viernes, 30 de junio de 2023

EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - Martes- 11- Julio - Carmen Posadas - La belleza y sus paradojas ,. / LUNES -10 - Julio - Imprescindibles - Simone Weil ,. / ELLA & - En forma unas flores ,. / EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA -Jueves -13- Julio - Ensalada de pera, manzana, endibia, jamón y queso picón,.

 

 TITULO:  EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO -CENA - DOMINGO -LUNES - EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES -11- Julio -  Carmen Posadas - La belleza y sus paradojas  ,.

EL ARBOL DE TU VIDA - MARTES -11- Julio   ,. 

 
 Conducido por Toñi Moreno, el espacio investiga el árbol genealógico de los personajes más queridos de nuestro país. El martes-
11- Julio, a las 22:30 por antena 3, etc.


 EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES -Carmen Posadas -  La belleza y sus paradojas   ,.

  EL SILENCIO POR FAVOR - DESAYUNO - CENA - DOMINGO - LUNES -  Carmen Posadas -   La belleza y sus paradojas .,fotos.

 Carmen Posadas - La belleza y sus paradojas,.

 Carmen Posadas: "Antes, el adulterio era finísimo"

 Carmen Posadas,.

 Hay supuestos que todos damos por buenos, aunque la experiencia y la razón digan lo contrario. Uno es la identificación de la bondad con la belleza, un apriorismo que se manifiesta en todo, desde los cuentos de hadas hasta las multas de tráfico. En los cuentos, por ejemplo, las heroínas, bien sean princesas o humildes pastorcillas o molineras, son siempre monísimas, de cabellos sedosos y ojos grandes y almendrados, mientras que los personajes femeninos negativos son brujas o viejas salpicadas de verrugas.

 

( Desayuno )

La escritora y periodista Nerea Pallares publicó, en 2015, su libro de relatos titulado Sidecar. Becada por la Fundación Antonio Gala para Jóvenes Creadores de Córdoba, cursó el Máster en Estudios Comparados de Literatura, Arte y Pensamiento en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y fue la ganadora del II Premio de Cuento las Dalias y del XLV Certamen Literario Ciudad de Martos.

 

 Salteado de verduras con carne o pescado · Recetas Fáciles

( Cena,.)

En «La belleza de lo terrible», título del prólogo de su último libro de relatos publicado, Los ritos mudos (2021), la escritora argentina Valeria Correa Fiz afirma que Nerea Pallares «no nos ofrece respuestas, pero sí una cartografía de ciertas ceremonias individuales y de prácticas colectivas que se celebran en la actualidad o que se celebrarán en futuros quizá más cercanos de lo que creemos». Su escritura «se encuentra en ese espacio exiguo y delicado donde se cruza la belleza con el horror», en tramas que, desde sus primeras líneas, presagian «la inminencia horrorosa del daño».

- Nerea, cuéntanos por qué es tan importante en los cuentos de Los ritos mudos aquello que permanece oculto, que no se revela al lector o que no se comunica de forma expresa.

La mudez y, de algún modo, la imposibilidad de comunicación con el otro es uno de los aspectos fundamentales del libro. También la idea de que lo más significativo en nuestros rituales cotidianos, ya sean conscientes o inconscientes, es justamente aquello que no puede ser nombrado. Y allí donde la palabra no llega, aparece el silencio con toda la fuerza del símbolo. Por ello, los vacíos que vertebran estas historias son en realidad muy elocuentes en su empeño de señalar una ausencia clave.

- «… el lugar de la herida / en donde hablamos nuestro silencio» son palabras de Alejandra Pizarnik, que eliges para abrir tu colección de relatos. ¿Qué universo simbólico has pretendido generar en los lectores en esa herida que se habla en silencio, como paradoja de aquello que no cura, pero que tampoco nos atrevemos a sanar?

Esa cita da paso a la lectura como anticipo del lugar desde el que se habla. La herida de una dentellada, que deja un hueco y habla por nosotros. En todos estos relatos se recibe un mordisco.

- Transitando por las líneas temáticas que tienen que ver con la «Separación», el «Sacrificio», la «Adoración» y la «Redención», los «espacios ominosos» de los cuentos presagian «la experiencia del daño, crueldad o violencia» que padecerán los personajes. ¿Qué son o cómo defines los ritos mudos y por qué los has agrupado en las líneas temáticas señaladas?

Los ritos mudos son las secuencias silenciosas, grupales o individuales, que se libran en la cotidianidad muchas veces y que revelan lo que somos.

