TITULO : LA LOTERIA DEL VIERNES - ¿Dónde está Wally? - El Ayuntamiento de Madrid tarda un año en entregar al juez un recibo del pago a un estafador de mascarillas,.
LA LOTERIA DEL VIERNES - ¿Dónde está Wally? - El Ayuntamiento de Madrid tarda un año en entregar al juez un recibo del pago a un estafador de mascarillas,. , fotos,.
El Ayuntamiento de Madrid tarda un año en entregar al juez un recibo del pago a un estafador de mascarillas,.
El Consistorio aporta al magistrado un documento bancario, desvelado por EL PAÍS, que acredita una segunda transferencia por 1,25 millones de euros,.
El Ayuntamiento de Madrid ha tardado más de un año en aportar al Juzgado de Instrucción Número 30 de la capital, que investiga una segunda estafa con la venta de mascarillas defectuosas al Consistorio en lo peor de la pandemia, el recibo que acredita que se hizo un segundo pago de 1,25 millones de euros a la empresa Sinclair and Wilde, radicada en Nueva York y encabezada por Philippe Haim Solomon, un hombre al que la policía española dio por ilocalizable. Hasta ahora, según consta en el sumario abierto en marzo de 2021, el magistrado Jorge Israel Bartolomé solo daba por probado un primer abono, también de 1,25 millones, a partir de la documentación que le facilitó la propia Policía Municipal. Pero esta semana el Gobierno municipal de José Luis Martínez-Almeida le ha entregado el documento que acredita un segundo pago.
El pasado 29 de abril, EL PAÍS reveló la existencia de este nuevo recibo bancario, fechado el 14 de abril de 2020. Este documento se encontraba incorporado a otro sumario distinto: el abierto en el Juzgado de Instrucción 47 de Madrid por la supuesta estafa perpetrada por los empresarios Luis Medina y Alberto Luceño, que se embolsaron comisiones millonarias por vender material sanitario al Ayuntamiento en la primera fase de la crisis de la covid. Para la oposición, esta segunda orden de pago resulta clave porque apuntala que el perjuicio a las arcas públicas por el caso Sinclair se elevaría hasta los 2,5 millones y porque, en su opinión, evidencia la falta de diligencia del Gobierno de Almeida para perseguir a estos presuntos timadores.
La cronología de hechos resulta fundamental para entender este caso y la batalla que ha provocado en el seno del Consistorio entre el PP y los partidos de izquierdas. El 23 de marzo de 2020, tras decretarse el confinamiento, el Ayuntamiento dio luz verde a la compra de medio millón de tapabocas a Sinclair and Wilde por 2,5 millones de euros. Solo un día después, el 24, se hizo el primer abono por 1,25 millones —la mitad del precio pactado por la mercancía—, según una primera orden de pago efectuada por Bankinter e incorporada al atestado que la Policía Municipal remitió al Juzgado Número 30 en marzo de 2021, cuando se denunció la estafa. Sin embargo, entre los papeles aportados entonces no constaba el segundo recibo, del 14 de abril.
Este segundo abono se emitió tras apreciarse “irregularidades” en la operación de compra, según la Policía. El 7 de abril, el director comercial y financiero de la Empresa Municipal de Servicios Funerarios (SFM), a través de la cual se adquirieron las mascarillas, envió un correo electrónico al banco para solicitar la “retrocesión de la transferencia realizada por importe de 1,25 millones de euros” —relativa al pago del 24 de marzo—. Según el Ayuntamiento, estas “irregularidades” detectadas no tenían que ver con la calidad de los tapabocas, que aún no habían llegado, sino con “irregularidades” derivadas de “retrasos” en el envío.
Entre la nueva documentación enviada esta semana por el Consistorio al Juzgado Número 30, a la que ha tenido acceso EL PAÍS y entre la que se encuentra el “justificante de la segunda transferencia efectuada con fecha del 14 de abril de 2020 por un importe de 1.250.000 euros (50%)”, el Gobierno de Almeida incluye también una carta del 28 de marzo de ese año remitida por Solomon, donde manifiesta la “imposibilidad” de que las 500.000 mascarillas lleguen en la fecha indicada por “problemas de fuerza mayor”. El Ayuntamiento recibió finalmente el material el 23 de abril de ese año, según certificó el director general de Emergencias, Enrique López Ventura.
Posteriormente, el 4 de mayo, el director de Operaciones del Plan de Emergencia Municipal denunció por escrito que, tras analizar las mascarillas, “existen indicios suficientes para presuponer que no se ajustan a los requisitos técnicos, ni a la normativa española ni europea”. Se intentó a partir de entonces contactar durante meses sin éxito con Philippe Haim Solomon, y la Policía Municipal inició una investigación, que envió en marzo de 2021 al Juzgado. De seguido, este abrió la causa, pero la archivó en julio del pasado año ante la imposibilidad de conocer el paradero de Solomon. Sin embargo, el 3 de junio de 2022, el magistrado reabrió las pesquisas tras recibir un nuevo informe que señalaba que el empresario reside en Inglaterra.
Personación del Ayuntamiento
La existencia de esta segunda estafa no se conoció hasta que la desveló EL PAÍS el 14 de abril de este año, después de que saltara a la luz pública el caso Medina y Luceño. El 28 de abril, dos partidos de la oposición (PSOE y Más Madrid) pidieron su personación en el caso Sinclair como acusación popular y la reapertura de la instrucción, a la que se sumaría después Podemos. El Ayuntamiento no solicitó su personación como víctima hasta el 10 de mayo. Dos días después haría lo mismo la Empresa Municipal de Servicios Funerarios, según el sumario.
