"Ya ha perdido un hijo, este tiene que salir por fuerza" / fotos,.
El dispositivo de emergencia que trata de localizar y rescatar a Julen, el niño de 2 años que cayó el pasado domingo por un orificio de unos 110 metros de profundidad fruto de un sondeo para la detección de agua subterránea en Totalán (Málaga), está utilizando una máquina retroexcavadora para ampliar y afianzar el carril de acceso al lugar, ya que los camiones de gran tonelaje utilizados en las labores de prospección de la cavidad no pueden circular debido a lo abrupto y angosto del terreno.
Según ha confirmado un portavoz de la Guardia Civil, están preparando el camino para la llegada de un vehículo de gran tonelada con mayor capacidad de absorción que contribuirá a la extracción de materiales compactados detectados a unos 73 metros de profundidad, donde se acometen desde el domingo tareas de excavación "muy delicadas" para no provocar un derrumbe interno y siempre con el objetivo de poder determinar el estado del menor.
Para ello también se cuenta con un robot con cámara facilitado por una empresa local que permite conocer el entorno y la evolución de los trabajos, sin que por el momento hayan encontrado rastro alguno del niño.
De forma paralela se estudia y prepara el terreno para una posible excavación de un segundo pozo paralelo, que tendría un diámetro suficiente "como para permitir la entrada de una persona" que se pudiera ejecutar el rescate en la base de los orificios. Pero para ello es preciso además entubar el orificio del sondeo por el que se perdió Julen, pues es la única forma de proteger las paredes y evitar desprendimientos, ha explicado el portavoz de la Guardia Civil.
La tercera medida es la excavación a cielo abierto y de forma perpendicular o diagonal hacia el tope de profundidad del agujero.
Los operarios trabajan en un entorno de 200 metros cuadrados donde se han instalado varios puestos de trabajo para el rescate, de mando para la organización de las tareas y de descanso. El terreno es escarpado y dificulta las tareas.
La subdelegada del Gobierno de Málaga, María Gámez, ha asegurado que "la prioridad ahora mismo es localizarlo y acceder hasta él". Gámez ha explicado que existen las técnicas apropiadas para acceder a este tipo de espacios y que se están probando todas las alternativas posibles para "tener todo el cuidado posible". "Hemos sacado unos 30 centímetros de tierra y tenemos que seguir probando otras alternativas", ha explicado.
Gámez ha afirmado que durante la pasada noche se encontraron dentro del pozo, a unos 78 metros de profundidad, una bolsa de chucherías que llevaba el pequeño, así como un vaso de Julen.
Los equipos de rescate han logrado sacar algo de tierra del pozo de más de cien metros de profundidad, aunque se han topado con una "zona dura" que complica las tareas. "Nadie está preparado exactamente para un rescate en estas condiciones", ha señalado Gámez, quien ha explicado que no se trata solo de llegar hasta el fondo del pozo sino de "conservar el hueco por donde se debe rescatar"
El portavoz de la Guardia Civil de Málaga, Bernardo Moltó, ha explicado que se han estado probando todas las ideas y materiales para poder acceder hasta el niño. "Hasta ahora lo que hemos conseguido es perforar un poco el tapón. Vamos a intentar extraer la tierra con un sistema que viene un camión para extraerlo y se va a probar a hacer un túnel paralelo, pero para ello necesitamos entubar el pozo hasta llegar al niño".
Lo que sí ha confirmado el portavoz, es que todavía no se ha localizado al niño porque se han llegado hasta los 73 metros, pero que el pozo tiene más profundidad. "No sabemos a qué altura está el niño, sólo hemos llegado a 73 metros", ha asegurado.
El único avance es que los equipos de rescate han logrado avanzar unos 30 centímetros en la zona taponada ubicada a unos 73 metros de profundidad del agujero, el cual apenas supera los 25 centímetros de anchura. "Se ha podido extraer algo de tierra y ahora mismo es lo que seguimos haciendo", ha indicado la Guardia Civil, quien ha destacado la gran cantidad de ofertas por parte de empresas y particulares para ayudar y aportar tecnología a la labores de localización y rescate del niño.
En el puesto de mando avanzado ubicado en el paraje conocido como Cerro de la Corona, se ha decidido continuar con la extracción de materiales, para lo que se espera la llegada de un camión de gran tonelaje dotado con los medios para ello sin causar más caída de arena o tierra en el interior del agujero.
En relación al pozo donde se ha caído, ha explicado que el agujero mide 25 centímetros de diámetro y tiene 110 metros de profundidad, por lo que "solo se encuentran allí los efectivos necesarios". Igualmente, ha dicho que no se ha realizado ninguna perforación cerca del pozo para las tareas de búsqueda.
