jueves, 13 de febrero de 2020

La sonrisa del pelícano - Esta noche cruzamos el Mississippi - Crónicas marcianas - ¿Por qué no hay que obsesionarse con los percentiles de los niños?,. / Vivan los novios - Telecinco - El cuento de andar en bicicleta ,. / Cine de barrio - Cine - La decente,.

TITULO: La sonrisa del pelícano - Esta noche cruzamos el Mississippi - Crónicas marcianas - ¿Por qué no hay que obsesionarse con los percentiles de los niños?,. 
  
 La sonrisa del pelícano ,.
 
 La sonrisa del pelícano fue un programa español de televisión emitido por Antena 3, Presentado y dirigido por Pepe Navarro,.

 Esta noche cruzamos el Mississippi,.
 
 Esta noche cruzamos el Mississippi fue un programa de televisión producido y presentado por el periodista Pepe Navarro y emitido por la cadena española Telecinco entre el 18 de septiembre de 1995 y el 10 de julio de 1997. Se emitía de lunes a jueves en la franja del late night., etc.

 Crónicas marcianas ,.

Crónicas marcianas fue un late show de televisión, producido por Gestmusic Endemol y emitido por la cadena española Telecinco entre 1997 y 2005. Estaba dirigido y presentado por Javier Sardá y contaba con Miquel José y Jordi Roca, con quienes Sardá había creado La Ventana en la Cadena SER, como subdirectores y guionistas.
Es el programa de late night más longevo y más visto de la historia de la televisión en España.1​ A pesar de ser considerado por muchos como uno de los máximos exponentes de la llamada telebasura en España, obtuvo multitud de premios, como un Ondas, dos de la Academia de la Televisión y seis TP de Oro., etc.


¿Por qué no hay que obsesionarse con los percentiles de los niños?,.

La talla en España ha ido aumentando desde el siglo pasado, pero ahora hay un frenazo y los padres y madres se obsesionan con estas tablas, que marcan la evolución del crecimiento de los peques,.






fotos / El percentil es eso que a los padres les quita el sueño y que para quien no tiene hijos es sólo un palabro raro... Para los profanos en la materia, ahí va una explicación sencillita: si hablamos de Pediatría, el percentil es una medida estadística para comparar los datos de un crío –sobre todo, peso y talla– con otros de su misma edad y sexo. Eso nos permite saber, en una escala del 1 al 100, en qué punto se encuentra un niño, si es más alto o bajo que la media, más gordo o más flaco.
Parece algo anecdótico, a lo que no se debe dar demasiada importancia ¿verdad? Pues no crean.Las gráficas de los percentiles –se representan con una curva para que sea más visual– que aparecen en las cartillas médicas de los nenes son escrutadas por sus progenitores como si fuesen las tablas de la ley. En un mundo cada vez más competitivo, todo el mundo quiere que sus vástagos estén en el top, ¡ni siquiera se conforman con la media!

«Es sólo una herramienta, pero la gente se obsesiona y a veces ni entiende el concepto», afirma Marta Ferrer, secretaria de Endocrinología Pediátrica de la Asociación Española de Pediatría. Lo primero que hay que explicar a los que se vuelven locos con esas gráficas, que parecen las de la NASA, es que las medidas de los pequeños hay que entenderlas en un contexto, ya que dependen de muchas variables: para empezar, del llamado carril genético –unos padres que miden metro y medio tienen que entender que su prole probablemente no va a hacer carrera como pivot en la NBA– y también de la población de referencia, es decir, el lugar donde vive la criatura, con su alimentación y sus avances o carencias sanitarias. Todo ello marcarán sus volúmenes.
Calcula el percentil infantilPor eso hay distintas tablas de percentiles, según países. Por ejemplo, tal y como cuenta Ferrer, antaño en España se usaban unas de Inglaterra de los años 40, lo que daba a la comparativa muy poca validez. Hay que medirse con lo cercano. «Claro, en España no pueden valer los percentiles de China, donde los niños son más pequeños.Ni los de Holanda y Alemania, que tienen los chavales más altos», detalla Ferrer. En el ranking de países de Europa, España estaría en la mitad de la lista, según desvela.


