LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN - Revista Grada - Linchamiento , fotos.
Linchamiento ,.
En la Catedral de León, no la madrugada del día 1 sino la del 2 de noviembre (Día de Difuntos), cada año, hasta romper el alba, se repite la misma escena,.
En la Catedral de León, no la madrugada del día 1 sino la del 2 de noviembre (Día de Difuntos), cada año, hasta romper el alba, se repite la misma escena.
Al sonar la duodécima campanada, cuentan que el rey Ordoño II despierta de su sueño eterno y, tras desplazar la losa que cubre su polícroma, última morada, recorre desde la girola, donde duerme por los siglos de los siglos, las desiertas naves que se extienden vacías ante sus pasos, y se dispone a tomar posesión por esa noche de la magnificencia de la gran obra gótica.
Los dos leones protectores que sostienen el arco ojival que enmarca su tumba, encargados de exterminar los espíritus maléficos, rugen despavoridos. La lanzada del Calvario en el friso del lucillo que cobija el sepulcro vuelve a «manar sangre y agua (Jn 19:34)» por la herida que en el costado de Cristo abrió el centurión Longinos. Y, como el Redentor en la parte superior del tímpano, todo se transfigura.
Pesadamente, el monarca yacente, que fue el gran benefactor del primer templo –inusualmente representado imberbe en su 'dormitio' o tránsito al otro mundo con su cabeza de ondulada melena reposando sobre pétreo cojín–, se sacude el polvo de los siglos y desciende a tierra vestido con túnica talar ceñida a la cintura, sobre la que lleva un manto bordado en oro sujeto con broche circular y recogido bajo su brazo. Ciñe su frente la corona real y porta en su mano izquierda el globo del orbe; en la derecha, una sortija en el dedo anular y el cetro, ya casi desaparecido por el paso del largo tiempo transcurrido desde la última vez que hizo uso del mismo. El fiel galgo que lo acompaña en la otra vida sigue sus pasos aullando tristes lamentos que resuenan en el eco del templo, quejidos que expresan la tragedia de la muerte, que desde hace ya mucho ha hecho presa en sus entrañas.
Furioso, el rey Ordoño se dirige hacia el monje tonsurado, vestido con esclavina negra y manto blanco, que intemporalmente permanece en la misma esquina de su sepultura tras la reja. Con un gesto agrio, el religioso señala hacia el sepulcro con su mano derecha mientras sostiene en la izquierda una cartela en la que se lee el imperativo latino 'aspice' («¡espera!»), recordando las reservas que siendo mayordomo real manifestó al monarca cuando este expresó la intención de donar su palacio para construir sobre él la primera iglesia.
Enfrente, un heraldo real, luciendo collar dorado con pinjante y tocado con sombrero de ala recogida, adornado con cinta dorada y escarapela, sostiene en su mano izquierda un mensaje que anuncia las grandes hazañas del monarca.
Detrás del rey, dicen que los obispos Manrique de Lara (m. 1205), bajo cuyo episcopado se consagraron las primeras obras del templo, Alvito, que aunque murió en la empresa condujo a León desde Sevilla los restos de san Isidoro, e incluso el mismísimo san Froilán, patrono de la diócesis, que también duermen todos tres el sueño de los justos entre los muros de piedra y vidrio que forman la catedral, deambulan en «santa compaña» por el interior de la exquisita Pulchra Leonina, multicolor y brillante durante las horas del día pero que, al cerrar la noche, esta le roba su sutil belleza para transformarla en un lóbrego panteón de reyes, obispos y otros personajes, mujeres y hombres del pasado, que concilian el sueño eterno entre la frialdad de sus muros y vitrales opacados por la ausencia de los rayos del astro rey.
Durante el siglo XIX se ofreció todos los días la misa de alba por el eterno descanso del monarca, intentando con ello aplacar las iras de su espíritu, que no logra alcanzar el descanso final.
