TITULO: ME RESBALA ¡ QUE GRANDE ES EL CINE ! - REVISTA PANTALLA SEMANAL - EL HORMIGUERO VIERNES -3- NOVIEMBRE - Un ingeniero que vuela alto en Reino Unido,.
¡Qué grande es el cine! -
¡Qué grande es el cine! fue un programa de cine dirigido por José Luis Garci y emitido por Televisión Española por su cadena La 2,etc.
ME RESBALA - REVISTA PANTALLA SEMANAL - EL HORMIGUERO VIERNES -3- NOVIEMBRE -Un ingeniero que vuela alto en Reino Unido,.
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El villanovense Christian Verdonk lidera el laboratorio del centro de investigación en materia aeronáutica de la Universidad de Cranfield
Este mes de octubre se inauguraban las nuevas instalaciones del Aerospace Integration Research Centre (AIRC) dentro de la Universidad de Cranfield, en Inglaterra.En este centro, uno de sus principales componentes es su laboratorio de gestión del tráfico aéreo, un recurso único nivel académico, en el que se pueden experimentar de manera virtual todos los roles que se pueden encontrar ahora mismo en el control del tráfico aéreo.
Pues bien, al frente de este extraordinario recurso se encuentra un joven villanovense, Christian Eduardo Verdonk Gallego, que es el líder técnico del laboratorio y uno de los principales componentes dentro del AIRC. En concreto, entre sus responsabilidades se encuentra todo el mantenimiento y evolución del laboratorio.
«El entorno de la Universidad de Crandfield es el soñado para cualquier investigador en mi campo»
Por tanto, no es de extrañar que
durante la inauguración de las nuevas instalaciones, Christian fuera una
de las caras más visibles a la hora de explicar el funcionamiento de
este centro pionero. Christian tiene 28 años y aunque nació en Rotterdam (Países Bajos), vive desde los 3 años en Villanueva de la Serena, formando parte de una conocida familia que vive en el barrio de Los Pinos. Estudió en el colegio San José y posteriormente en el instituto San José. Luego, obtuvo el título de Ingeniero Aeronáutico por la Universidad Politécnica de Madrid. Y, actualmente, está finalizando su doctorado en Ingeniería Aeroespacial por la misma universidad.
Al mismo tiempo, este villanovense es investigador permanente en el 'Centre for Aeronautics', dentro de Cranfield University, donde sin duda alguna está creciendo profesionalmente a diario.
Como recuerda, decidió irse a Reino Unido en enero de 2016. La razón inicial fue por motivos laborales de su pareja, que es enfermera. Reino Unido proporcionaba unas condiciones de estabilidad en profesiones sanitarias que eran impensables en España. Pero una vez allí, surgió una oportunidad estupenda en Cranfield University, donde su jefe, pero sobre todo mentor, se había trasladado unos años antes. Como reconoce, «él ha sido una pieza fundamental en el desarrollo de la gestión del tráfico aéreo en España, y no dudé en solicitar la plaza para poder trabajar con él y, por suerte para mí, me escogieron».
Christian ahora está enfocado en el buen desarrollo del laboratorio que, como reconoce, «es un recurso magnífico, ya no sólo por la tecnología que tiene incorporada, sino por su integración dentro del entorno del AIRC».
35 millones de libras
De hecho, este centro ha sido financiado con 35 millones de libras por un consorcio formado por la Universidad de Cranfield, HECFE (Higher Education Council for England), Airbus y Rolls-Royce.En este centro se realiza investigación de diversa índole relacionada con la aeronáutica, desde la automatización de fabricación, diseño del ala del futuro para los aviones o propulsión.
Como admite este villanovense «lo que hace único al centro son las sinergias que surgen de poder trabajar en el día a día con profesionales de estas empresas punteras en el mismo sector».
Al mismo tiempo, acompaña el entorno: «Evidentemente, el entorno de la Universidad de Cranfield es el soñado para cualquier investigador en mi campo, puesto que además de este magnífico centro, contamos con un aeropuerto operativo y aeronaves propias para la aplicación de nuestras investigaciones».
En la actualidad, el laboratorio que dirige Christian es plenamente funcional. Ahora, por ejemplo, están desarrollando una solución, denominada 'Partake', por la cual «intentamos orquestar los despegues en los aeropuertos de Londres, el espacio aéreo más complejo del mundo, para incrementar aún más la seguridad de las operaciones». El laboratorio se usará para poder medir cómo puede impactar esta nueva tecnología en la carga de trabajo de controladores o la eficiencia del sistema. En definitiva, para probar su viabilidad.
