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Quien te llena de alegría? como yo
Quien te besa quien te mima? solo yo
Quien te da tanto cariño? como yo
Quien te da lo que tu pides? solo yo
Te juro amor yo por ti daría toda la vida
seguro estoy que jamas nadie te ha querido como yo
Quien te quiere y te cuida como yo?
Quien te alegra los días como yo?
Quien te da desayuno en la cama y te hace sentir una dama?
Quien te admira como yo?
Quien te piensa y te ama como yo?
Quien te lleva a conciertos mas viajes en barco a cruzar nuevos mares?
Quien respeta tu espacio?
Quien entiende tus días de cambio?
Quien saca lo bueno de ti?
Por favor no te olvides de mi
Quien te besa en las mañanas? como yo
Quien te cura cuando enfermas? solo yo
Quien te escuchara las penas? como yo
Quien te ama y quien te alegra? solo yo
Te juro amor yo por ti daría toda la vida
seguro estoy que jamas nadie te ha querido como yo
Quien te quiere y te cuida como yo?
Quien te alegra los días como yo?
Quien te da desayuno en la cama y te hace sentir una dama?
Quien te admira como yo?
Quien te piensa y te ama como yo?
Quien te lleva a conciertos mas viajes en barco a cruzar nuevos mares?
Quien respeta tu espacio?
Quien entiende tus días de cambio?
Quien saca lo bueno de ti?
Por favor no te olvides de mi
Quien te quiere y te cuida como yo?
Quien te alegra los días como yo?
Quien te da desayuno en la cama y te hace sentir una dama?
Quien te admira como yo?
Quien te piensa y te ama como yo?
Quien te lleva a conciertos mas viajes en barco a cruzar nuevos mares?
Quien respeta tu espacio?
Quien entiende tus días de cambio?
Quien saca lo bueno de ti?
Por favor no te olvides de mi
Por favor no te olvides de mi
TÍTULO: LA CHICA LUNES, MARTES, ENTREVISTA,Belinda Washington:
Belinda Washington: "Mi marido y mis hijas son lo mejor de mi vida"-foto
Polifacética es una palabra que se queda corta
para definir a Belinda Washington. Estudió Derecho y Arte Dramático,
fue “chica Hermida”, exclamó “¡Qué Me Dices!” ante las noticias del
corazón (presentaba aquel popular espacio), ha escrito un libro (“El
placer de lo pequeño. Diario de una madre”), es una experta cocinera,
diseña joyas y es actriz, su auténtica vocación. Hemos estado con ella
en Oviedo, donde grababa un episodio piloto de una serie, mientras sigue
con su gira por España con la obra “Las vacaciones de Josefa” y prepara
su participación en el nuevo musical “Cómplices”, basado en las
canciones de ese grupo de los ochenta, que se estrenará en septiembre en
el Teatro Calderón de Madrid.
-¿Cómo afrontas la nueva experiencia de un musical?
-Preparándome mucho y con ilusión. Hay que tener en cuenta que voy a cantar, bailar... Interpreto a una ciega muy hippie.
-También diseñas.
-Sí, para la firma Navas Joyeros, que venden a través de Internet. Me lo habían propuesto hace cuatro o cinco años y empecé a documentarme con libros de gemología, para ver si me sentía capaz. Ahora, el proyecto está muy adelantado. Los diseños son míos; luego, cogen mi dibujo y, a través de diseñadores profesionales y un ordenador, le dan forma en tres dimensiones. Ya tengo varios diseños hechos y estoy diseñando el logo de mi firma.
-¿Habías diseñado antes?
-Siempre he tenido una vena creativa. Me diseño ropa, me encanta rehabilitar casas... Espero que lo de las joyas cuaje. Es una empresa muy seria y voy a estar al lado de Ángel Schlesser y Modesto Lomba, con los que, por supuesto, no me quiero comparar, pero que diseñan joyas para la firma.
-Tus comienzos fueron como presentadora. ¿Qué recuerdos guardas?
