foto, Rafa Nadal es más leyenda: triunfo ante Wawrinka, décimo título de Roland Garros y 15º Grand Slam,.
El español se impone al suizo en la final (6-2, 6-3 y 6-1, en 2h 05m) y recupera tres años después el trono de París. Ya supera a Pete Sampras en la cifra de grandes y asciende al número dos del 'ranking',.
Roland Garros demandaba a su rey y el monarca, después de un paréntesis de tres años, regresó. Volvió Rafael Nadal a reencumbrarse en el Bois de Boulogne, décima vez ya, una proeza por lo tanto. El tenista español venció y apabulló en la final al suizo Stan Wawrinka (6-2, 6-3 y 6-1, en 2h 05m) para elevar su 15º título del Grand Slam, por lo que ya contempla por el retrovisor al estadounidense Pete Sampras (14), con el que igualaba desde que obtuviera su último cetro en la cité, en 2014; se situó así a solo tres del plusmarquista Roger Federer (18).En París hacía mucho calor y las camisas blancas de las gradas le conferían a la Chatrier el aspecto de un gran pastel de merengue. El público parisino, siempre apuesto, recibió con relativa equidad a los dos protagonistas, que de entrada comenzaron imprecisos, casi tan plomizos como la meteorología. El plan de uno y otro estaba claro, pero ninguno de los dos conseguía aplicarlo a rajatabla. El de Rafa Nadal decía que tenía que menear al suizo y hacerlo correr, intentar que no encontrase puntos francos de tiro para minimizar el impacto de su derecha y su revés, golpes cortantes y violentos. El de Wawrinka, mientras, pasaba esencialmente por ser agresivo y morder, porque de otra manera no tendría escapatoria; tal vez ante otro, pero no ante Nadal.
Les costó a ambos coger temperatura de juego y a la que lo hicieron el español fue imponiendo su estilo. Un silencio sepulcral en la central y, desde la tribuna de prensa, se escuchaba una ligera reverberación cada vez que Nadal embestía y rugía. Peloteaba el balear, 31 años y ocho días ayer, como quien espanta moscas, con la solidez y la entereza propias de quien afronta la empresa como un ejercicio puramente rutinario, ordinario, como si en lugar de disputar una final de un Gran Slam y desafiar a su propio mito, a la leyenda de la arena, estuviera en uno de esos entrenamientos en los que no escatima una gota de esfuerzo.
Stan y la losa del primer set
Un avión de la armada francesa surcó en dos ocasiones el cielo, pero ni por esas se despistaba a Nadal, metido completamente en harina, tan ensimismado en lo que debía hacer que no advertía otra cosa que no fueran la pelota y Wawrinka. Y a este, 32 primaveras, se le vino rápidamente abajo la estrategia, porque en ningún momento pudo pegar con comodidad, casi siempre forzado y en escorzos difíciles, así que la bola aterrizaba blandita en el otro lado y Nadal tomaba pista y entraba hasta el fondo, sin compasión. Quebró el servicio del suizo al sexto juego y a partir de ese momento, c’est fini, muy poquito que hacer para Stan, set abajo frente al coloso y en esa pista. Demasiado para él, demasiado para cualquiera.
Percutió y percutió el balear, al abordaje, con el drive despidiendo fuego y un oficio sobrenatural
Se le fue larga una bola al helvético y estalló: raquetazo al suelo y luego un toque certero con la rodilla para partirla en dos. Demonios fuera, feo gesto, pero solo una ligera reprimenda del aficionado, consciente del desquicie que supone hacer frente a Nadal. Este navegó a velocidad de crucero, con un ritmo constante y sin variar un ápice el plan trazado. Ni siquiera se inmutó cuando el juez le reprendió por demorarse con el saque, viejo enemigo el reloj. Percutió y percutió, al abordaje, con el drive despidiendo fuego y un oficio sobrenatural. Ni la más mínima esperanza le dejó al rival, frustrado una y otra vez.