Finalmente, al reabrir la causa el 3 de junio, el juez Jorge Israel Bartolomé ordenó al Consistorio y a la SFM que le entregaran “toda la documentación relativa a la contratación de la partida de mascarillas objeto de investigación, incluyendo copia auténtica de los expedientes administrativos, así como correos electrónicos o comunicaciones similares, intercambiados en la gestión de la operación, negociación, concreción de dicha operación, o reclamaciones ulteriores; contrato formalizado y actuaciones de control por parte de la intervención municipal u otros organismos internos o externos”. Este periódico preguntó entonces al Ayuntamiento por qué no había aportado ya al magistrado el recibo del segundo pago, a lo que la Administración local respondió que tenía hasta este 27 de junio para facilitarlo. Justo ese día, un año y tres meses después de abrirse el caso en los tribunales, el juzgado lo recibió.
TITULO: POLICIAS EN LA CALLE - El secretario general de la ONU ve “inaceptable” el uso “excesivo” de la fuerza en la valla de Melilla,.
El secretario general de la ONU ve “inaceptable” el uso “excesivo” de la fuerza en la valla de Melilla,.
foto / António Guterres se declara impactado con la “violencia” en la frontera que derivó, subraya, en la muerte de docenas de migrantes y solicitantes de asilo,.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha publicado este miércoles un tuit en el que se muestra “consternado” por la “violencia” en la frontera de Melilla y califica de “inaceptable” el “uso excesivo de la fuerza”. El portugués se pronuncia cinco días después de que empezasen a circular vídeos en los que se ve la aproximación de cientos de personas al perímetro fronterizo con palos y la actuación de las fuerzas de seguridad marroquíes, que aporrean a los migrantes incluso cuando están inmóviles en el suelo.
“Estoy consternado por la violencia en la frontera entre Nador [Marruecos] y Melilla el viernes que resultó en la muerte de docenas de migrantes y solicitantes de asilo. El uso de excesivo de la fuerza es inaceptable, y los derechos humanos y la dignidad de las personas en movimiento deben ser priorizadas por los países”.
La ONU, a través del Comité para la Protección de los Derechos de Todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares (CMW), dependiente del Alto Comisionado para Derechos Humanos, ya reclamó este martes al Gobierno de España y al de Marruecos que investiguen las causas de la muerte de al menos 23 migrantes subsaharianos tras participar en el intento de entrada masivo a Melilla. “Queda por establecer si las víctimas murieron al caer de la valla, en la estampida o como resultado de alguna acción de los agentes de fronteras”, sostenía en un comunicado el órgano de Naciones Unidas encargado de velar por el cumplimiento de la Convención Internacional sobre los Derechos de los Trabajadores Migrantes (un convenio suscrito por Marruecos pero no por España). El comunicado afirmaba que la tragedia “se podría haber evitado si las políticas de fronteras que tuvieran en cuenta de manera exhaustiva los derechos humanos”.
Seis días después de la tragedia vivida en la valla de Melilla, no solo hay dudas sobre lo que realmente ocurrió, sino de cuántas personas murieron. Los números aún son dispares cuando se trata de contabilizar los migrantes fallecidos —Marruecos se ha plantado en 23 víctimas, pero hace días que las ONG hablan de 37—, pero también cuando se trata de las posibles bajas entre los agentes marroquíes. Desde el pasado viernes, fuentes de las Fuerzas de Seguridad españolas manejaban la información “no oficial” de que hasta cinco efectivos marroquíes habían fallecido durante los enfrentamientos con los migrantes, un dato nunca confirmado por las autoridades de Marruecos. Sin embargo, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en una entrevista en la Cadena SER este miércoles, ha dado por hecho que se produjeron estos fallecimientos. “Tenemos que ser empáticos y ponernos en la piel de los migrantes que han muerto y en la de su sus familias, pero también pido que nos pongamos en la piel y en los zapatos [...] de los más de 100 gendarmes marroquíes que han sido heridos, algunos de ellos muertos”, ha dicho Sánchez.
El Ministerio del Interior marroquí ha negado sus bajas también hoy. “Esto es falso, no hay muertes”, insisten a EL PAÍS. A pesar de la rotundidad de Rabat, diversas fuentes españolas al tanto de los pormenores de los acontecimientos del viernes se muestran convencidas de que hubo víctimas entre los marroquíes. Si finalmente se produjeron, no están claros los motivos que tendría Marruecos para negarlo. Las mismas fuentes apuntan a que el número de migrantes muertos podría superar la veintena hasta ahora reconocida por Rabat.
Las dudas sobre la fiabilidad de la información que llega desde el otro lado de la frontera ha sido una constante desde el primer momento. Pocas horas después de que unos 2.500 migrantes, según la cifra que este miércoles ha dado en el Congreso el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, bajasen de los bosques de Nador en dirección a la valla y se produjese una avalancha en el puesto fronterizo, algunos medios se apresuraron a publicar el fallecimiento de 45 subsaharianos y cinco agentes marroquíes (tres militares, un policía y un gendarme, según detallaban).
