sábado, 29 de agosto de 2020

LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN - Revista Grada - Pablo D'Ors - Religioso y escritor ,. / Documental - El pueblo que no pudo ser ,. / Peter Falk, el teniente Colombo y el perro - Puerto Hurraco, 30 años de la matanza,. / HOY LE TOCA - Lavarse las manos y taparse la nariz,.

TITULO : LA HORMA DE MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN -   Revista Grada - Pablo D'Ors - Religioso y escritor ,.

 
 LA HORMA DE  MI ZAPATO, EL OBJETO Y YO, ZAPATILLAS VIEJAS - MORTADELO Y FILEMÓN -   Revista Grada -  Pablo D'Ors - Religioso y escritor ,.   , fotos,.

 Pablo D'Ors - Religioso y escritor ,.

«Ser sacerdote es una pasada, el acto más contracultural hoy en España»

Pablo D'Ors./ABC
Pablo D'Ors.

«Vender miles de libros me ha hecho comprender mi estupidez», dice este religioso heterodoxo que enseña a meditar con sus 'Amigos del Desierto'

Pablo D'Ors (Madrid, 1963) se sienta todos los días en silencio con 700 personas. Son los 'Amigos del Desierto', una asociación que enseña a meditar. «Cuando se incorpora esta humilde práctica en el día a día, la vida se transforma y nacemos de nuevo», dice este sacerdote heterodoxo, consejero del papa Francisco y exitoso escritor.
–Al autor de la 'Biografía del silencio' parece oportuno preguntarle qué ha sentido al ver calles vacías durante el confinamiento.
images_002.jpg–He visto un espejo de lo que somos. Porque somos vacío, somos desierto; esa es la razón por la que nos espantan nuestras ciudades sin el bullicio que les es característico.
Resultat d'imatges de mortadelo y filemon–¿El silencio exterior se convertirá en un silencio interior que invite a la reflexión personal?
–Debería. Ha sido una ocasión mundial como no hemos conocido otra. Estoy seguro de que muchos habrán sabido aprovechar este momento para mirarse a sí mismos; pero también de que la mayoría habrá dejado pasar esta oportunidad. La mística siempre ha sido de minorías, aunque hoy, quizá, un poco menos.
–¿Al ser humano le da miedo enfrentarse a sí mismo y, para evitarlo, está siempre pendiente del ruido exterior, de los estímulos?
–Así es. El miedo es la enfermedad del futuro; la culpa, la del pasado. El apego, la del presente. Pero nos aterra lo que somos sencillamente porque no lo conocemos. Si nos conociéramos, nos amaríamos. No es posible conocer de verdad sin amar.
–¿Qué consejo le daría a un amigo que le dice que quiere cambiar?
–Que medite.
–Pues, como experto en la materia, defina 'meditar'.
–Un viaje a nuestro centro. Normalmente estamos fuera, en la periferia, entretenidos con las cosas, las personas, las emociones, los pensamientos… Meditar nos enseña a, respiración a respiración, volver a esa roca que nos sostiene y desde la que el vértigo de este mundo ya no nos desasosiega.
–Pese al coronavirus, ¿la Humanidad va a mejor?
–Vamos definitivamente a mejor. Quienes digan lo contrario se quedan en la superficie. La Humanidad mejora como tal, aunque haya, evidentemente, bochornosos pasos hacia atrás. El coronavirus nos cambiará en buena medida y nos dejará iguales en una medida mayor. No soy optimista, pero sí cultivo la esperanza, que hace que el mundo sea mejor.

