miércoles, 6 de marzo de 2019

Las rutas de Ambrosio - La Siberia extremeña ,./ LAS RUTAS DE VERONICA - ¿Hernán Cortés o Ferrán Cortés?,.

TITULO: Las rutas de Ambrosio -  La Siberia extremeña ,.

El sabado -9-Marzo  a las 19:10 por La 2, foto,.

Las rutas d'Ambrosio - La Siberia extremeña - ver ahoraLa Siberia extremeña,.

La segunda reserva de agua más grande de Europa, está en Extremadura. Y en la comarca de la Siberia, más concretamente. Esto es algo que se ha ido imponiendo en el día a día de sus gentes y, por supuesto, también de su gastronomía.

 

 

 TITULO:  LAS RUTAS DE VERONICA - ¿Hernán Cortés o Ferrán Cortés?,.

El sabado -9-Marzo  a las 18:10  por La 2, foto,.

 

¿Hernán Cortés o Ferrán Cortés?,.

Estatua de Francisco Pizarro, en la plaza Mayor de Trujillo. :: E.R./
Estatua de Francisco Pizarro, en la plaza Mayor de Trujillo.

En Cataluña se inventan conquistadores propios y en Extremadura los escondemos avergonzados,.

En Extremadura tenemos el síndrome del conquistador malvado. Es una patología social que aqueja, sobre todo, a quienes podríamos catalogar como progresistas y consiste en asociar la conquista de América únicamente con el genocidio, el expolio y la destrucción. Esa visión de la conquista se extendería a sus protagonistas, los conquistadores, personajes detestables de quienes nos avergonzamos, y vendría impuesta por la leyenda negra urdida en Inglaterra y Holanda, por el rechazo a la utilización que el franquismo hizo de la conquista y por la eclosión del 'Procés' catalán, que nos lleva a tener mucho cuidado para no ser acusados de irredentos nacionalistas españoles franquistas.
Recuerdo a Subhas Yadav, un joven hindú al que entrevisté el año pasado. Ajeno a leyendas negras, procés y franquismos, me confesaba que estaba en Cáceres haciendo su tesis porque «el hispanismo empieza en Extremadura con los conquistadores, que son quienes llevan España a América». Es decir, Subhas no hablaba de exterminio ni conquista, hablaba de hispanismo.
No hay conquista sin horror, pero por mucho que busquemos en los archivos de Londres o La Haya, nunca encontraremos leyes que defiendan a los indígenas ni planes sobre su integración, algo que sí proponen en España De las Casas y Montesinos. Proponen y se les hace caso.
Los españoles propusimos los derechos humanos en el siglo XVI gracias a la Escuela de Salamanca e incorporamos América a la civilización occidental. Y Extremadura no es tierra de conquistadores, sino tierra de colonizadores. Pizarro no era el porquerizo pobre y analfabeto que se marcha a América para poder comer y, de paso, destruye el imperio inca él solo. Se han escrito biografías suyas recientemente que lo presentan como un hombre culto, de origen noble y ponen en su sitio su actividad americana.
Pizarro va a América en la expedición de fray Nicolás de Ovando de 1502. Este brocense-cacereño es fundamental en la colonización americana, aunque como no es útil a la leyenda negra, se habla poco de él. Organizó y capitaneó la flota más grande que fue a América: 32 barcos y 1.500 colonizadores. Creó algo así como el Plan General de Ordenación Urbana de la colonización, que permitió construir ciudades como La Habana, Santo Domingo, Veracruz, Cartagena de Indias o Panamá de manera racional. Levantó el primer hospital de América, que prestó servicio durante tres siglos y precedió a más de 25 grandes hospitales en las Indias, creados entre 1500 y 1550. Además, se fundan más de 20 universidades españolas en América y ninguna holandesa o portuguesa.
Pizarro era pariente lejano de Hernán Cortés, cuya biografía, escrita por Christian Duverger, lo presenta como hombre culto, político sagaz y persona reflexiva frente a la leyenda negra, que nos presenta a Cortés como un desalmado caudillo extremeño que desembarca con 500 soldados para exterminar, ellos solos, a los entre 80.000 y 250.000 aztecas de Tenochtitlán.
Duverger demuestra que las matanzas de aztecas fueron cometidas por tribus que pactan con Cortés y que antes habían estado sometidas a los aztecas, un pueblo totalitario que fundamentaba su poderío en el terror y en los entre 20.000 y 30.000 indígenas de esas otras tribus que sacrificaban cada año.
Aunque lo más incomprensible es que en Madrid o en Mérida miremos para otro lado cuando se habla de Cortés y de Pizarro mientras en Cataluña, historiadores como Víctor Cucurull, de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), defienden que Hernán Cortés era de allí y no de Medellín y que se llamaba, en verdad, Ferrán Cortés o que Francisco Pizarro, según Pep Mayolas, ni se llamaba así ni era de Trujillo, sino catalán de pura cepa y de nombre Francesc de Pinós de So i Carrós, largo apellido que, al contraerse, devino en Pizarro. Estas teorías se pueden ver y escuchar en Youtube. Parecen del Club de la comedia, pero no, van en serio. Ellos se inventan conquistadores propios y nosotros los escondemos avergonzados.

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