Además, en el equipo realizan otros proyectos de investigación a medio y largo plazo. En uno de ellos, denominado 'Agent', están explorando la posibilidad de «convertir a las aeronaves en agentes inteligentes para incorporarlas en la toma de decisiones en el control del tráfico, incluyendo una mayor compatibilidad entre las redes de seguridad que velan por la seguridad operacional mientras volamos».
Lo cierto es que, pese a sus 28 años, Christian reconoce que está cerca de conseguir su reto profesional soñado: «Siempre quise hacer Ingeniería Aeronáutica, puesto que la asociaba con la investigación en los campos más punteros de la ingeniería. Ahora mismo me encuentro en un centro de investigación puntero en Europa, así que podría decir que he llegado más rápido de lo esperado a ese punto. De todas maneras, considero que hay que salir de la zona de confort de vez en cuando. Ahora mismo, mi investigación me está llevando por el camino de la digitalización de la aviación, y mis retos pasarán por contribuir lo mejor que pueda a la sociedad en este sentido».
Lo cierto es que de momento, Christian vuela alto en Reino Unido, aunque señala que en nuestro país también hay promotores importantes de la investigación en su campo: «En el caso de la gestión del tráfico aéreo hay unos promotores de la investigación muy importantes, puesto que contamos con empresas líderes en el campo como Enaire o Indra. Es un buen ejemplo de cómo creo que habría que actuar. Por un lado, considero que hay que encontrar o formalizar mecanismos que permitan integrar de manera efectiva las necesidades de las empresas como impulsores de la investigación. Esto revertirá directamente en la segunda, que es la eliminación de la precariedad del investigador en España, donde hay que luchar contra mil y una trabas para poder conseguir una beca de formación. Como en otros campos, en España se realiza muy buena investigación, pero principalmente, por la vocación y esfuerzo de sus investigadores.
TITULO: REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -Intercambio de emociones entre Plena Inclusión y Anima,.
REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -Intercambio de emociones entre Plena Inclusión y Anima,fotos.
Intercambio de emociones entre Plena Inclusión y Anima,.
El proyecto 'Marcando huella' incluye a cinco alumnos que visitan el refugio de la protectora,.
También, y aunque no haya un refrán para ello, la sociedad tiende a amparar a las personas con discapacidad. «Suele ser la persona a la que todo el mundo quiere proteger, son vistas en cierto modo como víctimas, una realidad que muchas veces ellos sienten», explica Elisa Vidal, profesora del colegio Nuestra Señora de las Cruces.
Por ello, junto a Gloria Álvarez, presidenta de Anima, se decidieron a hacer algo en común. «La idea es que ellos también tengan la sensación de que pueden proteger al resto, y qué mejor que a un animal que ha sido abandonado o maltratado».
De este modo, una vez al mes José Antonio, Pedro, Larisa, Alba y Sara acuden junto a sus dos profesores, Elisa Vidal y Carlos Diestro, a la protectora para aportar compañía y cariño a estos perros que han sufrido abandono y maltrato. Se produce así una simbiosis entre los jóvenes y los animales. Por un lado, los usuarios del centro trabajan en el control y expresión de las emociones, su autoestima, manejo de la frustración o el desarrollo de empatía.
«Es una manera visual de que ellos puedan aprender las emociones a través de los animales, si tienen sentimiento de miedo, intentar vencerlo, son muchas emociones que ellos pueden superar a través del contacto con los perros», señala su profesora, «y también para los animales que están allí en el refugio, que están muy bien cuidados, pero siempre les falta tener más contacto humano».
De momento, solo han realizado una visita y quieren ir despacio, para que se produzca esa adaptación mutua. «La primera sesión fue muy bien, con un poco de miedo al principio, pero poco a poco fue bien».
Por su parte, desde Anima valoran de forma muy positiva esta iniciativa. «Con estas visitas a nuestro refugio los perros se ponen locos de contentos y los niños disfrutan contagiados de esa felicidad, tener una relación amable y respetuosa hacia los animales nos proporciona a nosotros mismos bienestar», apuntan.
Al fin y al cabo, los perros están siempre dispuestos a ser el mejor amigo de aquel que le tiende la mano.
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