sábado, 17 de noviembre de 2018

EL PAPEL HIGIENICO ROJO - Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald». La expansión del universo Harry Potter es infinita ,./ EL D.N.I. - Tal día como hoy, Diana Larrea,.

TÍTULO : EL PAPEL HIGIENICO ROJO -Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald». La expansión del universo Harry Potter es infinita  ,.
 

EL PAPEL HIGIENICO ROJO - Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald». La expansión del universo Harry Potter es infinita ,. fotos,.

 Animales fantásticos: Los crímenes de Grindelwald». La expansión del universo Harry Potter es infinita.

Eddie Redmayne repite como Newt Scamander en una entrega que profundiza en la rivalidad entre Grindelwald y Dumbledore,.

Johnny Depp es Grindelwald en Animales fantásticos Resultat d'imatges de EL PAPEL HIGIENICO ROJOAl ritmo que lleva Hollywood, la categoría de mejor guión original en los Oscar va a quedar desierta. El cine de superhéroes, con sus franquicias inagotables, ha servido de espejo para que J. K. Rowling expanda hasta el infinito la saga de Harry Potter. Con las aventuras del niño mago ya concluidas, la escritora viajó al pasado para abrir una nueva vía en el mundo mágico que la convirtió en la mujer más rica de Reino Unido, por delante incluso de la Reina de Inglaterra. A la primera entrega de la saga de «Animales fantásticos» le sigue «Los crímenes de Grindelwald». Y habrá más. En total se estrenarán, como mínimo, cinco historias del criador de «bestias mágicas» Newt Scamander durante los próximos diez años.
Un viaje que será lento y cargado de detalles. La primera entrega viajaba al año 1926, y quería alejarse lo máximo posible del universo anterior. Esta arranca en 1927, y hace justo lo contrario: el foco empieza a apuntar a Grindelwald y Albus Dumbledore, cuya batalla final se presume como el «leitmotiv» de todo lo que empieza a suceder.
«Me da la sensación de que los protagonistas eran un poco infantiles en la primera película, aquí hay más cosas en juego y tienen que madurar. Durante las cinco películas vas a ver cómo se fusionan los mundos de “Harry Potter” y el de “Animales fantásticos”», contaba ayer mismo en Madrid Eddie Redmayne, el nuevo héroe de Rowling,

Una historia muy real

Los «blockbuster» de la última época descubrieron que el secreto del éxito es llegar a todo el mundo. Pixar marcó el camino con películas destinadas a niños que disfrutaban más los padres. En «Animales fantásticos», como en las películas de superhéroes, el espectador generalista puede seguir la aventura sin la obligación de conocer todas las peculiaridades de los personajes. Para lograrlo en «Los crímenes de Grindelwald», J. K. Rowling se fija en el periodo de entreguerras, con el ascenso de los totalitarismos en todo el planeta. Aquí, el mal fascista es encarnado por Grindelwald (Johnny Depp), que emplea un discurso populista que resuena con ecos de actualidad. «El arte refleja lo que sucede en la vida, y por supuesto que esta historia es un espejo de lo que sucede en nuestro mundo. Lo que dice la película es que hay que incluir a todo el mundo», explica Callum Turner, que interpreta en la cinta al hermano de Newt y cuyo parecido físico en la vida real con Eddie Redmayne es más que sorprendente. «Lo que me gusta de los libros de J. K. Rowling es que, como una de las mejores artistas de su época, tiene esa sensibilidad de contar lo que sucede en el mundo. Recae sobre los artistas luchar», refuta el protagonista.

Un tabú

Los seguidores más cercanos al universo Potter, aquellos que crecieron con sus libros, se sorprenderán con las nuevas aportaciones que hace la película. Los propios Turner y Redmayne reconocen que leían «Harry Potter» en su adolescencia, y como tal se han sorprendido al descubrir el trascurrir de la historia. En concreto, y sin caer en el «spoiler», con la homosexualidad de Albus Dumbledore: «J. K. Rowling ha dicho que él es gay de forma explícita [en Twitter]. Tiene todo el derecho a contarlo como quiera, sobre todo si lo va a contar en cinco películas», defiende el protagonista ante la crítica de los periodistas de que parece esconderse su orientación mientras sí se explicitan las relaciones de otros personajes. «No los vemos besarse, pero sí pistas de su amor», cuenta, y replica Turner: «En la película hay cuatro historias de amor, y la suya es la más profunda, la más fuerte. En un punto de la trama le dicen a Dumbledore: “Estabais tan unidos como hermanos”. Y él responde: “Éramos más que hermanos”. Ahí se despeja la duda», sentencia acerca de un tema sobre el que se han escrito ríos de tinta por ser clave en uno de los libros más vendidos de la historia.