La cifra fue posteriormente desmentida, pero las fuentes españolas consultadas afirman que esa fue la información que, en un primer momento, se trasladó a las autoridades españolas. La fórmula para ello fue algo rudimentaria, explican, porque ocurrió durante una conversación a pie de valla entre un mando marroquí que no vestía uniforme y otro de la Guardia Civil. Ese mismo canal de comunicación fue el utilizado horas después por las autoridades de Rabat para rebajar el número de fallecidos. Entonces, se transmitió que los muertos habían sido cinco, todos ellos migrantes. Esta cifra aumentaría posteriormente a 18 y, más tarde, a los 23 que hasta ahora reconoce Marruecos. Sobre el terreno, los periodistas están teniendo dificultades para tener acceso a la información oficial, como la que manejan médicos o fuerzas de seguridad, y su entrada al cementerio, por ejemplo, ha sido impedida por agentes de paisano.
Tras estas comunicaciones, que dieron pie a la confusión, los intentos de las autoridades españolas para confirmar algunos datos fueron recurrentes y no siempre fructíferos. Fuentes vinculadas al control fronterizo explican a EL PAÍS que el pasado sábado la Comandancia de la Guardia Civil ya había solicitado en repetidas ocasiones a Marruecos un balance de datos, pero no había obtenido respuesta más allá de cifrar entre 150 y 190 los agentes heridos durante el intento de cruzar la frontera. La información, añaden las mismas fuentes días después, ha ido llegando, pero “a cuenta gotas” e “incompleta”. Fuentes del Gobierno español admiten que Rabat no está obligado a facilitar información sobre lo ocurrido a España, ya que la tragedia se produjo en su territorio.
TITULO: EL DIVAN DE OLGA VIZA -El hormiguero Lunes -25 - Jueves -28- Julio ,.
El hormiguero Lunes -25 - Jueves -28- Julio ,.
El lunes al jueves a las 21:45 horas, en Antena 3, fotos.
Lunes-25- Julio,.
Meritxell García Roig: "Las personas altamente sensibles suelen sentirse bichos raros",.
Meritxell García Roig. Barcelona, 1989. Formadora, escritora y coach experta en empatía y alta sensibilidad. En La fuerza de ser altamente sensible (Grijalbo) ofrece las claves para saber si se tiene ese rasgo y cómo gestionarlo.
- ¿Qué significa que una persona sea altamente sensible?
- Es tener una percepción fina a través de los sentidos. Para que nos entendamos: es como el cuento de la princesa que notaba un guisante debajo de varios colchones. La percepción a través de los sentidos es mucho más fina para las personas altamente sensibles.
- ¿Y hay muchas?
- Las personas con esa piel fina, con esa mayor percepción sensorial, somos el 30% de la población.
- ¿Y en qué se caracterizan?
- En general somos personas con más empatía, por una cuestión de neuronas-espejo que nos permiten percibir más claramente estímulos no conscientes como el lenguaje corporal. Nos engancha más el sentimiento de otras personas, es más fácil que experimentemos contagio emocional. Y esa intensidad suele provocarnos reactividad emocional, hace que a veces reaccionemos mucho más a nivel emocional. Todo eso nos causa sobresaturación: al recibir muchísima información a través de los sentidos, la procesamos muy profundamente y eso hace que a veces el recipiente que tenemos interiormente se llene.
- ¿Qué ocurre cuando hay esa sobresaturación?
- Cuando ese recipiente interior se llena podemos marearnos, sentir que todo va muy rápido a nuestro alrededor, sentir que nuestros sentidos están saturados... En ese momento debemos relajarnos y tomarnos un tiempo en el que no tengamos tantos estímulos porque si no, nuestro sistema nervioso colapsa. Está comprobado que las personas altamente sensibles recibimos un 10% más de información que las personas que no lo son.
- ¿Las personas altamente sensibles tenéis un cableado neurológico diferente?
- Sí. Desde los años 90, cuando Elaine Aron descubrió la alta sensibilidad, se han hecho muchos estudios, y se ha visto que hay diferencias en cómo estamos cableados. Pero normalmente no se hacen escáneres o pruebas neurológicas para ver si alguien es altamente sensible, lo que se hace es un test de personalidad. Pero sí que se ha visto que hay diferencias en la cantidad de información que recibimos, en cómo se procesa esa información, en el efecto que imágenes positivas o negativas tienen sobre las personas altamente sensibles, en los circuitos de recompensa de la dopamina, en la memoria del trabajo... Hay diferentes características que se plasman en el comportamiento, pero que tienen un origen neurológico.
- Dígame algunas claves para saber si alguien es altamente sensible...
- Lo habitual es que las personas altamente sensibles se sientan como bichos raros. Cuando no sabemos que somos altamente sensibles, nos da la sensación de que los demás no viven la vida con la misma intensidad que nosotros. A veces nos dicen de hecho que somos muy intensos, que nos lo tomamos todo muy a pecho... Una persona altamente sensible puede ser aquella que está en una habitación y es capaz de oír algo que nadie más oye, que tiene sensibilidad a los olores o a las sustancias químicas, a la temperatura... Cada persona es altamente sensible a su manera, no estamos todos hechos con el mismo patrón. Muchas personas altamente sensibles no saben que lo que les ocurre tiene una razón de ser. Reconocerse como altamente sensible es importante, porque en ese momento podemos hacer clic, tratar de anticiparnos a aquellas cosas que por nuestra naturaleza nos son más difíciles de gestionar y cultivar recursos para hacerlo.
- ¿Pero percibir un 10% más de información no es un superpoder?
