¡ ATENCIÓN Y OBRAS ! CINE - CON LA MÚSICA A OTRA PARTE,./ VIAJANDO CON CHESTER - EL SKY RECUPERA EL AMARILLO PARA FROOME,.
TITULO: ¡ ATENCIÓN Y OBRAS ! CINE - CON LA MÚSICA A OTRA PARTE,. ¡ATENCIÓN Y OBRAS! CINE - ¡Atención y obras! es un programa semanal que,
en La 2, aborda la cultura en su sentido más amplio, con especial
atención a las artes escénicas, la música, los viernes a las 20:00 presentado por Cayetana Guillén Cuervo, etc, foto,.
CON LA MÚSICA A OTRA PARTE,.
Con la música a otra parte / fotos.
El degoteo de salas de música en directo que cierran es constante y tampoco se abren nuevos locales,.
La hiperregulación que sufre este sector y la subida del IVA son algunos de los motivos que estarían detrás de esta situación.
Las inspecciones y sanciones municipales son habituales en el sector,.
REPOR
“Es más fácil abrir una fábrica de explosivos que una sala de
conciertos”.Son palabras de Armando Ruah, gerente de la Asociación
Estatal de Salas de Música en Directo. Y es que el sector vive uno de
sus momentos más críticos. Cierran o se traspasan salas y no se abren
nuevas.
“Hemos vivido la gran crisis económica y la barbaridad de la subida
del IVA.- nos explica Javier Olmedo de La Noche en Vivo- Esto, junto a
la hiperregulación que tenemos ha complicado muchísimo la trayectoria de
las salas”.
Repor - Con la música a otra parte - Javier Olmedo
El exceso de burocracia hace que muchos locales opten por no regular
la actividad arriesgándose a sanciones. Es el caso de la Sala Heliogábal
que cerró después de 20 años a consecuencia de 4 multas por exceso de
aforo. “El problema es que la música se ve como algo pernicioso,
peligroso- explica Miquel Cabal, responsable de la sala- La actividad de
música en directo no tiene la consideración de actividad cultural y
están en el mismo epígrafe que bingos y prostíbulos”.
Conseguir una licencia cuesta dinero, “A nosotros- nos explica
Marcela de la Sala Sol sólo la insonorización fueron 350.000 euros, y
puede alargarse años “20 años en nuestro caso” añade Marcela. ¿Los
motivos? Los constantes cambios de normativa municipal que provocan una
gran inestabilidad a quienes quieren trabajar en el sector.
Un ejemplo lo tenemos en la Sala Circus, en Cerdanyola. Sus
propietarios consiguieron la licencia tras invertir 240.000 euros. Se la
concedió el Ayuntamiento, el mismo que tres años después, se la anuló
alegando que la concesión fue errónea. “ Nosotros nos sentimos estafados
– confiesa Chusky, el propietario de la sala. No llegamos
económicamente y además nuestra familia nos avaló con su casa”
Desde el sector piden más cooperación instituciónal porque si no muchas salas seguirán yéndose con la música a otra parte.
TITULO: VIAJANDO CON CHESTER - EL SKY RECUPERA EL AMARILLO PARA FROOME,.
VIAJANDO CON CHESTER
Viajando con Chester es un programa de televisión español, de género
periodístico, presentado por Pepa Bueno, en la cuatro los domingos las 21:30, foto, etc.
EL SKY RECUPERA EL AMARILLO PARA FROOM
El Sky recupera el amarillo para Froome, foto.
Froome recupera el maillot amaraillo.
Bien colocado por Kwiatkowski en el muro de Rodez, el británico le quita a Aru 24 segundos, lo que perdió en los Pirineos
Rodez
clavó su meta en lo alto de una pared de 570 metros al 10% de desnivel.
Hacía calor. El verano del Midi francés. Hasta el agua del grifo sale
caliente. Agua. Eso pedía el público. Al agua. En un final así gana el
que más tiempo conserva oxígeno en los pulmones. Gilbert, Van Avermaet,
Matthews, Boasson Hagen, Degenkolb… Todos aspiraron la última bocanada
de aire y se tiraron a la piscina de agua hirviente de Rodez. Se trataba
de aguantar más que nadie sin sacar la cabeza. Huracán de pedales
submarinos. Apnea. Gilbert se rindió el primero. Notó la asfixia y salió
a la superficie. Uno menos. Van Avermaet conocía bien estas aguas. Aquí
pudo con Sagan en 2015. Buen buzo. Pero esta vez no llegó hasta el
fondo. Le pasó un pez australiano que vale para casi todo, Matthews, con
oxígeno de sobra abrir las compuertas de Rodez y pescar su segunda
etapa en el Tour.
