Triunfan después de sonoros errores o de estar casi en el olvido. Pero no solo en el cine hay segundas oportunidades. ¿Somos cada vez más indulgentes con el fracaso?
Tras finalizar su travesía del desierto, se metamorfoseó en un cowboy enfermo de sida que se enfrenta a la Agencia Norteamericana del Medicamento para conseguir el tratamiento para su enfermedad, en los orígenes de la epidemia. Su papel en Dallas Buyers Club, la película que ha marcado su nueva vida, le ha valido este año un Oscar, un Globo de Oro y el reconocimiento de la industria, que ahora se lo rifa, mientras encadena rodajes y triunfa en la pequeña pantalla con una serie de culto, True Detective.
¿Quién no ha soñado con algo así? Volver a la cima tras un fracaso, una larga ausencia o, simplemente, un “bajón”. Últimamente, las “resurrecciones” de estrellas venidas a menos (o simplemente olvidadas) se suceden. Asistimos al rutilante regreso de Michael Douglas, que ha logrado vencer a un cáncer de garganta; de Robin Wright, que durante 15 años casi no se dejó ver y que ha vuelto por la puerta grande con la serie House of Cards; de Sandra Bullock, convertida en la actriz con mejores honorarios de la industria gracias a Gravity...
“Los famosos se encuentran muy expuestos al riesgo de caer en el olvido, pues su fama depende del deseo de los otros”, analiza el psiquiatra francés Alain Braconnier, autor de Optimiste (ed. Odile Jacob), aún no publicado en España. A su juicio, “estos renacimientos nos emocionan, pues ofrecen un contrapunto a la sensación de tristeza y aportan una bocanada de optimismo colectivo”.
Primero, una salida exitosa
Pero no seamos inocentes. Regresar por la puerta grande es un arte, una escenificación que en realidad no se improvisa. Y, la mayoría de estas “resurrecciones” mediáticas con toques de viaje iniciático están llenas de detalles novelados. “Un regreso debe organizarse de forma meticulosa y las personalidades políticas, por ejemplo, son expertas en ello”, recalca el historiador Christian Delporte, que ha publicado un volumen sobre el regreso en la política, Come-back! Ou l’Art de revenir en politique (ed. Flammarion).
La travesía del desierto
Para este profesor de la Universidad de Versalles, tras un fracaso electoral, por ejemplo, es casi obligatorio hacer una travesía del desierto. “En ese momento, la mecánica es implacable: el teléfono deja de sonar, los amigos de ayer le dan la espalda, y la prensa no ahorra las críticas. Pero para que el regreso sea un éxito, hay que saber replegarse sin caer en el olvido. Dejar el pasado para luego volver diciendo: “He cambiado”, “Vuelvo más fuerte”. Debe ser una historia de reconstrucción positiva. Importa poco que sea cierto o no. La opinión pública adora estas “resurrecciones mediáticas”, explica Delporte.
En Francia, la socialista Ségolène Royal a vuelto a dirigir el Ministerio de Familia que había encabezado hace 22 años, tras un recorrido marcado por fracasos electorales (perdió la presidencia de la República en 2007, frente a Nicolas Sarkozy) y turbulencias sentimentales, tras su separación del actual presidente de la República, François Hollande, con quien estuvo casada casi tres décadas.
Está claro que, en nuestro país, la política funciona de forma diferente y podemos hablar de pocos políticos que han regresado tras abandonar su actividad. Quizá porque la mayoría no se aleja defi nitivamente de ella. Uno de los pocos casos en los que ha habido retiro voluntario es el de la socialista Carmen Chacón. Tras renunciar a presentarse para suceder a José Luis Rodríguez Zapatero al frente del PSOE, ha pasado un año como profesora en una universidad norteamericana y regresa, tras el verano, dispuesta a saltar a primera línea. O eso dice.
Músicos sexagenarios, como David Bowie o Iggy Pop, y veteranos actores suelen saber como subir de nuevo al ring tras afrontar un fracaso. Pero también en los negocios esta situación ha dejado de ser tabú y sinónimo de muerte social. Son numerosos los grandes empresarios que han logrado superar profundos reveses. La novedad es que ahora lo reconocen públicamente. Se quitan la armadura para hablar de sus fracasos. Por ejemplo, en Francia triunfan las FailCon, conferencias dedicadas al fracaso empresarial, organizadas por Microsoft. El año pasado también se celebró uno de estos encuentros en Barcelona. Atrajo a 600 personas.
Ante todo, audacia
El fundador del portal de citas on line Meetic, Marc Simoncini, es uno de los empresarios famosos que han contado su experiencia. “En el 2001, tras vender mi sociedad iFrance, me hundí en una depresión. Con 38 años, el futuro me aburría. Me enfrentaba a la angustia del vacío”. Fue entonces, durante una cena con amigos, cuando surgió una idea brillante: crear un sitio de citas en internet. “Me lancé a la aventura en cuerpo y alma, con una energía enloquecedora. Meetic fue mi regreso por la puerta grande. Para mí, el fracaso siempre ha sido más beneficioso que el éxito, pues me ha empujado a ser audaz”, reconoce el empresario, que ha contado su experiencia en el libro Grandeurs et misères du Net (ed. Grasset).