- Claro. Pero como dice Superman, cualquier poder conlleva una gran responsabilidad. La alta sensibilidad es un arma de doble filo. Es precioso poder captar las sutilezas del entorno, la belleza, conectar con otras personas desde la empatía, ser capaces de recibir esos estímulos... Pero a la vez, si no sabemos gestionar toda esa cantidad de información, a veces es capaz de sobrepasarnos. Mi propuesta es utilizar la creatividad como un gran recurso para la gestión, porque tener más información hace que tengamos más opciones, que podamos conectar más ideas, que tengamos más recursos al alcance. Lo que hay que hacer, con una mirada positiva, es coger esos recursos y ponerlos a trabajar para nosotros, y no que esos recursos vayan en nuestra contra.
- Las personas altamente sensibles, ¿tenéis tendencia a vivir en una especie de montaña rusa emocional?
- Depende de la gestión de cada uno. La diferencia entre vivir en una intensidad emocional de montaña rusa o no hacerlo depende de los recursos internos que hayamos cultivado. Hay personas altamente sensibles que han trabajado en su autoconocimiento, en tener recursos para conectar con esas necesidades y poder tener las herramientas que necesitan, y otras que no. Es importante cultivar esos recursos: meditar, hacer visualizaciones, controlar los espacios que podemos... Todo esto nos ayuda a que esa montaña rusa no sea tan montaña rusa, y a que nosotros elijamos de alguna forma qué intensidad queremos en cada momento.
- ¿Usted ha deseado alguna vez no ser altamente sensible?
- La verdad es que no. Uno es como es y generalmente no se plantea cuáles son las otras opciones que hay en la mesa. Para mí, ser altamente sensible es bonito. Yo soy experta en empatía y gracias a la alta sensibilidad puedo conectar con otras personas, pueden empatizar desde un lugar más profundo que me permite ponerme en el lugar de otros y contarlo, escribirlo, poder hablar de ello.
- ¿Es fundamental que una persona altamente sensible sepa que lo es?
- Absolutamente. En mi web y en el libro hay un test que se puede hacer. Yo no me enteré de que era altamente sensible hasta que tuve 28 años, y a partir de ahí me puse a investigar: leí estudios científicos, un montón de libros sobre el tema... Entender que somos altamente sensibles nos permite colocar las piezas de aquello que sabemos instintivamente. Si por ejemplo sabes que cuando vas a un sitio donde hay multitud de gente vas a necesitar recuperarte, estar luego un tiempo a solas, te preparas y no te pones cinco planes para el mismo día. Y al revés: si no lo sabes, puedes llegar a un punto de saturación muy fuerte. Saberlo te permite anticiparte a tus necesidades. Para mí saberlo es la clave de todo.
- Y la mayoría de la gente altamente sensible, ¿sabe que lo es?
- La mayoría no lo sabe, porque realmente se habla muy poco de alta sensibilidad y muchas personas quizás no han accedido a esa información. Pero es fundamental saberlo. Si lo sabemos, tenemos unos recursos que podemos utilizar. Si no lo sabemos, lo que hacemos es tropezar, tropezar con esta naturaleza nuestra que no conocemos.
- ¿Por qué se habla tan poco de la alta sensibilidad?
- Yo creo que porque a nivel social la sensibilidad se conecta de alguna forma con la debilidad. Cuando dices que eres altamente sensible, lo primero que se imaginan las otras personas es que en algún momento te vas a poner a llorar, que tienen que ir con cuidado y tratarte como si estuvieras en una cajita de cristal. Y eso no es. Ser sensible no significa ser débil, no significa que los demás tengan que tratarte de un modo diferente. Simplemente significa que tu piel es más porosa y que lo que hay en el exterior te traspasa mucho más rápido hacia dentro. No es ni bueno ni malo, es algo que según cómo lo gestiones irá a un lado de la balanza o al otro. Yo creo que ser altamente sensible puede ser una fortaleza para las personas que lo somos, de ahí el título de mi libro.
- La creatividad, según su libro, es una de las herramientas mejores para gestionar una alta sensibilidad, ¿no?
- Sí. Y lo es porque en realidad nunca vamos a poder anticiparnos a todo. Las personas altamente sensibles solemos pasar por una etapa de rigidez, de control, porque si controlamos las cosas que pasan fuera de nosotros tenemos un balance interno superior. Pero esto tiene un límite. Puedes recurrir a aromas, puedes decorar tu habitación de manera que te sientas en ella más tranquilo... Pero cuando te vas de vacaciones a un hotel, el hotel es como es y no lo puedes cambiar. Cuando acudes a un lugar de trabajo, podrás cambiar las cositas de tu mesa, pero no puedes cambiar el edificio. La creatividad lo que te permite es hacer el máximo posible con lo que haya: que en una determinada situación te des cuenta de que puedes ir a dar una vuelta a la manzana, que puedes reservar la sala de reuniones e irte una hora allí a trabajar solo... La creatividad te permite, en cualquier situación, encontrar una opción buena. La creatividad lo que hace es abrir el horizonte de opciones que tenemos en cualquier situación, en cualquier momento.
- El que las personas altamente sensibles tengan mucha empatía hacia los demás, ¿puede ser un problema?
- Sí, porque hace que sus expectativas sean muy altas, ya que piensan que los demás son como ellos. Además, empatizar con el otro significa ponernos en su cabeza, en su piel, en sus sentimientos, en cómo vive las cosas. Pero eso no significa que tengamos la responsabilidad de solucionar su vida, de resolver sus problemas. Yo creo que es importante conectar también con nuestra empatía interna, ser capaces de ver qué necesitamos nosotros y qué sentimos, porque no va a venir otra persona a dárnoslo. Las personas altamente sensibles a veces se dan mucho hacia afuera y el balance está en poder también hacer ese ejercicio interno de darnos a nosotros mismos lo que necesitamos, y que eso no sea a costa de estar intentando cubrir necesidades de otras personas que no son responsabilidad nuestra.