¿Y Johnny Depp?

La exquisita educación británica de Callum Turner y Eddie Redmayne, con un verbo que parece sacado de un aula de Oxford, contrasta con la imagen trastocada que tiene su antagonista en el filme, Johnny Depp. El actor americano vive días oscuros acuciado por sus problemas de alcohol y sus desvaríos personales. Turner no se puede aguantar la risa cuando se le pregunta por su compañero de rodaje. «Fue surrealista», cuenta tímido. «Te llevaba a su furgoneta durante el rodaje, y allí cogía su guitarra y se fumaba un cigarro mientras te decía, “te gusta mi música” [con voz «adormecida»] y tú no sabías qué responder... ¡Seguía vestido como Grindelwald!».
De momento, aquí Johnny Depp firma la más seria de sus actuaciones de la última etapa. Y si todo sigue su curso, seguirá dando vida a un personaje encaminado a la batalla final contra Dumbledore (Jude Law). Allí estará Redmayne, que firmó por tres películas y se enteró de casualidad, cuando Rowling se lo contó a todo el mundo, que acabaría haciendo cinco. «Si vas a poner diez años de tu futuro en manos de alguien, que sea en alguien como ella...».

TÍTULO: EL D.N.I. -  Tal día como hoy, Diana Larrea,.

EL D.N.I. - Tal día como hoy, Diana Larrea ,.fotos,.


Resultat d'imatges de EL D.N.I.  Tal día como hoy, Diana Larrea,.

Una estantería en una buhardilla separa el espacio de trabajo de Diana Larrea del de ocio de su hijo, en su chalet en Paracuellos de Jarama. Allí se ha gestado «Tal día como hoy», una «acción artística on line» por la visibilidad femenina,.

 Tal día como hoy, nos presentamos en Paracuellos del Jarama, una pequeña localidad a las afueras de Madrid, cerca de Barajas. De hecho, desde nuestro destino, el estudio-vivienda de Diana Larrea, vemos las pistas del aeródromo, a lo lejos, en una extraña línea de vegetación que acaba en un acantilado. Seis años hace que ella se trasladó hasta aquí, antes de abandonar su domicilio (que también era su taller) en la capital, en la zona de Tirso de Molina: «La primera etapa allí la disfruté mucho, hasta que nació mi hijo. Entonces todo se me hizo muy cuesta arriba. No podía disfrutar de las ventajas de vivir en el centro –pues, con un niño, la capacidad de improvisación no la tienes– y me comía todos los inconvenientes. Pero me gustaría volver, no sé cuando...».

Las cosas con calma

Larrea siempre ha tendido a introducir el estudio en la vivienda. Eso se debe a que le gusta hacer descansos, ir cambiando de actividad. «A no ser que esté centrada en algo concreto que me exija mucha dedicación, me gusta tomarme las cosas con calma», nos explica: «Vivir en una zona tan periférica tiene ventajas. El metro cuadrado es más barato, cuento con más espacio, el vecindario es muy tranquilo para trabajar. Pero cualquier cita, cualquier inauguración, exige un desplazamiento. Esto no está muy bien comunicado y soy madre de un niño de 9 años que depende todavía de mí, de forma que es un verdadero encaje de bolillos organizarlo todo para que cuadre».
Algunas de las obras de diana Larrea en su estudioAlgunas de las obras de diana Larrea en su estudio - G. Navarrete
La madrileña nos invita ahora a reparar en la estancia en la que nos recibe, una zona diáfana y abuhardillada en el último piso de la vivienda, luminosa e impoluta, en el que una gran estantería que llega hasta el techo separa un área de juegos de lo que podríamos considerar como una «zona de oficina»: «Está dividido en dos, lo que en el fondo es simbólico. Comparto mi tiempo y mi espacio con la crianza».
«A mí no me influye tanto este espacio como la situación actual: Soy artista, española, de más de cuarenta, mujer y sin galería. Todos estos condicionantes juegan en mi contra»
Cuando Larrea vivía en el centro, su lugar de trabajo era incluso menor que este. Pero eso tampoco era un problema, sobre todo, porque esta artista desarrollaba su actividad sobre todo en el espacio público. En realidad, en casa solo proyectaba. «Montaba in situ, en la calle. Construía para el momento y no sentía la necesidad de tener un gran espacio en casa. Ahora voy a los estudios de otros compañeros y sí que me tira el tener un entorno más grande. Algo que me permita, no ya tanto producir como recibir, mostrar mi obra u organizar proyectos con otros», enuncia, mientras recuerda su última participación en «Gabinete de Resistencia», en el taller de Montse Gómez Osuna, antiguo estudio de Lucio Muñoz en Madrid.

