- -foto. Amaya Arzuaga, la española que más fuerte pisa en la pasarela internacional, ganó ayer el Premio Nacional de Diseño de Moda, una ...Amaya Arzuaga, la española que más fuerte pisa en la pasarela internacional, ganó ayer el Premio Nacional de Diseño de Moda, una distinción que por primera vez recae en una mujer desde que fueron instituidos en 2009 estos galardones. Arzuaga es una vanguardista de la moda, una creadora que gusta de los tejidos innovadores y las siluetas y los perfiles audaces. Su secreto consiste en haberse dotado de una «identidad» inconfundible y unos patrones cuidados al milímetro. Con este premio quizá Arzuaga comience a ser profeta en su tierra. Hasta ahora sus vestidos, dada su osadía, se venden mejor en el mercado exterior que en España.El jurado que le concedió el reconocimiento valora su experiencia acumulada a lo largo de dos décadas y el hacer acuñado un «estilo propio», que descansa en un «trabajo incansable y coherente». A su vez, destaca que Arzuaga es una de las pocas diseñadoras «con formación académica reglada», alguien «que ha sabido plasmar en su obra un carácter innovador y contemporáneo».Dotado con 30.000 euros, el premio, que concede el Ministerio de Cultura, va a parar una mujer que ha apostado por un lenguaje vanguardista y experimental. «Con tantos disgustos como tenemos ahora en esta profesión, este premio supone el poder continuar y seguir luchando», dijo la premiada nada más conocer la noticia. No oculta que el sector vive momentos duros, de los que no ha escapado su empresa. Pese a la buena nueva, le apena que la crisis y las grandes compañías hayan llevado a la ruina a los pequeños talleres. «El mundo de la moda está en mano de tres grupos muy poderosos, y es difícil conseguir hueco», argumenta Arzuaga.Arzuaga, que prefirió salir al extranjero antes que labrarse una reputación en España, se adjudicó en 2005 la Medalla de Oro al Mérito de las Bellas Artes. Desde hace tres temporada exhibe su colección principal en la semana de la moda de París, lo que no es óbice para que sea una habitual de la Mercedes Benz Fashion Week. Sus trabajos han desfilado por Londres, Nueva York y Barcelona. Aparte de sus innovaciones en el campo de la moda, los miembros del jurado aprecian el proyecto empresarial forjado por la modista fuera de España. No en vano, su firma ha diversificado sus negocios y comercializa, aparte de ropa, zapatos y vinos. La dedicación vitivinícola le viene de su padre Florentino, propietario de unas bodegas de Ribera del Duero y productor de caldos que llevan el apellido familiar.Su compañía vende más de 40.000 prendas por temporada y tiene tiendas en París, Milán, Amberes, Londres, Tokio y Nueva York. Solo en España cuenta con más de 200 puntos de venta.Prefiere el negroEsta burgalesa decidió ser diseñadora a los 16 años, al observar que sus compañeras de colegio vestían todas igual, algo que le horrorizaba. Por eso de no disgustar a su padre decidió cursar estudios superiores de moda. Si bien aprendió mucho en la universidad, su primera escuela estaba en casa. No por casualidad su madre, María Luisa Navarro, regenta una empresa de costura de tejidos de punto.Su color preferido es el negro. No se considera una artista al estilo de Balenciaga y en los últimos tiempos apuesta por tejidos tecnológicamente avanzados. En este sentido, la modista se ha apuntado a la revolución de los nuevos materiales, una tendencia que confiere a las telas tradicionales texturas irreconocibles.Hace unos meses intentó conquistar un pequeño nicho en la moda masculina, para lo cual creó una colección en la que sobresalían materiales innovadores y alejados de la tradición. Pese a sus propuestas arriesgadas, piensa que la modernidad tiene que «ser sutil, nunca histriónica». «A veces lo moderno es lo más clásico».
Los monumentos de los que una ciudad puede enorgullecerse no siempre son de piedra. Ni centenarios. Badajoz alberga uno,-foto- Los Inlavables, que ahora cumplen 25 años
y que han conseguido erigirse en ejemplo de fidelidad a la música, sin
concesiones que hayan distraído su entusiasmo por el rock y el blues de
las últimas décadas.
La banda Los Inlavables, con su vocalista Gene García
a la cabeza, ha llenado todo un cuarto de siglo de música en la capital
pacense y Extremadura y ha extendido su fama en actuaciones 'gourmet'
por toda la península.
Su trabajo tiene reconocimiento social y de los críticos,
aunque paralelamente no se haya alterado su inveterada costumbre de
tener que producirse y autofinanciar sus propios discos, asumiendo todos
los riesgos de esta tarea. Nunca se propusieron hacerse ricos con la
música. Y, a cambio de conseguirlo, han logrado ser dueños de su propia
evolución musical.
Homenaje
Como homenaje a unos músicos fieles a sus principios, que se han erigido en banda sonora de dos generaciones de extremeños, HOY lanza este domingo 17 de noviembre un cedé recopilatorio
de los grandes éxitos cantados por Los Inlavables en los cinco discos
editados a lo largo de su vida como grupo musical, incluido el quinto
trabajo, que verá la luz el próximo mes de diciembre.
A pesar de que Los Inlavables fracasaron el pasado verano
en una campaña de crowdfunding para lograr la cantidad que les debía
permitir el lanzamiento de este quinto disco, ese cedé podrá comprarse
finalmente dentro de pocas semanas.