Menos obesos en Euskadi

Es decir, que las tablas de percentiles están muy 'vivas'. Incluso difieren de una comunidad autónoma a otra. País Vasco, Aragón, Cataluña y Andalucía, por ejemplo, cuentan con unas propias. Luego están las del Estudio de Crecimiento Español, que en 2010 cruzaron todas las del país y las de la Organización Mundial de la Salud (OMS), «válidas para niños hasta los cinco años», porque en ese tramo hay pocas variaciones por cuestiones geográficas, algo que cuando los nenes se hacen mayorcitos ya es más acusado.
«Por comunidades autónomas se aprecian cambios: en Andalucía y Canarias, por ejemplo, es donde hay más incidencia de obesidad. Y en el País Vasco, donde menos», indica. ¿Las causas? Seguramente, una mezcla de hábitos alimenticios, genética y afición al ejercicio físico.
¿Más cosas que han puesto patas arriba las tablas de percentiles a lo largo de las últimas décadas? Sí. «No es igual un crío español de la posguerra que uno de ahora. Hemos ido ganando talla desde entonces». Por eso las gráficas de referencia deben estar lo más actualizadas posible. «Durante el siglo XX ha aumentado la talla media en España, aunque ahora, ya logradas las condiciones sanitarias y de alimentación que antes no había, hay un freno.Eso de que 'los hijos son siempre más altos que sus padres' ya no se ve tanto. Y en los países con niños más altos de Europa también hay un estancamiento por la llegada de población inmigrante, muchas veces asiática, que baja la media de estatura, por ejemplo».
Armando Bastida, enfermero pediátrico de la Plataforma Criar con Sentido Comun (criarconsentidocomun.com), que ejerce en la zona de Tarrasa, cree que los padres y madres deberían relajarse con los percentiles. Según explica, la 'normalidad' es que un niño esté entre el percentil 3 (mínimo) y el 97 (máximo) de una escala de 100. Y los que están por encima o por debajo, siemplemete tienen que ser «vigilados y controlados» por su hubiese algún problema. Él tiene, además, una cruzada contra falsos mitos que rodean al crecimiento: «Por ejemplo, les decimos a los niños, 'come más, que si no no vas a crecer'. Pues es mentira.Está comprobado que la alimentación influye en el peso, muy poco en la talla final.Sólo hay que mirar a algunas tribus africanas con gente altísima... y a esos no les sobra la comida precisamente», explica Bastida. Y, desde luego, pide que a los niños no se les agobie si no tienen apetito. «A veces tener empatía y no hacer nada es lo mejor.Porque cuando intentamos 'convencerles' de que las espinacas están muy muy ricas, ellos ya se ponen a la defensiva y piensan 'si tanto empeño ponen en que me lo coma, es porque está malo'», advierte.

Sin mentir

Lo mejor, según cuenta, «es dar ejemplo comiendo tú cosas sanas y callarse». Otra cosa sobre la que advierte es la de ofrecer a los peques «natillas o algún dulce si se terminan todo». «Error. Interpretarán 'ostras, entonces, la natilla, que es un premio, es lo bueno y lo otro, una mierda». Ymás errores a evitar. «Por favor, no les digamos a los niños mentiras como que si no comen van a enfermar o no van a crecer –ruega–. Primero, porque es mentira. Y, segundo, porque ellos se mueven por motivaciones inmediatas: entonces ven que eso no ocurre y no sirve de nada».
Para Beatriz Mendoza, enfermera pediátrica de Atención Primaria de Norte Zubia (Álava) e integrante de la Junta de Gobierno del Colegio de Enfermería, lo más importante es tener paciencia y ver los percentiles como lo que son, un indicador, no una espada de Damocles. «Hemos visto ya crecer a muchos niños... no hay que alarmarse. A los padres tratamos de explicarles bien todo: que el peso y la talla de los peques se tiene que ver en un contexto –por ejemplo a los prematuros no se les pueden aplicar los mismos baremos que al resto– y que cada uno tiene su ritmo», detalla.A los profesionales como ella lo que más les inquieta ahora mismo es el incremento de la obesidad infantil. «El 20% de los críos tiene sobrepeso. Ahí sí que hay que poner freno y preocuparse», advierte.

  TITULO: Vivan los novios - Telecinco -  El cuento de andar en bicicleta    ,.



 Vivan los novios - Telecinco ,.



Vivan los novios fue un concurso del género Dating show, emitido las tardes de los sábados por la cadena española Telecinco entre 1991 y 1994., Presentador Andoni Ferreño, Arancha del Sol, Natalia Estrada y Gabriel Andres Corrado Andreacchio, etc,.


El cuento de andar en bicicleta,.





De Conan Doyle a Hemingway o Delibes, grandes clásicos han mostrado su pasión por las dos ruedas,.