Asimismo, el portavoz ha indicado que por el momento no hay ninguna investigación abierta, dado que "lo importante es rescatar al niño".
Cabe recordar que los hechos han sucedido sobre las 14.00 horas del domingo cuando el 112 recibió un aviso de la caída de un menor de dos años por un agujero en la zona del Dolmen del Cerro de la Corona. Según la Subdelegación, se trata de un orificio de prospección para buscar agua de pequeño diámetro.
Por su parte, el diputado provincial responsable del CPB, Francisco Delgado Bonilla, señaló la "complejidad técnica" que conllevan las tareas de rescate, apuntando en declaraciones a Europa Press que el pozo en cuestión "al parecer, no contaba con protección alrededor".
TITULO: LA NOCHE ABIERTA - ENTREVISTA -FITO PÁEZ,. “El lenguaje popular español es más dylaniano que el argentino”,.
LA NOCHE ABIERTA
Progroma presentado por Pedro Ruiz, entrevistas por La 2 los martes a las 22:30, un gran espacio de música, foto etc.
“El lenguaje popular español es más dylaniano que el argentino”,.
foto / Fito Páez afronta solo al piano su primera gira por España en nueve años, con paradas en Madrid, Barcelona, Andorra y Las Palmas,.
Reconoce, a diez mil kilómetros de distancia – los que separan
Valencia de Buenos Aires – estar sumido en una “ciudad extraña”. Y no
precisamente por el fútbol, tan enrarecido a raíz de esa final de la
Libertadores que tuvo que jugarse en Madrid ante la violencia que se
vivió antes cerca del estadio Monumental bonaerense, sino por la
irrupción de la primera cumbre del G-20 en suelo sudamericano, que tiene
tomado el centro de la capital. Fito Páez
(Rosario, 1963), con más de 30 años de carrera y tres millones y medio
de discos vendidos, es noticia en nuestro país porque regresa, nueve
años después de su última visita, en una manga de cuatro conciertos en
los que apenas gozará de más compañía que su piano. Será el 29 de enero
en el Teatro Circo Price (Festival Inverfest), el 31 de enero en el
Auditori de Barcelona (Festival Guitar BCN), el 2 de febrero en el
Auditorio Nacional de Andorra y el 9 de febrero en el Alfredo Kraus de
Las Palmas.
“Me divierte mucho sentarme solo al piano porque me da mucha libertad y casi no tengo que hacer listas para los conciertos, además de que me permite estar como en el living de una casa, aceptando peticiones del público y tocando músicas de todos los autores que sé, desde Jacques Brel a Troilo, Chico Buarque o Bob Dylan”, confiesa acerca de un formato que es el mismo con el que recaló en España por última vez. Hace casi una década. De hecho, el espinazo central del que fuera su último álbum, La ciudad liberada (2017), también nació de una forma así de espartana, casi en paños menores: “Lo que pasó fue que llegué a la Sony con 60 músicas y estaba muy perdido”, comenta, algo que chocó con los requerimientos de la multinacional, que le dijeron “que querían un tema para la radio”. Eso le obligó “a trabajar con una banda, que de cualquier forma es algo que me encanta”, y a tomar las riendas del asunto y “reconstruir el álbum de vuelta, lo que llevó más de un año y terminó en 18 canciones”.
El resultado, que incluso le reportó un nuevo Grammy Latino, el sexto, por la canción Tu vida mi vida, arrojó ese cuajado eclecticismo marca de la casa, y que tan común resulta a los grandes nombres de la canción argentina. “En mi casa paterna, a través de lo que escuchaba mi padre y mi madre, siempre he tenido esa formación, porque Argentina se formó culturalmente en los años sesenta y setenta como un gran híbrido”, esgrime, con lo que no era extraño “escuchar desde la música brasileña de Jobim y Joao Gilberto hasta los tangos de Aníbal Troilo, Horacio Salgán, Edmundo Rivero o el polaco Goyeneche, hasta que luego llegaron los Beatles y surgieron Charly García y Luis Alberto Spinetta, con todo su bagaje de modernidad y de nuevo lenguaje que se salía de la zona del conservatorio”. Páez, cuya frondosa conversación es fiel reflejo del vastísimo legado musical argentino, recuerda: "Aquello era un nuevo modernismo en un país ya de por sí de tradiciones modernistas, como la que generó Borges en la literatura o Berni y Fontana en la pintura”.