Pero antes, mañana 17 de noviembre, podrá también
adquirirse en kioscos esta edición titulada 'Long distance train', doce
de los temas más queridos de la propia banda, al precio de 6,95 euros,
que estará disponible a lo largo de dos semanas.
Entre los doce temas de 'Long distance train' se encuentra
'Still no more', la canción favorita de Gene García, que cuenta una
anécdota de su grabación. Cuando la cantaba en el estudio, se vio
obligado a dar una nota larga que, de repente, le dejó medio asfixiado,
hasta el punto de que se mareó un poco para lograrla. «Pero no se lo
dije a nadie y quedó clavado», se regocija el vocalista.
Otros once temas junto a 'Still no more' integran este
disco. Son: 'Hot box blues', 'I got to drink my soul', 'You gotta get
soul', 'Big black lord', 'You can lose', 'Born and livin´ with the
blues', 'Still haven´t found what a lookin´ for', 'Say no to the devil',
'Sittin´ on my bed' (Jumbo Gumbo), 'Waitin´' y 'I wanna be sweet'.
Gene García se muestra orgulloso de esta selección de
canciones que, a su juicio, resumen acertadamente los 25 años del grupo.
Son las que cantan con más gusto y las que también él prefiere, y son
el secreto de la longevidad de Los Inlavables sobre los escenarios. «Es
que tenemos mucho vicio de música, nos gusta mucho y no hemos ganado
nada con ella», apostilla.
Gene no oculta la nostalgia que produce echar la vista
atrás para hacer balance de 25 años de vida y le pone humor al mal
trago. «De repente eres consciente de lo que pasaba alrededor mientras
cantabas esto o aquello y te dices : Fui un gilipollas. La verdad es que
me da mucha pena, porque entonces yo estaba más guapo», reconoce.
Los Inlavables han tenido diversas formaciones a lo largo
de estos años y han pasado temporadas separados de Gene, actuando cada
parte por su cuenta. Pero siempre han vuelto a unirse y se mantiene el
núcleo duro de la banda: José Aranda, Tony el Mugriento, Pedro Calero,
Holy Merchán, Andreas Barttol durante un tiempo y el propio Gene. «Por
nuestro lado han pasado un montón de bandas y amigos, pero seguimos en
el sitio, que es lo más importante», sentencia este último.
Ese «seguir en el sitio» ha supuesto muchas veces empeñarse
hasta las cejas para financiar el siguiente disco. Ha ocurrido de nuevo
ahora que van a lanzar su quinto cedé, aunque Gene cuenta que la
búsqueda más laboriosa de financiación coincidió con su tercer trabajo,
porque nadie parecía fiarse de la solvencia de su proyecto. «Finalmente,
hubo un director de banco que tuvo mucho valor y nos dio el crédito. Yo
le garanticé que le devolveríamos el dinero en la fecha fijada y así lo
hicimos, aunque el payo no se lo creía», cuenta.
En realidad, Los Inlavables siempre han cumplido sus
compromisos financieros porque Gene es de los que no pega ojo en cuanto
debe alguna cantidad. «No me quedo tranquilo hasta que no devuelvo el
dinero. Es que yo soy así», proclama.
El repaso de todas las informaciones generadas en HOY por
Los Inlavables a lo largo de estos años da cuenta de que se han codeado
con los más grandes, no han dejado de atender ninguna llamada a
participar en conciertos solidarios y han evolucionado de forma natural
entre el sonido rockero de sus primeras tiempos y el desgarro del blues
que practican desde hace años.
Gene recuerda los momentos en que actuaron con músicos como
Sleepy LaBeef, Eric Bell, Steve Croppper o Mike Tylor. Pero también ha
habido ocasiones en que se le ha escuchado renegar de sus etapas de
aguerrido rockero. Aunque todo ha servido para convertirle en el
cantante dúctil y profundo que hoy es, y para hacerle comprender que una
carrera como la suya «tiene muchas curvas, subidas y bajadas, búsquedas
para saber quien eres y momentos de no reconocerte cuando te das la
vuelta. Aunque reconozco que el rock está en nuestros orígenes y cada
vez que veo estas fotos me digo ¿esto que es?. ¡Es que teníamos una
pinta!».
Pedro Calero es el pianista, que también asiste a la
entrevista para rememorar estos 25 últimos años de Los Inlavables.
Estuvo en la banda en el 2004, abandonó por motivos de trabajo y ahora
vuelve a estar ahí, con un toque que pretende enriquecer el sonido del
grupo porque órgano y piano se avienen muy bien con los caminos por los
que Los Inlavables están transitando en su última etapa. A Calero le
parece increíble que las instituciones no apoyen la conmemoración de los
25 años de una banda como Los Inlavables. Y es que el grupo no parece
capaz de encontrar un espacio privado para celebrar el concierto de
presentación de su quinto disco y los auditorios institucionales se
hacen inaccesibles. Gene interviene entonces para recordar que la gente
tiene hoy problemas más importantes que la música «porque a veces se
trata de poder comer». «A nosotros no nos gusta dar el coñazo ni la
gente está para comprar discos o ir a espectáculos -reconoce-; aunque
sería estupendo que nos pudieran ayudar a pagar esto». Genio y figura
durante 25 años y más.
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