Esperanza y trabajo

–Pero quien pierde a un familiar o su trabajo puede perder también la esperanza...
–La esperanza, desde una perspectiva cristiana, es una virtud teologal, lo que significa que es un don de Dios. Pero ya sabemos todos que tanto más grande es un don cuanto más te hace trabajar. Un hijo, por ejemplo. ¡Qué gran regalo! Pero ¡qué inmensa tarea, casi heroica! Hay tanta esperanza en este mundo como personas. Todos tenemos ese potencial. La esperanza no es desear que las cosas vayan bien. Quien espera trabaja para que todo vaya bien. La esperanza es lo que nos pone en movimiento hacia un mundo mejor.
–En un momento en que la religión se ha convertido casi en un estorbo, ¿es duro ser sacerdote?
–Ser sacerdote es una pasada, no imagino una vocación mejor. No es que no haya tenido dificultades y no haya tenido que soportar estupideces de toda clase, tanto por parte del mundo clerical como del civil. Pero eso no empaña en absoluto, ni tan siquiera roza, la belleza de este oficio: ser un pontífice, un puente entre los hombres y Dios. Atreverse a apuntar a lo invisible… Es la misma tarea que la de los poetas, solo que los sacerdotes debemos hacer un poema con nuestra vida.
–En 2015, dos obispos le declararon hereje. ¿Qué sintió?
–Que era una bonita ocasión para mostrar que mi corazón es profundamente sacerdotal. No sentí ninguna animadversión hacia ellos.
–¿Se sorprende la gente cuando descubre que usted es cura?
–Durante décadas, cuando me encontraba con viejos amigos, me decían, entre atónitos y sarcásticos: '¿Pero sigues siendo sacerdote?'. Fue así hasta que yo empecé a preguntarles si ellos seguían casados. Ser sacerdote en la España de hoy es el acto más contracultural de cuantos pueda imaginar. Quizá esa sea una de las razones por las que es tan interesante.
–¿Vender cientos de miles de libros le ha cambiado?
–Sí, me ha hecho comprender mejor mi propia estupidez. No hay nada que te enseñe mejor lo tonto que puedes llegar a ser que el éxito o el reconocimiento de la gente. Yo he tenido que pasar por él para darme cuenta, por experiencia, que ese no es el camino.

   TITULO: Documental -  El pueblo que no pudo ser,.


El pueblo que no pudo ser,.

Una barca es empujada hacia el mar en el poblado de las Salinas del Cabo de Gata (Almería)./
foto / Una barca es empujada hacia el mar en el poblado de las Salinas del Cabo de Gata (Almería).

Salinas el poblado que se levanta en medio del parque natural del Cabo de Gata (Almería),.


