miércoles, 19 de octubre de 2016

DESAYUNO - CENA - JUEVES - VIERNES - WYOMING SE PONE SERIO,./ Comando Actualidad - A comisión ,.

TITULO: DESAYUNO - CENA - JUEVES - VIERNES -  WYOMING SE PONE SERIO,.

DESAYUNO - CENA - JUEVES - VIERNES -  WYOMING SE PONE SERIO, fotos.

Wyoming se pone serioWyoming se pone serio,.



    Resultat d'imatges de cafe con churros
  • José Miguel Monzón cuenta en sus memorias de adolescente el drama de su familia. Su madre sufrió una grave depresión y recibió ‘electroshocks’,.

    Resultat d'imatges de esparragos con huevo
    El Gran Wyoming, de 61 años, ya ha cumplido esa edad en que a cada rato se comenta: «Todo esto era campo». En realidad esos chascarrillos de jubilado ya los venía diciendo desde hace tiempo. Sin embargo, José Miguel Monzón
    –así le bautizaron– no es hombre de añoranzas ni cree que cualquier tiempo pasado fue mejor, aunque sí está persuadido de que a sus hijos les tocará vivir tiempos aciagos en lo que atañe al terreno laboral. Wyoming ha escrito unas hilarantes memorias, ‘De rodillas, Monzón’ (Planeta), que abarcan desde su infancia en el barrio madrileño de Prosperidad hasta los 18 años. En el primer tomo de su autobiografía, el presentador de ‘El intermedio’ acredita por qué es un tipo de verbo mordaz y satírico, pero también muestra un rictus de amargura por un doloroso episodio de su infancia: la depresión clínica de su madre. Él no ha tenido necesidad de terapeutas del alma. «Mi psicoanálisis es el rock and roll», dice.
    Su madre padecía un tipo de depresión que luego, cuando estudiaba Medicina, supo que era una enfermedad diagnosticada como «muy grave». La recuerda viniendo del sanatorio, que era como llamaban en su casa al hospital donde estaba ingresada. Cuando preguntaban a la familia por su estado de salud, los Monzón se atenían a un protocolo especial, porque entonces hablar de enfermedad mental equivalía a locura. A sus cinco o seis años, el que sería músico y estrella de los informativos satíricos veía a su madre muy bien, a pesar de los ingresos periódicos. «La medicación fue aumentando y empezaron con tratamientos de ‘electroshocks’. Nunca se recuperó. Sufrió un deterioro progresivo que la incapacitó del todo», escribe en su primer libro autobiográfico.
    Wyoming se considera el miembro de la última generación cuya infancia fue realmente feliz. Después de comer daba un portazo y no regresaba a casa hasta la hora de la cena. «Crecíamos salvajes. Hoy todo está planificado y la paternidad es un proyecto de vida; antes era un apéndice», explica. De sus cuatro hermanos prefiere no hablar para no juzgarlos.
    El comediante argumenta que el mundo ha cambiado en los últimos 30 años más que en los 5.000 anteriores. «Mi abuela era un personaje de la Edad Media. Yo siempre la vi vestida de negro». Porque llevaba luto por sus padres, hermanos, sobrinos y primos. Entonces la España de los años sesenta no distaba mucho de la que pintó García Lorca en su inmortal ‘La casa de Bernarda Alba’.
    En La Puebla del Salvador (Cuenca), bajo un sol que caía a plomo, el niño Monzón pasó días dichosos. Y eso que era un poblachón manchego en medio de la nada. Por no haber no había árboles, sólo unas acacias que flanqueaban la calle principal. Allí se divertía destripando bichos y destruyendo nidos.
    De crío no era recomendable llevarle la contraria. Sus padres lo hicieron y su respuesta fue mearse en el mostrador de la farmacia familiar. En la botica se vendía agua mineral y se trasvasaba el alcohol de un gran recipiente a otros más pequeños. «Aquellos efluvios alcohólicos explican por qué soy como soy», bromea.
    Aunque presume de ser un cabezón, no por obstinado sino por su generoso cráneo, lleva mal que se lo recuerden a menudo. Sin embargo, pronto dio muestra del acorazamiento de su testa privilegiada. Como era reacio a negociar con sus progenitores, protestó de forma expeditiva. Tomó carrerilla y se lanzó de cabeza contra la pared. «Retumbó el tabique y caí al suelo grogui, con gran susto de mis padres, que pensaron que se habían quedado sin niño».
    No lleva mal ser famoso, aunque, eso sí, no soporta hacerse incontables fotos con los admiradores. Cada vez que termina un programa de ‘El Intermedio’ se tiene que hacer un selfi con todos y cada uno de los espectadores. «A mí nunca se me ocurrió sentarme en un restaurante a la mesa de Jesús Hermida cuando estaba con su familia y pedirle que se hiciera una foto conmigo».
    Sus tres hijos pertenecen ya a otro mundo. Para ellos salir en televisión, como hace su padre, es lo más normal del mundo. Sin embargo, hace poco les llamó muchísimo la atención que apareciera fotografiado con el rapero Kase. O, del grupo Los violadores del verso.
    En su programa sufre mucho cuando tiene que entrevistar a un político. «Sé que me están contando una milonga y no puedo reaccionar», apostilla. 
TITULO: Comando Actualidad - A comisión ,.

