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Es el filtro, el sismógrafo y la mas fiel colaboradora de la canciller federal, Angela Merkel. Lleva mas de 22 años a su lado y muy pocos la conocen. Tan solo seis escuetas líneas pueden leerse sobre su persona en la sabelotodo Wikipedia. Nunca ha concedido una entrevista y son muy escasas las fotografías que existen de ella. Sin embargo, Beate Baumann es probablemente, tras Merkel, la mujer mas poderosa de Alemania. La jefa de gabinete de la canciller es su mano derecha, pero también su izquierda, su más cercana, estrecha e influyente colaboradora. Absolutamente nadie llega a la canciller sin su beneplácito y Merkel nunca toma decisiones sin haber consultado antes con ella.
Pero aunque llevan tanto tiempo juntas y son casi como almas gemelas, incluso tienen un cierto parecido físico y son igual de espartanas vistiendo, no podría decirse que son amigas. Se llaman una a otra Frau Merkel y Frau Baumann y se tratan de usted. Durante más de dos décadas han navegado juntas por la política hasta alcanzar la jefatura del Gobierno alemán y conocen perfectamente las respectivas mentiras, debilidades y miedos. Se conocieron en febrero de 1992 en la Charité, el hospital universitario de Berlín, donde Merkel, entonces ministra de Familia en el primer gabinete de Helmut Kohl tras la reunificación nacional, reposaba con una pierna rota.
La joven científica germano-oriental, verde aún en política, necesitaba nuevos colaboradores y Christian Wulff, el mismo que hace un par de años dimitió como presidente de Alemania y entonces era jefe de las juventudes cristianodemócratas en la Baja Sajonia, le propuso a Beate Baumann, una lingüista afiliada al partido que estaba acabando sus estudios de Germanística y Anglística en la Universidad de Cambridge. Las dos horas de charla juntas en la habitación del hospital fueron el principio de una relación que las ha hecho inseparables.
Fuentes de la cancillería subrayan que Beate Baumann es la única persona que se atreve a decir a Merkel su opinión a la cara y la única además de la que Merkel lo acepta. La propia canciller espera de su más estrecha colaboradora que le asesore sin remilgos, sin tapujos ni maquillaje. 'Der Spiegel' contaba hace unos años una anécdota en la que Baumann criticó ante colaboradores de la cancillería y en presencia de la canciller una intervención de su jefa con las palabras «pero cómo se le ocurre decir eso» y subrayaba que Merkel aceptó la crítica sin rechistar.
Ni hijos ni vida privada
Baumann disfruta de la «absoluta confianza» de la canciller, a la que, a cambio, parece haber jurado también la más «absoluta de las fidelidades». Angela Merkel es el proyecto de su vida. No tiene otros. No hay Angela sin Beate y no hay Beate sin Angela. Al igual que Merkel, no tiene hijos. La canciller tiene, sin embargo, a su marido, el catedrático de Química Joachim Sauer, mientras Beate Baumann no parece tener vida privada. Todas sus energías son dedicadas al servicio de su jefa.
Beate Baumann es la primera en llegar al trabajo y la última en marcharse. Al igual que Merkel, tiene su despacho en la séptima planta de la cancillería y solo les separan dos secretarias y la oficina del vicejefe de gabinete. Sus puertas están abiertas y es habitual ver a la una o la otra cruzando despachos para visitarse.
Baumann acompaña a Merkel a todas las reuniones importantes y es quien prepara y corrige todos sus discursos oficiales. Afiliada desde su juventud a la Unión Demócrata Cristiana (CDU en sus siglas en alemán), Beate Baumann asiste también a sus congresos y naturalmente prepara las intervenciones de su jefa. En el partido la respetan y temen. Fue ella quien orientó a Merkel en el complicado mundo de la CDU, su guía en un campo minado y controlado por los hombres. Juntas sortearon su primera crisis en 2000 con el escándalo de donativos de la CDU. Convertida en secretaria general de la CDU tras la derrota electoral de Helmut Kohl, Baumann ayudó a Merkel a emanciparse de quien había sido su mentor para conquistar después la jefatura del partido, el liderazgo de su grupo parlamentario y de la oposición en el Bundestag y abrirse paso hacia la cancillería federal. Las dos dejaron por el camino un reguero de cadáveres políticos de todos aquellos que quisieron rivalizar o tan solo hacer sombra a Merkel en la democracia cristiana alemana. Es por eso que algunos llaman a Beate Baumann 'Rasputina' o 'cobra real' y que cuando se pregunta a diputados de su formación por la mujer a la sombra de Merkel suele producirse un silencio sepulcral y nadie se atreve a hacer comentarios. Merkel sabe apreciar lo que tiene, una asesora incondicionalmente leal, que roza el ascetismo inhumano por su total falta de afán de notoriedad y su renuncia a la vida privada, rayana en la servidumbre.
FILÓLOGA
Tiene 51 años. De la discretísima Beate Baumann se sabe poco más que nació en julio de 1963 en la ciudad de Osnabrück, en la Baja Sajonia, donde también realizó sus estudios escolares y acabó el bachillerato. Durante su carrera universitaria en Münster ingresó en las juventudes cristianodemócratas. Se licenció en Filología inglesa y germánica en Münster y en la prestigiosa Universidad de Cambridge.
El Desayuno es el siguiente, cafe con leche y bizcocho,.
Retrato del rey Carlos IV (1748-1819), que corresponde a la tipología de los retratos del monarca que pintó Goya después de su acceso al trono, de los que se conservan numerosas variantes y copias, siendo esta una versión de excelente calidad. En esta ocasión, Carlos IV, representado de tres cuartos, viste de terciopelo rojo bordado en plata y ostenta las condecoraciones de rigor: la banda y cruz de la orden de Carlos III, según su primera combinación de colores, ya que fue regulada nuevamente el 12 de junio de 1792, modificándose la anchura y disposición de las rayas blancas y azules. Bajo ella se aprecian la banda roja de la orden napolitana de San Jenaro y la azul de la francesa del Saint Esprit. El Toisón de Oro, del que era gran maestre, cuelga de una cinta roja al cuello, con su rico joyel de diamantes. Los símbolos de su poder, el manto de púrpura forrado de armiño y la corona están a su lado, sobre una mesa, discretamente presentados, como era tradición en las imágenes de los reyes españoles. En esta ocasión Goya ha utilizado un fulgurante cortinaje verde como fondo espectacular de la figura.foto,.
- La cena es la siguiente, pescado con patatas fritas,.
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