La separación, el sacrificio, la adoración y la redención son cuatro momentos clave en ceremoniales de naturaleza muy distinta. Me interesaba llamar la atención sobre las nuevas consagraciones que hacemos como sociedad hoy en día, precisamente porque creemos que vivimos ya desvinculados de esta dimensión ritual, que es, en realidad, inherente a lo humano. Y con esta estructura cuatripartita, la lectura del propio libro se propone como un rito en sí mismo.

- ¿En qué experiencias o recuerdos te basas para ofrecer al lector de tus relatos una imaginación tan poderosa y, a la vez, una visión tan crítica de la realidad que nos rodea? ¿Cómo se conjugan ambas en tu escritura?

Para mí, la literatura y el pensamiento se entretejen de manera natural. Muchas veces parto de una imagen plástica, que me viene a la mente y que me llama poderosamente la atención, porque en ella conviven, justamente, una sensación, una secuencia y una idea que me interesa explorar a través de la escritura.

- En el cuento que abre el libro, titulado «Los días salados», finalista del I Certamen Internacional Literario MadWomenFest de Relato, la ciénaga es calificada por la protagonista como «una segunda piel que jugábamos a arrancarnos». ¿Los espacios creados a lo largo del libro son también protagonistas de las historias? ¿Cómo influyen en tus personajes los lugares que habitan o que padecen mientras transitan por ellos?

Sí, los espacios se pueden ver, tocar y sentir muy vivamente y funcionan como personajes en muchas ocasiones. Espacios de seguridad que se quiebran y se convierten, de pronto, en espacios de amenaza. Una ciudad en ruinas tras una explosión, un salón que devuelve un aspecto de búnker con las paredes abrigadas con moqueta, una fachada con fisuras desde las que se suspenden generosos ramos de Aarabis caucásica ofrecidos al abismo, las cintas mecánicas de un matadero en el que todo sucede como en un día rebobinado, ciénagas de calor asfixiante desde las que no se puede divisar el horizonte o una comunidad que habita un diseño radial a las afueras de Estocolmo. Los espacios en Los ritos mudos anticipan el conflicto.

- «El miedo es un paisaje interior» o «No existe el retorno cuando ya no hay origen» son algunos de los pensamientos y obsesiones que manifiesta la protagonista del cuento titulado «La ciudad cardinal». ¿Cómo sobrevivir o lidiar con el miedo, con el recuerdo del mismo o con la memoria que no deja olvidar algo traumático que impide, por ejemplo, un nuevo comienzo?

Pienso que vivimos en una época con tendencia a demonizar y medicalizar las emociones negativas. En muchas ocasiones, los tranquilizantes o la falsa positividad del coaching neoliberal van en la misma dirección. Pero, frente a la narcotización, entender que nuestro miedo es natural, profundizar y relacionarnos con él de otro modo nos hace tomar el control. Nos devuelve el poder.

- «Un hombre no puede medirse únicamente por la virtud de las acciones que describe, ni por la sabiduría de los pensamientos que expresa, sino por lo libre que es y que se percibe que es», expresó el pensador y escritor norteamericano Henry David Thoreau. ¿Cuánta de su filosofía hay en tus relatos o de qué manera te han influido sus pensamientos para crearlos?

En Los ritos mudos, se cita a Thoureau para significar la visión que del mundo tiene la pareja protagonista en «Todavía estamos buscando»: «debería recordar que Thoreau dijo que todo lo bueno es libre y salvaje. Nosotros pensamos lo mismo. Lo pondría como tatuaje en las paredes de mi habitáculo, siempre intervenidas de las palabras que me rehúyen».

Personalmente, lo que más me atrae de Thoureau es pensar cuánto le movía la curiosidad. La curiosidad frente al conformismo. Así entendida, creo que es una forma radical de resistencia.

- Uno de los cuentos más tétricos es el titulado «La mascarada», tanto por el lugar que se describe («El infierno debe ser algo bastante parecido a esto»); como por los personajes («Los que antes me parecieron alegres bailarines son cada vez más muñecos ventrílocuos que comienzan a moverse con gestos mecánicos, casi grimosos»); como por las implicaciones de todos ellos en un final precipitado. ¿Somos, en cierta manera, lectores masoquistas, que buscamos el daño emocional, del que se nos previene, aunque no podamos dejar de leer?

Espero que no seamos lectores masoquistas, sino lectores que buscan en el libro una sacudida que no es banal, que les permite pensar desde otro lugar. Lectores que entienden lo inquietante como un revulsivo para poder ver otras caras de la misma realidad.

