Un minuto de más - David Gistau - foto.
Me interesé por los decadentes años finales de Scott Fitzgerald después de leer El desencantado,
la novela donde Budd Schulberg cuenta cómo el autor de Gatsby llegó a
Hollywood envejecido, alcohólico y desesperado por conseguir dinero así
fuera disparando al aire la última munición de su talento con comedietas
de chicas que patinan. Hay otro libro, de Scott Donaldson, que describe
el desmoronamiento interior de Fitzgerald sobre el eje narrativo de su
amistad/ruptura con Hemingway. Scott mendigó la aprobación de Hemingway
de un modo tan humillante que me recordó el amor de Katherine Hepburn
por Spencer Tracy cuando se ovillaba como un perrito delante de la
puerta de la habitación del hotel a la espera de que a él se le pasara
la furia alcohólica y le permitiera entrar.Hemingway y Scott Fitzgerald se conocieron en París durante la época de la Generación Perdida y fundaron una profunda amistad. Ambos se influyeron. Con el tiempo, mientras Fitzgerald se degradaba y perdía el control de su carácter, Hemingway le profesó tal desprecio que en París era una fiesta, escrita al final de su vida, los años de amistad están distorsionados por el afán malediciente de demoler a Scott. Fitzgerald estuvo siempre tan dedicado al amor a Hemingway -al hombre y al escritor- que la ruptura de la amistad le hizo dudar hasta de su tendencia sexual. Los borradores de sus libros siguientes tienen los márgenes llenos de anotaciones obsesivas. «Esto le gustará a Hem», «Cuidado, este párrafo es muy Hemingway», y así.
En la ruptura de la amistad, además de los antagonismos de carácter que hacían pensar a Hemingway que Fitzgerald era un cobarde y un débil que saltó de la juventud a la senilidad «sin pasar por la madurez viril» -o sea, que no le pegó un tiro a nada-, hubo mucho de envidia literaria. Hemingway prohibió a Fitzgerald publicar una novela tres meses antes o después de que lo hiciera él para no verse riñendo ambos en las listas de ventas. Scott, quien tenía el mismo editor que Hemingway -el mítico Max Perkins de Scribner´s-, por supuesto obedeció.
Con todo, el hecho concreto que de veras sembró para siempre el resentimiento de Hemingway hacia Scott no sólo no es literario, sino que revela hasta qué punto, en un artista, el culto a su propio personaje, a su propio cliché, puede llegar a ser infantil. Antes de que se dispersaran todos de París, cuando Hemingway ya había escrito sobre sangre derramada en varias acepciones distintas -corridas de toros, safaris, boxeo, asesinos y guerra-, a las tabernas literarias llegó un joven novelista canadiense, Morley Callaghan, que lo primero que hizo fue empeñarse en conocer y en trabar amistad con esos dos escritores consagrados a los que tanto admiraba. La relación entre Scott y Hemingway ya debía de estar deteriorada, porque Hemingway pidió a Callaghan que no dijera a Scott dónde estaba su apartamento nuevo por miedo a que una escandalera de borracho provocara que los propietarios lo echaran. Hemingway y Callaghan boxeaban todas las semanas en el Club Americano. Callaghan era mejor, pero Hemingway, aunque más tosco, pegaba duro y tenía aguante. Scott no soportaba haber sido excluido de aquella amistad pugilística. Suplicó asistir al Club hasta que Hemingway le permitió acudir un día como cronometrador de los asaltos de tres minutos. Tan absorto quedó con la pelea que no miró el cronómetro y olvidó gritar «¡tiempo!» en un asalto en el que, alcanzado el minuto cuatro, Hemingway fue noqueado. Hemingway creyó que Scott lo había hecho adrede para que alguien le diera por delegación la zurra de la que él no era capaz y, por añadidura, para estropear su reputación de macho invencible. Nunca se lo perdonó. Tampoco a sí mismo: durante el año siguiente, en cualquier lugar del mundo donde estuviera, Callaghan recibió telegramas de Hemingway desafiándolo a ese nuevo combate que él necesitaba para reparar una autoestima abierta en una herida más profunda que la que pudiera causarle cualquier mala crítica.
Desayuno: domingo y lunes - receta de La Hierbas
La cena - domingo y lunes - 1 huevo (cocido, a la plancha o en tortilla francesa con muy poco aceite) beber agua y un poquito pan, postre un platano, etc.
