TITULO: Mi casa es la tuya - LUNES 29 AGOSTO - RETORNO AL PASADO - WOODY ALLEN ACTOR CINE,.
Mi casa es la tuya,.
'Mi casa es la tuya,.', presentado por
Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado ... Pocos nombres
pueden decir tanto como el de esta amiga mía, el lunes 29 agosto a las 22:34 por telecinco, etc,.
RETORNO AL PASADO - WOODY ALLEN ACTOR CINE,.
foto,.
Ayer fui al cine. A una de las escasas salas que en la actualidad
poseemos. ¿Quizá el apodo de «ciudad de provincias» no sea tan
injustificado? Al fin y al cabo, no tenemos otra cosa que la que
parecemos desear. Acudí a la cita anual con una nueva película de Woody
Allen. Un tipo «de otro tiempo» que ha sobrevivido enfundado en sus
zapatos picados, sus pantalones de pinzas, unas gafas de pasta y una
gorra bostoniana de espiga, al cine de efectos especiales que distrae la
atención de la mala actuación de los actores. El Hombre de Brooklyn
está de moda, aunque para algunos debería de estar en un museo, junto al
bosquimano madrileño, por ejemplo. «De moda», parece una contradictio
in terminis o uno de sus chistes. Pero lo cierto es que las cifras
indican que la nueva película de Allen lleva camino de una gran
recaudación. ¿A qué se debe? Parece que a no todo el mundo le sienta
bien en el estómago la basura que nos hacen digerir a diario y disfruta
hasta con un filme de un «anciano» que puede haber dado ya lo mejor sí
mismo.
El eterno retorno A partir de la segunda película de Woody Allen
uno se siente como en casa. Revisitamos el cómodo apartamento de un
viejo, neurótico y simpático amigo, en Manhattan, por supuesto. Donde
tras una copa asistimos al su monólogo «interior». Sus aflicciones y
miedos, sus intereses y percibimos de vez en cuando la evolución de sus
gustos. Como en un deya veu , volvemos a escuchar la tenue música de
jazz, la conversación de sobremesa en un restaurante neoyorquino, vemos
desfilar las dificultades del amor y las imperfecciones del ser humano
(las mismas que en la anterior película), el sexo como motor de la
humanidad, el judaísmo, la muerte, el psicoanálisis y las cocinas con
dos puertas enfrentadas. Así son las películas de Allen, un paraíso para
nostálgicos. La repetición de esquemas ya asumidos hacen que el cerebro
repose en complaciente comodidad.
TITULO: DESAYUNO - CENA - ENREDATE ¡ QUE HAY DE NUEVO ! - EN LA TUYA O EN LA MIA - MIERCOLES 31 AGOSTO - ERASE UNA VEZ, EN EL VICTORIA & ALBERT,.
DESAYUNO
- CENA - ENREDATE ¡ QUE HAY DE NUEVO ! - EN LA TUYA O EN LA MIA -
MIERCOLES 31 AGOSTO - ERASE UNA VEZ, EN EL VICTORIA & ALBERT, fotos.
EN LA TUYA O EN LA MIA ,.
En la tuya o en la mia ', presentado por
Bertín Osborne, acerca a los espectadores el lado ... Pocos nombres
pueden decir tanto como el de esta amiga mía, el miercoles 31 agosto a las 22:34 por La 1, etc,.
ERASE UNA VEZ, EN EL VICTORIA & ALBERT,.
foto,.
El juego con arquetipos e historias manidas, del que en la actualidad se
producen ingentes ejemplos, pueden ser una clara prueba de ello. En
ocasiones se puede convertir en una comodidad malsana en la que se
limita la evolución del pensamiento y que va en contra del elogio a la
actividad de la filosofía occidental. Pero todos necesitamos un lugar al
que regresar para tomar fuerzas. Con el inconsciente deseo de retorno
acudimos los incondicionales el año pasado a ver Match Point y ya
en los primeros segundos nos sobrecogimos instintivamente por que
aquello no nos resultaba familiar. La voz de un tenor nos indicaba que
nos adentrábamos en un reino nuevo. Alguno pensó que se había equivocado
de sala o que le habían timado. La ópera italiana había sustituido a
las notas del reino de Satchmo. Asistimos a esa clásica tragedia
operística que sorprendió a propios y extraños. Que curioso que una
película tan ajena a todo lo anteriormente característico del director
le llevase de nuevo a la palestra. «La música de azar» diría otro Premio
Príncipe de Asturias. La huida de los Estados Unidos que anunciaba
sarcásticamente en Un final Made in Hollywood (2002) había producido un viraje copernicano en la filmografía de Allen. En su segunda aventura londinense, Scoop
, ahora en nuestras pantallas, vuelve con su antiguo repertorio: el
asesinato marital, sus temblores y tartamudeos y las carcajadas. Todo
ello amenizado con música clásica. La maratón de creación, o producción,
a la que se lanzan muchos autores es sin duda un arma de doble filo.