- «En nuestra espalda nos hemos dejado las huellas, la carga, la carne levantada en alguna inicial y nuestro amor ahora también es un residuo», afirma la narradora en el cuento «Todavía estamos buscando». ¿Aprendemos algo del abismo que provocan las relaciones o los amores tóxicos?

Creo que podemos aprender muchísimo de ellos: de nosotros mismos y nuestro modo de relacionarnos. Me interesaba reflexionar sobre cómo nos vinculamos, hoy en día, y no necesariamente en un sentido romántico: qué anhelamos, con qué nos identificamos, qué nuevas formas sociales exploramos para apagar la sed de pertenencia, cuáles son nuestros nuevos rituales. Y, por supuesto, si estas fórmulas son o no efectivas, si fracasan y, en cualquier caso, qué cuentan de nosotros.

- «Es obvio que ningún gobierno diurno tiene idea. Pero tú sabes a quién pertenece la noche». ¿Qué tipo de mensaje nos quiere transmitir la narradora del cuento «No recuerdas la noche»? ¿Todos somos (como) «El Prisionero» del cuento?

Este es un cuento que reinterpreta la leyenda de la Compaña. Que advierte de que el gobierno diurno no tiene idea de qué está sucediendo cuando atribuye las extrañas muertes masivas al efecto de un virus. Habla de cómo las verdaderas fuerzas que dirigen son otras, sutiles e invisibles. Y en él se formula un curioso mecanismo como única forma de liberarse. Como sucede en todos los relatos, lo que más me interesa es dejar espacio para una lectura activa, en la que cada quien pueda sacar su conclusión propia.

- ¿Cómo prevenir la sordidez que supone «una nueva caperucita sin salvación para renovar con sadismo los imaginarios», cómo evitar «horrorizarse alegres, aliviarse con que las desgracias ajenas sean ficciones imposibles y siempre peores que las propias», cómo dejar de viralizar un hecho atroz, como el que se cuenta en el relato titulado «#Nora»?

Me temo que no tengo una respuesta para saber cómo «prevenirlo», más bien tengo la pregunta que se hace este relato acerca de los límites del deseo humano y de cuánto de ello puede revelar nuestro uso de las redes sociales.

- En el cuento titulado «Fä», planteas un mundo distópico, a pesar de reflejar un entorno sostenible o ecoaldea, donde «todo es blanco y manso. Incluso aquí, en medio del bosque, la naturaleza parece estar domesticada y no tolerar la intensidad». Un lugar en el que habita alguien que nos resulta muy familiar, Siri, con una filosofía de vida crudivegana, un ser muy inteligente que no sabe pronunciar correctamente el nombre del protagonista. ¿Catalogarías el relato de irónico, paródico, distópico…? ¿Por qué?

Sin duda, es un relato en el que hay mucha ironía y, por momentos, hasta cierto humor negro. Me divertía la idea de invertir el buenismo de una comunidad modélica en muchos aspectos y señalar de qué modo una propuesta así también puede resultar dogmática y tiránica.

- ¿Cómo podemos «salvarnos» y salir indemnes de la información que nos quieren implantar para «saber quiénes somos, qué va a pasar, qué debemos hacer»?

Supongo que reflexionar sobre la vigilancia, la cesión voluntaria de nuestros datos, nuestro consumo de información y nuestro empeño en adorarla y convertirla en nueva deidad es un buen comienzo. Esto pretende «Fä» en gran medida. Pero yo no atribuiría a ello una «salvación» en términos absolutos. Es una palabra demasiado grande.

- ¿Por qué son tan peligrosos los apegos en ese mundo idealista, pero tan distópico a la vez?

Supongo que os referís a la advertencia que Knut, uno de los personajes del relato de «Fä», hace a Hugo, su protagonista. En este caso, intenta evitar el establecimiento de vínculos de cierta profundidad dentro de la comunidad, porque es algo que socavaría su capacidad de control sobre los miembros. Es algo muy característico de algunas sectas.

- «Debemos darle a la Tierra hijos mejorados que sepan cuidarla, seres genéticamente perfectos nacidos de la tecnología. Ya hemos hecho suficiente daño. Es el tiempo de mirar hacia otras formas de existencia más ética». ¿Todo vale para el bien común? ¿A qué tipo de peligros nos enfrentamos por ello?