-Maravillosos. Recuerdo los nervios, las mariposas en el estómago, que aún tengo... Begoña Fernández, que luego sería la mujer de Jesús (Hermida), y Carmen Utrilla me dieron esa primera oportunidad, con 26 años, y les estaré eternamente agradecida.
-Y, además, has participado en “¡Mira quién baila!”, quedando tercera en tu edición, ¿cómo fue?
-Hubiera firmado por tres o cuatro años. En lo físico supuso un desgaste muy grande, porque fueron dos o tres meses sin parar de bailar. Me lo tomé como un reto de superación, pero no tenía la ambición de ganar. Además, hay que añadir la música y el buen ambiente que teníamos entre todos, María José Suárez, Gema Ruiz, Carmen Sevilla, Óscar Ladoire...
-Tu padre es escocés, tu madre, malagueña, y tú naciste en el condado de Cheshire (Inglaterra), ¿cómo es la historia de tu familia?
-Es preciosa. Mi madre, que quería ser azafata de vuelo, se trasladó con mi abuela a Inglaterra para aprender el idioma. Mi madre era impresionante, la típica andaluza de pelo y ojazos negros. Mi padre era tipo Woody Allen, pelirrojo, con gafitas... Se conocieron y se casaron un año y medio después, en Málaga. Mi padre era ingeniero industrial, trabajaba para una multinacional americana y estuvieron viviendo en Inglaterra, donde nací yo; en Suiza; en Ginebra y en Madrid.
-Tu marido, Luis, y tú lleváis juntos 24 años, un récord en estos tiempos. ¿Cómo os conocisteis?
-Yo estudiaba Derecho y, para no pedir dinero a mis padres, trabajaba en una tienda. Nos conocíamos de vista y un día él entró y empezamos a hablar. Yo tenía un novio, le dejé; él tenía una novia, la dejó y hasta hoy.
-¿Cuál es vuestro secreto?
-Nos queremos mucho, mucho, mucho (se le quiebra un poco la voz). Somos muy diferentes. Luis es la paz, la tranquilidad, más callado... y yo soy más torbellino, más gamberra...
-Entonces, os complementáis.
-Nos llevamos muy bien, aunque pasamos nuestras rachas mejores y peores. Me volvería a casar con él y le diría sin dudarlo un “sí” enorme. Él y mis hijas, Andrea (trece años) y Daniela (ocho años), son lo mejor que he hecho en mi vida.
-Tu hermano Wichi y su mujer, Míriam Díaz Aroca, se reconciliaron tras una crisis. ¿Cómo lo has vivido?
-Manteniéndome al margen. Míriam era mi amiga antes de casarse con Wichi, de hecho yo los presenté. La quiero, y mi hermano es maravilloso, y mi sobrina también. Deseo que, hagan lo que hagan, sean felices.
-Otra de tus facetas es la de cocinera, pero siempre dices que cuando te casaste sólo sabías freír huevos.
-Es otra cosa que nos ha unido a Luis y a mí; a él le encanta comer y yo aprendí a cocinar por él.
-Estamos en un hotel maravilloso, en plena naturaleza, con spa, tratamientos de belleza... ¿Tú le rindes culto al cuerpo?
-Tendría que hacer más ejercicio. Lo que hago es buscar la paz en sitios como éste, con masajes, que me encantan; en mitad del campo, algo que me recuerda a mi infancia, a los veranos en Escocia, a una casa del siglo XIX que tiene allí la familia de mi padre y a la que yo sigo yendo en verano.
-Preparándome mucho y con ilusión. Hay que tener en cuenta que voy a cantar, bailar... Interpreto a una ciega muy hippie.
-También diseñas.
-Sí, para la firma Navas Joyeros, que venden a través de Internet. Me lo habían propuesto hace cuatro o cinco años y empecé a documentarme con libros de gemología, para ver si me sentía capaz. Ahora, el proyecto está muy adelantado. Los diseños son míos; luego, cogen mi dibujo y, a través de diseñadores profesionales y un ordenador, le dan forma en tres dimensiones. Ya tengo varios diseños hechos y estoy diseñando el logo de mi firma.