«Un vaso de agua templada y unas gotas de limón. Una pitaya y kiwi; cereales y pasas con leche de coco y soja; pan de centeno con un poco de miel; y dos cafés».
TITULO: LA COCINA DOMINGO LUNES - SANDES Y TOSTAS EN FÁTIMA,.
Sandes y tostas en Fátima,.
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Junto al santuario, abren mercados y restaurantes ecológicos,.
La pasada semana, la Asamblea de la República portuguesa aprobó una ley por la que, dentro de dos meses, será obligatorio servir un plato vegetariano en los comedores públicos de Portugal. La propuesta parte de un proyecto de ley del partido PAN (Personas Animales Naturaleza), apoyado por los partidos ecologistas y de izquierdas, mayoritarios en la Asamblea portuguesa, que votaron a favor de la ley, mientras los partidos del centro derecha (PSD y CDS) se abstenían.
Se cumple así un tópico tonto al uso: ser vegetariano es de izquierdas. Será por eso que cuando uno va a Fátima, imagina que solo encontrará restaurantes de bacalao y churrasco de pollo. Es decir, restaurantes ‘de derechas’.
En nuestro viaje a Fátima para conocer cómo se prepara la ciudad y el santuario para recibir al Papa Francisco y a un millón de visitantes el 13 de mayo, también íbamos con prejuicios gastronómicos, pero nos sorprendió encontrar una variedad en la oferta que incluía, además de una mayoría de restaurantes tradicionales, que ya comentaremos otro sábado, un par de locales alternativos, situados junto a la gran explanada del santuario, de comida bio y eco.
Si nos situamos en la explanada, mirando hacia el nuevo altar construido para la misa del Papa, a nuestra derecha y a la altura del final de la gigantesca iglesia de la Trinidad (6.000 fieles sentados), abre la Mercearia Biológica Tonsai, un mercado orgánico donde se pueden comprar los clásicos productos de herboristería, además de frutas y verduras ecológicas y bebidas bio. Tienen un saludable y rico menú del día por 5,50 euros. Si hay hambre, se puede tomar el menú XL por 7 euros. Y si solo se desea pasar un buen rato, sentado en un ambiente desenfadado y agradable, sirven café bio a 0,60 la taza.
Eso es en los edificios situados en el lado derecho de la explanada. En el lado izquierdo, a la altura de la iglesia de la Trinidad y con el hotel Tres Pastorinhos como referencia, una profesora de enseñanza infantil y su marido, empleado de banca, han abierto el pasado mes de agosto la Taverna do Merceeiro, un local precioso, aunque pequeñito (tres mesas y la barra), donde sirven sopas (1,50-2 euros), ensaladas (3,90), tostas regadas con aceite (3,90), tablas, sandes o bocadillos rústicos de pan de algarroba con aceite y orégano (3), conservas, bifanas, patés, chocolates y tartas caseras. Todo ello, envuelto en música de rock clásico o fados modernos, en un entorno vintage, rodeados de estantes donde se ofrece una selección espectacular de productos portugueses de los años 50 y 60, desde Omo hasta flan Mandarín.
Probamos las sopas de pescado y de verduras. La primera venía acompañada de un bol de curruscos de pan y otro de cilantro. Con la segunda, un bol aparte de curruscos de pan o croutons con finas hierbas. Suaves, sabrosas y reconfortantes, abrían paso a una tabla con tres quesitos de Nisa y presunto o jamón alentejano de Portalegre, todo ello en compañía de pan ecológico de varios cereales y aceite de Fátima con orégano, que no es ningún aceite milagroso, sino el aceite de oliva de la cooperativa local.
Comenta la profesora hostelera, que atiende la barra y la cocina tras salir del colegio, que enero fue un buen mes en Fátima para el turismo, febrero ha sido muy flojo y a partir de ahora se espera una apoteosis de viajeros. De postre, ofrece un rico bizcocho de nueces, otro de naranja y zanahoria con chocolate o compota de yogurt griego y canela y, cosa rara en Portugal, los postres de esta Taverna do Merceeiro no son exageradamente dulces. Cenamos dos noches: sopa, tabla y postre y sopa, sandes y postre. Para dos, con una cerveza y té, 20 euros.
TITULO: LIGA FUTBOL - GRANADA -0- ATLETICO MADRID -1-,.
Resultado Final - GRANADA -0- ATLETICO MADRID -1-,. foto.
El Atlético de Madrid se ha llevado los tres puntos de Los Cármenes gracias a un gol de Griezmann en el minuto 84 de un choque trabado, etc.
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