En las mismas naves, ubicado en el muro izquierdo del extremo norte del crucero, se halla el pétreo sarcófago del prelado Martín Rodríguez el Zamorano, que habiendo sido también obispo de la ciudad que le dio el apodo, buscó el reposo último entre estos muros. Sus criados, desde el frontal de su definitiva morada, reparten entre los peregrinos un pan que nunca se acaba, como en el milagro de Jesucristo. Lo rodean un grupo de clérigos oficiando el funeral y otro de «plañideras» llegadas para llorar.
También el pan nuestro de cada día se entrega a los míseros en el frontis de la pétrea tumba terrenal del obispo don Diego Ramírez, fallecido hacia 1350, casi un siglo más tarde que su anterior colega en el cargo.
Así mismo, hallaron aquí, en la joya del gótico, el definitivo reposo, entre otros prelados, además de los viejos Pelagio, Alvito, Froilán y el último en incorporarse a la corte, el obispo Vilaplana, don Martín Fernández –el «mío criado», que decía Alfonso X, gran impulsor de la construcción del templo–, don Juan del Campo y don Diego Rodríguez de Guzmán, que como los ya citados revuelven sus huesos en el interior de sus sarcófagos, los cuales, como reza etimológicamente el sustantivo (sarks: «carne»; fagos: «tragar»), ya les devoraron la carne de este mundo.
Y en la capilla del Pilar, que oculta la puerta que da acceso a la escalera de caracol de la torre Limona, paga su culpa don Rodrigo de Vergara, que corriendo el año 1478 fue asesinado por los criados de su sobrino, Fernando Cabeza de Vaca, tesorero de la catedral, muy querido por el pueblo, a las puertas del palacio del Conde Luna, donde intentaba refugiarse tras preparar a traición la muerte de su citado pariente. Pero se dice que el obispo, cooperador necesario en aquel asesinato, aún no ha encontrado su 'Requiem in pacis', como todos los traidores, porque su espíritu, atormentado, vaga incesantemente por el lugar de su linchamiento produciendo escalofríos a las personas que se adentran entre los muros del referido caserón palaciego donde se produjeron los luctuosos hechos.
Entre otros sepulcros se cuenta el del obispo don Munio Álvarez, sito en el brazo oriental del crucero. Su estatua yacente, carcomida la piedra como lo está la carne, muestra ya solo la mitad de su rostro, mientras dos leones, aún fieles, lo siguen custodiando y apenas se lee en la semiperdida inscripción latina que era feliz entre los pobres: «...beatus pauper... eat: flentibus hic: flebat: tan... ».
Pero, cárcel de fantasmas, no solo reyes y prelados vagan por sus naves. Una condesa, doña Sancha Muñiz, hija del conde Munio González, eternamente habita en la capilla de la Virgen Blanca. Esculpido en relieve figura al frente del sarcófago de piedra su asesinato a manos de dos sicarios de su sobrino, Nuño Pérez, corriendo el año 1045. Mientras imploraba piedad, tal como se observa en una de las escenas y recoge también una miniatura del 'Libro de las Estampas o de los Testamentos de los reyes de León' (siglo XII-XIII), los esbirros la apuñalaron a las mismas puertas de la vieja catedral por haber donado cinco años antes todos sus numerosos bienes al templo, entre ellos el monasterio de San Antonino, que había fundado a orillas del Esla, donación que aparece en la primera escena del friso. También la pía mujer se despierta, con la tristeza de la muerte, para clamar venganza a pesar de que esta ya fue ejecutada –como también figura en otro de los relieves que ilustran el sepulcro– por la montura encabritada del inductor del asesinato, que arrastró al jinete por las calles de la ciudad por quedarle el pie enganchado en el estribo cuando, tras contemplar el crimen, con la vista hacia atrás, huía al galope, despechado, rabioso, al haber sido desheredado en favor de la Virgen.
Frontero a la eterna morada de la condesa apuñalada, en la misma capilla, guarda vecindad otro sepulcro con un tétrico morador: el infante Alfonso de Valencia, hijo de Juan de Castilla el de Tarifa y nieto por tanto del Rey Sabio. Dice una leyenda que antes de ser enterrado fue decapitado por su hermanastro, Juan el Tuerto. En el año 1991 un demente rompió una vidriera en la madrugada y a través del hueco entró para hacer realidad el sueño que le incitaba a acabar con el que él llamaba vampiro. A los pies del sepulcro se encontró una estaca, igual a la que dicho sujeto dormía abrazado junto a una Biblia en un banco de la vía pública cuando fue detenido.