 'Comando actualidad' acompaña a personas que trabajan 'A comisión' / foto.

  • Miércoles 19 de octubre, a partir de las 22:30 horas en La 1

Entran en nuestras casas. Ofrecen aspiradores, robots de cocina, pólizas de seguros, tarteras, camisas… Cuánto más vendan, más ganan. El número de personas que llama a la puerta para vender crece. Para unos es la salida laboral a la falta de empleo; para otros, un extra a fin de mes. La estadística dice que en España 150.000 personas trabajan a comisión. 'Comando actualidad' mostrará su trabajo este miércoles en La 1.
Si Antonio logra vender el piso de Azucena ganará 2.400 euros. La agencia inmobiliaria para la que trabaja se llevará doce mil euros de comisión por esa misma venta. Es el peaje que pagan cerca de la mitad de los españoles que dejan en manos de una agencia la compraventa de una vivienda. El porcentaje, que oscila entre el cuatro y el cinco por ciento, hace posible que Antonio, un buen mes, triplique su sueldo fijo. Hace cuatro años tuvo que reinventarse. La empresa informática que dirigía se fue a pique, y encontró en el trabajo a porcentaje la salida. De ganar seis o siete mil euros al mes, ha pasado a ganar la mitad. Su vida ha cambiado y su horario también, porque sólo haciendo horas extras consigue aumentar el importe de su nómina.
Verónica vende aspiradores a domicilio. Si convence a Yolanda, madre de cuatro hijos, profesora de música y alérgica al polvo, se llevará 370 euros de comisión. Todo está medido para atrapar al posible cliente. Verónica vierte pan rallado en el suelo, aspira las alfombras, los colchones, la tarima. Al final, muestra su gancho infalible en cada demostración: el filtro del aparato.
El mercado del 'puerta a puerta' mueve en España 670 millones de euros. Según la Asociación de vendedores a domicilio ha crecido un cinco por ciento con respecto al año pasado. El truco consiste en mantener la clientela con descuentos y regalos y, además, atraer a nuevos clientes mediante el 'boca a oído'. Verónica, lleva doce años en el negocio, hay meses que ella o sus compañeras pueden ganar hasta doce mil euros.
Rosa vende cremas, también a domicilio
Hace cincuenta años que, por primera vez, una empresa de cosmética llamaba a las puertas de casa ofreciendo cremas. 70.000 personas viven en la actualidad de este mercado en el que la estrategia es lo más importante. Rosa empezó vendiendo ungüentos hace doce años. Ahora es formadora de vendedores. Se lleva un porcentaje de las ventas de cada comercial que ella meta en plantilla. Cuanto más crezca la empresa por debajo, más se lleva ella. A las reuniones para vender las llaman fiestas y el objetivo no lo esconde: ganar dinero.
Esther es abogada y en sus manos tiene el expediente de 850 clientes. Todos han denunciado a Volkswagen por el trucaje de motores diésel. Si la sentencia es favorable, es decir, si Esther consigue que todos sus clientes ganen, su bufete de abogados se llevará alrededor de un millón de euros de comisión. Así funciona la llamada Cuota Litis. Es el porcentaje que se lleva un abogado por defender un pleito que sabe que tiene ganado.

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