Puede
que sus Majestades tengan difi cultades este año para visitar todas las
casas, pero pueden pedir ayuda y dejar, al menos, un regalo ...
- Puede que sus Majestades tengan difi cultades este año para visitar todas las casas, pero
pueden pedir ayuda y dejar, al menos, un regalo para los más pequeños.
Las connotaciones mágicas de los Reyes Magos de
Oriente tienen un
efecto beneficioso
para la vida psíquica de los
más pequeños. No hay reino
donde mejor se encuentre el
niño que en el de la fantasía.
Si durante su infancia tuvo
las dosis precisas de magia,
su bienestar psicológico será
mayor cuando crezca. Pero
este año muchos padres
pueden verse en el dilema
de decirles a sus hijos que
los Reyes no vendrán esta
Navidad. El dinero escasea y
algunas familias tienen dificultades
para pasar estas fiestas.
Pero hay que conseguirlo.
Lo que los Reyes Magos representan
para los niños es casi
tan importante como comer
todos los días y al menos un
regalo tiene que llegar a los
pequeños que tengan menos
de seis años.
UN MUNDO ÁRIDO
Roberto
y Lucía están en paro y difícilmente
llegan a fin de mes.
Tienen un niño, Ignacio, de
cuatro años y no saben cómo
se las van a arreglar para regalarle
algo este año. Lucía barajó
la posibilidad de contarle
a su hijo que este año a los
Reyes se les habían perdido
los juguetes o algo semejante.
Esa noche le costó dormirse,
estaba triste y cuando lo
consiguió tuvo un sueño. Se
veía a sí misma cerca del Rey
Baltasar, entregándole una
carta en la que estaba dibujado
el rostro de su hijo Ignacio,
que lloraba. Se despertó y se
dijo que, pasara lo que pasara,
conseguiría un regalo para
su hijo. Se le
ocurrió meterse
en internet
y buscar los
sitios donde
recogen juguetes
para niños
sin recursos.
Llamó a una asociación y fue
a hablar con ellos para decirles
que necesitaba un juguete
para su hijo, a poder ser un
patinete, que
era lo que el
pequeño quería.
Se ofreció
a sí mismo a
colaborar en
el proyecto de
recogida de
juguetes durante unos días.
Lucía consiguió el patinete y
se sintió feliz con la cara que
puso Ignacio cuando lo desenvolvió
la mañana del 6 de
enero. Solo ese paquete contenía
un regalo; junto a él, otras
bolsas vacías, para hacer bulto,
hacían pensar que los Reyes
Magos habían sido muy generosos
y también habían traído
regalos a los adultos de la casa.
A Ignacio solo le interesaba su
patinete. Lucía se sentía orgullosa
de sí misma y de lo que
podía trasmitir a su hijo. La
sonrisa de felicidad del pequeño,
junto a las palabras que su
marido le dirigió por la idea
que había tenido, fueron para
ella el mejor regalo.
Lucía registró en su sueño el
dolor que Ignacio sufriría si
no recibía lo que esperaba.
Y es que los niños se sienten
culpables por haber sido
malos si no obtienen algún
regalo en esa fecha. El mundo
se les convierte en algo árido,
demasiado inhabitable. Los
Reyes simbolizan para el niño
la creencia en un mundo en el
que se da todo sin pedir nada
a cambio. Es el universo del
lactante, donde todo llega por
arte de magia.
CUIDAR LA AUTOESTIMA
La imaginación infantil es
necesaria para que se desarrolle
el pensamiento con
normalidad. El menor aprende
a discernir entre la fantasía
y la realidad, entre lo interno
y lo externo, poco a poco. En
los primeros años, tiene una
imagen de sus padres idealizada,
que corresponde al mundo
de sus deseos y no a como sus
progenitores son en realidad.
El niño va constatando las
dificultades y las limitaciones
que sus ellos tienen en la vida
y los Reyes Magos vienen a
sustituir las primeras fantasías
que se había hecho sobre sus
padres.
Esto le da seguridad.
Necesita creer que, al menos
una vez al año,
el país de las
hadas existe.
