viernes, 19 de febrero de 2021

Cartas Olvidadas - El PP se agarra a una versión dura de la doctrina Botín para anular la acusación por la caja B,. / Cartas en el Cajon - Un test de estrés para los partidos nacionales y la legislatura ,. / REVISTA TENIS - Nadal pasa el test hacia octavos de final,.

 

TITULO: Cartas Olvidadas - El PP se agarra a una versión dura de la doctrina Botín para anular la acusación por la caja B,.

El PP se agarra a una versión dura de la doctrina Botín para anular la acusación por la caja B,.

La defensa fía su suerte a una sentencia sobre las preferentes,.

 Resultat d'imatges per a "'el PP se agarra a una version dura de la doctrina botin para anular la acusación de la caja B'"

foto / La defensa del PP se agarra a una sentencia del Supremo sobre la venta de preferentes bancarias y deuda subordinada para no enfrentarse a una responsabilidad penal en juicio por la caja B. El abogado del partido, Jesús Santos, incluyó en las cuestiones previas de la vista en la Audiencia Nacional una resolución de la Sala Segunda en la que se aplicó una versión reforzada de la doctrina Botín para deslegitimar a la acusación popular. Lo hizo, precisamente, con el objetivo de anular los escritos de las siete partes personadas, también acusación popular, que le atribuyen al PP, como persona jurídica, dos delitos fiscales por el pago de las obras de la sede nacional. La sentencia del magistrado del Supremo Vicente Magro que usa ahora el PP para evitar la pena de banquillo se dictó en marzo del 2020. A lo largo de 40 páginas, la resolución ahonda en la falta de legitimidad activa de una acusación popular, en este caso una asociación de consumidores, para emprender en solitario la acción penal contra dos dirigentes de la CAM por la venta de estos productos basura a sus clientes. La Sala desestimó por unanimidad el recurso de casación interpuesto por la Asociación de Usuarios de Bancos, Cajas y Seguros de España (Adicae) y confirmó el auto de archivo definitivo dictado por la Audiencia Nacional en favor de los acusados Roberto López y María Dolores Amorós. Los exdirectivos de la CAM se enfrentaban a diez años de prisión por delitos de estafa y maquinación para alterar el precio de las cosas, y a multa conjunta de 11 millones de euros.

Adicae presentó el recurso de casación en en el 2018 para reabrir la causa. Se centraba en defender la aplicación de la doctrina Atutxa, opuesta a la Botín, para seguir con su única acusación al tratarse de unos delitos que han generado un perjuicio al erario público. Sin embargo, la Sala del Supremo desestimó su pretensión porque resultaba «cuestionable los intereses colectivos y difusos» que demandaban, más si cabe cuando los propios perjudicados directos que había -los usuarios afectados que ejercían la acusación particular- retiraron la querella antes de comenzar la fase de enjuciamiento.

Perjudicado

Adicae expuso que el bien jurídico protegido en los delitos que imputaba conllevaba una protección de intereses colectivos por afectar a los consumidores. Sostuvo que se trataba de ilícitos relativos al mercado y que los perjudicados serían todos los usuarios de la banca. Pero la Sala respondió que «está vedada su acusación solitaria frente a delitos en los que predominan intereses cuya titularidad está focalizada en personas jurídicas; públicas o privadas, concretas, identificables, cuando éstas expresamente, y en armonía con la posición de la Fiscalía, exteriorizan su decisión de apartarse de la acusación por considerar que los hechos no tienen relevancia penal». En conclusión, la sentencia señala que la existencia de un perjudicado personado en la causa del banquero Emilio Botín (delito fiscal) y su ausencia en la del expresidente del Parlamento vasco Juan María Atutxa (delito de desobediencia) «establece la referida diferencia fáctica». Si se aplica este argumento a la causa de la caja B del PP, el abogado de la formación sostiene que a su cliente le atribuyen precisamente las acusaciones populares dos delitos fiscales. Unos presuntos ilícitos penales que no aprecia ni la Fiscalía ni la Abogacía del Estado, que representaría los interes de la Hacienda Pública.

 

TITULO:  Cartas en el Cajon  -Un test de estrés para los partidos nacionales y la legislatura  ,.

 

Un test de estrés para los partidos nacionales y la legislatura,.

El resultado de las elecciones puede tener incidencia y crispar las relaciones tanto entre el Gobierno y la oposición como entre el Ejecutivo y sus socios,.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa (i), durante un acto de campaña del PSC para las elecciones catalanas del 14 de febrero en Salou (Tarragona)/ EFE
 
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez y el candidato del PSC a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa (i), durante un acto de campaña del PSC para las elecciones catalanas del 14 de febrero en Salou (Tarragona) / fotos,.

