jueves, 31 de agosto de 2023

Cartas Olvidadas - A QUEMARROPA O LIGAR - Green Day y los 30 años de 'Dookie': cuando el punk saltó de las casa okupas a los grandes estadios ,. / Cartas en el Cajon - «Sin una regulación clara, la inteligencia artificial puede destruir los derechos»,. / REVISTA TENIS - Djokovic tiene más libre la autopista hacia la final,.

    TITULO:  Cartas Olvidadas - A QUEMARROPA O LIGAR - Green Day y los 30 años de 'Dookie': cuando el punk saltó de las casa okupas a los grandes estadios,.

 

Green Day y los 30 años de 'Dookie': cuando el punk saltó de las casa okupas a los grandes estadios,.

foto / Green Day, cubiertos de barro tras su actuación en Woodstock,.

La banda reedita su disco más popular con dos directos de altura de 1994: el de Woodstock y el de la sala Garatge de Barcelona,.

Se trata de un álbum menos distorsionado y menos épico de lo habitual, pues en él hay influencia de los sonidos soul y de la motown, que se pueden apreciar en temas como ‘Oh yeah’ o ‘Meet me on the roof’, si bien también hay piezas con el sonido más clásico de Green Day, como en la canción ‘Sugar youth’,.

Es un álbum bastante breve, dado que en él predominan las canciones con una duración de alrededor de dos minutos, con tan solo un par de excepciones.

Con los conciertos promocionales del pasado otoño en Madrid y Sevilla, aún en el recuerdo, la banda californiana de punk rock se prepara ya para la gira oficial de presentación.

Este periplo arrancará en marzo en Singapur y recorrerá hacia Estados Unidos y Europa. Aunque no pisarán España

TITULO: Cartas en el Cajon - «Sin una regulación clara, la inteligencia artificial puede destruir los derechos»,.

 

«Sin una regulación clara, la inteligencia artificial puede destruir los derechos»,.

 El director del Cendoj, Joaquín Silguero, recibe a ABC en sus instalaciones

foto / El director del Cendoj, Joaquín Silguero, recibe a ABC en sus instalaciones,.

El archivo de sentencias del Poder Judicial, con más de 8,5 millones de archivos, permitiría «perfilar personas», avisa el director del Cendoj,.

 

Los nombres de los periodos históricos suelen ponerse a toro pasado, es lo que se denomina “retrónimos”. Resulta difícil saber cómo llamarán a nuestra época en un futuro, porque hablar de la era de la informática es, tal vez, demasiado genérico. Sin embargo, es menos incierto cómo llamarán al futuro reciente. Muy posiblemente tenga que ver con las inteligencias artificiales, esos códigos informáticos capaces de adaptarse, de aprender y optimizar su funcionamiento hasta que se vuelven expertas en una tarea, emulando lo que, en un ser vivo, consideraríamos un comportamiento inteligente. Ya estamos viviendo sus logros y su impacto escapa de la investigación, la industria y los gadgets para anclar sus raíces en el sustrato socioeconómico. Igual que la estética y la política sufrieron un viraje ético durante el siglo pasado (viraje analizado por Jacques Rancier), algo parecido está sucediendo con la tecnología, que ya no podemos admirar sin analizar también sus implicaciones éticas.

Sabemos que la inteligencia artificial, mal empleada, puede interferir en algunos derechos individuales, en la privacidad, los deepfakes puede difuminar la frontera entre realidad y ficción e incluso atentar contra los derechos de imagen. Tenemos claro que, sin la debida regulación, la inteligencia artificial puede sacudir los cimientos de numerosas profesiones, incluidas las más creativas y, por desgracia, controlar todo esto requerirá buena voluntad y muchísima legislación. Sin embargo, hay otro aspecto igual de conflictivo que podría abordarse de un modo completamente distinto. Para resolverlo no solo no tendríamos que dejar de usar estas herramientas, sino todo lo contrario, tendríamos que seguir invirtiendo hasta hacerlas incluso más eficientes. Se trata del cambio climático y un equipo de investigadores acaban de arrojar un rayo de esperanza sobre este problema.