Elisa Prenda: "Coincidí con Rosalía en la Escuela y ya se le veía algo distinto",.
Elisa Prenda. Sevilla, 1990. Esta violinista fue compañera de clase de la cantante Rosalía en Barcelona, publicó un par de discos y en septiembre actuará en la Bienal de Flamenco. Entretanto, este verano opositó a maestra.
- Usted es violinista flamenca.
- Violinista a secas porque también hago clásico, lo he estudiado y forma parte de mí. Como violinista, el flamenco me ayudó a liberarme de la cuadratura del clásico y de las cosas impuestas que hay en ese género, sobre todo por la forma en la que se enseña.
- ¿De qué forma le ayudó a liberarse?
- Estoy graduada en violín clásico por el conservatorio de Sevilla. Estudié allí 15 años. La palabra 'conservatorio' ya dice mucho. La manera de enseñar es muy académica; demasiado. No te dan pie a desarrollar tu creatividad y somos músicos, eh. No hay asignaturas en las que trabajes la improvisación o la armonía de forma útil. Los músicos que jazz saben improvisar y los clásicos, no. Es porque no nos han enseñado bien, aunque, poco a poco, las cosas están mejorando.
- Procede de Mairena del Alcor, un pueblo de gran tradición flamenca, cuna del cantaor Antonio Mairena, pero para hacer un máster en flamenco con el violín tuvo que marcharse a Barcelona.
- Eso se llama dinero y no apostar por la cultura. Tenemos aquí una música y un arte que son únicos en el mundo, pero no hay ninguna institución en Andalucía donde puedas aprender este arte enfocado a instrumentos no tradicionales del flamenco, como es el violín en mi caso.
- ¿Cómo es eso?
- En la Universidad de Cádiz hay un máster, pero es de investigación. Si quieres aprender flamenco con un instrumento no tradicional de este arte, te tienes que ir a Barcelona, como hice yo. De guitarra, cante y baile, sí hay escuelas e instituciones importantes en Andalucía, pero muchas son privadas, con matrículas que no te puedes permitir.
- Y de violín, ¿nada de nada?
- Ni violín, ni piano ni nada, a pesar de que el flamenco se puede tocar con cualquier instrumento. Si tocas la trompeta, no significa que no puedas estar en una formación flamenca. Es música.
- Por eso, cogió su violín y puso rumbo a Barcelona.
- Sí, estudié en la Escuela Superior de Música de Cataluña. Es pública. Había probado ya el juguito flamenco y quería seguir explorando esa faceta con mi instrumento, pero aprendiendo a improvisar. Estudiando flamenco conocí más el violín. Podía hacer lo que quisiese, no lo que diga la partitura, aunque, a veces, lo escribo. Dicen que los flamencos no llevan atril, pero ¿dónde dicen eso? ¿En el BOJA?
- En la Escuela de Música catalana coincidió con la cantante Rosalía.
- Sí, en el combo flamenco, que es como un cuadro flamenco, con tres guitarras, piano, baile, tres cantaoras -una de ellas Rosalía- y yo. Fue una compañera más, pero se le veía algo distinto. Cuando llegué, los compañeros me dijeron que era una crack y, aunque era alumna, ya había hecho cosas importantes.
- Como Rosalía con su álbum 'El mal querer', usted también convirtió en disco el proyecto final de máster que hizo en la Escuela catalana.
- Sí, los proyectos finales de la Escuela son brutales. Te dejan crear y el abanico se abre más. Mi disco se llama 'Alauda' y en él colabora al cantaora cordobesa María José Llergo, que también estudió con nosotras en Barcelona.
- Su último disco es con la formación flamenca Soníos Negros.
- Está todavía en gestión. Se llama 'Jugando con el tiempo'. El disco es flamenco, con el toque tradicional de Morón.
- Da clases en un colegio, ¿es imposible vivir de la música?
- Es muy complicado y más si eres instrumentista. Tienen más tirón los cantantes. En mi caso, dependes de que te llamen y te puede ir muy bien o no. Este verano he tenido bolos con la bailaora Manuela Carrasco y estaré en la Bienal.
- La enseñanza de la música en los colegios es...
- Con la música se trabaja lengua, idiomas, matemáticas... es muy completa, pero la enseñanza en los colegios es muy pobre porque solo hay una hora a las semana. Este curso pasado, mis alumnos fueron letristas, productores, arreglistas... a partir de una canción conocida que ellos cambiaron por completo.
- Miercoles -27 - Julio,.
Oriol Nolis: "Decidí dejar de presentar el telediario cuando más arriba estaba",.
Barcelona, 1978. Ex presentador del telediario -y actual director de RTVE en Cataluña-, Oriol Nolis acaba de publicar 'La fragilidad de todo esto' (Círculo de Tiza), una novela a partir de la muerte de su madre.
- ¿Por qué la ficción?
- La
ficción me parece muy interesante, sobre todo porque te permite el
grado de libertad que no tienes cuando vienes del mundo del periodismo,
donde debes ceñirte a los hechos y, como mucho, interpretarlos. Pero la
literatura y, singularmente, la ficción te permite una libertad a la
hora de describir que no tienes con ningún otro género.
