No ha sido la primera vez ni será la última. Ni es el único artista que lo ha hecho. ¿Qué ha hecho Julio? Pues, según el portal Vanitatis, cantar ...foto,.
Julio Iglesias canta en privado para un magnate ruso casi tan rico como ese príncipe saudí al que le roban 250.000 euros y se va a celebrarlo a Ibiza,.
Todos tenemos un precio. Menos Julio Iglesias, que tiene dos. Uno en
euros y otro en rublos. El cantante ni se compra ni se vende. Se
alquila. Para fiestas privadas y aniversarios. Abstenerse despedidas de
solteras y meriendas infantiles (de momento). No ha sido la primera vez
ni será la última. Ni es el único artista que lo ha hecho. ¿Qué ha hecho
Julio? Pues, según el portal Vanitatis, cantar 'a la carta' para un
magnate ruso en un 'party' celebrado en un casoplón de Marbella. El
millonario quería darle una sorpresa a su señora en el día de su
cumpleaños y no se le ocurrió nada mejor que contratar a Julio Iglesias
para que les interpretara allí, en petit comité, lo mejor de su
repertorio. Eso sí que es rizar el rublo... Se ignora cuánto ha cobrado
el cantante, pero se intuye que mucho, porque por fiestas similares
Kylie Minogue, Robie Williams, Beyoncé y Britney Spears han llegado a
embolsarse hasta dos millones de dólares. Y George Michael, por actuar
un ratito para otro ruso, dos y medio.
A Kennedy le cantó el 'Happy Birthday' Marilyn Monroe. Banderas, el año pasado en la Starlite, se tuvo que conformar con que se lo cantara Marta Sánchez (como diría Alejandro Sanz, no es lo mismo). A la mujer de ese rumboso magnate tal vez le habría gustado que se lo susurrara al oído George Clooney aunque no hubiera dado una nota en su sitio. Pero el dueño de la chequera (de la casa, la piscina, el yate y el deportivo) es su esposo y a él le ha parecido que con Julio Iglesias va servida. Si Julio tuviera los cuarenta y tantos de sus tiempos golfos tal vez el ruso hubiera preferido contratar a Aznavour. Pero a Iglesias le falta poco para llegar a catedral gótica. El 23 del mes que viene cumplirá los 71. Y, como él mismo ha reconocido, ya no es el que era. No tanto por la edad, sino por el desgaste: le ha dado varias veces la vuelta al cuentakilómetros.
Es de esperar que el magnate no le hiciera a Julio aparecer por sorpresa del interior de una caja o de una tarta (ese recurso tan típico de las fiestas de cumpleaños de los nuevos ricos), cantando el 'Me va, me va, me va...' Porque eso es algo que a él no le va, no le va. A veces los millonarios, sobre todo los que lo han sido de golpe (algunos, a golpes) se creen que todo se puede comprar con dinero. Y bueno, sí, seguro que tienen razón. Pero no hay que dársela. Mucho peor que cantar para un magnate ruso es llevar una camiseta con la cara (de cemento) de Putin, como Mickey Rourke, Steven Seagal y algún otro desubicado famoso. Julio al menos seguro que cantó de traje. Y sin concesiones al Kremlin.
Teniendo en cuenta que cien rublos son dos euros, ¿cuántos billones de rublos hay que tener para permitirse el capricho de gastar cientos de miles de euros en una actuación privada de Julio Iglesias? Muchos. Casi tantos como petrodólares atesora ese príncipe saudí al que le han robado un cuarto de millón de euros en París y se ha largado a Ibiza de fiesta.
Abdul Aziz Bin Fahd, hijo del difunto rey Fahd, circulaba por París con su extensa comitiva, un convoy formado por trece vehículos de lujo, cuando uno de ellos fue asaltado por un grupo armado. Creen que se trata de la banda 'La Pantera Rosa' (y tal vez rusa pues llevaban kalashnikov). Se llevaron el dinero y unos documentos del jeque. Pero a él lo único que le preocupaba eran sus medicinas. Y esas las recuperó. Así que decidió seguir rumbo a Ibiza. Para un hombre con un yate de 150 metros de eslora, la 'calderilla' perdida no es gran cosa. Se la ahorra no yendo a cenar una noche o no contratando a Julio Iglesias.
