Me gustaria que las circunstacias no me obligasen a hablar,
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Aznar: "Si yo quisiera desafiar a alguien, lo desafiaría. Si yo quisiera volver, volvería"
Un día después de que se conocieran los detalles de ese libro (en el que reconoce, entre otras cosas, que el CNI no avaló la implicación de ETA en el 11-M), Aznar ha concedido una entrevista a XL Semanal, el suplemento de Vocento, en el que vuelve a mostrarse misterioso sobre una posible vuelta a la política. "Yo no tengo ninguna tentación política en este momento", asegura. Pero, inmediatamente después avisa: "Si yo quisiera desafiar a alguien, lo desafiaría. Si yo quisiera volver, volvería".
Con todo, Aznar asegura que le gustaría que "las circunstancias" no le "obligasen" a hablar porque, dice, tiene "muy poco trato con los periodistas" y, por eso, las cosas que tiene que hacer públicas le cuesta hacerlas. Pero el expresidente asegura que la situación de España le obliga a hablar.
"Yo doy ideas para intentar solucionar los problemas que tiene el país". Y uno de los principales problemas, según Aznar, es que hay "un proyecto de secesión que implica la ruptura del pacto institucional". "Se puede, se debe y se tiene que ganar. España no se va a romper, pero algunos van a llevar a Cataluña al desastre", advierte.
CRÍTICAS AL GOBIERNO
En este sentido, subraya que la situación es de "enorme gravedad nacional" y que corresponde al Gobierno liderarla. "No basta con que el Gobierno sea aliado de todo aquel que se enfrente con esa posición secesionista", critica. Sus recados al Gobierno van más allá. Aznar vuelve a asegurar que no es partidario de subir los impuestos porque "afecta a las clases medias" y que lo que conviene es "más liberalización, más apertura y menos impuestos".
Pese a sus críticas, reconoce que serán "los españoles" los que tendrán que "juzgar" al Ejecutivo. "Yo me siento un español más al que le gustaría ver que algunas cosas las afrontamos con toda decisión", asegura. Afirma, además, que a Rajoy intenta "molestarlo" lo menos posible. "Yo nunca llamo a los presidentes, salvo que sea una cosa excepcional, y a los ministros procuro darles también la lata lo menos posible", dice.
En ese sentido, Aznar cree que Rajoy sabe muy lo que piensa de él: "Si tengo algo que decir lo digo".
RELACIONES PERSONALES
En la entrevista, Aznar no entra en polémicas personales. Ni con Esperanza Aguirre ("la familia Aguirre y la familia Aznar son amigas desde hace muchísimos años"), ni con el rey ("en cuanto a lo personal, nuestra relación fue siempre correcta y afectuosa") ni con Luis Bárcenas ("yo lo desconozco totalmente").
Sí habla, sin embargo, de la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, que es también su esposa. "Antes de la decisión de los Juegos Olímpicos le dije: "Mira, Ana, si Madrid gana la candidatura, la va a ganar a pesar tuyo; y si la pierde, tú vas a tener la culpa. ¿Estás en eso?"
En este sentido, critica a todos aquellos que se mofaron de la famosa frase "a relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor", pronuncia por Botella ante los miembros del COI. "Como todo el mundo sabe, España es un país de habla inglesa en donde todo el mundo habla inglés, especialmente los más críticos son los que mejor lo hablan. Unos lo hacen con acento de Oxford y otros lo hablan con acento de Cambridge, y algunos directamente con acento de Eton".Empecemos por decir que ser del Barça, aquí o en la China, tiene su melendengue. La bonanza vivida estos dos últimos años no nos pueden hacer olvidar todo lo pasado. Hemos sido víctimas del cachondeo de todo el país, nos hemos visto como carne de chistes, normalmente malos; hemos sido objeto de todo escarnio y nos han señalado desde todas partes con el dedo mojado en asperete. Lo que afirmo, y lo hago desde la serenidad que da ser campeón de varias cosas a la vez, no es mero victimismo ni forma parte de la tradición nacionalista catalana de rasgarse las vestiduras, con la que no tengo, afortunadamente, nada que ver. Lo digo desde la memoria del aficionado no beneficiado ni por la fortuna, ni por el destino, ni por el capricho de árbitros y mandatarios. Mi equipo, no nos engañemos, ha sido un cachondeo.Ser del Barça, hecho que en determinada época se ha aproximado al estajanovismo, supone un constante ejercicio de suspense y de fe. Hemos necesitado fe para sobreponemos a las sequías de títulos. Ganar Copas del Rey, o Copas de la Liga, o trofeos Carranza, hubiera sido un éxito para cualquier otro equipo, pero no para uno que representa una masa social fiel y fervorosa. Sin embargo, el tiempo del Barça parece haber llegado, y lo hace, como lo hizo años atrás, de la mano de un holandés genial e imprevisible, que ha permitido, entre otras cosas, que los barcelonistas que vivimos en Madrid perdonemos la vida a tanto madridista que nos rodea.Hay, con todo, una diferencia entre ser barcelonista en Madrid y madridista en Barcelona. Yo, aquí, en este Madrid eternamente proteico, puedo permitirme el lujo de ser provocador, como soy, descarado e hiriente. La diferencia puede estar en que Barcelona transige menos con estas bromas, mientras que Madrid, acostumbrada a otro trajín de melting pot, acaba ignorando mi insidia. Puedo permitirme decir en los medios madrileños para los que trabajo cosas como que hay que acabar con el Madrid, que éste forma parte de la peor historia de España, que contra él todo vale y que su desgracia es mi triunfo.
Bueno, pues no pasa nada, se cabrean algo, pero todo queda ahí, acaban recordándome no sé qué de unas copas de Europa de las que ya no se acuerdan ni ellos. Sé que el caso contrario, el de Javier, mi compañero de polémica, en caso de ser tan insensato como para ponerlo en práctica, acabaría con una petición formal para que abandonara la vida y hacienda y pusiera tierra por medio.
Ser cualquier cosa en corral ajeno guarda el encanto de la aventura. Ser madridista es anacrónico, y ser barcelonista es emergente. No hay otra ley, aquí o en la China, y si no, vean el partido y convengan conmigo (yo iré al Bemabéu) que los fantasmas siempre van de blanco.Carlos Herrera es periodista.
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