Parece que toda la península confinada se hubiera puesto de acuerdo para venir a tomar el baño en esta playa. Y toda la costa, a ambos lados de la carretera, es una letanía de vehículos aparcados de aquella manera. Por los caminos abundan las bicis con trabajadores de chalecos fosforescentes, marroquíes que se pierden luego entre la nube de plásticos que rodea el parque natural, ese espacio en el que se rodaron tantas películas y en el que los habitantes del poblado de Salinas viven en un tiempo detenido, desde que en 1987 un decreto les convirtió en vecinos de un parque natural. Tres calles, una iglesia y poco más de una veintena de humildes casas de una planta. Una carretera y el mar.
Diego Sánchez anda arreglando unas redes a la sombra de un cobertizo multiusos repleto de cacharros. Busco cobijo a su lado. Fuera el sol pega duro. Tengo la esperanza de que sea pescador, pero enseguida me priva de mis ilusiones, arregla los aparejos porque se los ha dado un vecino, por puro entretenimiento, no porque los use para pescar, que ahora está prohibido, salvo con caña. Sacan calamares, pulpos, besugos. Dice que hay bastante, «pero de la red nada, ahora no es como antes, enseguida viene la Guardia Civil y te echa el guante». Nació aquí, en 1951, y ya se jubiló después de trabajar 42 años en unas salinas cuya historia se remonta a los romanos, pasa por el Reino de Granada y llega hasta el año 1872 en que pasan a ser de una sociedad francesa que perdió en ellas más de un millón de francos. Cosas que a Diego ni le van ni le vienen, porque la parte que le afecta arranca en el año 1904, cuando se comienza la construcción del poblado, que también tenía, y tiene, una iglesia. Eso fue en 1907 y los descendientes de aquellas familias viven en ese puñado de casas, aunque pocos lo hacen todo el año. Una mezcla de limbo y paraíso, porque en las salinas ya solo trabajan dos empleados fijos y uno temporal; pero las viviendas, que pertenecían a la empresa, van pasando de padres a hijos en usufructo. Y bien que se está en ellas, en un lugar virgen. Aunque se queja Diego de que este año, será por el coronavirus, es el que más turistas han llegado, «a las ocho o las nueve de la mañana ya empiezan a aparcar coches». Tengo que gritar un poco para que me escuche y comienza las respuestas con un cierto retraso, casi cuando ya voy a decirle otra cosa. Nada nuevo salvo lo dicho, que como aquí no se está en ninguna parte y eso que le mandaron, siempre por lo de la sal, a Barcelona, Torrevieja, Cádiz y Francia.
Hay puertas blancas y otras azules en este insólito decorado. Bañadores que cuelgan al sol, críos que corren lanzando agua con pistolas y otros que empujan la barca de los pescadores. Dani, Mario, Javi, David, Enrique. Comienzan a decir los nombres todos a la vez. Cuentan que se pasan el día jugando, por la noche hacen un poco la puñeta a los abuelos que salen a tomar la fresca, en la playa, o dando un paseo en la barca. Dani saca el móvil y me enseña la foto de un lugar que, según él, es el más hermoso de la zona, el arrecife de las Sirenas. Habla de este lugar con la pericia de un guía turístico. Otro vecino, Moisés, que luce un bronceado espectacular, se asoma a la puerta y manda callar a un pequeño perro que se pone nervioso al verme. Lo mismo le pasa al gato, que salta por la ventana y se tumba en la sombra más cercana. Su familia, como la de todos aquí, vive en la casa que fue de su abuelo. Él, que andará por los cuarenta y tantos, se queda todo el año. Y aunque la sal tiene la culpa de las vidas atadas a este lugar ya es sólo un telón de fondo, un espejo blanquecino que se confunde con la reverberación de la luz, un argumento para cineastas y fotógrafos.

Todo un plató

Salinas se ha convertido en un plató. Algunos de sus rincones son fondos recurrentes para reportajes de bodas, comuniones o sesiones de moda. Josefa Ropero, que tiene 87 y vive aquí todo el año, sabe de esos éxitos paisajísticos. Por su casa han pasado actores y técnicos de películas como 'Vivir es fácil con los ojos cerrados'. Se ríe, «oye, que yo me pensaba que eran unos que trabajaban y eran los protagonistas y estaban aquí donde estás tú dándome conversación». Paco, su hijo, se queja del descontrol turístico. Que, a fin de cuentas, esto es un parque natural y no puede estar invadido de cualquier manera por miles de automóviles y autocaravanas. Eso cree. Y luego está, explica, «que todo el mundo quiere venir a esta iglesia a casarse, hay una lista de espera de años, aunque ahora con lo del coronavirus ha decaído un poco».
El sol empieza a caer. Un imponente Mercedes, de esos de señor que triunfa en la vida, trata de salir del banco de arena que le ha servido de aparcamiento. Van muchos, una familia como Dios manda. Estoy sentado en una piedra tomándome lo que queda de una botella de Sprite, caliente como la superficie de Mercurio, que he pillado en alguna gasolinera. Pienso en el triste paisaje de tanto vehículo mientras el hombre arranca y con cada acelerón, en su vehemencia de propietario de cochazo de alta gama, sólo logra enterrarlo más en la arena. Bajan todos, uno que parece cuñado o yerno encuentra una madera pero ni por esas; pasa el tiempo, sudan, perjuran, prueba tú, pruebo yo. Hasta que una mujer, por la edad diríase la esposa del conductor, extrae de su capazo una toalla con el escudo del Barça, que enrolla en forma de tronco antes de colocarla bajo una de las ruedas traseras del vehículo, y con la ayuda de parte del público congregado para observar el espectáculo, logra que el automóvil salga de la trampa playera. No sé si eso significa algo, porque si de algo está llena la vida es de momentos absurdos. Luego, al encender la radio del coche, dice el locutor que Messi se va. La toalla fue un presagio. Me acuerdo de Josefa, sentada en la puerta de su casa, contando anécdotas sobre los rodajes de las películas. Y explicando los cambios del viento, que lo mismo te sopla el poniente que el levante. Me gustaría contarle lo del Mercedes, a veces tienen que venir grúas a salvar a los turistas. Pero otra vez será, cuando el paisaje esté despejado y se escuche, a lo lejos, el runrún de las máquinas cargando la sal.
En este paraíso tan difícil de compartir con los extraños.