Pasear en bici invita a la reflexión, quizás por eso los escritores la han elevado a la categoría de metáfora,.


"Aquel que inventase la bicicleta merece el agradecimiento de la humanidad",.

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foto / Horacio Quiroga, uno de los más grandes narradores latinoamericanos, era un apasionado de la bicicleta. En 1897, tras un viaje que realizó entre Salto y Paysandú, explicó las claves de su afición: "El gran atractivo de la bicicleta consiste en transportarse, llevarse uno mismo, devorar distancias, asombrar al cronógrafo, y exclamar al fin de la carrera: mis fuerzas me han traído". Quiroga fundó, con su amigo Carlos Berruti, el Club Ciclista Salteño y en 1900 se desplazaría a París, la tierra prometida para los creadores, y diría: "Yo fui a París sólo por la bicicleta". Otro de sus discípulos, el gran Julio Cortázar, intentó explicar en qué consistía un cuento y dijo: "Aunque parezca broma, un cuento es como andar en bicicleta". La historia de la bicicleta es un cuento en sí mismo y está plagada de personajes, de narraciones, de aventuras, de historias increíbles y cotidianas que han dado lugar a numerosos libros. 

El origen de la llegada de la bicicleta a España, al menos en una de las conjeturas más utilizadas, está envuelto en una atmósfera de fábula. El polígrafo regeneracionista Joaquín Costa (1846-1911) logró ir, como albañil, a la Exposición Internacional de París de 1867. Consiguió que el cacique oscense Manuel Camo intercediese por él y fue seleccionado entre la docena de "artesanos discípulos observadores" que acudieron en representación de España. En su estancia de tres meses en París aprendió mucho y escribió de casi todo. Un día, en el pabellón de inventos, vio la bicicleta de Ernst Michaux, que había patentado en 1860. Se quedó fascinado: le pareció un descubrimiento más o menos prodigioso. Sacó su papel de fumar y dibujó la máquina con todo lujo de detalles. Mandó sus dibujos a Huesca, a sus amigos ilustrados como Vicente Cajal, ingenieros algunos de ellos, y estos les pasaron los papelillos a tres mecánicos de la ciudad: Mariano, José y Nicomedes Catalán.

Los escritores siempre han tenido una vinculación especial con la bicicleta, como cualquier ciudadano, y la han elevado a categoría de metáfora. Es un medio de transporte, un privilegiado lugar de contemplación del paisaje, tiene algo de aventura íntima que facilita la reflexión y el dominio de los espacios "con esa velocidad arrulladora y despreocupada del paseo", tal como ha escrito Valeria Luiselli en el libro Papeles falsos (Sexto Piso, 2010). Allí, entre otras cosas, desliza otra observación que tendría bastante que ver con la idea de Cortázar: "El que ha encontrado en el ciclismo una ocupación desinteresada de resultados últimos, sabe que es dueño de una rara libertad sólo equiparable con la de la imaginación".

Montar en bicicleta también es terapéutico. Arthur Conan Doyle, que solía pasear en tándem con su esposa, escribió: "Cuando el día se vuelva oscuro, cuando el trabajo parezca monótono, cuando resulte difícil conservar la esperanza, simplemente sube a una bicicleta y da un paseo por la carretera sin pensar en nada más". H.G. Wells aún fue algo más allá: "Siempre que veo a un adulto encima de una bicicleta recupero la esperanza en el futuro de la raza humana". Albert Einstein, otro enamorado de la bicicleta, insistió por ese camino: "La vida es como montar en bicicleta. Para mantener el equilibrio hay que seguir pedaleando. (...) Descubrí la Teoría de la Relatividad mientras iba en bicicleta". Lev Tolstói aprendió a montar en bicicleta a los 67 años y convirtió esa pasión tardía en una de sus ocupaciones favoritas para el ocio. Y ya puestos a ser específicos, el periodista y escritor Christopher Morley dijo: "Seguramente la bicicleta será siempre el vehículo de los novelistas y los poetas". Fue, al menos sentimentalmente, el vehículo de Pablo Neruda, que le dedicó en 1955 una espléndida y breve oda.

La bicicleta también fue a menudo el vehículo de Gabriela Mistral. Y de Alejandra Pizarnik. Y de Sylvia Plath, pongamos por caso. Y de Marie y Pierre Curie: ellos se casaron en una ceremonia modesta, recibieron un poco de dinero, adquirieron dos bicicletas e hicieron su luna de miel por distintos lugares de Francia en 1895. Y, entre nosotros, Juan Carlos Mestre ha publicado La bicicleta del panadero (Calambur, 2012), un poemario casi novelesco cuyo título rinde homenaje a su padre, aunque la bicicleta no aparezca explícitamente.