El peligro de la IA

La relación entre el cambio climático y la inteligencia artificial es algo que, por desgracia, se trata menos de lo que deberíamos. Hemos de aclarar que, por supuesto, el cambio climático está altamente influido por la actividad humana y que, en él, la inteligencia artificial es solo uno de los problemas, pero si sigue desarrollándose y creciendo como hasta ahora, podría volverse muchísimo más determinante en unos años. El problema es que, para crear estas redes neuronales hace falta entrenarlas, si queremos que aprendan a distinguir caras en una fotografía tendremos que enseñarles antes millones de caras, para que “encuentren” tendencias, rasgos propios de aquello que deben hallar y los generalicen para reconocerlos desde cualquier perspectiva y sin importar cuánto varíen. Ahora bien, entrenar una red neuronal es energéticamente carísimo.

Pero pongámoslo en números. Hay inteligencias artificiales cuya programación consume energía por un valor de 284 toneladas emitidas de dióxido de carbono, el principal gas de efecto invernadero. Dicho en términos más mundanos y asimilables, estas emisiones equivalen a las de un vuelo cruzando Estados Unidos. Y si en lugar de una IA estándar hablamos de una más sofisticada, sus emisiones estarían al nivel de las de 5 coches durante toda su vida útil. Y ahora que entendemos el problema valoraremos mucho más la solución propuesta por un equipo de Boris Knyazev, de la Universidad de Guelph (Ontario).

Redes que entrenan redes

Ahora mismo, la mejor forma de optimizar una red neurona (concretamente una profunda), es mediante el descenso de gradiente estocástico, lo cual viene a significar (simplificándolo muchísimo) algo así como ir probando qué cambios minimizan los errores hasta que estos se vuelven tan pequeños como sea posible. Ya en 2018, Mengye Reny otro equipo habían creado una alternativa llamada hipe red de grafo (GHN) capaz de predecir la mejor arquitectura para diseñar una inteligencia artificial capaz de resolver una serie de problemas. Dicho de otro modo: no todas las inteligencias artificiales son iguales y hemos de afinar sus características (sus conexiones, su estructura, etc.) para que puedan enfrentarse a una u otra situación.

Ahora, tomando aquella idea, Boris Knyazevy otros investigadores han desarrollado GHN-2, que no ha mejorado los resultados de GHN, sino que puede predecir (por decirlo así) en qué características y cuánto ha de fijarse la inteligencia artificial para que pueda reconocer los patrones que le hemos pedido (caras de personas, ruido de fondo, estructuras gramaticales…) Su funcionamiento no es perfecto, por supuesto, pero los resultados son muy prometedores para algunos tipos de inteligencia artificial, tanto que su récord está en haber optimizado una inteligencia artificialen menos de 1 segundo cuando, por entrenamiento, habría necesitado 10.000 veces más tiempo y, por lo tanto, muchísimos más recursos.

Con la velocidad a la que avanza esta disciplina, pronto descubriremos si GHN-2 cumple sus promesas, si se queda corto y se reorienta a otros propósitos o si, por el contrario, se convierte en un callejón sin salida más. Porque a pesar de que hemos empezado exponiendo los problemas socioeconómicos de la inteligencia artificial, lo cierto es que también viene con una plétora de maravillas que podrían mejorar desde nuestro sistema sanitario hasta nuestra gestión económica y, por suerte, ha llegado para quedarse.

QUE NO TE LA CUELEN:

  • Las redes neuronales no son malignas ni benignas, son como cualquier otra tecnología, cargada de posibilidades y a la espera de que seamos nosotros quienes imprimamos en ellas una intencionalidad, unos valores y unos escrúpulos.
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    TITULO : REVISTA TENIS - Djokovic tiene más libre la autopista hacia la final,. 



    Djokovic tiene más libre la autopista hacia la final,.

    El serbio desborda al español Zapata en tres sets y su camino queda aún más despejado tras la inesperada derrota de Tsitsipas, séptimo favorito.

     Djokovic tiene más libre la autopista hacia la final - AS.com

     

    foto / Novak Djokovic celebra su triunfo contra Bernabé Zapata en el US Open.