Otra mujer, doña María Velázquez, esposa del adelantado mayor de León y Asturias, don Rodrigo Alonso de Mansilla, ambos patrocinadores del templo, mora en pétreo continente junto al de su marido en la capilla de San Andrés. Más tarde, su nieto, Florián Mansilla, quiso reposar para siempre también en este sacro recinto, como reza una inscripción en su lápida.
Un cóctel espeluznante de fantasmas se apodera del grave templo cuando la noche de Difuntos, silente, se explaya en su interior. Halloween aparte, un notable ejemplo de colonización cultural americana como rayo que no cesa, pues parece que además a algunos les «va la marcha», persiguiendo como persigue don Pedro al 'amigo americano' para acumular segundos; y este, como buen anciano, poco a poco se va compadeciendo del chico y ya le pone la mano en el hombro. Y es que el que la sigue la consigue.
TITULO:
Rutas bizarras - La opera empieza debajo del metro ,.
Martes -8 , 15- Marzo , a las 22:00 horas en La 2 / foto,.
La opera empieza debajo del metro,.
Arte por todas partes
09.30 Por la orilla más moderna
No hay mejor lugar para hacer footing o (si el deporte no es lo nuestro) empezar a visitar la ciudad, que la renovada margen izquierda del Nervión, la del museo Guggenheim. El recorrido por esta orilla comienza en el puente del Ayuntamiento, siguiendo el paseo de Uribitarte, que fue inaugurado en el año 2000 después de que el chatarrero se llevase las mil y una grúas, naves, contenedores y raíles herrumbrosos que copaban esta antigua zona portuaria. Tranvías ecológicos, de andar sedoso y verde color, acompañan ahora al paseante por una vía ajardinada, con bancos y farolas de modernas hechuras.
10.00 Un navío de titanio cargado de arte
Otro puente, el de la Salve, vestido de rojo en 2007 por el artista francés Daniel Buren, precede al museo Guggenheim: 60 toneladas de titanio, dispuestas en paneles de medio milímetro de grosor, que relumbran a orillas de la ría como la piel escamosa de un pez: evocaciones de una ciudad marinera e industrial que, a finales del siglo XX, apostó por la cultura y, en particular, por la arquitectura-espectáculo para impulsar su renovación. Aunque la imagen más difundida y loada del edificio de Frank O. Gehry es la de su epidermis acerada, su interior a nadie defrauda. Un atrio de 650 metros cuadrados y 50 metros de altura, inundado de luz natural, actúa como monumental distribuidor del espacio expositivo, que consta de 20 galerías repartidas en tres plantas. Las obras que se exhiben en el exterior (como el florido perro Puppy, de Jeff Koons, o la araña gigante Mamá, de Louise Bourgeois) se han convertido en iconos del moderno Bilbao.
11.30 Abandoibarra: arquitectura y diseño
Continuamos ría abajo. Estamos en Abandoibarra, el ombligo del Bilbao más contemporáneo. Al arquitecto argentino César Pelli se debe el proyecto de remodelación de este espacio ribereño, otrora ocupado por ruinas industriales y portuarias y donde hoy se alzan edificios tan vistosos como el centro comercial Zubiarte, de Robert Stern; la biblioteca de la Universidad de Deusto, de Rafael Moneo; o la torre de Iberdrola, del propio Pelli, que es el mayor rascacielos de la ciudad: 165 metros. La pasarela Padre Arrupe (una libélula de acero de 40 metros que conecta Abandoibarra con Deusto) y el paseo de la Memoria, jalonado por esculturas de Dalí, Chillida, Tücker, Lüpertz…, son otras obras impactantes de esta zona que, aparte de sus enorme encantos museísticos y arquitectónicos, nos ofrece la interesante posibilidad de alojarse en tres hoteles de diseño: el Gran Domine, decorado por Mariscal; el Miró Hotel, creación del modisto Toni Miró, y el Meliá Bilbao, un volumen inspirado en Chillida, obra de Ricardo Legorreta.
