Uno de los mejores
libros que he leído
esta temporada es
Las dos señoras Grenville, de
Dominick Dunne. Ambientada
en el Nueva York de los años
40, la historia empieza cuando
Billy Grenville, heredero de una
acaudalada familia, se enamora
de la corista Ann Arden y decide
casarse con ella. Ann inicia
una carrera desesperada para
encontrar su lugar en un mundo
donde se la considera una
advenediza.
La primera vez que visita a la familia de su novio, se pone su único traje caro, guantes blancos y sombrero, y pide prestado un bolso de piel. Cuando se marche, su suegra y sus cuñadas comentarán cruelmente que “llevaba un bolso bueno”. Las dos señoras Grenville es una crónica magistral de la vida del Upper East Side y sus despiadados códigos sociales. Ann utilizará su sentido de la observación para aprender a vestirse, y la fortuna de Billy para pagar un guardarropa adecuado a su posición. Ambas cosas la convertirán en una rutilante dama de sociedad, ejemplo de buen gusto y de estilo.
En los años 40, la elegancia era cara y estaba reservada a las personas ricas. Para las modestas quedaba el premio de consolación de saberse, como mucho, correctamente vestidas. Los tejidos baratos eran malos; los cortes, difíciles; los zapatos, feos. Quién iba a decir a Ann que en el siglo XXI existiría una próspera industria de moda low cost que tendría su sitio en las portadas de las revistas y los armarios de las millonarias.
Que celebridades del mundo entero presumirían de combinar las prendas de los emporios de moda asequible con otras firmadas por grandes modistos. Y que ya nadie es capaz de adivinar la procedencia social de una chica echando un vistazo rápido a lo que lleva puesto. Si Ann fuese hoy a visitar a su futura y rica suegra, compraría su outfit en el Zara de la Quinta Avenida. Que está, por cierto, a un paso de la mansión de los Grenville.
Desayuno tostadas de queso con pan y cafe con leche,.
La cena asado de cerdo con salsa de manzana, pan, beber vino, postre un trozo de helado de chocolate,.
TÍTULO: QUE HAY DE NUEVO, El mundo secreto de Lacombe,.La primera vez que visita a la familia de su novio, se pone su único traje caro, guantes blancos y sombrero, y pide prestado un bolso de piel. Cuando se marche, su suegra y sus cuñadas comentarán cruelmente que “llevaba un bolso bueno”. Las dos señoras Grenville es una crónica magistral de la vida del Upper East Side y sus despiadados códigos sociales. Ann utilizará su sentido de la observación para aprender a vestirse, y la fortuna de Billy para pagar un guardarropa adecuado a su posición. Ambas cosas la convertirán en una rutilante dama de sociedad, ejemplo de buen gusto y de estilo.
En los años 40, la elegancia era cara y estaba reservada a las personas ricas. Para las modestas quedaba el premio de consolación de saberse, como mucho, correctamente vestidas. Los tejidos baratos eran malos; los cortes, difíciles; los zapatos, feos. Quién iba a decir a Ann que en el siglo XXI existiría una próspera industria de moda low cost que tendría su sitio en las portadas de las revistas y los armarios de las millonarias.
Que celebridades del mundo entero presumirían de combinar las prendas de los emporios de moda asequible con otras firmadas por grandes modistos. Y que ya nadie es capaz de adivinar la procedencia social de una chica echando un vistazo rápido a lo que lleva puesto. Si Ann fuese hoy a visitar a su futura y rica suegra, compraría su outfit en el Zara de la Quinta Avenida. Que está, por cierto, a un paso de la mansión de los Grenville.
Desayuno tostadas de queso con pan y cafe con leche,.
La cena asado de cerdo con salsa de manzana, pan, beber vino, postre un trozo de helado de chocolate,.
El ilustrador francés Benjamin Lacombe reinterpreta a Madame ... Y confiesa un secreto: "Si no aparecen, es que la obra no me gusta".-foto,.