TITULO:  Peter Falk, el teniente Colombo y el perro -  Puerto Hurraco, 30 años de la matanza,.
 
 Peter Falk, el teniente Colombo y el perro -  Puerto Hurraco, 30 años de la matanza ,.      , fotos,.
 
 Puerto Hurraco, 30 años de la matanza,.

Puerto Hurraco, 30 años de la matanza: relato inédito de quienes se  cruzaron con los hermanos IzquierdoEn 1990, una pequeña localidad extremeña pasó del más absoluto anonimato a estar en boca de todo un país,.


En Puerto Hurraco, Badajoz, no olvidan aquella noche en la que las rencillas entre los Izquierdo y los Cabanillas se saldaba con nueve muertos y doce heridos.
Resultat d'imatges de el teniente colomboEl 26 de agosto de 1990, los hermanos Antonio y Emilio Izquierdo, de 53 y 58 años respectivamente, se dirigieron a la plaza principal del pueblo y abrieron fuego sobre todos los vecinos del pueblo apellidados Cabanillas con los que se cruzaron. Un acto de venganza contra la familia que consideraban culpables del incendio de una casa de su propiedad, en el que murió la madre de los hermanos Izquierdo.
Resultat d'imatges de teniente colombo y el perroTras descargar sus cartuchos contra los Cabanillas, los dos asesinos abrieron fuego contra aquellos transeúntes que no tuvieron tiempo de esconderse, e incluso llegaron a disparar contra una unidad de la Guardia Civil, que acudió de la casa cuartel de Monterrubio de la Serena. Los dos agentes de la Benemérita resultaron gravemente heridos en el interior de su vehículo, antes de poder dar el alto o tratar de defenderse con sus armas reglamentarias.
A continuación, los hermanos Izquierdo huyeron a la sierra, donde fueron perseguidos por la Guardia Civil durante nueve horas. Su salvaje ataque había dejado 9 muertos y en torno a una quincena de heridos de diversa gravedad.
Finalmente, la Guardia Civil consiguió detener a los hermanos entre los olivos de la Sierra del Oro. La calle Carrera fue el escenario que marcó las peores horas de Puerto Hurraco. Ahí sigue la casa de los Cabanillas. Todo es silencio sobre aquella noche de pólvora, lágrimas y dolor.

