miércoles, 16 de marzo de 2022

DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El «bastión imprevisto» de Kiev ,. / EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. - Putin, sin «ninguna voluntad» de frenar la invasión, según Macron,. / Donde comen dos - Abrimos casas y corazones pero esto será insostenible,.

   TITULO:  DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El «bastión imprevisto» de Kiev  ,.

 DESAYUNO - CENA - MARTES - MIERCOLES -JUEVES - VIERNES - El «bastión imprevisto» de Kiev ,.  , fotos.

El «bastión imprevisto» de Kiev ,.

Clausewitz, en su obra 'De la guerra', al tratar la naturaleza de la misma, afirmaba que ésta es un acto de fuerza para obligar al adversario al cumplimiento de nuestra voluntad. La fuerza, es decir, la fuerza física -continuaba el actor prusiano- es el medio, someter al enemigo a nuestra voluntad es el fin.

Las fuerzas ucranianas habrían comenzado a inundar los terrenos al norte de la capital para frenar el avance de las tropas y blindados rusos,.



La técnica es tan antigua que los holandeses ya la utilizaron en 1585 contra los tercios españoles en Flandes. Concentrados en la defensa a toda costa de Kiev, los ucranianos habrían declarado la 'guerra hidráulica' a Rusia inundando los campos próximos a la capital con el fin de ralentizar el avance de las tropas invasoras y obligar a sus blindados a dar amplios rodeos para no quedar atascados en el barro. Al menos, así se desprende de las fotografías satelitales tomadas por una empresa estadounidense que ayer publicó el 'The Washington Post'. Muestran grandes bancales al norte de la ciudad, junto al río Dnieper, llenos de lagunas. Una superficie que hace solo una semana se encontraba seca.

Desayuno,.

La lógica invita a pensar que los ucranianos han recurrido a la táctica holandesa -y mucho antes que Holanda la emplearon numerosas civilizaciones hasta los romanos- para blindar una capital que simboliza la resistencia a los invasores. Los analistas consultados por la firma aeroespacial sostienen que las tierras anegadas son el resultado de una acción deliberada, presumiblemente a causa de la inminencia de una ofensiva a gran escala. La estrategia consistiría en dejar impracticable uno de los flancos más frágiles del perímetro de Kiev: una serie de superficies llanas, situadas a varios kilómetros, casi sin obstáculos, enrejadas de caminos y complicadas de fortificar con barricadas.

Cena,.


Un río, una defensa

A unos cuarenta kilómetros se encuentra además la considerada gran maquinaria de guerra rusa, esa formidable columna compuesta por carros de combate, acorazados y otros vehículos militares con los que el Kremlin se habría propuesto una ocupación aplastante de la capital. Aunque su eficacia esté ahora mismo en tela de juicio a la vista de los problemas y la lentitud de su avance.

¿Por qué una 'guerra hidráulica'? Una primera respuesta es que la estratagema responde a una planificación bien diseñada de la defensa de Kiev, que hasta ahora se ha mostrado impenetrable a los militares rusos. Otra también plausible apunta a una actuación a la desesperada de los ucranianos ante la diferencia de medios con su enemigo. Algunos puestos de control militar afrontan ya una escasez de suministros, según admitió este fin de semana pasado el Ministerio de Defensa.

«Cuando estás defendiendo, tratas de usar lo que tienes: muros, trincheras, fortalezas y búnkeres. Pero a menudo olvidamos que también se pueden usar ríos, pantanos y líneas defensivas basadas en el agua», explica la analista Marta Kepe al 'Washington Post. A su juicio, los ucranianos se valdrían de su conocimiento del terreno y la cercanía del Dnieper para crear una barricada natural y el barro necesario para empantanar a los soldados y sus vehículos.

Paradójicamente, esta táctica es una vieja conocida de Rusia y cabe pensar que el presidente Vladímir Putin ha leído sobre ella en la historia bélica de su país. La Unión Soviética, además de Holanda, Finlandia y Noruega, recurrió a la rotura de diques y el desbordamiento de ríos durante la II Guerra Mundial para frenar el avance del Ejército nazi.

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 EL PAPEL HIGIENICO ROJO - EL D.N.I. -    Putin, sin «ninguna voluntad» de frenar la invasión, según Macron ,.  fotos,.

Putin, sin «ninguna voluntad» de frenar la invasión, según Macron,.

