Pisar la arena del Romano de nuevo es un sueño para Elías González. Un sueño que comparten todos los actores extremeños.foto,.
Nació en Madrid, y con menos de un año, se trasladó a Badajoz. Quería ser futbolista como su padre, pero la fuerza del destino y un panfleto de la Escuela de Teatro de Extremadura le hicieron cambiar de opinión. Hoy, con 33 años, encabeza 'Coriolano', la primera producción con denominación de origen extremeña. Pisar la arena del Romano de nuevo es un sueño para Elías González. Un sueño que comparten todos los actores extremeños.
Hábleme de su personaje...
Coriolano es un patricio, es un guerrero romano, perteneciente a la clase patricia, a la aristocracia. Es un hombre que según va pasando la obra, se queda en ninguna parte. Es un hombre de ninguna parte porque es traicionado por todos en los que él confía. Es un hombre que da la vida por la República, por Roma, y está principalmente marcado por su carácter. Es colérico, tanto que no le permite entender que es lo que está haciendo mal a su alrededor, y le hace creer que él, por su puesto, siempre tiene la razón. En eso se parece un poco a mí.
¿Es un malo malísimo?
No es un malo malísimo. Es por lo que es muy interesante este personaje, porque a pesar de que al principio parece que es el malo de la película, uno va empatizando con el actor. Va encontrando las razones que le empujan a decir lo que dice, o hacer lo que hace. Además el plus de este montaje es que Fermín Cabal, dramaturgo de la obra, ha ideado unas tramas que lo hacen no quedar tan mal. Lo humanizan, y parece que es usado por los demás personajes, por los intereses de cada uno. No lo victimiza, pero sí que vas entendiendo el viaje que realiza. Que va desde la más alta aristocracia, hasta la más baja mendicidad. Uno tiene que ser de piedra para no enternecerse un poco con la realidad de Coriolano.
¿Cómo se lo ha preparado?
Sobre todo documentándome, leyendo a Dionisio Halicarnaso, a Tito Livio, informándome de sus vidas paralelas. Documentándome mucho sobre aquella época. Usando también mucho la imaginación, los recursos que tenemos cada actor para prepararnos un personaje así. He intentado jugar bastante, y ya después pues me he dejado guiar por el director.
¿Qué impresión tuvo con la primera lectura del texto?
La verdad es que me cuesta tener una impresión rápida de como va la obra solo leyéndola. Necesito interiorizarla, y ponerla en pie. Sobre todo ensayar. Una vez que empezamos a pasar las escenas, que empiezo a vivirla con el resto de actores, sí que soy consciente del alto nivel de calidad teatral que tiene la obra. Y esta en concreto tiene mucha.
¿Con qué cree que se va a quedar el público?
Es muy interesante el hecho de que el público se vaya reflexionando a su casa después de ver una obra de teatro. Y yo creo que con esta obra va a pasa precisamente eso. Es una obra que habla de temas muy vigentes, de rabiosa actualidad. Habla de gente pasando hambre, gente a la que los prestamistas les desahucian sus casas, y esa terrible vigencia es lo interesante que tiene. Es lo que va a hacer que el público reflexione, y se quede la obra en su cabeza durante unos días, como los pajaritos cuando te das un golpe.
Ahora hábleme de usted... ¿Siempre quiso ser actor?
No, iba para futbolista, y por azar de la vida calló en mis manos una publicidad de la Escuela de Teatro de Extremadura, y fue como mi última oportunidad para no trabajar en la empresa de mi padre. Sonó la flauta, se me dio bien y aquí estoy.
En Extremadura hay oportunidades para los actores?
Indudablemente. Sí creo que hay oportunidades en la región. Al menos se incentiva el teatro. Es cierto que siempre se puede hacer un poco más, sobre todo por estas compañías extremeñas que se han dejado la vida, a lo largo de muchos años, más de treinta, por sacar adelante montajes muy difíciles. Creo que hay ayuda, pero siempre se puede hacer mucho más. Pero de esto quienes tienen la responsabilidad siempre es el Gobierno.
¿Hay una buena cantera de actores?
Sí que la hay. Hay muy buena cantera. En la Escuela de Extremadura sale muy buena gente muy preparada y creo que esa gente joven viene apretando. En este montaje por ejemplo está Fernando Nieto, que tiene 25 años, y es un cañón de actor. Va a ser muy bueno en su trayectoria profesional.
¿Cree que el Festival debe apostar más por el teatro extremeño?
Creo que es necesario que las compañías extremeñas participen. Primero por el hecho geográfico en sí, por ser de la tierra. Pero fundamentalmente por la alta calidad, por el gran rigor teatral y artístico que tienen las compañías extremeñas. Hay muchas compañías, no podría ponerme a decir los nombres de todas, pero es un alto nivel teatral el que tenemos en Extremadura.
¿Cuál es el secreto de las obras extremeñas para conectar con el público?
No lo sé. Pero sí que es cierto que hay que tener un detalle en cuenta. Que seamos conocedores del Teatro Romano, de su escenario siempre suma a la hora de que un montaje salga bien. Que la mayoría haya trabajado aquí y haya pisado esa arena, que conozca esa sensación de cercanía y de acogimiento que parece que tiene ese teatro, que parece que va envolviendo, todo eso creo que siempre suma a favor.
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