Tras superar el viejo puente levadizo de Deusto descubrimos el palacio de congresos y de la música Euskalduna. Diseñado por Federico Soriano y Dolores Palacios, semeja un barco en construcción rodeado de andamios, en clara referencia a los viejos Astilleros Euskalduna, cuyo solar ocupa. Hay visitas guiadas gratuitas los sábados a las 12.00. También a los astilleros recuerda Carola, la grúa de 60 metros de altura que se alza delante del Museo Marítimo Ría de Bilbao.
12.30 El jardín y la pinacoteca
A cien metros del Museo Marítimo, al otro lado de la glorieta que hay encima, se descubren los verdores del parque de Doña Casilda, un jardín centenario de 115.200 metros cuadrados que ofrece un vivo contraste con la modernidad de la zona de Abandoibarra. Dedicado a la memoria de Casilda de Iturrizar y Urquijo (1826-1900), viuda caritativa de uno de los fundadores del Banco de Bilbao, el mayor jardín del centro urbano posee un notable catálogo arbóreo, con 486 especies de los cinco continentes y una lista no menos extensa de esculturas.
Al otro extremo del parque está el Museo de Bellas Artes. Más de 6.000 cuadros, esculturas, dibujos y grabados, desde el siglo XII hasta nuestros días, integran los fondos de este museo que ha sido eclipsado por el vecino Guggenheim, a pesar de ser el más importante del país, después del Museo del Prado, en pintura española, flamenca y renacentista italiana.
Primera tarde - Café, pintxos y buena música
14.00 Platos de museo
Se puede comer de lujo sin salir del Museo de Bellas Artes: cocina moderna de autor, con vistas al parque, en el restaurante Arbolagaña, cuyas especialidades son las setas, el foiegras y los pescados. En el cercano Guggenheim, la cocina vanguardista es una obra de arte que, además de verse, se come en el restaurante Nerua. Y en otro edificio emblemático del moderno Bilbao, el Palacio Euskalduna, se encuentra Etxanobe, con propuestas modernas pero sencillas, que permiten distinguir los sabores con nitidez.
16.00 Un café centenario
Para tomar el café, cambiamos de zona. Cogemos el tranvía en dirección a Atxuri y nos apeamos nada más cruzar el puente del Arenal en la parada de Arriaga, ya en el casco viejo o, como dicen sin más aquí, el Casco. Ahí mismo, en el número 1 de la calle del Arenal, junto al Teatro Arriaga, lleva cien años el café El Tilo. Los bellos frescos que lo decoran, obra de Juan de Aranoa, estuvieron ocultos hasta que la riada de 1983 se llevó la pintura plástica que los cubría. Otra anécdota para amenizar el café: el Teatro Arriaga, cuya fachada está inspirada en la de la Ópera de París, se inauguró el 31 de mayo de 1890.
17.00 Dos plazas, dos iglesias y siete calles
A pocos pasos del café, por la calle Fueros, se accede a la porticada Plaza Nueva, lugar de mercados (el navideño y el dominical de sellos, monedas, libros, revistas…); escenario de conciertos durante la Aste Nagusia (la Semana Grande, que empieza el sábado siguiente al 15 de agosto y dura ocho días) y, todo el año, edén cuadrangular de los pintxos. Si apetece otro café, ahí está desde 1911 el Bilbao. Saliendo de la plaza por el sur, se llega a la plaza de Miguel de Unamuno, en cuyo número 4 abre el Museo Vasco, dedicado a la etnografía. En esta plaza también se encuentra el arranque de las Calzadas de Mallona, escaleras que conducen hasta la basílica de la Virgen de Begoña, patrona de Bizkaia.
Nuestro paseo sigue, desde la plaza de Miguel de Unamuno, por la calle de la Cruz y por Cinturería, para ir a dar al centro-centro del casco viejo: la plaza de Santiago. Aquí se alza la catedral de Santiago, que es un hermoso templo gótico y lugar de reminiscencias jacobeas. En su gran pórtico se celebraban antiguamente concejos abiertos al público, cuando Bilbao era poco más que las famosas Siete Calles: Somera, Artekale, Tendería, Belostikale, Carnicería Vieja, Barrenkale y Barrenkale Barrena (literalmente, “la calle de abajo de la de abajo”).