Hay muchos poemas dedicados a la bicicleta, claro. Pero quizá cabría decir que la bicicleta ha tenido una mayor presencia entre los novelistas y cuentistas. Hace muy poco, Demipage publicaba Diez bicicletas para treinta sonámbulos, un libro realmente imaginativo y plural donde hay multiplicidad de perspectivas y de relatos, algunos del género del microcuento. Isabel Mellado, que también es violinista, escribe en Un pentagrama: "Andar en bicicleta es silbar con las piernas. Vueltas y más vueltas, y otra, y todavía una más. Compases que son párpados, que son días. Hacia adelante o hacia atrás. Ritmo, velocidad y trayecto. ¿Solo tengo que buscarte en la esquina correcta de la lengua?". Elsa Fernández Santos hace un recorrido por la presencia de la bicicleta en la música, en el arte, en el cine y en la televisión (inevitable Verano azul), y Luis Eduardo Aute le dedica este suspiro cinéfilo a El ladrón de bicicletas de Vittorio de Sica: "A 24 imágenes por segundo y en blanco y negro, el ladrón escapó montado en una bicicleta que dibujó sobre el muro de la comisaria". Entre otros, Ricardo Menéndez Salmón ofrece un desconcertante y kafkiano cuento, Kafka en bicicleta; José Ovejero fantasea alrededor de un viaje a Australia; Fernando Aramburu propone una pelea pugilística con bicicleta entre Tirolín y Taylor; Juan Gracia Armendáriz escribe: "Llevo diez años montado en esta bicicleta. Sudo tinta, destino palabras". Marta Sanz evoca las secuencias de su iniciación a los ocho años: "Aprendo a montar en bicicleta con la misma facilidad con la que aprendo a nadar o a deducir el mínimo común múltiplo".

Luis Landero asocia las bicicletas a la niñez, a la idea de transporte y al trabajo. Diez bicicletas para treinta sonámbulos es un libro muy misceláneo, original e imaginativo, lleno de sorpresas, con un finísimo prólogo de Eloy Tizón. Por poner otro ejemplo, Santiago Auserón y Catherine François escriben a cuatro manos un diálogo entre Gran Rueda y la Rueda Pequeña de un velocípedo. Participan también varios poetas: Jordi Doce, Álvaro Valverde, Andrés Neuman, Felipe Benítez Reyes o el ya citado Juan Carlos Mestre.

Hay otros nombres clave vinculados a la bicicleta. Uno de los libros más conmovedores es Mi vida al aire (1988), una suerte de autobiografía de naturalista y deportista de Miguel Delibes, donde convergen varias de sus pasiones: el fútbol, la bicicleta, la moto, la pesca, la natación y la caza. El texto Mi querida bicicleta, que se había publicado aparte, es una auténtica maravilla. Quizá el episodio más bonito tiene que ver con el noviazgo con Ángeles Castro. Dice Delibes: "Pero cuando la bicicleta se me reveló como un vehículo eficaz, de amplias posibilidades, cuya autonomía dependía de la energía de mis piernas, fue el día que me enamoré". Delibes veraneaba en Molledo-Portolín (Santander) y su novia en Sedano (Burgos), a cien kilómetros de distancia, y decidió emprender un viaje que repetiría en muchas ocasiones: "Recuerdo aquel primer viaje que hice a Sedano, como un día feliz. Sol amable, bruma ligera, brisa tibia, la bicicleta rodando sola, sin manos, varga abajo, un grato aroma a heno y boñiga seca estimulándome. Me parece recordar que cantaba a voz en cuello, con mi mal oído proverbial, fragmentos de zarzuela sin temor a ser escuchado por nadie, sintiéndome dueño del mundo". La historia de amor con Ángeles y con la bici tendrá un suceso entre cómico e inverosímil, cuando ya casados, Delibes confiesa que "intenté incorporar a mi mujer a mis veleidades ciclistas y en la petición de mano, además de la inevitable pulsera, le regalé una bicicleta amarilla de nombre Velox". Por cierto, este texto fue incluido en una antología muy recomendable: Mi querida bicicleta. Cuentos de ciclismo de Holanda y España (Experimental, 2009).