El pensamiento único es siempre un gran peligro, con independencia de cómo se vista; incluso si es en una comunidad cool de nórdicos veganos que escuchan electrónica y exploran en colectivo nuevas formas de vida.

- «Por eso es su casa un templo a los desamparados; columnas de electrodomésticos fallecidos, capiteles de cajas de pescado, frisos de libros con capítulos perdidos y sin cuenta de las manos por las que pasaron. Dispuestos de formas tan insólitas y tan perfectas, sucios, tan vividos, mutilados, y por fin, serenos, paralizados en la ausencia del conflicto». Así se describe la casa del protagonista del último relato: «Tarta para cumpleaños». ¿Cómo hacer visible aquello que, como sociedad, tendemos a invisibilizar, dejar de lado o marginalizar para seguir con nuestras vidas como si no pasara nada?

Volviendo la mirada a los espacios de tránsito y apreciando la grieta y la superficie ajada, no solo en los objetos, también en las personas, como posición ética y estética. Confiando en el valor que tiene lo que va más allá de lo meramente utilitario, material y rápido. Renovando nuestra sensibilidad. Quizás así podamos apreciar por sí mismas y sin afán de medición empírica cuestiones como la cultura, el arte, la literatura, el pensamiento.

- «InLimbo es una editorial que nace para reivindicar el papel de la narrativa de lo inquietante como alta literatura y para promover aquellas corrientes alejadas de la dictadura de lo real. InLimbo aporta inspiración, contagio, imaginación. Aporta evasión poética y una estética oscura, inquietante, haciendo de lo melancólico, lo oscuro y lo negativo, bello y trascendente». InLimbo es una apuesta editorial arriesgada, dirigida y coordinada por Manuel Arcas Castillo y Ana Martínez Castillo, respectivamente. ¿Cómo llegaste a la editorial y cómo ha sido el proceso de publicación de tu libro?

Llegué a la editorial de casualidad y la verdad es que, cuando los conocí, ya tenían cerrado el plazo de recepción de manuscritos. Pero vi tan clara la conexión entre su línea editorial y Los ritos mudos que me animé a enviarlo. Y el flechazo fue mutuo. Estoy muy contenta con el cuidado en la edición que ha puesto InLimbo, con una estética muy identificable a través de las portadas impactantes de la fotógrafa Pilar Lozano.

- ¿Puedes adelantarnos algo de tus próximos proyectos literarios?

Estoy trabajando en un proyecto narrativo que estudia ciertas relaciones entre el tejido y el lenguaje, revisita figuras mitológicas femeninas en torno al hilar y se sitúa en un pueblo marinero y laberíntico en el que mar y viento forman parte de lo mismo.

 

TITULO:  Lunes - 10- Julio - Imprescindibles - Simone Weil ,.




LUNES -  10 - Julio - Imprescindibles ,.

Imprescindibles, serie de documentales sobre los personajes más destacados de la cultura española del siglo XX cada semana en La 2, el lunes -10 - Julio   -
 , a las 21:00 ,fotos .
 

Simone Weil,.


Simone Weil
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Información personal
Nacimiento 3 de febrero de 1909
París (Francia)
Fallecimiento 24 de agosto de 1943
Ashford (Reino Unido)
Causa de muerte Tuberculosis Ver y modificar los datos en Wikidata
Nacionalidad Francesa
Educación
Educada en
Información profesional
Ocupación Filósofa, profesora de enseñanza secundaria, escritora, autobiógrafa, poeta, sindicalista, miembro de la Resistencia francesa, diarista y traductora Ver y modificar los datos en Wikidata
Área Filosofía política, ética, poesía, metafísica y cosmogonía Ver y modificar los datos en Wikidata
Movimiento Filosofía cristiana y neoplatonismo Ver y modificar los datos en Wikidata
Seudónimo Émile Novis Ver y modificar los datos en Wikidata
Rama militar Brigadas Internacionales Ver y modificar los datos en Wikidata
Conflictos Guerra civil española Ver y modificar los datos en Wikidata
Miembro de
Firma Simone Weil signature.svg

Simone Adolphine Weil (3 de febrero de 1909, París, Francia-24 de agosto de 1943, Ashford, Reino Unido) fue una filósofa, activista política y mística francesa. Formó parte de la Columna Durruti durante la Guerra Civil española y perteneció a la Resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial. Dejó abundantes escritos filosóficos, políticos y místicos, incentivados por su publicación tras su muerte en 1943 a causa de tuberculosis. Albert Camus la describió como «el único gran espíritu de nuestro tiempo».