Cuando se retiró la marea de este
sprint en cuesta, el Tour ya era otro. Manda de nuevo Froome ante la
inesperada debilidad de Aru, que perdió en medio kilómetro lo ganado en
los Pirineos: 24 segundos. Froome recupera su trono. Aún no es el mejor
Froome. No intimida. Ya lo hace por él su equipo. El Sky le colocó en el
mejor trampolín de Rodez y, salvo Martin y Urán, alejó a todos sus
atónitos rivales: Bardet y Yates cedieron 4 segundos. Landa, gregario de
Froome, se dejó 14. Nairo y Contador 21. Y Aru, que tiene que pelear en
solitario la posición en el grupo, huérfano en un Astana deshabitado
tras las bajas de Cataldo y Fuglsang, perdió 24 segundos. «Ya dije que
iba a ser un Tour muy ajustado. La ventaja que tengo sobre los demás es
mi equipo», alabó Froome. Para recuperar su sonrisa tras dos días
«difíciles» en los Pirineos, le bastó con mirar la nueva clasificación:
es líder y le saca 18 segundos a Aru, 23 a Bardet, 29 a Urán, 1.17 a
Landa, 1.26 a Martin, 2.22 a Quintana y 5.37 a Contador. «¡Gracias
chicos!», repartió entre los suyos en Rode,.
Fabio Aru cedió en medio kilómetro lo ganado en los Pirineos a Chris Froome
El autobús del Sky
es negro. Los cristales tintados. El maillot es blanco. No es un equipo
de grises. Lo tiene claro: el único líder es Froome. Tras la gesta de
Mikel Landa el viernes en Foix, le felicitaron. Bien hecho. Pero eso no
cambiaba nada. La misión con la que le alistaron era la misma: escudar a
Froome. El Sky manda y Landa y el Tour obedecen. Campea en sus
dominios. Ha ganado cuatro veces el Tour en cinco años. Tres con Froome y
uno con Wiggins. El peso del palmarés y de su poder. Ficha a los
mejores. Landa, Nieve y Henao le sirven a Froome para la montaña. En el
catálogo del conjunto británico hay eso y mucho más. Hay de todo. Como
el polaco Kwiatkowski, excampeón del mundo y clasicómano. Si a Landa y
Nieve les tocaron los Pirineos, a Kwiatkowski le dijeron que se
encargara de Rodez. Buen soldado.
A la fuga de De Gendt y
Voeckler ya se la había tragado la retorcida geografía del Macizo
Central. Entre barrancos cocidos en este horno. De Gendt es un rodador
paradójico: su mejores victorias son de altura, en el Stelvio (Giro) y
el Mont Ventoux (Tour). Voeckler es una bandera. La de Francia. No hay
ciclista más querido aquí. Le veneran por guerrero. Por su modo teatral,
exagerado y valiente de entender el ciclismo. Voeckler, francés de
ultramar, perdió a su padre en una tempestad marina. Nunca encontraron
ni el barco ni el cuerpo. El hijo, como si aún esperara su regreso,
siempre ha rendido homenaje a ese espiritu aventurero. Fue líder del
Tour, ganó etapas a lo grande y ahora, en su despedida de la ronda gala y
de su deporte, buscaba en Rodez un último pellizco de gloria. La
travesía final. No. Ya no tiene brazos para tanta piscina.
Landa, Contador y Quintana, mal situados
El
Sunweb de Matthews y el BMC de Van Avermaet les cogieron y castigaron
al pelotón en las cuestas que se arrimaban a Rodez. El Sky iba justo
detrás de ellos. En el sitio exacto. Contador, ya sin opciones en la
general, se dejaba llevar. Aru, el líder, gastaba fuerzas para ganarse
la posición. No tiene nadie que le desbroce el camino. Froome, en
cambio, tiene al Sky. «Mis compañeros han evitado que malgaste un gramo
de fuerza», alabó. Y tiene a Kwiatkowski, una llave perfecta para abrir
finales así. El polaco, campeón del mundo en Ponferrada 2014, sabe
hacerse hueco. «¡Vamos Chris, vamos!». Animaba a Froome a las puertas de
Rodez, cuando la tensión era total. Cuando ardían los ojos detrás de
las gafas. Era el momento de la traca final, de coger aire y tirarse a
la piscina vertical de Rodez. A bucear a pulmón libre.
Matthews logró la victoria de etapa al superar en el repecho final a Van Avermaet
En una subida así, breve, bestia,
el corazón más que latir tiembla. Se vuelve loco. Y casi siempre
explota. Eso le pasó a todos los que disputaban la etapa salvo a
Matthews. El quebrado recorrido por los cañones del Aveyron se había
deshecho de velocistas como Kittel. Matthews, antiguo campeón del mundo
sub’23, se ocupó de los tipos con pegada: de Van Avermaet, Hagen y
demás. «Soy feliz. Es un sueño», gritó. Le abrazó el que ganó el
viernes, Barguil. Comparten habitación y maillot en el Sunweb.
Unos
metros por detrás, el Tour se fijaba en el goteo de segundos entre los
que reclaman el podio de París. Ahí, séptimo en la meta, estaba Froome,
con Martin y Urán soldados a su rueda. Solo ellos le aguantaron. Landa,
Contador y Quintana entraron al muro mal situados. Lo pagaron. Más caro
aún le salió a Aru, que subió con ese gesto desfigurado por el
sufrimiento. Le concedió a Froome todo lo ahorrado en los Pirineos,
incluido el maillot amarillo. El Sky, de autobús negro y maillot blanco,
tiene por costumbre acabar el Tour de amarillo. Es su era. La del mejor
equipo, el que intimida por Froome.
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