    Que Novak Djokovic era el gran favorito para alcanzar la final y jugar, probablemente, contra Carlos Alcaraz, era algo que reconocían incluso sus compañeros de circuito. Y el devenir de lo que va de torneo no ha hecho más que confirmar ese vaticinio. Por el juego del serbio, arrollador, y porque los principales rivales que tenía por su lado del cuadro han caído como moscas en las dos primeras rondas. Djokovic hizo los deberes este miércoles, mal que le pese a un español, Bernabé Zapata, que tras aguantar con bravura más de la mitad del primer set, no pudo evitar después que el expreso de Belgrado le pasara por encima: 6-4, 6-1 y 6-1 en dos horas justas.

    Poco antes del final de ese encuentro, Stefanos Tsitsipas, séptimo cabeza de serie y posible rival del balcánico en cuartos, cayó contra el suizo Dominik Stricker (128º) en cinco sets (7-5, 6-7 (2), 6-7 (5), 7-6 (6) y 6-3 en 4h04). El lunes se fueron para casa Holger Rune (4º), Felix Auger-Aliassime (15º), Lorenzo Musetti (18º) y Sebastian Korda (31º). En la tercera jornada también perdieron Francisco Cerúndolo (20º), contra el checo Vesely; Eubanks (28º), ante el francés Bonzi (7-6 (6), 2-6 y 7-6 (7); y, lo más que es más grave, Casper Ruud (5º), finalista en 2022, frente al chino Zhizhen Zhang. Tiafoe (10º) ganó al austriaco Ofner, uno de los tenistas más peligrosos en la parte baja del draw, sin olvidar al citado Vesely, que tiene un récord de 2-0 contra el de Belgrado.

    En realidad, todo eso parece importarle muy poco a Djokovic, que al contrario que en otros Grand Slams, ha cogido muy pronto una autopista que cada vez está más libre para él. “Fue un partido complicado, sobre todo en el primer set con esas condiciones, aunque luego con la sombra fue más fácil. Había mucha humedad, supongo que la pista dura absorbe el calor en la superficie. Es igual para los dos jugadores, tienes que aceptarlo y abrazarlo, intentar sacar lo mejor de ello. No empecé muy bien, pero en el segundo y tercer set subí el nivel y estoy muy contento por la manera en la que terminé”, analizó Djokovic con elegancia y respeto hacia un Zapata que nunca había jugado en la Arthur Ashe ni contra el que será de nuevo número uno dentro de dos lunes. En su palco, David Ferrer, capitán español de Copa Davis, le animó sin descanso: “Ten fe”. No era fácil.

    Nole sabe que su rendimiento es muy alto tras haber jugado solo dos partidos, aunque cree que tiene margen para superarlo. “En Slams tenemos un día entre partidos, lo cual es bueno y te da tiempo para recuperar y pensar en cosas que mejorar de tu juego. Todavía opino que puedo jugar mejor, pero han sido dos partidos ganados en tres sets y estoy feliz de estar de vuelta en Nueva York. Eso es lo que me da fuerza y motivación, tengo 36 años, 20 de ellos viniendo a esta ciudad, y todavía tengo el hambre y el deseo de jugar mi mejor tenis en esta pista. Todavía lo tengo”, reiteró antes de bromear acerca de un ilusorio enfrentamiento con su yo anterior. “El Novak de hoy en día ganaría al de hace 10 años fácilmente, en tres sets (riéndose). No, la verdad es que no lo sé, no quiero jugar contra mí mismo, pero lo hago en cada partido, en mi cabeza. Si gano esa batalla, también gano el duelo contra mi oponente. Lo mejor que tengo a esta edad es la experiencia y el entender qué necesito hacer en momentos importantes, saber guardar energía y centrarme en lo importante. Quizá hace 10 años tenía más explosividad, pero todavía me muevo bien para ser un tío mayor”.

    Próximo rival

    El viernes, Djokovic se enfrentará con su compatriota Laslo Djere (32º), a quien ya ganó en su único duelo hasta la fecha, en la segunda ronda de Belgrado el año pasado (2-6, 7-6 (6) y 7-6 (4)). El tenista de Senta se impuso con facilidad al francés Hugo Gastón (6-1, 6-2 y 6-3) y aún no ha perdido un set.

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