Antes de los
seis años, es
imprescindible
para ellos creer
en los Reyes o
en Papá Noel.
Representan
al gran padre
que te quiere sin condiciones,
y que no te pone límites,
al contrario del amor de los
padres, que está condicionado
a portarse bien. Hasta esta
edad es conveniente que reciban
algo de lo que piden, esto
hará que resistan mejor las
restricciones que los padres
tienen que ponerles en esta
época de su vida.
Si los padres le enseñan poco
a poco las pequeñas e inevitables
frustraciones que la
educación impone, y en estas
fechas llegan los regalos en
una medida adecuada, los
niños aprenderán
a disfrutar
de sus juguetes
porque alguien
se preocupa de ellos.
S e
habrán sentado
las bases
para que puedan
encarar
las inevitables
decepciones a las que habrán
de enfrentarse a lo largo de
la vida. Con todo, el mejor
juguete que se puede regalar
a un niño en estas fechas es
jugar con él. Los más pequeños
lo necesitan para aprender
a dominar el mundo.
Son muchos los niños que tienen
la impresión de no merecer
que sus padres les hagan
regalos, ya sea por la forma
en que se han comportado o
por las cosas negativas que
han pensado de sus padres. Y
se sienten en deuda con ellos.
Pero los niños saben que no
han albergado ningún pensamiento
negativo hacia los
Reyes Magos, y que estos no
esperan gratitud, por lo que
pueden aceptar sus regalos
sin ambivalencia.
Si los pequeños no reciben
nada de los Reyes, no les
quedaría la idea de que son
“queribles” y su mundo interno,
sobre todo su autoestima,
quedaría dañada. Un regalo al
menos para cada niño pequeño
se hace imprescindible.
Aunque el regalo que le traigan
no sea lo que realmente
esperaba, el hecho de que
estos personajes se equivoquen
no afecta para nada a los
padres y a los niños tampoco
les importa demasiado.
Normalmente, el pequeño
abandona el pensamiento
mágico de forma gradual, a
medida que su experiencia de
la realidad se va ensanchando
y adquiere más capacidad para
enfrentar la vida. Llegará un
día en que él mismo no creerá
en estos seres, digan lo que
digan los mayores, aunque
seguro que puede continuar
como un juego donde todos
los pasen bien
Evitar errores
Suponer que es mejor que el niño se dé cuenta de las
difi cultades que tiene la vida y hacerle conocer demasiado
pronto que los Reyes no existen es un error. La fantasía y el
mundo mágico les ayudan a aceptar mejor la realidad cuando
su psiquismo ya está preparado para ello.
-Si el niño tiene la convicción de que existen los Reyes Magos,
hay que dejarle seguir con su sueño.
-El pensamiento mágico del pequeño en los primeros años de
la vida está relacionado con su falta de recursos psicológicos
para examinar la realidad y dominar su mundo. La impotencia
que siente la suple con la omnipotencia de un pensamiento
mágico donde todo es posible según sus deseos. No hay que
quitarle ilusiones antes de tiempo, pero tampoco ocultarle lo
que quiere saber cuando está dispuesto a saber.
¿Qué podemos hacer?
Si no se tienen recursos económicos, se puede acudir a
las asociaciones que recogen donaciones de juguetes.
-Hay que seguir alentando, hasta que sea posible, la
creencia en los Reyes Magos, no importa que este año
traigan menos regalos. Ellos lo valorarán igual. Y podrán
disfrutar de la reconfortante idea de que podrán conseguir
lo que quieren, unas veces más, otras menos. En
estos momentos, más que nunca, habría que proporcionarles
un tiempo de ilusión. Si los mayores hemos
perdido la nuestra, no debemos quitársela a ellos.
-Cuando se les revela que los Reyes Magos son los
padres, el mundo encantado desaparece, pero la complicidad
con nosotros y la convicción de que pertenecen
a partir de ese momento al clan de los mayores, les
ayudará a perpetuar esa tradición tan necesaria para la
vida psíquica de los primeros años.
TÍTULO: SABADO , CINE , La ladrona de libros,.
No hay comentarios:
Publicar un comentario