TÍTULO: Muere el escritor mexicano José Emilio Pacheco a los 74 años de edad,.
- Ha muerto a los 74 años de edad debido a un paro cardiorrespiratorio
- El autor será despedido mañana, lunes, en el Colegio Nacional de México.
- Pacheco recibió el Cervantes en 2009 y era autor de novela, poesía y ensayo,.
- El novelista y poeta mexicano-foto- José Emilio Pacheco, ganador del Premio Cervantes en 2009, ha muerto este lunes a los 74 años de edad después de ser hospitalizado el sábado, según ha anunciado su hija, Laura Emilia Pacheco.
"Se fue tranquilo, se fue en paz", ha dicho su hija, que ha agregado que su fallecimiento, hacia las 18.30 hora local (00.30 GMT del lunes), se ha debido a un paro cardiorrespiratorio.
El autor había sido ingresado de urgencia en un hospital del sur de México D.C. el pasado sábado y su situación se mantuvo delicada a lo largo de todo el día.
Laura Emilia Pacheco, una de las dos hijas del autor, ha anunciado su fallecimiento a los periodistas en el hospital donde estaba internado su padre, veinte minutos después de que pereciera. "Murió en la raya, como él hubiera querido", ha afirmado.
Escribiendo hasta el último momento
Según dijo, el viernes pasado acababa de escribir un "inventario" para Juan Gelman, el poeta argentino residente en México que falleció el pasado 14 de enero a la edad de 83 años. Ese día, se acostó después de escribir "y ya no despertó", ha agregado la hija.
Durante su estancia en el hospital, Pacheco fue visitado por escritores como Enrique Krauze y representantes del mundo editorial mexicano, que acompañaron a la esposa, Cristina Pacheco, y a las dos hijas del autor. El autor será despedido mañana, lunes, en el Colegio Nacional de México.
Novelista, ensayista, poeta y traductor
Pacheco, también ensayista y traductor, fue autor de las novelas Morirás lejos (1967), El principio del placer (1972) y Las batallas en el desierto (1981), así como de los libros de poesía Miro la tierra (1987), Siglo pasado (2000) y Como la lluvia (2009), entre otras obras.
La obra del escritor mexicano José Emilio Pacheco está marcada por su preocupación ética y reflexiva sin perder nunca de vista la realidad cotidiana.
Considerado por los lectores de la revista Letras Libres, en 2002, como el mejor poeta vivo, José Emilio Pacheco, además de ser una de las voces más importantes de Latinoamérica, junto con el fallecido Octavio Paz, de quien fue gran amigo, no solo fue un grandísimo poeta, sino también uno de los mejores traductores, ensayistas y dramaturgos.
Humilde ante todo
Aún así, la humildad y bonhomía que caracterizaban a Pacheco, siempre le lleva a decir que no se considera ni el mejor poeta de su barrio: "No soy el mejor poeta de México, ni siquiera el de mi barrio porque vivo al lado de Juan Gelman", recordó con humor en 2009, cuando vino a Madrid a recoger el premio Reina Sofía de Poesía.
José Emilio Pacheco, nació el 30 de junio de 1939 en Ciudad de México, y mantuvo durante toda su vida una relación profundamente ambivalente con este lugar. De amor y odio pero incondicional. Una pasión que también ha convertido en material literario como su famoso poema "Alta traición", todo un símbolo entre los jóvenes de su país.
Aparte del Premio Cervantes, el escritor había recibido el Premio Nacional de Periodismo por Divulgación Cultural (1980), el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso (2001), el Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2003) y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2009), entre otros galardones.
TÍTULO: REVISTA DOMINICAL, En busca de una cama,.
Asociaciones y sindicatos reclaman más centros de cuidados intermedios para evitar atascos en los hospitales
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El presidente de Canarias fue el primero, y hasta ahora el
único, en denunciar un hecho que se está produciendo en todas las
comunidades autónomas con más o menos incidencia. Paulino Rivero afirmó
que había 400 personas abandonadas en los hospitales isleños con el alta
otorgada por los médicos y que esas camas las podían estar usando
enfermos crónicos y agudos. Pero esos 'okupas' hospitalarios permanecen
ahí, bajo el cuidado de los profesionales sanitarios y la manutención de
los fondos públicos, porque sus familiares no van a recogerlos por muy
diversos motivos. El fundamental, el económico. «La situación social y
familiar, en muchos casos, es dramática», asegura Carlos Amaya, del
sindicato CSIF. A este problema se le añade otro: el cierre de camas por
parte de las administraciones.
El problema es mayor en Canarias, debido a que los
servicios asistenciales posteriores se tenían que desarrollar por la ley
de dependencia, pero esto no se ha hecho. «Son los peores servicios
sociales de España, junto a la Comunidad Valenciana, y es la región, con
Murcia, que peor ha desarrollado la ley de la dependencia», afirma con
rotundidad José Manuel Ramírez, presidente de la Asociación Estatal de
Directores y Gerentes de Servicios Sociales. La suma de la falta de
desarrollo de esta normativa y la ausencia de camas crea un «cuello de
botella», como afirma Amaya, que provoca situaciones como la de los
centros de salud canarios.
En España, hay 125.649 camas en los 452 hospitales del
Sistema Nacional de Salud (SNS), según las cifras del Ministerio
correspondientes a 2011, último año del que hay datos. Sin embargo, solo
se usan 113.518, a pesar de las aglomeraciones estacionales como la
actual de la gripe o las peticiones de los diferentes sectores para que
se habiliten para crónicos o, de no habilitarse, que se den soluciones
fuera de estos recintos como los centros de cuidados intermedios,
especializados en dar a los crónicos las medidas paliativas que sus
enfermedades requieren y en todas las dolencias relacionadas con las
demencias o la salud mental.
Unos lugares que cada vez van a ser más demandados porque
«la población es más mayor», apunta Ramírez. Según el Instituto Nacional
de Estadística, los españoles mayores de 65 años serán 16 millones, un
tercio de la población, en cuatro décadas.
«Es fundamental el desarrollo de la ley de dependencia, que
no se produzcan más recortes y que el Gobierno apoye al sector», indica
el presidente de los gerentes de residencias. «Es un cuello de
botella», repite Marciano Sánchez Bayle, portavoz de la Federación de
Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP). «Menos
camas, menos personas que tienen reconocida una dependencia y menos
subvenciones para los centros sociosanitarios. Esto no es la solución»,
afirma Sánchez, que critica la escasez de camas que constató en su
último informe la Organización para la Cooperación y el Desarrollo
Económicos (OCDE). España tiene para los enfermos agudos -de duración
menor a tres meses- dos camas por mil habitantes, mientras la media de
la organización es de 3,4.
La falta de desarrollo de estos centros intermedios provoca
que su labor la hagan los hospitales de enfermos agudos. Y eso tiene un
coste. Según un estudio de la Fundación Edad&Vida, en 2012 existían
5.281 camas de hospitales generales para agudos ocupadas por enfermos
que podían estar en otros centros. Si estuvieran en un centro
sociosanitario intermedio, las arcas del SNS se ahorrarían 1.500
millones. «Los crónicos cuestan al día unos 550 euros por cada cama
hospitalaria. Si estuvieran en una residencia costarían 50 euros»,
afirma con rotundidad Ramírez.
Por su parte, PricewaterhouseCoopers, en su análisis del
SNS ('Diez temas candentes de la sanidad española para 2013'), aboga por
un plan nacional que fije la relación con los centros de agudos, el
modelo de financiación de la ley de dependencia y su profesionalización o
la colaboración pública y privada.
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