Por Carnicería Vieja bajamos al mercado de la Ribera, un edificio racionalista construido en 1929 sobre planos de Pedro de Ispizua, que, además de anticipo de las creaciones de Gehry, Foster, Moneo y compañía, está considerado el mercado de abastos más grande de Europa. A su vera están el puente y la iglesia de San Antón, que fueron la imagen de la ciudad hasta que el Guggenheim la sustituyó por otra más moderna.
20.30 Pintxos y copas en el casco viejo
Es probable que, curioseando por las calles y cantones del casco viejo, se nos haga la hora de cenar, y mejor que aquí, en ningún lado, porque hay 300 barras para picar. Xukela es de los sitios más renombrados y el pintxo suyo más curioso, el de cresta de gallo. En Gatz hay que probar el bacalao y el steak tartare. Pero la meca del picoteo es Víctor Montes, cuya barra abarrotada de ahumados, ensaladillas, revueltos… es la más deseada de Euskadi.
A esta hora suele haber conciertos u otras actividades culturales en la sala BilboRock, que está cruzando el puente de la Merced, en la antigua iglesia del mismo nombre. En esta otra orilla del viejo Bilbao abundan los locales underground y de ambiente, casi todos abiertos hasta altas horas. Para los que prefieren no moverse del Casco, en Barrenkale y Barrenkale Barrena hay bares y pubs para aburrir. Bueno, para aburrir no, para todo lo contrario.
Segunda mañana - El ensanche está de dulce
10.00 Paseo por la Gran Vía
Concebida como eje central del ensanche decimonónico, cuando Bilbao saltó a la margen izquierda de la ría, la Gran Vía de Don Diego López de Haro se mantiene burguesa y señorial, guardando una imperturbable equidistancia con el casco viejo y la flamante zona de Abandoibarra. Esta mañana vamos a recorrerla entera, un kilómetro y medio, desde la plaza Circular hasta la del Sagrado Corazón. Pero antes, si no hemos desayunado, podemos hacerlo en el cercano, antiguo (1903), espacioso (300 metros cuadrados) y muy originalmente decorado (entre mudéjar y neonazarí) Café Iruña, un lugar por el que han pasado, dejando su rastro de sabiduría, Ortega y Gasset, Unamuno, Maeztu…
El primer tramo de la Gran Vía, entre las plazas Circular y Moyúa, es fundamentalmente comercial y financiero, con edificios tan suntuosos como el Banco de España (número 10), la sede del BBVA (número 12) o el Palacio Foral (número 25). Ojo a la muy moderna Biblioteca Foral, que está detrás. En el 24 de la Gran Vía, se halla la pastelería Arrese, que presume de ser la más antigua, con sus trufas y sus bollos de mantequilla. Para probar el más rico pastel de arroz, la estrella de la repostería bilbaína, habría que ir a Martina Zuricalday.
En la plaza de Federico Moyúa, punto del que irradian todas las calles importantes del ensanche, se alzan el Palacio Chávarri, de exótico aire neoflamenco, y el antiguo y lujoso hotel Carlton, cuyas habitaciones de hasta 250 metros han alojado a Alfonso XIII, Lorca, Manolete, Einstein y Maria Callas, entre otras celebridades. Desde la plaza Moyúa hasta la del Sagrado Corazón, por último, se suceden los edificios burgueses, que son lo más de lo más de la arquitectura residencial bilbaína de principios del XX, como las Casas de Sota o la Casa Lezama-Leguizamón, en el número 58, ya junto al parque de Doña Casilda.
12.00 La Alhóndiga de Bastida y Philippe Starck
A cinco minutos de la plaza Moyúa, subiendo por alameda Recalde, se encuentra La Alhóndiga, un edificio modernista, antiguo almacén de vino, diseñado a principios del siglo XX por Ricardo Bastida, que desde 2010 es un espectacular centro de ocio, deporte y cultura, con interiores de Philippe Starck. Cuenta con uno de los mejores restaurantes de la ciudad, Yandiola.