El sinsentido de acumular

Confiesa esta creadora que ella necesita mucho orden, y basta mirar a nuestro alrededor para ver que así es. «Soy muy pulcra y es muy difícil que me lance “al brochazo” en lo que hago. Supongo que lo que hago es un reflejo de lo que soy». Larrea lleva veinte años dedicada al arte, «y en ese tiempo se acumula mucho material», confiesa. La gran biblioteca que divide en dos la estancia lo constata, donde, entre catálogos y libros, conserva en archivadores todos y cada uno de los documentos que se han derivado de sus series y proyectos. «Ahora produzco poco porque, tristemente, lo que hago porque me han llamado termina en un almacén. No tiene sentido acumular obra, y en la actualidad no tengo galería. Por eso me pienso mucho aquello a lo que le voy a dar forma. Aquí almaceno cosas [a nuestra vista saltan, por ejemplo, las placas que compuso junto a Andrés Senra para el proyecto «Plaza solución»], pero tengo otro trastero en Madrid para fotografía grande, la que hacía hace unos diez años. Ahora no tiene salida y ni me lo planteo». La crisis y sus estragos.
Detalle de algunas de las piedras de la artista sobre su escritorio
Detalle de algunas de las piedras de la artista sobre su escritorio - G. Navarrete
Solemos preguntar a los autores que visitamos cómo influye en su obra el lugar desde el que la llevan a cabo. Larrea nos corrige: «A mí no me influye tanto este espacio como la situación actual: Soy artista, española, de más de cuarenta, mujer y sin galería. Todos estos condicionantes juegan en mi contra. Desde el inicio de la crisis, recurro mucho más al dibujo; es fácil de producir, de transportar, de almacenar... Se me conoce por mis proyectos de arte público, prto estos ahora los desarrollo con cuentagotas».
Sin embargo, empujada por las circunstancias, pero también por un descubrimiento fortuito y su carácter sistemático, allí nació, «tal día como hoy», uno de los proyectos virtuales más interesantes de los últimos años, precisamente con este nombre: «Yo defino “Tal día como hoy” como una acción artística on line llevada a cabo desde Facebook. La idea es la de publicar en la red –hasta hace unos meses de forma diaria, ahora cada dos o tres días– la biografía de una artista mujer poco o totalmente desconocida para el gran público, con una pequeña info y una selección de sus obras».
La artista, delante de su biblioteca, junto a sus archivadores
La artista, delante de su biblioteca, junto a sus archivadores - G. Navarrete
«“Tal día como hoy” fue motivado por un arrebato. De la obra de otra artista», sentencia. ¿Se acuerdan del proyecto «Queridas viejas», de María Gimeno, que ya les hemos presentado en ABC Cultural con anterioridad? Esa es la performance a la que se refiere Larrea. Ella asistió a una de sus charlas-conferencias en la facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense en mayo de 2017 y salió impresionada: «Esa acción se basa en tomar el manual de Historia del Arte de Gombrich, aquél con el que nos hemos formado todos los artistas y que es un “best seller”, y reparar en que no se menciona ni a una sola mujer en sus páginas. ¿Cómo es posible que yo lo leyera en primero de carrera y no me diera cuenta de ello? Con un cuchillo, Gimeno iba abriendo las páginas de un ejemplar e introduciendo las biografías que faltan. Tras dos horas que dura su acción sales de allí tambaleándote».