El presidente francés y el canciller alemán meten «presión máxima» a su homólogo ruso para lograr un alto el fuego «inmediato»,.



En una nueva conversación por teléfono, dos días después de la última llamada, el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, metieron este sábado «presión máxima» a su homólogo ruso, Vladímir Putin, para lograr un alto el fuego «inmediato» en Ucrania, sin que, por el momento, parezca que el hombre fuerte del Kremlin esté dispuesto a dar su brazo a torcer.



«Metemos una presión máxima y no dejaremos de hacerlo, no bajaremos la presión para que el presidente Putin cese la guerra», explicaron fuentes del Palacio del Elíseo, que calificaron la conversación de Macron y Scholz con Putin de «muy franca y difícil» en un momento «dramático» para Ucrania y para Europa. Putin, que no ha mostrado «ninguna voluntad» de parar la guerra, «está determinado a conseguir sus objetivos», agregaron las mismas fuentes.



Macron, cuyo país ostenta este semestre la presidencia de turno del Consejo de la Unión Europea, está «determinado a recurrir a todos los instrumentos de la diplomacia para que este conflicto termine lo antes posible», incluidas más sanciones.

Macron y Scholz advirtieron a Putin que Bruselas prepara «en las próximas horas» un nuevo paquete de sanciones. Desde el Elíseo recuerdan que las sanciones anunciadas hasta ahora contra Moscú tras su agresión de Ucrania son «masivas», «de tipo iraní». París considera que son similares a las que anteriormente se habían aprobado contra otros países, como Corea del Norte o la Siria de Bashar al-Asad.

La Unión Europea está dispuesta a «ir más lejos» con las sanciones, advirtieron Macron y Scholz a Putin. «Nada está prohibido, nada es tabú», aseguró el presidente galo el viernes al concluir el Consejo Europeo de Versalles. Está por ver si los países europeos se atreven finalmente a dar el paso y prohíben las importaciones de gas, petróleo y carbón de Rusia como parte de las sanciones por la invasión a Ucrania. Muchos países, entre ellos Alemania, se resisten porque son muy dependientes del gas y petróleo.

En Versalles, los Veintisiete jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea consideraron que toda la responsabilidad de esta guerra recae en Moscú, reconocieron a Ucrania como parte de «la familia europea», se comprometieron a acoger a los refugiados ucranianos y advirtieron a Moscú que preparan más sanciones contra Rusia si Putin sigue con su ofensiva militar.

  TITULO:  Donde comen dos  -Abrimos casas y corazones pero esto será insostenible,.

Abrimos casas y corazones pero esto será insostenible,.

Problema a largo plazo. Los ciudadanos polacos están haciendo un gran esfuerzo por acoger refugiados ucranianos, pero temen que la crisis se cronifique, foto.



Al segundo día de la invasión rusa de Ucrania, cuando se enteró de que había muchos refugiados cruzando a Polonia, Jerzy Krucan no lo dudó y recorrió los 30 kilómetros que separan su casa de la frontera para ofrecer su ayuda. «Me planté en la estación de tren por si alguien necesitaba un sitio donde pasar uno o dos días. Porque la gente llega exhausta y aterida de frío», recuerda. De clase acomodada, en su vivienda de la pequeña localidad de Jaroslaw, de 36.000 habitantes, Krucan dispone de cinco habitaciones. Pronto se llenaron todas. «He llegado a tener hasta catorce personas. Pensé que tendrían hambre, pero solo querían dormir. A una madre que no quería separarse de sus dos hijos les dejé nuestra cama, que es la única doble», cuenta.

La suya es una experiencia que comparten muchos polacos. Desde que Vladímir Putin lanzó la invasión, más de 1,6 millones de personas han buscado refugio en su país y la ciudadanía ha respondido ofreciendo todo lo que tiene a su disposición. Y más incluso. Es el caso de Ewa Urzedowska y Pawel Urzedowski, una pareja propietaria de una oficina vacía en el centro de Jaroslaw. «Cuando vimos la situación, decidimos comprar cinco camas y todo lo necesario para acoger en dos habitaciones a quien lo necesitase», comenta ella.

El matrimonio adquirió también armarios, ropa de cama, toallas, algo de comida y productos higiénicos. «El Ayuntamiento está gestionando el espacio que ofrecemos los vecinos. Informamos de las camas que tenemos y nos llaman cuando hacen falta», añade él. Justo un par de horas antes de la entrevista con EL CORREO, a la pareja le ha sonado el teléfono: «Era un grupo grande que no se quería separar, así que les han buscado otro lugar».