- ¿Cómo traza usted la línea que separa la realidad de la ficción?
- El
punto de partida es la realidad, la propia vivencia. Esta novela es un
gran ejercicio de honestidad. Pero es verdad que muchas veces la
realidad 'cruda' y literal no aguanta el convertirse en una historia y
que hay que introducir elementos puramente ficticios para que funcionen
desde el punto de vista narrativo. Además, pienso también que una de las
cosas más bonitas que pueden llegar a hacer los escritores es
transformar el dolor, sobre todo el que nace de una vivencia propia, en
una obra literaria.
- ¿Cómo se lleva con Óscar, su 'alter ego' en la novela?
- Me
llevo bien en la medida en que me ha permitido hacer las paces con las
partes más importantes de mi biografía personal. Es como si, a partir de
cierta edad, cuando uno vive ciertas cosas, cambia la mirada no sólo
respecto al presente y al futuro, sino también respecto al pasado.
- En
el libro se repite varias veces la pregunta de si alguien está
preparado para una sedación, para un tratamiento, etcétera. Pero, ¿por
qué seguimos sin estar preparados para la muerte de una madre?
- En
primer lugar, hablamos muy poco de ello. Y, en segundo lugar, creo que
vivimos la vida como si esto no tuviera que suceder, sabiendo que va a
suceder. Como dándole la espalda. Y eso hace que, cuando llega el
momento, si no se ha aceptado eso que desde el minuto cero sabemos que
va a ocurrir, lo hacemos sin las herramientas necesarias para encajarlo.
Es un problema que tenemos muchos desde el punto de vista familiar y
también como sociedad. Hay que normalizar la muerte como algo que forma
parte de la vida. Implica también vivir la vida de otra manera, con
otros valores, pensando que se puede terminar en cualquier momento y
poniendo por delante algunas prioridades que de manera bastante
generalizada no son aquellas con las que vive mucha gente. Y a veces,
cuando uno se quiere dar cuenta, tal vez ya es demasiado tarde.
- ¿En qué sentido?
- La
crisis de los 40, es uno de los temas de este libro: el darte cuenta de
lo mortal que eres tú y de lo mortal que es la gente de tu entorno. Por
mucho que leas noticias o veas realidades ajenas, no tomas conciencia
de ello y empatizas de la manera que lo haces hasta que te afecta a ti o
a alguien muy cercano. Y eso acostumbra a ocurrir alrededor de esta
edad cuando comprendes que habías vivido una especie de espejismo sobre
certezas que no son tales. Y no pasa nada. Debería servir para vivir la
vida de una manera más compasiva y generosa, menos con el piloto
automático.
- ¿Cómo ha sido narrar su amanecer a la vida como homosexual?
- Hay
que poner palabras a eso. Contarlo tiene un punto de exorcismo y de
terapia. Y de recordar de dónde venimos, cómo han cambiado las cosas en
muy poco tiempo y cómo hemos llegado a donde estamos. Los cambios se
suceden muy rápido, pero basta echar la vista atrás y ver como cómo era
la aceptación de la homosexualidad hace 30 años y cómo es ahora en según
que ámbitos. Pero que haya libros que describan ese mundo de finales de
los años 80 o de la primera mitad de los 90 está bien para para hacer
un ejercicio de memoria.
- ¿Cuán frágil es ese nivel de aceptación?
- Me
parece difícil de imaginar un escenario en el que se pudiera revertir
el derecho a que dos personas del mismo sexo se pueden casar. No es
imposible, pero me cuesta pensar que se puedan dar pasos atrás en esa
conquista. Sin embargo, desde el punto de vista social queda mucho
trabajo por hacer.
- ¿Por qué?
- En la
medida en que la homosexualidad -y todo el mundo LGTBI- es mucho más
visible, eso enfada a una parte de la sociedad que, mientras no lo veía,
lo podía tolerar. Pero cuando se les hace presente es lo mismo que
sucede con la igualdad entre hombres y mujeres: les despierta un
sentimiento atávico que cristaliza en violencia y odio hacia lo
distinto. Por eso hay cada vez más agresiones homófobas, por eso hay
'bullying' en los colegios y por eso sigue habiendo muchos padres y
madres de mi generación, incluso más jóvenes, que cuando tienen un hijo o
una hija gay, lesbiana o transexual lo viven como una tragedia le y
hacen la vida imposible. Eso sigue ocurriendo, y aunque desde el punto
de vista legal hemos avanzado y hemos conquistado derechos, desde el
social queda muchísimo por hacer.
- Usted nunca se ha ocultado. ¿Cómo lo ha vivido?
- Siempre
digo que he intentado vivir la vida como la viviría si en lugar de
gustarme los hombres me gustaran las mujeres. Bien es cierto que a veces
hay que tener una actitud vigilante, combativa y activista para cambiar
la realidad. Pero es que el mejor activismo es el que practica la
normalidad en todo momento y en todos los contextos: el familiar, el
laboral, el social. Y no esconderse de nada. Salvo contadas ocasiones,
jamás he tenido ningún problema. Y si lo hubiera tenido seguiría siendo
como soy, porque es un ejercicio de coherencia vital y la única manera
de lograr estar en paz y satisfecho con uno mismo.
- ¿Qué opina de la etiqueta de "presentador/a de televisión con novela"?