Odio entre familias

El odio exacerbado entre estas dos familias venía de años atrás, a causa de las costantes rencillas que tuvieron ambas familias, los 'Amadeos' y los 'Pastaspelás' –como eran conocidos los Izquierdo– por los límites de unas tierras en Puerto Hurraco. A causa de ellas, Jerónimo Izquierdo, el mayor de los hermanos, apuñaló hasta la muerte a Amadeo Cabanillas, en 1961.
Tras cumplir condena, en 1986, Jerónimo regresó a la pedanía para vengar la muerte de su madre, muerta en un incendio. Apuñaló a otro de los hermanos Cabanillas, Antonio, que, sin embargo, consiguió sobrevivir. Jerónimo, por su parte, ingresó en un psiquiátrico, donde murió nueve días después.
Antonio Izquierdo recoge la sentencia de la Audiencia de BadajozLos Izquierdo pretendían realizar una masacre todavía mayor que compensara la lista de agravios de la que decían ser víctimas a causa de la familia Cabanillas. Entre ellas una historia de amor no correspondida entre Luciana Izquierdo, una de las hermanas de los asesinos, y Amadeo Cabanillas.
El juicio fue demoledor para Antonio y Emilio Izquierdo como autores del torbellino de odio que arrasó Puerto Hurraco el 26 de agosto de 1990. Fueron condenados a 684 años de cárcel. Nunca salieron de ella.
El juez no pudo encontrar pruebas que incriminasen a Luciana y Ángela, hermanas de los Izquierdo, pero, pese a todo, ambas fueron ingresadas en una institución psiquiátrica, en la que murieron en el año 2005 con una diferencia de unos pocos meses.
Entierro de Antonio Izquierdo, en BadajozEmilio falleció en la cárcel en diciembre de 2006, por causas naturales. Su hermano Antonio se ahorcó en su celda en 2010 con unas sábanas anudadas.
Antonio Izquierdo recoge la sentencia de la Audiencia de Badajoz
Entierro de Antonio Izquierdo, en Badajoz
Con la muerte de Antonio en 2010 se cerraba uno de los episodios más negros de la historia negra de España. El mismo hombre que, en el entierro de su hermano Emilio, dijo: «Hermano, te vas con la satisfacción de que tu madre ha sido vengada».
 
 

TITULO:  HOY LE TOCA - Lavarse las manos y taparse la nariz,.

 

 

Lavarse las manos y taparse la nariz,.


La mejor recomendación. Los buenos consejos sanitarios los debería seguir a rajatabla toda la población, en tiempos de pandemia, y los siguen al pie de la letra los que rigen la política deportiva de este país. Irene Lozano, la presidenta del CSD, ha estado un poco dispersa estos días entre vacaciones y la reunión de las federaciones con su jefe, el ministro Rodríguez Uribes, auspiciada por el COE, le pilló con el paso algo cambiado. Al final, se subió al barco. Con todo lo que ella cree haber hecho por esas federaciones....
Lavarse las manos y taparse la narizDel lado de Tebas. En la mediación entre la Federación y la Liga, ya sabemos de qué lado se ha puesto el CSD. Alguien, desde muy arriba, le debe haber dicho que igual la vuelta de los niños a los colegios se puede retrasar, pero que con el fútbol profesional masculino no hay tonterías. Entre eso y la contribución de la Liga en los famosos Pactos o pagos de Viana, da igual si un equipo viajó con cuatro positivos, si el presidente de la Liga se autoinculpase, antepusiese lo económico a lo sanitario, que se adulterase la competición o que hace un mes el propio CSD emitiese un comunicado señalando al Fuenlabrada y a la Liga. Más allá de los descensos o de los calendarios, la impunidad del presidente de Javier Tebas, tras una gestión nefasta, es un pésimo mensaje. Ya saben, lavarse las manos y taparse la nariz.
foto / Cristiano, dando la mano a Messi en un Clásico. 
La Liga sin Messi. Ahora, tras la marcha de Cristiano y la prácticamente segura de Messi, vamos a ver el valor real de LaLiga. Estaremos atentos, no a la propaganda ni a los medios oficiales u oficiosos, sino a la realidad de ser una Liga sin ninguno de los mejores jugadores del mundo, sin la mejor organización, con el Valencia tiritando, vendiendo a su estrella a un recién ascendido de la Premier o el Málaga, en el filo de la navaja. Para rematar, sin ticketing hasta 2021, con las campañas de abonados en el aire y la Segunda en la Justicia ordinaria.
A propósito de Leo. La forma poco inteligente de marcharse y el arabesco de Bartomeu, ofreciendo su cabeza a cambio de su continuidad, no puede omitir el fondo de la cuestión. El Barcelona, de manera tácita, permite que Messi libere su contrato cada final de temporada de manera unilateral. Y eso es exactamente lo que ha hecho el argentino y lo que aceptó el Barça. Ha tomado una decisión, no se manda un burofax por un calentón. Quiere acabar su carrera en la élite y volver a sentirse grande. Este Barça, con esos dirigentes, ya no es su casa.

 

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