Una hegemonía única en la Era Abierta
Así es Nadal, el rey Nadal, amo y señor del tenis en París, donde algunos piden que se le levante una estatua y puede que no les falte razón. Ningún tenista, a excepción de Margaret Court –11 trofeos del Open de Australia, pero la mayoría de ellos obtenidos antes de la Era Abierta, de 1968–, ha conseguido lo que ha logrado Nadal, monopolizar un torneo de esta forma, con tanta hegemonía, con tantísima autoridad. No triunfaba en sus dominios desde hacía tres años, por el desajuste psicológico de 2015 y la lesión de muñeca de 2016. Pero este año, en una versión evolucionada y perfeccionada, volvió a retomar el mando y a sentarse en la poltrona parisina.“¡Como no te voy a quereeer!”, se escuchó en la recta final, a punto de sellarse la historia, cuando Wawrinka ya había entregado otras tres veces su servicio, seis en total. ¿Cómo no le va a querer París, que en la ceremonia final le dedicó un mosaico y le ha visto ganar 79 de sus 81 partidos (97,5% de efectividad) en el majestuoso marco francés? El fotograma final fue el de las otras nueve veces, tendido en el suelo y embadurnado en arena, su querida arena. Después recibió de manos de su tío Toni el trofeo que, por fin, se quedará en propiedad. Increíble lo de Nadal, el renacido Nadal. Por siempre, Rafael Nadal.
TITULO: REVISTA TENIS - femenino - Roland Garros 2017: Ostapenko gana su primer título en la tierra ,.
Roland Garros 2017Remonta a Halep, que se queda sin corona y sin el número 1 de la WTA,.
foto, Ostapenko gana su primer título en la tierra de Roland Garros,.
Jelena Ostapenko, con apenas 20 años recién cumplidos, se convirtió hoy en la primera tenista de Letonia en ganar un 'Grand Slam'. Para la historia quedará que lo hizo un 10 de junio de 2017 tras remontarle un partido que tenía medio perdido ante Simona Halep, derrotada por un tanteo de 4-6, 6-4 y 6-3, en 1 hora y 59 minutos.El triunfo de Ostapenko es el triunfo del tenis agresivo, del tenis descarado y del juego no especulativo. Y es que Halep, su rival por el título de los Internacionales de Francia, apenas propuso nada. La rumana sólo generó ocho tiros ganadores, muy pocos para alguien que quería relevar en el palmarés del Abierto a Garbiñe Muguruza.
La tenista española no estaba en la Philippe Chatrier pero sí otra española, Anabel Medina, que ha sido la entrenadora de Ostapenko durante toda la gira de tierra batida. Jelena, que encandiló a la grada de la Philippe Chatrier por su naturalidad y por sus continuados gestos, terminó con 54 golpes ganadores, 46 más que Halep.
"No me puedo creer que haya ganado Roland Garros con apenas 20 años. Os quiero, me encanta jugar aquí", decía la campeona a la grada que siempre estuvo con la única jugadora que propuso cosas en la pista. La rumana dominaba por un set y 0-3, pero la nueva reina de París no se rindió ante al adversidad y siguió luchando para firmar las tablas en el marcador.
En la tercera manga no cambió el guión y Halep se puso con un favorable 1-3. No volvería a ganar un solo juego más y Ostapenko encadenaría cinco juegos que le darían su primera corona como profesional, nada más y nada menos que en los Internacionales de Francia.
Simona, la derrotada, se queda por segunda vez en su carrera a las puertas del título, ya perdió la final de 2014 con Maria Sharapova. La pupila de Darren Cahill también se quedó sin el cetro de la WTA, que seguirá una semana más en manos de Angelique Kerber.
Ostapenko, que el lunes saldrá como la decimosegunda del ranking mundial, es la mosquetera más joven desde que ganó Iva Majoli en 1997. La francesa Francoise Durr, 50 años después de su única corona individual, entregó la Copa Suzanne Lenglen a Jelena.
TITULO: REVISTA GIGANTES - BALONCESTO -ACB - PLAYOFFS - REAL MADRID -79- VALENCIA -86-,.
Resultado Final - REAL MADRID -79- VALENCIA -86-,foto.
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