jueves, 31 de enero de 2019

Leyendas de las ondas -¡Que viene el lobo por Ávila! ,./ RADIO ANTIGUA -TELEVISOR ANTIGUO - Entrevista a - Lo que el flamenco le contó al vino de Jerez,.

TITULO: Leyendas de las ondas - ¡Que viene el lobo por Ávila! ,.

¡Que viene el lobo por Ávila!,.

Vaca barrosá, armada de grandes cuernos para defenderse del lobo, en una carretera rayana. :: E.R./
foto / Vaca barrosá, armada de grandes cuernos para defenderse del lobo, en una carretera rayana. 

En 1928, había lobos en La Montaña de Cáceres y en Badajoz, se cazaron 2.000 hacia 1860,.


Sucedió durante una noche cerrada hace un cuarto de siglo en la provincia de Zamora, cerca de Portugal, por Villalcampo, en las estribaciones de la sierra de la Culebra. Feliciano, protagonista de esta historia, oyó un ruido, alumbró con la linterna y allí estaban: un lobo y una loba. Feliciano se había quedado a dormir en su cerca de 200 metros cuadrados para defender a sus cinco perros y a sus 400 ovejas. Pero no sirvió de nada: el lobo saltó al corral, de una patada le partió el hígado a una oveja y la mató.
Tras este episodio tenebroso, Feliciano dijo basta, vendió sus ovejas y, huyendo del lobo, se vino a una finca del término municipal de Garrovillas, donde acabó teniendo un rebaño 2.000 ovejas entrefinas. Cuando Feliciano llegó a Extremadura, hacía un año que había sido atropellada en una curva del kilómetro 27 de la carretera de Cáceres a Badajoz una loba adulta que es considerada el último ejemplar de lobo extremeño.
El lobo ha sido habitual en las sierras de Extremadura. Durante el verano de 1928, el periódico Nuevo Día informaba de que partidas de esforzados cazadores salían de Cáceres hacia La Montaña para dar batidas en busca de los terribles lobos que espantaban a labradores y ganaderos de las faldas del monte y de la cercana Ribera del Marco. Y en la provincia de Badajoz, entre 1855 y 1864, se mataron más de dos mil lobos. El restaurante más popular de Portalegre se llama Tumbalobos en honor de los legendarios loberos de la Serra de San Mamede, que mataban lobos a puñetazos en los años 40, cuando por efecto del hambre de la posguerra los lobos de la sierra de San Pedro se «exiliaron» a Portugal en busca de alimento.
Los tumbalobos portugueses eran colegas de los loberos extremeños, que desaparecieron de Extremadura con los lobos, es decir, hacia 1960. Aunque hasta finales de los 80 está confirmada la existencia de una manada de unos 30 lobos en la sierra de San Pedro. En la zona de Granadilla había varios loberos: Titón, Zósimo Retortillo. El más famoso quizás fuese Clarín, o sea, Máximo Martín González, que vivía en Mohedas de Granadilla y fue entrevistado por José María Íñigo en un programa televisivo dedicado a las personas que no tenían miedo.
Hace 15 años, entrevisté en su casa de Acebo a Isidoro Rodríguez Vázquez, alias Tarzán, que había sido buscador de oro y pescador a mano de truchas y anguilas antes de convertirse en lobero profesional. En 1956, apareció en el semanario El Caso tras capturar una loba de 75 kilos que había matado 30 cabras en una noche. Tarzán, que murió en 2006, me confesaba que él no cazaba lobos por dinero, «sino por el gusto de seguir el rastro del bicho y acechar sus aullidos en las noches de luna llena. Era muy bonito».
Este verano, en Lisboa, hubo una exposición sobre los hombres lobo de la zona de Covilhá (Castelo Branco), en la Raya y uno de los 103 cortometrajes preseleccionados para los Oscar (no ha entrado en la selección final) fue 'Historias de lobos', de la china Agnes Meng, que cuenta la relación del hombre con el lobo en la sierra portuguesa de Peneda-Gerés, también en la Raya, donde se recogen casos de lobis homes y sobreviven a su aire y en libertad las vacas barrosás, bien armadas de cuernos para defenderse de la fiera.
Los ganaderos trashumantes riojanos cuentan que, a principios de los 60, tenían que hacer en Extremadura lo mismo que Feliciano en Zamora: vigilias nocturnas con perros y escopetas junto a los rebaños para defenderlos del ataque del lobo. Dicen que ya acosan al ganado a 30 kilómetros de Extremadura, en la Dehesa del Cid (Ávila), pero en Extremadura no ha habido avistamientos. En la región, llevamos años escribiendo estas historias que no son otra cosa que la versión moderna del aviso del cuento: «Que viene el lobo». Cuando venga, que vendrá, tendremos otro tema de debate.

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  Lo que el flamenco le contó al vino de Jerez,.

images.jpgEl sumiller Josep Roca y el guitarrista Diego del Morao dialogaron sobre el Jerez en Madrid Fusión | El público pudo probar unas gotas de un vino de 200 años,.


Resultat d'imatges de televisor antiguoA Josep Roca, sumiller y hermano mediano de la saga familiar que pilota el Celler de Can Roca en Girona -con tres estrellas Michelin-, le tratan con extremo cariño cada vez que sus zapatos hacen crujir el suelo de madera de las bodegas de Jerez. El 'Pitu', como le llaman afablemente, ha ayudado a popularizar los vinos de la región desde su restaurante, en cuyas bodegas guarda más de 200 marcas de esta denomiación de origen que muestra a cada visitante que llega. «Desde hace once años lo hemos mostrado a mucha gente de muchos lugares del mundo, desde allí hemos podido crear afición. Cuando explicas un vino de Jerez sabes que explicas un vino único, cargado de cultura, de mar, de sal y del flamenco de Diego Del Morao», confiesa el sumiller.
Resultat d'imatges de RADIO ANTIGUADebido a esta pasión, al 'Pitu' le eligieron este miércoles para interpretar a la voz del vino en un diálogo con el flamenco, cuyas cuerdas vocales fueron las de la guitarra del jerezano Diego Del Morao en la ponencia 'Jerez entreverao', que sirvió como fin de fiesta y cierre de Madrid Fusión.
«El flamenco y el Jerez tienen una historia detrás de armonía fanástica. Hay una simbología de palos de flamenco y palos de Jerez que tienen una relación», explicaba Roca. De ahí que comparase el mosto joven de la uva con las Alegrías, el oloroso -«hedonismo puro»- con la Soléa, o el Palo Cortado con la bulería, «que al ser de ida y vuelta ha ido variando con el tiempo».
Cada relato de Roca era contestado por uno de estos palos flamencos con el sonido de 'La Maestra', la última guitarra que encargó Paco de Lucía, que esta ocasión tañía Del Morao. Ambos han grabado un documental en el que explican este peculiar maridaje y que ya está disponible en las redes sociales.
El público presente tuvo la oportunidad de probar unas gotas de Trafalgar, un Jerez que los fundadores de González-Byass compraron el mismo año de la batalla y que cuenta con 200 años de historia. La experiencia de catar un vino estanco, que ya está condenado a su extinción, sobrecogío a los presentes. «No es cómodo, ni confortable. Eso es pasar la historia. Sabe a resina, a dureza, es como morder la madera salada de un vino pegado al vientre de esa bota -como se conoce a los barrilles en la zona-. Un vino que arde en llamas. Es como besar la historia, o que la historia entre dentro de uno», recitó Roca.
Después, la guitarra de DelMorao volvió a sonar, esta vez evocando la pólvora de Trafalgar.

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