Curiosamente, su rol de celebridad y tótem indiscutible en su país, en la línea de algunos de los nombres que él mismo esboza, nunca recabó el mismo eco en España. Él tiene una explicación. “Tanto Calamaro como Ariel Rot o Moris han vivido allí, y han hecho una carrera casi como españoles, sin perder un ápice de argentinidad, y eso lo ha facilitado”, arguye. Además de que piensa que “el lenguaje popular español va más al grano, es más dylaniano, emplea poco elementos, mientras el argentino es más expansivo y recargado, no tiene una entrada tan directa”.
Páez aprovechó su última incursión en los Grammy para reivindicar el legado musical no anglosajón, afirmando que “los músicos jóvenes latinoamericanos y españoles tienen una gran responsabilidad de recuperar ese arcón de invención y locura, incluso el arcón europeo, el francés, el español o el italiano para poder nutrirse de obras de excelencia e intervenir en esta época y no solo para agradarle a la época”, y reconoce que todo su bagaje como escritor de novela y director de cine, también se vio influido por la música y viceversa: “Yo lo hago como respirar, todo sirve, y cuando estás editando una novela, todo el bagaje que traes con la música o el cine te ayuda muchísimo a aventurarte en terrenos inexplorados, porque la experiencia musical alimenta todo, y es una retroalimentación permanente”.
“Me divierte mucho sentarme solo al piano porque me da mucha libertad y casi no tengo que hacer listas para los conciertos, además de que me permite estar como en el living de una casa, aceptando peticiones del público y tocando músicas de todos los autores que sé, desde Jacques Brel a Troilo, Chico Buarque o Bob Dylan”, confiesa acerca de un formato que es el mismo con el que recaló en España por última vez. Hace casi una década. De hecho, el espinazo central del que fuera su último álbum, La ciudad liberada (2017), también nació de una forma así de espartana, casi en paños menores: “Lo que pasó fue que llegué a la Sony con 60 músicas y estaba muy perdido”, comenta, algo que chocó con los requerimientos de la multinacional, que le dijeron “que querían un tema para la radio”. Eso le obligó “a trabajar con una banda, que de cualquier forma es algo que me encanta”, y a tomar las riendas del asunto y “reconstruir el álbum de vuelta, lo que llevó más de un año y terminó en 18 canciones”.
El resultado, que incluso le reportó un nuevo Grammy Latino, el sexto, por la canción Tu vida mi vida, arrojó ese cuajado eclecticismo marca de la casa, y que tan común resulta a los grandes nombres de la canción argentina. “En mi casa paterna, a través de lo que escuchaba mi padre y mi madre, siempre he tenido esa formación, porque Argentina se formó culturalmente en los años sesenta y setenta como un gran híbrido”, esgrime, con lo que no era extraño “escuchar desde la música brasileña de Jobim y Joao Gilberto hasta los tangos de Aníbal Troilo, Horacio Salgán, Edmundo Rivero o el polaco Goyeneche, hasta que luego llegaron los Beatles y surgieron Charly García y Luis Alberto Spinetta, con todo su bagaje de modernidad y de nuevo lenguaje que se salía de la zona del conservatorio”. Páez, cuya frondosa conversación es fiel reflejo del vastísimo legado musical argentino, recuerda: "Aquello era un nuevo modernismo en un país ya de por sí de tradiciones modernistas, como la que generó Borges en la literatura o Berni y Fontana en la pintura”.
Curiosamente, su rol de celebridad y tótem indiscutible en su país, en la línea de algunos de los nombres que él mismo esboza, nunca recabó el mismo eco en España. Él tiene una explicación. “Tanto Calamaro como Ariel Rot o Moris han vivido allí, y han hecho una carrera casi como españoles, sin perder un ápice de argentinidad, y eso lo ha facilitado”, arguye. Además de que piensa que “el lenguaje popular español va más al grano, es más dylaniano, emplea poco elementos, mientras el argentino es más expansivo y recargado, no tiene una entrada tan directa”.
Páez aprovechó su última incursión en los Grammy para reivindicar el legado musical no anglosajón, afirmando que “los músicos jóvenes latinoamericanos y españoles tienen una gran responsabilidad de recuperar ese arcón de invención y locura, incluso el arcón europeo, el francés, el español o el italiano para poder nutrirse de obras de excelencia e intervenir en esta época y no solo para agradarle a la época”, y reconoce que todo su bagaje como escritor de novela y director de cine, también se vio influido por la música y viceversa: “Yo lo hago como respirar, todo sirve, y cuando estás editando una novela, todo el bagaje que traes con la música o el cine te ayuda muchísimo a aventurarte en terrenos inexplorados, porque la experiencia musical alimenta todo, y es una retroalimentación permanente”.
TÍTULO: COPA Y PURO - ‘Campeones’ triunfa en los Forqué, los premios de cine de los productores ,.