-¿Habías diseñado antes?
-Siempre he tenido una vena creativa. Me diseño ropa, me encanta rehabilitar casas... Espero que lo de las joyas cuaje. Es una empresa muy seria y voy a estar al lado de Ángel Schlesser y Modesto Lomba, con los que, por supuesto, no me quiero comparar, pero que diseñan joyas para la firma.
-Tus comienzos fueron como presentadora. ¿Qué recuerdos guardas?
-Maravillosos. Recuerdo los nervios, las mariposas en el estómago, que aún tengo... Begoña Fernández, que luego sería la mujer de Jesús (Hermida), y Carmen Utrilla me dieron esa primera oportunidad, con 26 años, y les estaré eternamente agradecida.
-Y, además, has participado en “¡Mira quién baila!”, quedando tercera en tu edición, ¿cómo fue?
-Hubiera firmado por tres o cuatro años. En lo físico supuso un desgaste muy grande, porque fueron dos o tres meses sin parar de bailar. Me lo tomé como un reto de superación, pero no tenía la ambición de ganar. Además, hay que añadir la música y el buen ambiente que teníamos entre todos, María José Suárez, Gema Ruiz, Carmen Sevilla, Óscar Ladoire...
-Tu padre es escocés, tu madre, malagueña, y tú naciste en el condado de Cheshire (Inglaterra), ¿cómo es la historia de tu familia?
-Es preciosa. Mi madre, que quería ser azafata de vuelo, se trasladó con mi abuela a Inglaterra para aprender el idioma. Mi madre era impresionante, la típica andaluza de pelo y ojazos negros. Mi padre era tipo Woody Allen, pelirrojo, con gafitas... Se conocieron y se casaron un año y medio después, en Málaga. Mi padre era ingeniero industrial, trabajaba para una multinacional americana y estuvieron viviendo en Inglaterra, donde nací yo; en Suiza; en Ginebra y en Madrid.
-Tu marido, Luis, y tú lleváis juntos 24 años, un récord en estos tiempos. ¿Cómo os conocisteis?
-Yo estudiaba Derecho y, para no pedir dinero a mis padres, trabajaba en una tienda. Nos conocíamos de vista y un día él entró y empezamos a hablar. Yo tenía un novio, le dejé; él tenía una novia, la dejó y hasta hoy.
-¿Cuál es vuestro secreto?
-Nos queremos mucho, mucho, mucho (se le quiebra un poco la voz). Somos muy diferentes. Luis es la paz, la tranquilidad, más callado... y yo soy más torbellino, más gamberra...
-Entonces, os complementáis.
-Nos llevamos muy bien, aunque pasamos nuestras rachas mejores y peores. Me volvería a casar con él y le diría sin dudarlo un “sí” enorme. Él y mis hijas, Andrea (trece años) y Daniela (ocho años), son lo mejor que he hecho en mi vida.
-Tu hermano Wichi y su mujer, Míriam Díaz Aroca, se reconciliaron tras una crisis. ¿Cómo lo has vivido?
-Manteniéndome al margen. Míriam era mi amiga antes de casarse con Wichi, de hecho yo los presenté. La quiero, y mi hermano es maravilloso, y mi sobrina también. Deseo que, hagan lo que hagan, sean felices.
-Otra de tus facetas es la de cocinera, pero siempre dices que cuando te casaste sólo sabías freír huevos.
-Es otra cosa que nos ha unido a Luis y a mí; a él le encanta comer y yo aprendí a cocinar por él.
-Estamos en un hotel maravilloso, en plena naturaleza, con spa, tratamientos de belleza... ¿Tú le rindes culto al cuerpo?
-Tendría que hacer más ejercicio. Lo que hago es buscar la paz en sitios como éste, con masajes, que me encantan; en mitad del campo, algo que me recuerda a mi infancia, a los veranos en Escocia, a una casa del siglo XIX que tiene allí la familia de mi padre y a la que yo sigo yendo en verano.
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