Segunda tarde - Miradas desde el puente
14.00 Restaurantes, merenderos y parrillas
Para comer, mil posibilidades. Desde las barras de pintxos de la calle Ledesma, a los restaurantes más sólidos del ensanche, como el Zortziko o Guria pasando por otros de reciente implantación, como Zapirain, llegado en 2012 desde Lekeitio con sus increíbles pescados y su fama de 50 años.
Otra opción es subir en funicular al monte Artxanda, donde además de una bonita vista aérea de Bilbao, hay terrazas y merende-ros de restaurantes, como el Txakoli Simón, paraíso del chuletón a la brasa.
16.00 El Puente Colgante
Si vamos a Santurtzi, a la vuelta, parada de rigor en Portugalete para visitar el Puente Bizkaia o, como lo conoce todo el mundo, el Puente Colgante. El primer puente transbordador del mundo, concebido por el ingeniero Alberto de Palacio con el propósito de salvar los 160 metros que mide aquí de ancho la ría sin entorpecer el tráfico naval, comunica desde 1893 Portugalete y Getxo, la orilla obrera y la orilla aristocrática.
18.00 Despedida en Getxo
Cruzando la ría por el Puente Colgante, se accede a la margen derecha, que está salpicada de hermosas casas de finales del siglo XIX y principios del XX, la época de mayor esplendor de Getxo. El Paseo de las Grandes Villas de Getxo es un itinerario autoguiado que recorre 20 de estas mansiones; las más curiosas, las que diseñó Manuel María Smith, de estilo Old English y Reina Ana. Otro paseo apetecible es el que discurre por los acantilados de la Galea, ofreciendo panorámicas y aires yodados que sorprenden por su cercanía a Bilbao. Se puede empezar a caminar en el molino de Aixerrota (1726), uno de los últimos de viento que funcionó en Bizkaia, hoy sala de exposiciones del restaurante Cubita. Enseguida se pasa junto a las ruinas del fuerte de la Galea o del Príncipe, de 1740. Y a la media hora se llega al faro de la Galea, un buen lugar para acabar el viaje, viendo cómo el sol se hunde y se apaga en el Cantábrico.
TITULO: Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Fracaso del primer alto el fuego ,.
Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Fracaso del primer alto el fuego ,. , fotos .
Fracaso del primer alto el fuego ,.
Ha fracasado el único acuerdo alcanzado entre las delegaciones rusa y ucraniana desde que comenzaron a tratar de negociar un alto el fuego y una salida al conflicto. El pasado jueves, en la localidad bielorrusa de Belovézhskaya Pusha, los negociadores rusos y ucranianos acordaron crear «corredores humanitarios» para evacuar a la población civil. Ayer estaba previsto haberlo hecho en Mariúpol, en la costa del mar de Azov, y en otras zonas de Ucrania, en donde la población quedó atrapada a causa de los combates. Pero la desconfianza mutua frustró la operación.
La prueba de que no había demasiada voluntad de cumplir lo pactado es que el Ejército ruso reanudó sus intentos de tomar Mariúpol. «Debido a la reticencia de la parte ucraniana a influir en los nacionalistas o a prolongar el cese el fuego, las operaciones ofensivas se han reanudado», manifestó ayer el portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konáshenkov.
Para garantizar la seguridad de los corredores humanitarios en Mariúpol y en la vecina localidad de Volnóvaya, las hostilidades cesaron por la mañana. Sin embargo, aseguró Konáshenkov, «ni un solo civil pudo salir de Mariúpol ni de Volnóvaya por los corredores de seguridad anunciados. La población de esas ciudades está retenida como escudos humanos por los grupos nacionalistas». El portavoz castrense ruso denunció además que tales unidades ucranianas aprovecharon el alto el fuego para «reagruparse y reforzar sus posiciones».