COPA Y PURO -‘Campeones’ triunfa en los Forqué, los premios de cine de los productores ,fotos.
‘Campeones’ triunfa en los Forqué, los premios de cine de los productores,.
Antonio de la Torre y Eva Llorach se llevan los galardones a las mejores interpretaciones y 'El silencio de otros' logra el trofeo a mejor documental,.
Campeones, de Javier Fesser, se llevó anoche en Zaragoza los dos principales galardones de la 24ª edición de los Premios Forqué,
otorgados por EGEDA, la entidad de gestión de derechos de los
productores audiovisuales, y los segundos en importancia en el cine
español, tras los Goya.
El filme de Fesser obtuvo los premios a mejor largometraje de ficción y al Cine y Educación en Valores. Con este doblete, Campeones se reafirma como máxima favorita para los Goya:
en la última década solo dos veces no han coincidido ambos galardones.
En la pasada edición de los Forqué, la primera celebrada en la capital
aragonesa, se dio ex aequo el principal trofeo: a La librería, de Isabel Coixet -que finalmente ganó en los Goya-, y a El autor, de Manuel Martín Cuenca.
El Forqué a mejor largometraje lo recibió Fesser de manos de Carlos
Saura y J. A. Bayona, que resultaron una curiosa pareja cómica con
rugido de dinosaurio de Saura incluido.
En cuanto a los premios de interpretación, Antonio de la Torre, por el thriller político El reino, y Eva Llorach, por el drama Quién te cantará, fueron considerados mejor actor y actriz, respectivamente. Los dos lo ganan por primera vez, aunque el intérprete malagueño ya había sido candidato en tres ocasiones anteriores. De la Torre es el actor con más candidaturas en la historia de los Goya, 13, y solo lo obtuvo con su primera nominación, como secundario por AzulOscuroCasiNegro. El 2 de febrero, en la gala de los Goya que se celebrarán en Sevilla, podría lograr el doblete ya que compite como protagonista (El reino) y como secundario (La noche de 12 años). De la Torre dedicó el premio a las mujeres cineastas que confiaron en él en sus inicios. Mientras, Llorach, que en los Goya compite a mejor actriz revelación, dedicó su galardón a Carlos Vermut [director de Quién te cantará], a su familia y a todas las productoras que apostaron por ella.
El silencio de otros, de Robert Bahar y Almudena Carracedo,
fue elegido mejor documental. El largometraje, que ilustra la lucha de
las víctimas de los crímenes del franquismo, ya ganó el premio del
público en su sección (Panorama) en la Berlinale, fue finalista a mejor
documental en los premios del cine europeo y se mantiene en la carrera a
los Oscar, cuyas nominaciones serán anunciadas el 22 de enero. Ese día
debería de escucharse muchas veces el título de la mexicana Roma, de Alfonso Cuarón, que anoche se llevó anoche el Forqué a mejor película latinoamericana.
En la gala, presentada por la periodista Elena Sánchez y el actor Edu Soto, también fueron premiados el cortometraje Cerdita,
de Carlota Pereda, y el productor José Frade, que recibió la Medalla de
Oro de EGEDA por su medio siglo de carrera. En la ceremonia hubo varias
actuaciones musicales, como es habitual en los Forqué, desde Marta
Sánchez con Carlos Baute, a Blas Cantó, Ana Guerra y todos los
participantes de Operación Triunfo 2018. Entre los asistentes,
además de directores e intérpretes como Penélope Cruz, Jose Coronado,
Aura Garrido, Imanol Arias o Alexandra Jiménez y el músico James Rhodes,
asistieron, entre otras autoridades, el ministro de Cultura y Deporte,
José Guirao, y el presidente de Aragón, Javier Lambán.
En cuanto a los premios de interpretación, Antonio de la Torre, por el thriller político El reino, y Eva Llorach, por el drama Quién te cantará, fueron considerados mejor actor y actriz, respectivamente. Los dos lo ganan por primera vez, aunque el intérprete malagueño ya había sido candidato en tres ocasiones anteriores. De la Torre es el actor con más candidaturas en la historia de los Goya, 13, y solo lo obtuvo con su primera nominación, como secundario por AzulOscuroCasiNegro. El 2 de febrero, en la gala de los Goya que se celebrarán en Sevilla, podría lograr el doblete ya que compite como protagonista (El reino) y como secundario (La noche de 12 años). De la Torre dedicó el premio a las mujeres cineastas que confiaron en él en sus inicios. Mientras, Llorach, que en los Goya compite a mejor actriz revelación, dedicó su galardón a Carlos Vermut [director de Quién te cantará], a su familia y a todas las productoras que apostaron por ella.
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