Su primera intención

Uno de los libros que ahora descansa en la estantería de Larrea es su Gombrich, que Gimeno le intervino tal día como hoy. Mientras nos lo muestra, recuerda cómo su primera intención fue pedirle a su compañera una lista con todos los nombres que había citado, llevar a cabo algo para que toda esa información llegara a mucha más gente que la que puede llenar un auditorio: «Entonces pensé que podía hacerlo yo misma, aprovechar el calendario para publicar efemérides referidas a mujeres creadoras plásticas. Y me dije: “tiene que ser a diario, tiene que percibirse como una avalancha”. No sabía lo que me iba a encontrar y por eso empecé por los nacimientos y las defunciones. Creía que un año no me daría para mucho». Se equivocaba.
«Ahora voy a los estudios de otros compañeros y sí que me tira el tener un entorno más grande. Algo que me permita, no ya tanto producir como recibir, mostrar mi obra u organizar proyectos conjuntos con otros»
Larrea es consciente de que la idea no era nueva. Ella misma cita a la Jennifer Higgins de Frieze Magazine que utilizó su instagram para algo similar, o el blog de Concha Mayordomo, otra colega: «Pero, sin proponérmelo, reparo en que algo con lo que intentaba curar mi propia autoestima era una necesidad colectiva». Son muchos los que entonces empiezan a seguir en sus cuentas a Diana Larrea («sobre todo docentes mujeres», admite). E«so tomó forma y yo me quedé sorprendida».
Manual de Gombrich de Larrea, intervenido por María Gimeno
Manual de Gombrich de Larrea, intervenido por María Gimeno - G. Navarrete
Tal día como hoy, lo primero que haría esta artista nada más levantarse (muy temprano: a las siete y media de la mañana ya está en pie), y tras llevar a su hijo al cole, sería atender este proyecto: «Hago un poco de redes, porque he crecido en seguidores gracias a él e intento atenderles, pero se me va de las manos, porque soy yo sola y no doy abasto. Pero no me quejo. Me ha abierto muchas puertas. He dado ya alguna charla al respecto, a las que acudo para dar mi más humilde opinión, porque no soy especialista ni en femismo ni en arte de género. Esto ha sido un máster que me he autoimpuesto y que me ha llevado a conclusiones, pero desde el punto de vista de una artista. No soy una teórica».

El precio de la factura

No tiene pinta Larrea de ser una persona que se altere rápidamente. Su voz es pausada, agradable, y en algún momento de la conversación nos ha confesado que le gusta interrumpir su actividad «bien para tomar un té, bien para practicar yoga». Sobre su escritorio, y entre las obras que le hemos pedido que saque para enseñarnos, localizamos algunos amuletos, rocas, minerales. Hay que creerla cuando explica cómo tanto trabajo le ha pasado factura: «Cuando cumplí el año, me quedé destrozada. Me ha producido una hernia discal, una tendinitis en el brazo... Aproveché el verano para recuperarme, y ahora, gracias a una ayuda de la Comunidad de Madrid, lo afronto de otra manera: Voy a sistematizar toda la información y a crear una web de consulta por movimientos y disciplinas. Ya no publico en redes diariamente y, cuando lo hago, voy también recuperando lo ya posteado por si alguien se lo perdió».
«“Tal día como hoy” me ha cambiado y ha cambiado mi proyecto artístico. Con él me di cuenta de que mi propio criterio estaba anulado y moldeado por un canon masculino»
Su autora está dispuesta a cederle el relevo a quien lo quiera. «Soy artista –apunta– y me apetece seguir haciendo cosas. Quizás con el material recabado. Desde luego, han surgido ideas para otros proyectos, cuestiones que me gustaría materializar». A Larrea no le duele en prendas admitir que lo que llegan últimamente son encargos de amigos-artistas. «Así está el tema: no hay dinero para nada, tú te lo montas todo». Fue lo que ocurrió en «Gabinete de resistencia», su última comparecencia pública (por allí nos observa el dibujo con el que participó), y así ocurre con la siguiente, «Papel vence a tijera», desde el 22 de noviembre en LA Projects, junto a Ruth Quirce, Juana González y Óscar Seco.
Detalle del escritorio de la artistaDetalle del escritorio de la artista - G. Navarrete
«“Tal día como hoy” me ha cambiado y ha cambiado mi proyecto artístico. Con él me di cuenta de que mi propio criterio estaba anulado y moldeado por un canon masculino. Es cierto que no se puede definir una obra como de hombre o de mujer; de hecho, muchos de mis dibujos creen que han sido ejecutados por varones. Pero hay un campo de intereses de la mujer artista sobre los que yo estaba verde y de los que ahora me dejo empapar. Visito las ferias de arte con visión de comisaria, prestando atención a trabajos a los que antes no atendería».
A Larrea no le duele en prendas admitir que lo que llegan últimamente son encargos de amigos-artistas. «Así está el tema: no hay dinero para nada, tú te lo montas todo»
Larrea, en su estudio, junto a sus fotografíasNuestra anfitriona sabe que se encuentra en un momento coyuntural, que antes o después dará paso a otra cosa. «Cuando eso ocurra, me gustaría dar un paso más para el que aún no sé si estoy preparada y que me llevaría a compartir estudio con otros compañeros. Pero cada uno con un taller delimitado, independiente. Un espacio más grande, pero en el que pueda mostrar mi obra a modo de “showroom”. Eso será cuando disponga de todo mi tiempo». A tenor de lo sucedido hasta ahora, eso podría ser «tal día como hoy».
Larrea, en su estudio, junto a sus fotografías - G. Navarrete,.


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