A Kennedy le cantó el 'Happy Birthday' Marilyn Monroe. Banderas, el año pasado en la Starlite, se tuvo que conformar con que se lo cantara Marta Sánchez (como diría Alejandro Sanz, no es lo mismo). A la mujer de ese rumboso magnate tal vez le habría gustado que se lo susurrara al oído George Clooney aunque no hubiera dado una nota en su sitio. Pero el dueño de la chequera (de la casa, la piscina, el yate y el deportivo) es su esposo y a él le ha parecido que con Julio Iglesias va servida. Si Julio tuviera los cuarenta y tantos de sus tiempos golfos tal vez el ruso hubiera preferido contratar a Aznavour. Pero a Iglesias le falta poco para llegar a catedral gótica. El 23 del mes que viene cumplirá los 71. Y, como él mismo ha reconocido, ya no es el que era. No tanto por la edad, sino por el desgaste: le ha dado varias veces la vuelta al cuentakilómetros.
Es de esperar que el magnate no le hiciera a Julio aparecer por sorpresa del interior de una caja o de una tarta (ese recurso tan típico de las fiestas de cumpleaños de los nuevos ricos), cantando el 'Me va, me va, me va...' Porque eso es algo que a él no le va, no le va. A veces los millonarios, sobre todo los que lo han sido de golpe (algunos, a golpes) se creen que todo se puede comprar con dinero. Y bueno, sí, seguro que tienen razón. Pero no hay que dársela. Mucho peor que cantar para un magnate ruso es llevar una camiseta con la cara (de cemento) de Putin, como Mickey Rourke, Steven Seagal y algún otro desubicado famoso. Julio al menos seguro que cantó de traje. Y sin concesiones al Kremlin.
Teniendo en cuenta que cien rublos son dos euros, ¿cuántos billones de rublos hay que tener para permitirse el capricho de gastar cientos de miles de euros en una actuación privada de Julio Iglesias? Muchos. Casi tantos como petrodólares atesora ese príncipe saudí al que le han robado un cuarto de millón de euros en París y se ha largado a Ibiza de fiesta.
Abdul Aziz Bin Fahd, hijo del difunto rey Fahd, circulaba por París con su extensa comitiva, un convoy formado por trece vehículos de lujo, cuando uno de ellos fue asaltado por un grupo armado. Creen que se trata de la banda 'La Pantera Rosa' (y tal vez rusa pues llevaban kalashnikov). Se llevaron el dinero y unos documentos del jeque. Pero a él lo único que le preocupaba eran sus medicinas. Y esas las recuperó. Así que decidió seguir rumbo a Ibiza. Para un hombre con un yate de 150 metros de eslora, la 'calderilla' perdida no es gran cosa. Se la ahorra no yendo a cenar una noche o no contratando a Julio Iglesias.
El desayuno es el siguiente, galletas chocolate con cafe con leche,.
TÍTULO: EL CINTURON DE LA CHICA,.
EL CINTURON DE LA CHICA,.foto,.
Los días de mi vida enamorado con Ana era los besos del amor
como el cinturón de agarrar a la persona que mas quiero en esta vida que pasa
tan rápido como el tren.
Las compras a su lado es saber amar a la vida como los besos
de saber amar cada momento del cinturón encontrado los caminos del amor
perdido.
Me marcho hacia el trabajo para ganar el pan de la vida y
saber mirar a la vida con amor de saber apreciar las buenas cosas que nos da el
señor del cinturón,.
Ana nos enseña cada momento asentir su manos sobre los
momentos más felices que estamos juntos viendo el tiempo paseando si darnos
cuenta donde esta el cinturón.
TÍTULO: ZAPATILLAS VIEJAS.
ZAPATILLAS VIEJAS.foto.
Aquel domingo por la tarde quede con los amigos para jugar
al fútbol con mis zapatillas viejas sabiendo que la suerte de ser un buen
delantero en marcar goles en ganar para mi equipo.
El partido comenzó muy bien marcando goles con mis
zapatillas viejas con la suerte de ser con cariño encontrado la jugada perfecta
con los compañeros.
Acabamos ganado el partido, pero yo le ti las gracias a las
zapatillas viejas que nos dieron goles y alegrías de saber encontrar el camino
de la victoria.
TÍTULO: LOS LIBROS CAIDOS.
Aquella noche cuando llegue a casa en el salón todos los
libros caídos como si hubieran un ladrón a robar, pero eran la ventana que me
deje abierta y con el aire cayo a los libros amados para leer fantásticas
aventuras.
En los libros caídos los títulos saben morir el miedo de
nuestro cuerpo buscando alguna solución de saber amar a la vida como la familia
nos ama a nosotros.
Al comer los libros caídos saber como el jamón de tener un buen besos de nuestra
amiga llamada libertad.
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