- Creo
que yo era un escritor en potencia que buscó su 'modus vivendi' a
través del periodismo. Dentro de mí palpitaba un escritor dentro incluso
antes de dedicarme a esto. Lo que pasa es que tengo un punto muy
pragmático y veo que del periodismo todavía se puede vivir y de escribir
resulta bastante más complicado. Así que sólo he empezado cuando me lo
he podido permitir. Me siento más un escritor que se ha dedicado al
mundo del periodismo que un periodista que se ha dedicado a escribir.
Ahora bien, un periodista audiovisual que se dedica a la radio o a la
televisión y que escribe un libro es como si cometiese un sacrilegio. Te
estigmatizan por el simple hecho de venir de ese mundo, como si no
fueras capaz de escribir tres frases con sentido o de construir una
historia como la que yo he escrito con una innegable voluntad literaria
por mi parte.
- ¿Cómo se materializa esto que cuenta?
- Como
lector, reconozco que me costaría mucho comprar a un autor que sale en
televisión; soy el primero que entiende los prejuicios que hay, porque
me pasa. Y entiendo esa presunción de poca calidad. Pero hay que dar
oportunidades a todo tipo de autores. En esto voy a ser muy sincero: he
encontrado muchos reparos para mi libro por parte de varias editoriales
de las denominadas 'serias', por decirlo de alguna manera, como si fuera
un demérito venir de donde vengo. Y celebro que Círculo de Tiza, que
publica a autores considerados solventes, se haya atrevido a hacerlo y
valorase el libro como tal y no tanto por el autor o por cuál era su
trayectoria profesional anterior.
- ¿Cómo ha sido para usted "poner la cara" para dar las noticias del día?
- El
anonimato sólo tiene ventajas. Que la gente te conozca por un efecto
colateral del trabajo que haces no tiene ningún interés para mí. Hay una
parte buena, que es que convierte tu trabajo en algo fácilmente
reconocible por mucha gente al mismo tiempo y que es susceptible de ser
valorado y aplaudido si se hace bien, mientras que el trabajo de un
carnicero o de un electricista no lo puede valorar toda la sociedad
porque lo ve solamente su entorno. Es la parte más atractiva y la que
hace que haya gente que pierda la cabeza por querer tener una
responsabilidad de ese tipo. No es mi caso: lo he demostrado y he
practicado con el ejemplo, porque yo he sido de los pocos que decidió
dejar de presentar un telediario y apartarme además en el momento en que
estaba más arriba, por decirlo de alguna manera. Uno de los riesgos que
entraña es confundir la persona con el personaje, el trabajo con quien
lo ejerce. Siempre me ha preocupado que lo que sea yo como persona esté
al margen de la proyección, la responsabilidad, el cargo o el sueldo que
yo tenga. Nunca he querido ser esclavo de eso.
- En el libro, usted habla de forma elegante de este nido de víboras que es esta profesión: "Cainismo".
- Lamentablemente,
a veces en el periodismo hay profesionales que tienden a querer estar
en posesión de la verdad y de lo que yo llamo "las esencias
periodísticas", y a despreciar el trabajo que hacen otros, por el hecho
de que lo hagan desde otro medio de comunicación o desde otra
sensibilidad social o política. Si algo he aprendido en los años que
llevo en el periodismo es que hay buenos profesionales y buena gente en
todas las miradas hacia la realidad, mientras esa mirada sea honesta. No
me gusta el periodismo de trinchera, sea cual sea ésta.
- ¿Qué tal en su nueva faceta de director de RTVE en Cataluña?
- Mi
vida ahora es mucho más difícil y complicada, afortunadamente, de lo
que era cuando presentaba un informativo, un telediario o un debate.
Pero es que para crecer, para aprender y para exprimir todas las
posibilidades uno se la tiene que jugar un poco. En mi caso surgió esa
posibilidad, y como a mí nunca me han gustado los caminos sencillos,
dije que sí. Primero porque creo que tengo mucho que aportar por mi
experiencia en la propia empresa y por mi manera de hacer, de llegar a
acuerdos y de empatizar con la gente. Es decir, que podía ser útil.
Luego, es verdad que es una función más ingrata de lo que puede ser
salir en pantalla, donde, como decía antes, el reconocimiento o el
aplauso es mucho más fácil. Pero hay que estar dispuesto a hacer cosas
sin esperar a que te digan que lo estás haciendo estupendamente bien.
- ¿Cómo ha sido escribir un libro como éste en pandemia?
- La
pesadilla que yo viví en el verano de 2019 es lo que vivieron millones
de personas después y de manera mucho peor, porque ni siquiera se
pudieron despedir de sus familiares. Por eso, la conclusión a la que
llego en el libro es un poco la misma: la vida, en todas sus facetas
-las relaciones, el trabajo, la salud, el medio ambiente- es frágil y
todo puede derrumbarse o torcerse en cualquier momento. Y no es ningún
drama.
- En breve se cumplen cinco años del 1-O. ¿Se puede sacar algo en limpio de todo lo que ha sucedido en este tiempo?