Sin embargo, el alcalde de Mariúpol, Vadim Boichenko, aseguró que «fue postergada por razones de seguridad» la evacuación de civiles a causa de que «las fuerzas rusas continuaron bombardeando la ciudad y sus alrededores». Konáshenkov deploró que en Járkov y Sumy «está pasando lo mismo, así como en otros muchos centros de población en donde deberían haberse abiertos los pasillos humanitarios». Lo cierto es que la situación en Mariúpol, sin electricidad, calefacción ni suministros de alimentos es «insostenible» y «desgarradora». Así lo estima el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
La ONG Médicos sin Fronteras (MSF), que dispone de personal enviado a la zona, informó de que la situación en Mariúpol es crítica. «Ayer pudimos recoger agua de nieve y de lluvia para poder beber. Hoy hemos intentado conseguir agua en las distribuciones, pero la cola es enorme», aseguró uno de sus trabajadores. «Las farmacias carecen medicamentos», avisó.
Sin farmacias ni alimentos
Los peores destrozos se produjeron en el centro de la ciudad y en las afueras. Incluso hubo supermercados que fueron atacados. «La población no tenía acceso a alimentos y se vio obligada a llevárselos de los comercios, aunque estos están casi completamente vacíos», dijo Mónica Rull, coordinadora de médica de MSF.
Mientras, ayer se anunció que la tercera ronda de conversaciones entre las delegaciones rusa y ucraniana tendrá lugar mañana, según los representantes de Kiev. La primera ronda tuvo lugar el lunes pasado, sin ningún resultado, y la segunda el jueves, con el único compromiso de cesar el fuego para poder abrir los corredores humanitarios. El presidente ruso, Vladímir Putin, advirtió ayer de que establecer una «zona de exclusión aérea» sobre el cielo ucraniano, como viene solicitando el máximo líder ucraniano, Volodímir Zelenski, «será considerado como una participación en el conflicto armado». En declaraciones a la agencia TASS, Putin estimó «absolutamente correcta» su decisión de invadir completamente Ucrania, ya que haberlo hecho de forma parcial, como asegura haber contemplado en un principio, «hubiera permitido al otro bando recibir un infinito apoyo de equipos, municiones, etcétera».
Dijo además que la operación aérea ha logrado destruir «casi toda la infraestructura militar de Ucrania y su defensa aérea». En referencia a las sanciones occidentales, el jefe del Kremlin sostuvo que «son como una declaración de guerra».
La invasión de Ucrania cumple hoy 11 días. Ayer se volvió a recrudecer la ofensiva. La resistencia del Ejército ucraniano y de la sociedad civil demoró la incursión de las tropas rusas, que optaron por un cambio de estrategia y pusieron en el punto de mira infraestructuras civiles y zonas residenciales.
El Kremlin atacaba ayer el corazón de las ciudades, de donde más de 1,2 millones de personas se han visto obligadas a escapar, según informes la ONU, que contabiliza 351 civiles muertos por la guerra, pero avisa de que la cifra es inferior a la real.
TITULO : HOY LE TOCA - Lopetegui,.
Lopetegui,.
foto / Lopetegui: "Estoy contento con la energía y la determinación del equipo",.
El Sevilla decidió que este derbi iba a ser suyo y con esa mentalidad salió al césped. Una forma de afrontar el encuentro muy diferente al Betis, que pareció poco engrasado en los primeros compases del duelo. Al final el marcador se decantó del lado sevillista merecidamente, aunque los verdiblancos dieron guerra hasta el final para tratar de llegar a las tablas (2-1). En la rueda de prensa tras el partido, el entrenador del Sevilla, Julen Lopetegui, celebró la victoria conseguida por los suyos y puso en valor el esfuerzo realizado para sacar adelante el choque. "Contentos por los tres puntos, lógicamente, que es el objetivo, sumar tres ante un rival directo. Es el primer derbi que disfruto con público en nuestra casa y contentos por la afición porque se merecían una alegría así, por cómo ha salido el equipo, con determinación y energía". Por su parte, el técnico del Betis, Manuel Pellegrini, explicó que a su equipo, desconocido de arranque, le faltó acierto tras el descanso para sumar al menos un punto. "Hicimos un primer tiempo muy falso y en el segundo merecimos al menos el empate", sentenció el chileno.
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