Es una auténtica 'estrella del rock', aunque ni canta ni toca ningún instrumento. La cola para conseguir uno de sus elaborados autógrafos da la vuelta a la céntrica calle de Madrid donde inaugura una exposición. Pese a que sus armas son el papel y la pintura, lo que hace Benjamin Lacombe es música, casi se puede escuchar la melodía que emana de sus dibujos, voces de mujeres inquietantes, enigmáticas, rodeadas de un universo de colores fuertes.
El ilustrador francés Benjamin Lacombe ha conseguido, a sus 32 años, colocarse en la primera línea de un arte recuperado de tiempos remotos. Su último libro es una ópera, pero no una cualquiera. Lacombe se atreve a reinterpretar, en papel y lápiz, a la mismísima Madame Butterfly. "Mi madre me llevaba a la ópera cuando era pequeño, y me gustaba pero no entendía nada, hasta el día que ví Madame Butterfly. Me emocionó hasta el alma", recuerda. Así que 25 años más tarde, el ilustrador ha revivido aquella "historia de amor" con un libro-objeto monumental, un desplegable de 10 metros donde todo, texto e imagen, es suyo, y que se completa con un friso en lápiz y acuarela en el reverso.
El museo ABC de Madrid es el sitio elegido para escenificar el proceso de producción de la obra, desde el 'story board' a los bocetos originales, obras que se muestran al público "por primera y última vez", ya que pertenecen a coleccionistas. Y como colofón, varias esculturas de Julien Martinez inspiradas en la desgraciada dama japonesa.
Lacombe conoció el éxito muy joven. A los 19 años publicó su primer cómic, y su proyecto de fin de carrera, Cereza Guinda, lo convirtió en una celebridad al nominarlo la revista 'Time' como uno de los 10 mejores libros infantiles. Desde entonces ha trabajado en publicidad y en cine de animación, aunque él siempre vuelve al papel. "El cine es una industria, el libro es artesanía, permite crear un todo, un mundo sin necesidad de grandes cantidades de dinero ni de cientos de personas. Ambos son mágicos, eso sí. La publicidad, en cambio, no tiene ninguna magia para mí. Es sólo un trabajo", reflexiona.
Escribe desde que supo hacerlo, e "ilumina" sus historias con dibujos. "El término ilustración viene del latín 'illustrare', dar luz", explica. Sus obras no tienen edad, pero sus espectadores reaccionan de forma diferente. "Los niños son más espontáneos en sus reacciones: les gusta o no les gusta, pero también se fijan mucho más en los detalles. Los adultos proyectan tanto de sí mismos en los personajes que, en ocasiones, los deforman", cuenta Lacombe. Las musas de este artista francés no sonríen nunca. Su creador tampoco lo hace ante la cámara -"deforma la cara", aclara-, aunque sí el resto del tiempo. "Los niños son capaces de comprender muchas más emociones de las que pensamos. Si les ponemos ante 50 páginas de felicidad, les aburrimos profundamente", afirma. Lacombe firma sus libros escondiendo a sus dos perros, Virgil y Lisbeth, entre sus páginas. Y confiesa un secreto: "Si no aparecen, es que la obra no me gusta". Madama Butterfly ha debido de encantarle...
TÍTULO: SABADO CINE, Brick Mansions (La fortaleza),.
- Reparto
- Paul Walker, David Belle, RZA, Robert Maillet, Carlo Rota, Kalinka Petrie, Bruce Ramsay, Andreas Apergis, Kwasi Songui, Ayisha Issa, Catalina Denis,.
- En un Detroit distópico, las antiguas mansiones de ladrillo dan ahora cobijo a los delincuentes más peligrosos de la ciudad. En un intento desesperado por proteger a la población, la policía construye, en torno a esos edificios, un muro de contención. Mientras el agente secreto Damian Coller (Paul Walker) libra una dura batalla contra la corrupción, Lino (David Belle), un expresidiario, intenta llevar una vida honrada. Cuando Tremain (RZA), el capo de la droga, secuestra a la novia de Lino, Damian acepta su ayuda para desmantelar la siniestra trama que pretende acabar con ciudad... Remake de "Distrito 13" (2004).
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