5 ladrones de tiempo en nuestro trabajo,.
foto / Del jefe y sus reuniones interminables al correo electrónico pasando por algunos compañeros que vampirizan nuestra jornada… Nos roban el tiempo en el trabajo y cuando queremos darnos cuenta se nos ha pasado la hora y no hemos acabado la tarea. Con un poco de humor, identificamos a los ladrones de tiempo y los neutralizamos,.TITULO: Días de cine clásico -Cine -Besos robados ., , Miercoles -21- Agosto ,.
Este miércoles -21- Agosto a las 22:00 en La 2 de TVE, foto,.
- Reparto
- Jean-Pierre Léaud, Claude Jade, Delphine Seyrig, Michael Lonsdale, Harry-Max, André Falcon, Daniel Ceccaldi, Claire Duhamel, Catherine Lutz, Marie-France Pisier, Martine Brochard,.
- Continúa el ciclo de Antoine Doinel tras "Los cuatrocientos golpes" y "L'amour à vingt ans". El protagonista (Jean-Pierre Léaud), tras ser expulsado del ejército por insubordinación, visita a su antigua novia, Christine (Claude Jade) cuyo padre le encuentra a Antoine un trabajo temporal como vigilante nocturno de un hotel. Sin embargo, por culpa de un detective privado, pierde el empleo el primer día. Para compensarlo, el detective le ofrece trabajo en su agencia. Después de encargarse de asuntos menores, recibe la misión de averiguar por qué todas las empleadas de una zapatería lo odian. En la tienda, Antoine conoce a Fabienne (Delphine Seyrig), la esposa del propietario.
- TITULO: Un país para escucharlo - Cuando el famoso está entre el público y no en el escenario: la fabulosa historia de la banda callejera favorita de Elton John , ,.Un país para escucharlo,.
- Martes -20- Agosto a las 23:00 horas en La 2, foto,.
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Cuando el famoso está entre el público y no en el escenario: la fabulosa historia de la banda callejera favorita de Elton John,.
Los Gypsy Queens actúan por todo el mundo para personalidades y artistas. Es uno de los pocos grupos con un público mucho más famoso que ellos,.
En aquella época Didier Casnati (Varese, 1980) aún fumaba –“una estupidez cuando te dedicas a cantar”, apunta hoy– y, después de tocar para el presidente Sarkozy y sus invitados, Vladimir Putin y Dmitri Medvédev, salió a darle unas caladas a un pitillo. “Salió Medvédev, me dio las gracias y me ofreció su mano. Enseguida, salió Putin, me dio la mano y me agradeció la actuación. Luego, apareció Sarkozy. Me felicitó y me estrechó la mano. El mundo al revés”. Didi, como le llama todo el mundo, ríe a carcajadas mientras relata este pasamanos improvisado y cada uno de sus bolos para jefes de Estado, personalidades y estrellas internacionales al frente de su grupo, los Gypsy Queens, una banda de músicos callejeros que ha acabado siendo la favorita de la gente más poderosa del planeta y habitual en las fiestas de Elton John y otras estrellas de la música.Elton John solo les puso una pega. “Me dijo: ‘Cobras demasiado poco, tienes que cobrar mucho más’. Yo le di las gracias, y le respondí que no éramos estrellas mundiales como él, que solo éramos una banda ambulante"La fabulosa historia de los Gypsy Queens empieza en el año 2000, con el aterrizaje de Casnati en Niza para estudiar Derecho. “Me puse a tocar en las calles para pagar el alquiler de mi apartamento. Un día descubrí a Philip Jones, un músico muy bohemio y muy guapo que era mucho mejor que yo. Le dije que me gustaría tocar con él y al día siguiente ensayamos tres canciones. Hasta entonces yo hacía unos ocho euros al día y sobrevivía con eso, pero ese día hicimos 100”. Enseguida corrió la voz entre el resto de músicos ambulantes y unos cuantos se unieron al dúo. En poco tiempo, eran siete.“Sinceramente, en aquel grupo no había mucha seriedad. Phil era un bohemio sin horarios que tocaba sobre todo para fumar porros y conseguir chicas. Yo tenía la obligación de sacar dinero para pagarme el móvil, que entonces era caro, la comida y la casa, así que me hice cargo de la parte económica”. Como mánager oficioso de la banda, se encargó de crear la página web del grupo y de imprimir tarjetas de visita. “El simple hecho de que la gente pudiera llamarnos para contratarnos era pasar a otro nivel”, recuerda Casnati, que, no olvidemos, seguía siendo un universitario preparado que hablaba cuatro idiomas y que impuso el traje como uniforme de trabajo. También limitó el número de miembros a la sensata cifra de cinco.
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