Miguel Delibes es un clásico. Y con él debemos situar a otros clásicos: Hemingway ha expresado a menudo su pasión por la bicicleta, especialmente en el libro póstumo Fiesta: "Comencé a escribir muchas historias que trataban de las carreras de ciclismo, pero nunca se acercaron a lo magníficas que son las carreras reales, ya sean bajo techo, al aire libre, de pista o de ruta". Otro enamorado de la bicicleta fue Ray Bradbury. Y Henry Miller, retratado a menudo con su máquina.

En la correspondencia cruzada entre Paul Auster y J.M. Coetzee, Aquí y ahora. Cartas 2008-2011 (Mondadori, 2012) descubríamos que el premio Nobel sudafricano es un apasionado de la bicicleta y que se traslada por el mundo, con varios amigos, para correr en bicicleta. Aquí le cuenta a su amigo un gozoso viaje por Francia. En distintos momentos de su obra aparece la máquina: por ejemplo en Infancia (Mondadori acaba de publicar en un único tomo Escenas de una vida de provincia que recoge Infancia, Juventud y Verano, revisadas todas ellas para la nueva edición), el hijo y el padre se avergüenzan de que la madre cumpla uno de sus sueños: desplazarse sobre dos ruedas. La presionan tanto que dejará de hacerlo. En Hombre lento, su protagonista Paul Rayment, fotógrafo profesional, perderá una pierna tras un accidente de bicicleta.

El escritor Amos Oz, autor israelí candidato al premio Nobel año tras año, firmó La bicicleta de Sumji (Siruela, 2005; ilustraciones de Joaquín Peña), que relata la historia de un niño de once años al que su tío Zémaj le regala una bicicleta, para niñas, que es motivo de burla. El libro es, ante todo, el relato de un soñador, de alguien que inventa territorios y su propio mapa de la imaginación.

Hay sin duda otros libros y otros autores interesados por la bicicleta: Miguel Mena firmó Paisaje del ciclista (Mira Editores, 1991), que es un diario y un libro de viajes, y Cambio de marcha (Alba, 2002), una novela de intriga que sucede durante un viaje por el Camino de Santiago y pone a prueba la relación y la amistad de los protagonistas que viajan en bicicleta. Sergi Pàmies publicó una espléndida colección de relatos, La bicicleta estática (Anagrama, 2010), de inspiración autobiográfica y familiar que constituye una mirada a la madurez. En catalán Llucia Ramis publicó Tot allò que una tarda morí amb les bicicletes (Columna, 2012. Existe edición castellana en Libros del Asteroide, 2013), que es un viaje a los secretos de familia y a su propio pasado casi a tumba abierta, como cuando intentas consumar una escapada. Javier Sebastián es autor de El ciclista de Chernóbil (DVD, 2011) que es una visión, un cuarto de siglo después, de la catástrofe de la central nuclear. Ramón Bodegas publicó El ciclista solitario (Siruela, 2004), donde cuenta la historia de Cosmés que recorre poblaciones, calzadas, valles, montes y praderas como quien huye de sí mismo. Ese personaje se parece un poco al músico David Byrne, autor de Diarios de bicicleta (Mondadori, 2011), la crónica de treinta años de travesía en bicicleta portátil a lo largo y ancho del mundo que está lleno de instantáneas, de historias, de edificios, de calles, de países y ciudades, de sueños. Un libro atractivo en el que se puede entrar y salir por cualquier sitio.

Lord Charles Beresford (1846- 1919) dijo: "Aquel que inventase la bicicleta merece el agradecimiento de la humanidad". Parece fácil estar de acuerdo con él.

 

TITULO: Cine de barrio - Cine -  La decente  ,.

Concha Velasco presenta - Cine de barrio recibe en plató a Salvatore Adamo y emite la película "La decente", protagonizada por Concha Velasco y Alfredo Landa.
 

 El sabado -15- Febrero a las 19:00 por La 1, foto.

 

  Reparto,.

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La decente Nuria es una mujer guapa que ha decidido enviudar, porque está harta de su marido, un rumano multimillonario medio sordo y muy aburrido. Con la ayuda de dos antiguos pretendientes: Roberto Clavijo, soltero y ornitólogo, y Pepe Orozco, también soltero y corredor de fincas, Nuria traza un plan para matarlo. El ejecutor, a cambio, se quedará con ella para siempre. Al día siguiente, el marido aparece muerto y el problema, tanto para Nuria como para la policía, es descubrir quién es el asesino.

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