Estos tres ciudadanos «normales y corrientes» están dispuestos a ayudar sin pedir nada a cambio durante el tiempo que sea necesario, independientemente de que lleguen las ayudas que ha prometido el Gobierno. «Es fácil comunicarnos con los refugiados porque muchos hablan polaco y nos entendemos. No hay un choque cultural», explica Krucan. De momento, la mayoría sigue su camino hacia Varsovia o Cracovia, pero cada vez más se quedan en el este de Polonia con la esperanza de poder regresar pronto. Y los habitantes locales temen que la situación acabe desbordando sus capacidades.

«Necesitamos ayuda»

«Hemos abierto nuestras casas y corazones, pero tememos que el conflicto se alargue durante años y la situación actual no es sostenible a largo plazo. Necesitamos ayuda», afirma Urzedowski. Lo mismo piensa Kamil Prusinowski, empleado de una empresa de seguros que, junto a su amigo Patrycjusz Gawel y miembros de su cuadrilla, ha puesto en marcha una ambiciosa iniciativa que pretende acoger hasta 1.200 refugiados. De la mano de World Central Kitchen, la ONG del chef José Andrés, ofrecen hasta 12.000 comidas al día.

«Patric tiene varios edificios y los estamos reacondicionando para ese fin. De momento, todo lo pagamos de nuestro bolsillo, pero está creciendo mucho el proyecto y esperamos que alguien pueda colaborar con nosotros para no quebrar», cuenta. De momento, ya han registrado la Fundación Unitatem Team, «en referencia a una Europa unida en la que no se discrimina a nadie», y acogen ya a 300 mujeres y niños en cuatro lugares diferentes cercanos a la frontera. El mayor es una escuela que llevaba cerrada tres años en una zona rural.

Dentro conviven las risas y los lloros de 250 ucranianos. Los más pequeños juegan por los corredores del centro, llenos de tendederos con ropa secándose, mientras sus madres buscan calzado de su pie y se reponen de un viaje que, para la mayoría, ha sido agotador física y emocionalmente. «Tuve que recorrer 20 kilómetros a pie con mis hijos de 4 y 7 años, a diez grados bajo cero. Aquí nos tratan muy bien, pero mi marido se ha quedado en Ucrania y echo de menos nuestro hogar. No sé si cuando todo esto termine seguirá en pie», cuenta Yulia conteniendo sus lágrimas mientras la pequeña colorea un cuaderno con dos nuevos amigos.

Unitatem se coordina con las autoridades para que la ayuda se utilice de la forma más eficiente posible. «Lo más importante es evitar los guetos. Escolarizar a los niños cuanto antes y encontrar trabajo para sus madres, porque este conflicto puede alargarse durante años. La atención durará poco, y cuando la prensa se vaya, la ayuda también cesará. Por eso, somos conscientes de la necesidad de lograr ahora todo lo que podamos necesitar en el futuro», explica Prusinowski, que va a contratar a catorce ucranianas para gestionar sus centros de acogida. El miedo está en que la buena acogida actual se convierta en rechazo «si la situación económica empeora y comienzan a surgir problemas».

«La OTAN es nuestra garantía de paz»

Ayer, las bombas rusas sonaron más cerca de Polonia. El ataque de una base militar ucraniana a solo 20 kilómetros de la frontera provocó escalofríos a muchos polacos que, como Pawel Urzedowski, dan las gracias por pertenecer a la Alianza Atlántica. «La OTAN es nuestra garantía de paz», afirma. Como la mayoría de los habitantes del este de Polonia, él nunca pensó que Putin fuese a invadir Ucrania. «Estamos en el siglo XXI, y creía que habíamos creado un mundo mejor que el de nuestros padres. Pero estaba equivocado», lamenta. No lejos de su casa, un mural recuerda los campos de exterminio nazi en los alrededores de Jaroslaw.

Urzedowski, que vivió su juventud en el comunismo, compara al presidente ruso con Stalin. «Y tiene ambición imperialista», recalca. Por eso, tanto él como sus amigos están convencidos de que no detendrá su invasión hasta controlar todo el territorio ucraniano e imponer un gobierno títere.

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