Biografía

Simone Weil (1921).

Simone Weil nació en el seno de una familia judía intelectual y laica: su padre era un médico renombrado y su hermano mayor, André Weil, un matemático reputado. Su nombre se pronuncia Acerca de este sonido [simɔn vɛj] . Estudió filosofía y literatura clásica, y fue alumna de Alain (Émile Chartier).1​ A los diecinueve años de edad ingresó, con la calificación más alta, seguida por Simone de Beauvoir, en la Escuela Normal Superior de París. Se graduó a los veintidós años y comenzó su carrera docente en diversos liceos (Le Puy-en-Vlay, Auxerre y Roanne)

En uno de sus escritos autobiográficos, Simone de Beauvoir comentó sobre Weil: «Una gran hambruna había sacudido China, y me dijeron que ella; (S. Weil) prorrumpió en sollozos cuando recibió aquella noticia; esas lágrimas me obligaron a respetarla aún más que por sus dotes para la filosofía. La envidiaba porque tenía un corazón capaz de latir para todo el mundo. Un día pude conocerla. No sé cómo entablamos conversación; me explicó en un tono cortante que una sola cosa contaba hoy en toda la Tierra: una revolución que diera de comer a todo el mundo. De manera no menos perentoria le objeté que el problema no es hacer felices a los hombres, sino encontrar un sentido a su existencia. Ella me miró fijamente. "Cómo se nota que usted nunca ha pasado hambre". Este fue el final de nuestras relaciones"».

Al comienzo de los años 1930, partió por algunas semanas a Alemania y a su regreso escribió algunos artículos donde expresó con lucidez hacia dónde se dirigía dicho país. Encontró un país socioeconómicamente hundido con una izquierda profundamente dividida (el partido comunista de Alemania controlado por Stalin libraba una lucha contra la socialdemocracia como "enemigo principal") y un partido nazi en ascenso imparable. Para ella las consecuencias serían inevitables.2

A los veintitrés años de edad fue transferida del liceo donde trabajaba por encabezar una manifestación de obreros cesantes. Los problemas con los superiores de los liceos se sucedieron, por cuestiones políticas y de metodología docente, lo que significó que una y otra vez fuera transferida de liceo.

En aquella época desarrolló su compromiso político que le llevaba a cooperar en la formación de los obreros a través de charlas y clases sindicales, a publicar en diferentes revistas de carácter político y filosófico, y a ayudar a los refugiados que huían de los gobiernos dictadores (Hitler y Stalin). Disponía de un piso familiar en Paris, en la calle Auguste Comte, cerca del Jardín de Luxemburgo, donde durante un tiempo se escondió León Trotski junto a su esposa Natalia Sedova, su hijo mayor Lev y dos guardaespaldas. Durante la estancia de Leon Troski en la casa de los padres de Simone, mantuvieron acaloradas discusiones políticas sobre los medios que se podían usar para realizar la revolución, y el valor que se le daba a las vidas humanas en la dictadura del proletariado. 2

A los veinticinco años, abandonó provisionalmente su carrera docente para huir de París y, durante 1934 y 1935, trabajó como obrera en Renault: «Allí recibí la marca del esclavo», dijo. En 1941, ya en Marsella, trabajó como obrera agrícola. Pensaba que el trabajo manual debía considerarse como el centro de la cultura y sostuvo que la separación creciente a lo largo de la historia entre la actividad manual y la actividad intelectual había sido la causa de la relación de dominio y poder que ejercían los que manejaban la palabra sobre los que se ocupaban de las cosas.

Pacifista radical, luego sindicalista revolucionaria, finalmente llegó a pensar que solo era posible un reformismo revolucionario: los pobres estaban tan explotados que no tenían la fuerza de alzarse contra la opresión y, sin embargo, era absolutamente imprescindible que ellos mismos tomaran la responsabilidad de su revolución. Por eso era necesario crear condiciones menos opresivas mediante avances reformistas para facilitar una revolución responsable, menos precipitada y violenta.