Sin duda viven para la creación, cumplen sus contratos y nos hacen
disfrutar. Pero como a la mayoría de las creaciones actuales les falta
madurez para alcanzar una verdadera grandeza que en los de grandes
autores parece intuirse en ciertas pinceladas. Pero en mundo poseído por
la vorágine de la producción y consumo inmediatos parece mucho pedir
que uno se disponga a sopesar y elevar su creación. Sin duda, seguir los
pasos de Sthendal, cuando escribió La Cartuja de Parma en algo más de cuarenta días, está al alcance de pocos genios. Aunque no faltan los desafortunados intentos.
Los clásicos del cine. ¿Homenaje o apropiación? Los casos en los
que el mitómano Woody Allen se ha retrotraído a los clásicos del cine
norteamericano de los cuarenta y cincuenta para conformar sus historias
son abrumadores. Y no nos referimos con esto a la música, tan
característica en sus filmes, o a meras alusiones. Sino a entramados
narrativos y personajes. As time goes bye o Sueños de un seductor (1972) la obra de teatro de Allen que se convirtió en película, pero que él no dirigió, es un continuo homenaje a Casabalanca
(1942) y sobre todo a Humphrey Bogart y su talento para seducción del
género femenino. La película a la que da título la famosa canción que
interpreta Dooley Wilson con la voz acatarrada a lo Louis Armstrong es
una excusa para poder ponerse una gabardina y un sombrero y decir
aquello de «Tal vez no hoy ni mañana, pero sí algún día y para siempre».
En Manhattan Murder Mystery (1993) vemos reminiscencias de la genial La ventana indiscreta
(1954) en el trato de la monotonía de la relación de pareja y la
necesidad de aventura, entre otras. La trama negra de los asesinatos en
relación a los seguros de vida es una alusión, explicita por otra parte,
a la maravillosa Double indemnity o Perdición (1944),
como se tituló en castellano, de Willy Wilder. Y no concluimos aquí. El
final reproduce fielmente, con la escena de los espejos enfrentados en
la que sólo una imagen es la verdadera, el de La Dama de Shanghai
(1948). Bien es verdad que sin la belleza irrepetible de Margarita
Cansino, única en esa película por rubio corto de su pelo; el talento
del que fuera su marido Orson Welles. Aunque Woody Allen contaba, como
en tantas ocasiones, con la inteligente y desinhibida belleza de Diane
Keaton. ¿Y todavía hay quien se sorprende por que la pretenden jóvenes
guapos y famosos? Puede que no hayan visto Manhattan (1979). Ni
soñaran con que se nos concediese vivir unos instantes sentado en un
banco junto a una mujer así, mientras el Puente de Brooklyn enmarca un
amanecer de los que dan paso a una nueva etapa de tu existencia en la
que es posible que mañana pasees por la playa un atardecer de la mano de
«Annie Hall» (1977). Y ¿quién sabe? Pude que algún día circules a su
lado en su Mini por Guzmán y Ordoño. El cine y las historias tienen eso.
Sin duda, Perdición es una de las películas favoritas de Allen.
Así como su principal actor, el magnífico Edward G. Robinson. A este
detective de seguros con enanos en el estómago por intuición parodia en
la muy recomendable La Maldición del Escorpión de Jade (2001). El idilio con «El rostro del gángster», como se ha llamado ha este enorme actor continúa con Granujas de Medio Pelo (2000). En ella reproduce la trama de una película de 1942 del actor titulada Larceny.inc
. Los torpes ladrones, la compra del local para robar el banco y las
galletas.
Seguro que el lector avezado, tanto de imágenes como de palabras, ya
habrá encontrado más. Estos tropos o recursos estilísticos se han
convertido en habituales en los filmes de Allen. Algunos de ellos,
quizás deberían haber sobrado cuando uno ha alcanzado ser él mismo un
clásico. Pero a la vez son un rasgo propio de su estilo. Puede que sean
una llamada de atención al espectador para que se encamine en el sendero
de esas grandes películas. No tan olvidadas como puede pensarse.
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