de 2012 al 31 de agosto de 2013 se han registrado más de 6.000 incendios de este tipo.
    Un popular programa de televisión, 'Le Iene', emitido el 19 de noviembre, entrevistó a Schiavone y volvió a contar a las cámaras todo lo que sabía. Confirmó: «La gente vive sobre residuos nucleares, encima de ellos construyen casas, cultivan verduras y pastan las búfalas. A las empresas les costaba 2.000 euros cada lote, pero nosotros les cobrábamos 200». Parece que era imposible resistirse a esa oferta. «En los 106 municipios de la provincia de Caserta los alcaldes los poníamos nosotros, de cualquier partido», añade.
    Informe demoledor de EE UU
    Un reportero del programa fue a los lugares que señalaba y comprobó que estaban cubiertos de cultivos. Un campesino, preguntado al respecto, respondió: «Cuando como esto, rezo al Señor para que lo purifique». Schiavone relató que cualquier agujero era bueno, e incluso arrojaron residuos a los lagos de la zona. Por ejemplo, al lago del Averno, en Pozzuoli, la entrada a los infiernos de la mitología. Pero el infierno está fuera. En las playas sacaban arena para fabricar hormigón, en las obras que los clanes ganaban por concurso, también tirando los precios, y rellenaban los socavones con basura. Construían carreteras y autopistas sobre desechos. Hasta el campo de fútbol de Casal de Principe descansa sobre tierra venenosa. Ahora se empieza a excavar y a sacar porquería tóxica. Los puntos contaminados ascendían a 5.281 en 2011.
    A falta de la verdad oficial, ha salido a la luz en la prensa un insólito informe del Ejército de Estados Unidos. La base napolitana de la US Navy, donde viven más de 3.000 soldados y sus familias, decidió hacer un estudio serio sobre el problema en 2007. Se ha gastado 30 millones de dólares para averiguar si es peligroso vivir ahí, en las 543 casas y diez bases de sus hombres. Las conclusiones son demoledoras: aconseja no tocar el agua en toda la región, ni para lavarse los dientes. El 92% de los pozos privados y el 57% de los grifos del centro de la ciudad suponen «un riesgo inaceptable» para la salud. Y han encontrado uranio en uno de cada veinte pozos en niveles peligrosos para la salud. Prácticamente prohíben vivir en Casal di Principe, Villa Literna, Marcianiese, Casoria y Arzano. El alcalde de Nápoles, Luigi De Magistris, ha denunciado a 'L'Espresso', la revista que lo ha publicado, y asegura que el agua de la ciudad es «la más controlada de Italia».
    También ahora se ha sabido que una investigación policial de 1996 ya descubrió todo, pero el informe quedó en un cajón. Roberto Mancini, de 53 años, el agente que lo escribió, aún no se lo explica: «Quizá Italia no estaba preparada para afrontar la verdad, pero entonces habríamos ganado tiempo». También él ha contraído un tumor durante sus investigaciones.
    En 1988 el clan de los Casalesi de la Camorra descubrió el mercado de la gestión de residuos peligrosos. Ofrecía los precios más bajos a las empresas, pero lo único que hacía era tirar la basura en descampados y agujeros.
    De 1991 a 2013 ha habido 82 investigaciones sobre la Mafia y las basuras, con 443 empresas implicadas. Muchas se han quedado en nada, y solo en 2001 se creó un delito de tráfico organizado de residuos.
    Un capo de los Casalesi, Carmine Schiavone, se 'arrepintió' y en 1997 declaró en el Parlamento que también se habían enterrado residuos nucleares. «En 20 años estarán todos muertos», vaticinó. Su declaración ha sido desclasificada hace un mes.
    El Ejército de Estados Unidos hizo un estudio por la salud de sus hombres. Ha salido a la luz ahora y es demoledor: prohíbe el consumo de agua en toda la región de Campania, incluso para lavarse los dientes.

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