- También se puede aplicar el concepto de fragilidad a lo que somos como sociedad. Porque puede haber un chispazo y que de repente todo cambie de un día para otro, como yo lo viví estando en Chile. Es verdad que en Cataluña fue algo que se fue cociendo más a fuego lento, que hubo un punto álgido y que luego se ha ido enfriando a lo largo de los años. Pero todavía queda un camino por hacer, sobre todo por una cuestión: En Cataluña pero también en el conjunto de España, estamos muy necesitados como sociedad de proyectos colectivos que consigan poner a gente muy distinta de acuerdo en alguna cosa. Ahora que se cumplen 30 años de los Juegos Olímpicos de Barcelona me acuerdo de la ilusión colectiva que yo viví con 14 años, de la cual participé y en la que había gente de todo tipo, de todas las edades, de todas las procedencias geográficas de España y de todas las sensibilidades políticas. Necesitamos proyectos transversales que consigan poner de acuerdo a un votante potencial de Ciudadanos con uno de la CUP o de Esquerra. O de VOX y del Partido Socialista. No hay nada que me emocione más que ver a personas que piensan de manera diametralmente opuesta, dándose un abrazo o llegando a un acuerdo. Políticamente, no hay nada que me interese más y me parezca más fascinante que la transacción, el acuerdo o el pacto. Y el ruido que hay, que sigue habiendo, en política es lo que más me hace aborrecerla. Todo lo que vaya en dirección a generar acuerdos para el bien común me parece precioso. Habrá quien piense que soy un ingenuo, pero no quiero dejar de serlo si se trata de proyectos e ilusiones para aglutinar a gente muy distinta. Es lo más bonito que se puede llegar a crear como sociedad.
- Jueves -28- Julio,.
-
Mario Viciosa: "La actitud correcta es 'de esto no tengo ni idea'",.
Madrid, 1980. Periodista, realizador audiovisual y profesor especializado en la comunicación científica. Su libro 'Las ballenas cantan jazz' (Ariel) sintetiza la investigación con las paradojas de la vida humana.
- Entiendo que el encanto del libro es que conecta el conocimiento científico y nuestros deseos instintivos: el apetito sexual, el anhelo de afecto y belleza...
- Ese es el gran tema de la ciencia. Nos parece que hay una desconexión entre el trabajo del laboratorio y nuestra naturaleza humana. Pero luego hablas con los científicos y es obvio que son piezas que encajan. En mi caso, mi tema, el tema que me autoimpongo, es la belleza, que es un asunto en el que hay un buen debate. El nobel Frank Wilczek dice que la búsqueda de la belleza es el gran motor de la investigación científica. En cambio, Sabine Hossenfelder dice que esa idea de belleza es un canto de sirena que nos seduce y nos desvía del camino de la experimentación. Que gastamos millones en instalaciones que nos conmueven pero que no son un progreso real. Ese debate está en el centro del libro. Yo me siento como Wilczek, creo que la búsqueda de la belleza es un motor propio de la naturaleza humana. La ciencia, al principio, investiga porque sí, porque hay una pasión por el conocimiento. La aplicación viene después. Pero puedo equivocarme.
- Una vez, oí a un físico decir que la Física, en resumen, habla de entropía, de caos y de destrucción. De modo que la belleza de la Física la imagino como la de un cuadro expresionista que te angustia.
- Pero es porque tenemos una visión antropocéntrica. Bueno, ¡no podemos tener otra! La visión caótica de la Física la empezamos a desarrollar porque se nos desvanecieron los dioses, no porque la Física describa un mundo que se rompe en pedazos. El Big Bang, por ejemplo, es una explosión en la que la materia se desgaja pero también es un milagro constructor. Los matemáticos le dirán que sus ecuaciones son bellas porque en ellas todo encaja. El retrato de la realidad que hace Pitágoras es el de un mundo armónico.
- Yo pienso en la nada cósmica y me pongo un poco triste.
- En el fondo, el universo está en gran parte vacío, pero nosotros creemos que debe de haber algo. Es una paradoja metafísica magnífica. Estamos rodeados de nada y, como hacemos ante cualquier vacío, lo intentamos rellenar con energía y materia oscura, aunque no podamos probar que exista. Quizá sean vacíos existenciales más que físicos.
- Sé que estamos ahora ante un boom del periodismo científico pero me imagino que también hay mucha presión de anécdotas chuscas. ¿Es así?
- En España hay muy buen periodismo científico y muy buena divulgación. Es algo reciente pero relevante. La pandemia fue un gran cambio. Con mil errores y excesos, se ha hecho una cobertura mucho mejor que las que habíamos conocido antes. Se ha transmitido una visión de conjunto incluso en los momentos de mucha confusión y se ha hablado de anticuerpos en prime time, que eso era una cosa casi surrealista antes... Y después, cuando el volcán, pasó algo parecido. Veíamos a los geólogos en la tele, es algo insólito.
- ¿Llenamos el vacío del escepticismo político con la idealización de la ciencia? Esa idea de «los científicos nos salvarán del calentamiento, el virus y la pobreza».
- En la pandemia, pasó lo contrario: la ciudadanía demandaba soluciones inmediatas pero resultó que la ciencia no era una máquina expendedora. Y la ciencia podía haber salido mal parada porque hubo embestidas desde el populismo, gente que atacaba a los científicos por no llegar a tiempo, por ser unos aburridos... Bueno, fueron exabruptos. La ciencia ha aguantado, el apoyo ha permanecido. Ahora, es importante que sepamos todos que la ciencia no existe para las crisis, que su trabajo tiene límites y tiempos. Y que ofrece soluciones pero que quien debe gestionarlas no es ella sino la política.
- ¿Cómo de seguro está de su conocimiento? ¿aún piensa a menudo eso 'de este tema no tengo ni idea'?
- Es que la actitud correcta es «no tengo ni idea». No tener ni idea pero ir con los deberes hechos, saber suficiente para que no nos la cuelen, para dar con la metáfora, para intuir cuándo pasa algo. Pero siempre se llega virgen a cada entrevista.
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