Sindicalista en la educación, se mostró a favor de la unidad sindical y escribió en la revista La Escuela Emancipada. Antiestalinista, participó desde 1932 en el Círculo comunista democrático de Boris Souvarine, a quien había conocido a través de Nicolás Lazarévitch. Participó en la huelga general de 1936. Militó apasionadamente por un pacifismo intransigente pero, al mismo tiempo, formó parte de la columna Durruti en España que luchaban contra el levantamiento militar encabezado por Francisco Franco. Fue periodista voluntaria en Barcelona, y se incorporó a los combatientes armados en el frente de Aragón, participando en alguna acción de guerra. Tras ser testigo del fusilamiento de un joven falangista, escribiría en su diario: «Me tumbo de espaldas, miro las hojas, el cielo azul. Es un día precioso. Si caigo presa, me matarán...Pero lo tengo merecido. Los nuestros han vertido sangre de sobra. Soy moralmente cómplice. Se están produciendo formas de control y casos de inhumanidad absolutamente contrarios al ideal libertario».3​ Meses después se dirigiría al escritor católico francés Georges Bernanos, quien por su parte había denunciado, a pesar de tener un hijo luchando junto con los sublevados, las atrocidades del bando franquista en Mallorca (Les grands cimetières sous la lune, 1938), reconociendo la honestidad de su denuncia: «Nunca nadie ni entre los españoles ni los franceses que estaban en España combatiendo o de visita -estos últimos casi siempre intelectuales inofensivos-, habló de las matanzas inútiles con repulsa, disgusto o rechazo siquiera. Sí, es verdad que el miedo desempeña un papel importante en la carnicería; pero donde yo estaba no parecía tener tanta importancia [...] Mi teoría es que una vez que las autoridades temporales y espirituales han decidido que las vidas de ciertas personas carecen de valor, nada es tan natural en el hombre como matar. Tan pronto como los hombres saben que pueden matar sin temor a represalias, empiezan a matar, o al menos, animan a los asesinos con sonrisas de aprobación».4​ Fue durante esta etapa cuando se la relacionó con el dibujante José Luis Rey Vila, que posiblemente adoptó el seudónimo Sim en homenaje a Simone.

La Segunda Guerra Mundial

Lúcida sobre lo que estaba sucediendo en Europa, nunca tuvo demasiadas ilusiones de las amenazas que desde el comienzo de la guerra se cernían sobre ella y su familia. Su familia estaba en grave peligro de ser clasificada como no-aria, con las consecuencias del caso. Irónicamente, Weil no tuvo formación judía alguna. Sus escritos religiosos son netamente cristianos, si bien sumamente heterodoxos. Su posición frente al judaísmo y a la identidad comunitaria judía es de rechazo explícito y total, propiciando que haya sido acusada de «autoodio» por algunos autores.

Cuando en 1940 es obligada a huir de París y refugiarse en Marsella, escribe permanentemente para exponer una filosofía que se quiere proyecto de reconciliación —siempre dolorosa— entre la modernidad y la tradición cristiana, tomando como brújula el humanismo griego.

En 1942, visita a sus padres y hermano en Estados Unidos, pero más tarde parte hacia Inglaterra para incorporarse a la resistencia, aunque se ve limitada a trabajar como redactora en los servicios de Francia Libre, liderada por el general Charles de Gaulle. En julio de 1943 deja de pertenecer a esta organización.

En este período final de su vida profundiza en la espiritualidad cristiana. Sin embargo, su acercamiento es heterodoxo y no excluye el interés por otras tradiciones religiosas. También se interesó en estos años por la no violencia preconizada por Gandhi —que ella juzgaba más reformista que revolucionaria— y tuvo algunos encuentros con Lanza del Vasto.

En 1943 se le diagnostica tuberculosis. Se interna en un sanatorio de Ashford, en Inglaterra, donde fallece en agosto con 34 años. Algunos de sus biógrafos subrayan su deseo de compartir las condiciones de vida de la Francia ocupada por la Alemania nazi, lo que la habría llevado a no alimentarse lo suficiente, agravando así su enfermedad.

Según un testimonio, fue bautizada poco antes de morir.5

Todas sus obras aparecieron después de su muerte, editadas por sus amigos. Desde entonces, ha atraído la atención creciente de literatos, filósofos, teólogos, sociólogos y lectores corrientes por su ética de la autenticidad y la rara combinación de lucidez, honestidad intelectual y desnudez espiritual de su escritura.

Albert Camus, uno de sus editores y amigo, admiró su obra como una de las más importantes del fin de la guerra. Camus la describió en 1951 como «el único gran espíritu de nuestro tiempo».6T.S. Eliot dijo que la obra de Simone Weil pertenecía a ese género de «prolegómenos de la política, libros que los políticos rara vez leen, y que tampoco podrían comprender y aplicar». Consideraba que debían ser leídos por los jóvenes antes de que las propagandas políticas anularan su capacidad de pensamiento.

TITULO:   ELLA & - En forma unas flores,.