En un sector empresarial marcado por la crisis, un fracaso puede ser también “la oportunidad de volver a centrarse, de cambiar de rumbo o de realizar un viejo sueño”, analiza Elisabeth Karako, directiva del banco francés BNP Paribas. “Mi trabajo consiste en hacer entender a los ejecutivos que un currículum con cambios de rumbo de 180º puede esconder una personalidad rica y creativa. Atraer estos talentos a la empresas es un desafío”, reconoce.
Esta puede ser la señal de que nuestra sociedad, obsesionada hasta ahora con el éxito, se abre poco a poco al fracaso, a la teoría de pruebaerror, como ocurre en Estados Unidos. Allí, ningún empresario que se precie deja de presumir de todas sus inciativas, aunque no hayan sido exitosas.
Afrontar los límites
Los más jóvenes, obsesionados con la multitarea, ya tienen claro que sus carreras profesionales no serán lineales: “Ellos se dan cuenta de que pueden quemarse intentando triunfar demasiado rápidamente –reflexiona el psiquiatra Alain Braconnier–. Debemos recuperar el paso lento que nos enseña a afrontar nuestros límites. También necesitamos tiempo para recuperar el deseo perdido. Para salir adelante, movilizamos recursos interiores que ignorábamos y que nos empujan hacia la creatividad. Un regreso triunfal es muy gratificante”. Nos permite madurar, se gana carisma. aumenta nuestra capacidad y a empatía. El escritor Albert Camus lo dijo: “En medio del invierno, descubrí en mí un invencible verano”.
5 virtuosos del regreso a lo grande
Robin Wright
Su primer triunfo llegó con La princesa prometida, en 1987. Después, un divorcio; un largo matrimonio con Sean Penn, del que se separó en 2010, y 15 años de semiretiro. Ha vuelto con más fuerza que nunca, a los 48 años. Este fin de semana estrena El Congreso y en dos semanas, El hombre más buscado, mientras deslumbra en televisión con la serie House of Cards. Su personaje, Claire Underwood, la gélida y calculadora esposa de un político, le ha proporcionado un Globo de Oro.
Sandra Bullock
Con 49 años se ha convertido en la mejor pagada de Hollywood. ¿La culpa? El porcentaje de taquilla por el que trabajó en Gravity le ha reportado más de 70 millones de dólares. No está mal para una actriz que parecía encasillada en comedias románticas y que ganó el Oscar en 2010 con Un sueño posible (un título premonitorio), que rodó un año después de conseguir el Razzie a la peor actriz.
Matthew McConaughey
La suya ha sido la “resurrección” mas sonora del año: tras una larga travesía del desierto, el actor tejano ha ido encadenando éxitos. Primero fue El lobo de Wall Street, luego Dallas Buyers Club (con Oscar al mejor actor incluido) y luego otra serie de culto: True Detective. ¿Lo próximo? Interstellar, de Christopher Nolan, y Sea of Trees, de Gus Van Sant.
Michael Douglas
Tras superar un cáncer de garganta, la condena a prisión de su hijo mayor y la lucha contra la bipolaridad de su esposa, Catherine Zeta-Jones, el actor regresó triunfal con Behind the Candelabra, de Steven Soderbergh. Su interpretación de un icono gay de Las Vegas le valió un Emmy.
Bill Murray
Antes de convertirse en actor de culto, y tras triunfar en 1984 con Cazafantasmas, acumuló en su currículum bastantes películas de segunda fi la. Fue Sofi a Coppola quien lo recuperó con Lost in Translation. Y ahora se ha convertido en actor fetiche de Wes Anderson, quien le ha dirigido en El gran hotel Budapest.
Happy old stars
Las estrellas de rock sexagenarias nunca mueren...
Mick Jagger, que ya tiene 71 años, y continúa de gira con los Rolling Stones; Iggy Pop, con 66; David Bowie que ha celebrado los 67 sacando un nuevo trabajo; o Bruce Springsteen, que a los 65 años demuestra su buena forma llenando estadios y dando conciertos de cuatro horas.
...Y arrasan entre los jóvenes
Como Raphael, que a los 71, triunfó entre veintañeros y treintañeros indies en el Festival Sonorama, en Aranda de Duero, a principios de agosto. O como Terele Pávez, que vive una segunda juventud interpretativa gracias a las películas de Álex de la Iglesia.
TÍTULO: SI TIENES MINUTOS Y DESCANSO,. MELISSA CURRY, DESDE IRLANDA CON AMOR.
Kate Middleton y Michelle Obama han caído rendidas ante sus
joyas y se han unido a las causas solidarias de una de las joyeras de
referencia en Irlanda. foto,.Con esa filosofía concibió el amuleto Success, una pulsera “para compartir el éxito”, una esclava que cautivó a la mujer del primer ministro irlandés, Fionnuala O’Kelly, a Michelle Obama o a la duquesa de Cambrigde, para quien diseñó varias piezas con motivo de su boda con el príncipe Harry. Las vende en ecoestuches forrados con telas realizadas por tribus africanas. “Tenemos que implicarnos en la solución de los problemas de otros -mantiene-. Y las mujeres debemos ayudarnos en el camino hacia la igualdad. Pero con vías propias, sin reproducir las normas masculinas”.
TÍTULO; LIGA TERCERA GRUPO 14-D. BENITO-2- CASTUERA-0-.
D. BENITO-2- CASTUERA-0-.Resultado Final,.
Empezo la segunda parte con dominio del Castuera pero se adelanto el D. Benito en una gran jugada y se puso con -0-2, .etc,.
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