 En forma unas flores,.

El campo de Castilla y León se tiñe de rojo. Una niña en un campo de amapolas en la provincia de León

foto / El campo de Castilla y León se tiñe de rojo. Una niña en un campo de amapolas en la provincia de León Peio García,.

La amapola, cuando una planta irrita a los agricultores pero levanta pasiones en la fotografía

El campo de Castilla y León se tiñe de rojo en elegidas parcelas durante mayo y junio con una flor históricamente de tintes atávicos y que se utilizaba como somnífero


Es protagonista en Instagram en busca de la mejor foto, o simplemente acompaña en un paseo por un camino rural en el que respirar aire limpio, en el que se la encuentras de repente como una grata sorpresa. Los campos de amapolas están en Castilla y León, y cada vez más. Superficies de tintes rojos cada vez más buscados para hacerse un selfie o sobrevolar un dron para obtener una instantánea única... aunque cada vez más recurrida. Elegidas parcelas que durante mayo y junio se adornan con una flor que históricamente ha tenido tintes atávicos y que se utilizaba como somnífero, aunque no opina lo mismo el agricultor, irritado si no ha tratado con herbicida su cultivo de cereal y ve cómo la bonita flor le chupa la sangre… roja.

Un dicho anónimo lo define perfectamente. «¿Es linda? / Es bella y maldita, como las amapolas», aunque numerosos refranes castellanos lo han dejado claro: «Aparte de buenas cosas, en abril lilas, en mayo rosas y en junio las amapolas». Pero llama la atención su uso consolidado en la poesía, como rezaba Pablo Neruda: «Hay una estrella mas abierta que la palabra 'amapola'?»

Juan Andrés Oria de Rueda, del Departamento de Ciencias Agroforestales de la Universidad de Valladolid, remarca que el 28 de mayo fue el Domingo de Pentecostés, la llamada 'Pascua Roja', precisamente por la predominancia histórica en estas fechas de los campos rojos de amapolas (papaver rhoeas). Junto a ellos, destaca que también se observan en gran medida campos de la 'adormidera', planta de la que se extrae la morfina, que blanca, y que «este año se encuentra incluso cerca de zonas urbanas, a veces cultivables».

Pero este fenómeno no ha surgido de la noche a la mañana. Las semillas de las amapolas, pequeños puntitos negros que se esparcen con mucha facilidad con el movimiento provocado por el viento, estaban ocultas en el terreno, esperando a que se dieran las condiciones más favorables para su crecimiento en un «terreno removido», como afirma Oria de Rueda. «Con una campaña agrícola muy seca, con cuatro gotas de estas últimas semanas le vale a la amapola para germinar», expone el docente en declaraciones a Ical, autor de innumerables libros de ecología, artículos en revistas e investigaciones.

Este colorido en los campos de Castilla y León es previsible que no se prolongue más allá del mes de junio. Aunque se considera de forma popular una planta débil, nada más lejos de la realidad. Se estima que sus semillas empezaron a germinar a mediados del mes pasado y en estas últimas semanas es cuando han salido las flores, generando este estallido tan llamativo.

Apreciada en la cultura tradicional

Precisa el profesor Oria de Rueda que la amapola, calificada como símbolo de paz, era una planta muy apreciada en la cultura tradicional. Antes de florecer es forrajera y se alimentaba con ella a los conejos en las casas. «Antes, se recogían en el campo las consideradas malas hierbas y se aprovechaban para algo», expone, si bien matiza que lo de «malas hierbas» es una acepción equivocada porque es «muy valiosa». Por ejemplo, recuerda, gracias a sus efectos somníferos era utilizado «con prudencia» para gente con dificultades de dormir, principalmente «la gente mayor». «Se secaba a la sombra y se lograba un resultado como una planta medicinal que se vende en supermercados y herbolarios», destaca.

Las abejas, uno de los insectos «más inteligentes», toman de ellas un polen de color negro que se llevan a las celdillas. «Hacen papillas con ello para las crías. Lo utilizan como regulador biológico. Este es el polen tan oscuro de la amapola», comenta Oria de Rueda, quien rechaza las afirmaciones de ciertos grupos de presión «radicales» sobre que la amapola la ha importado el agricultor entre semillas y granos de cereales. Otros la han calificado de planta exótica, «como si fuera un eucalipto», pero se ha demostrado que «ya estaba aquí en el Pleistoceno», pues se ha encontrado polen en restos de animales.

En general, es una planta que como no se trate con herbicidas, en terrenos de leguminosas, guisantes o vezas «pueden poner el campo rojo» y al agricultor le supone que «entre la sequía y otros problemas le hunde la cosecha». Eso no es óbice, reconoce, para ver que las diferentes tonalidades de colores de la Meseta se entremezclan entre la amapola y las crucíferas, como la colza, que son amarillas, y que durante unas semanas conviven en una especie de planicie arcoíris que maravilla a los ojos. En todo caso, Oria de Rueda advierte de que, «aunque es muy bonito», no deben «ir los autobuses, porque ya hay agencias de viajes que se llevan a turistas y puede ser un campo sembrado en el que hacen daño».

Flor decorativa y símbolo de paz

La amapola cuenta con un uso somnífero y decorativo y, aunque estos días llama la atención en el paisaje castellano y leonés, no por ello es una flor mala, como se tiene en la creencia popular. Sin embargo, sus pequeñas semillas sí se emplean para el pan de amapola, procedente de Hungría y que cada vez se encuentra más extendido. A él le aportan un sabor peculiar porque es la única parte de la flor que no tiene compuestos nocivos.

Además, se convirtió en el siglo XX en un símbolo de paz, pues durante las guerras, el terreno está expuesto a mucha actividad, a excepción de las zonas consideradas 'tierra de nadie', donde crecían las amapolas. Así, su floración entre trincheras la elevaron a figura de paz tras la I Guerra Mundial en países como Reino Unido.

Su manto rojo evocador, inspirador hoy en día de las redes sociales, ya sugirió al francés Monet en el siglo XIX, que volcó su arte hacia esta flor, a las amapolas, símbolo también de la bella Toscana italiana.


TITULO: EL BAR ESQUINA - REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO - PESADILLA EN LA COCINA -Jueves -13- Julio -   Ensalada de pera, manzana, endibia, jamón y queso picón,.

Jueves   -13 - Julio - Pesadilla en la Cocina es un programa de televisión español de telerrealidad culinaria, presentado por el chef Alberto Chicote, emitido habitualmente los jueves a las 22:30 en La Sexta. Nuevas broncas, enfrentamientos y arcadas; Alberto Chicote regresará con nueva temporada de Pesadilla en la cocina. Tras una temporada de descanso, Pesadilla en la cocina vuelve Alberto Chicote con las pilas bien cargadas. El chef de laSexta intentará reflotar nuevos restaurantes y se enfrentará a nuevos retos, etc.

EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -  LA COCINA DOMINGO - LUNES   - Ensalada de pera, manzana, endibia, jamón y queso picón ,.

EL BAR ESQUINA -  REVISTA CAMPO - TAPAS Y BARRAS - UN PAIS PARA COMERSELO -  LA COCINA DOMINGO - LUNES   - Ensalada de pera, manzana, endibia, jamón y queso picón . , fotos,.

 

  Ensalada de pera, manzana, endibia, jamón y queso picón,.

 

 

Ingredientes

Aliño de queso azul:

  • 60 g de queso azul picón
  • 60 ml de nata
  • 6 soperas de AOVE
  • 5 soperas de vinagre de sidra
  • 5 soperas de agua

Ensalada:

  • 6 endibias
  • 3 manzanas verdes
  • 3 peras
  • 1 puñado de mezcla de hierbas picadas gruesas (perejil, albahaca y estragón)
  • 2 puñados de nueces,.
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PREPARACIÓN


Del aliño: echa todos los ingredientes en una batidora y acciona la máxima potencia. La mezcla debe quedar lisa. Prueba para ver si quieres añadir más acidez y condimenta con algo más si fuera necesario rectificar. Reserva el aliño.

 



De la ensalada: separa las hojas de las endibias, lávalas muy bien y centrifúgalas hasta que queden secas. Quita los corazones de las manzanas, lamínalas y córtalas en tiras finas del tamaño de cerillas. Desecha los corazones de las peras y córtalas en dados gruesos,.

 


ACABADO Y PRESENTACIÓN


Reúne en un bol las endibias, las manzanas y las peras, añadiendo las hierbas picadas. Sobre la ensalada añade buena parte del aliño, removiendo para que todos los elementos se impregnen bien. Puedes servirla repartida en platos, rematando con el resto del aliño, un poco más de hierbas picadas y las nueces rotas repartidas. Rocía con un hilo de AOVE.


Podemos utilizar el queso azul que más nos guste y sustituir las frutas por otras: caqui, níspero, chirimoya o piña, incorporando aguacate o apio.

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