Los comicios que se celebran hoy en Cataluña serán determinantes para el devenir de esa comunidad autónoma pero también pueden tener consecuencias sobre la política nacional en un doble sentido. Por un lado, la agenda soberanista estará marcada por quién gane la partida en el independentismo y quién ocupe la presidencia de la Generalitat. Eso hará más o menos complicada la gestión del Gobierno de Pedro Sánchez, que depende Esquerra Republicana para poder sacar adelante sus iniciativas y tiene muy complicado forjar una mayoría parlamentaria alternativa. Por otro lado, la pugna entre el PP y Vox amenaza la incipiente viraje de Pablo Casado tras el portazo a Santiago a Abascal en la moción de censura de octubre.

Las principales fuerzas nacionales miran a esta cita en una comunidad clave tanto por su peso económico como poblacional y político como un auténtico 'test de estrés' que pondrá a prueba su resistencia. Y precisamente por eso la lectura que se haga de lo que esta noche les suceda puede derivar en un reajuste de sus estrategias en el Congreso. Los socialistas ya han visto cómo durante la campaña se resentían las costuras de su alianza de Gobierno con Unidas Podemos y cómo los republicanos marcaban distancias.En su primer año, el Ejecutivo se ha librado de las habituales presiones de los independentistas en buena medida debido a las urgencias que imponía la pandemia de coronavirus. Contra todo pronóstico, se ha llegado al 14 de febrero sin más cesiones que la promesa, aún no cumplida, de reformar el Código Penal para rebajar las penas atribuibles al delito de sedición, lo que beneficiaría a los líderes del 'procés' en prisión, y la sugerencia, por parte de algunos miembros del Gobierno, de que habrá una resolución favorable a los indultos antes de que acabe el primer semestre. La mesa de diálogo a cambio de la cual Esquerra permitió la investidura de Sánchez apenas se ha reunido una vez.

En un 2021 que, según repite Sánchez, está llamado a ser «el año de la recuperación» frente al Covid, las cosas pueden cambiar. Por lo pronto, los republicanos ya obligaron hace unos días al PSOE a ratificar su compromiso con la citada mesa e insisten en discutir sobre un referéndum de autodeterminación y la amnistía. El marcaje de Junts per Catalunya, que según los sondeos puede quedar primero y apuesta por la confrontación, amenaza con disparar las tensiones. Si a ese escenario se añade un Vox fortalecido y un Podemos con necesidad de hacer ruido, la bomba está servida.

Pedro Sánchez

Optimismo y temor ante una remontada del PSC que indisponga a ERC

Los socialistas miran a las elecciones de este domingo con optimismo, pero también con una punzada de temor. Hacía casi veinte años, desde que Pasqual Maragall logró arrebatar la Generalitat a Convergencia i Unió, que ninguna encuesta les situaba en condiciones de volver a convertirse en la primera fuerza política catalana en número de votos (en escaños no lo ha logrado jamás). Sin embargo, una eventual victoria de Salvador Illa no tiene por qué resultar beneficiosa para Pedro Sánchez. Sobre todo, porque sus posibilidades de ocupar la presidencia son prácticamente nulas.

El líder del PSOE gobierna en Madrid gracias a un delicadísimo equilibrio para el que resulta fundamental la colaboración de Esquerra Republicana de Catalunya y aunque los socialistas entiendan que, de cara a unas futuras elecciones generales, volver a ser el partido hegemónico en Cataluña es muy relevante, en lo inmediato preocupa más quién es la fuerza más votada en el ámbito independentista.

Las cosas pintaban aceptablemente para la Moncloa cuando las encuestas situaban a los republicanos en cabeza, pero a medida que se han acercado los comicios, Junts per Catalunya ha ido recortando posiciones. Que la formación de Carles Puigdemont acabe imponiéndose es el escenario más temido en el entorno del presidente porque, a su juicio, podría llevar a a ERC a abandonar la estrategia de diálogo con el Ejecutivo central al considerar que no ha sido bien entendida por su electorado. Pere Aragonès ha asegurado en los últimos días que nada modificará su estrategia en Madrid, pero en el PSOE no las tienen todas consigo.

El aviso práctico de que lo difícil que puede ser para el Gobierno armar una mayoría si los republicanos optan por moverse en otras coordenadas se vivió ya en el Congreso unos días antes del comienzo oficial de la campaña, cuando éstos anunciaron por sorpresa su 'no' a la convalidación del decreto ley diseñado para, supuestamente, facilitar la absorción de los fondos europeos para la recuperación. Sólo la abstención de Vox permitió que saliera adelante.

Pablo Casado

Los populares, en guardia ante el eventual 'sorpasso' por la derecha

Cataluña será el tablero en el que se jugará la primera partida de una nueva etapa política en la que la derecha aparece más fragmentada que nunca y en la que Pablo Casado se juega mucho. Será el primer examen del líder del PP tras su giro al centro y la ruptura con Vox, escenificada el pasado noviembre durante la moción de censura contra Pedro Sánchez. Los conservadores aspiran a duplicar el resultado que lograron en diciembre de 2017, cuando tocaron suelo, y pasar de los cuatro escaños que ocupan en el Parlamento catalán a los 8 o 9 que pronostican la mayoría de sondeos. Pero la dura realidad es que, pese a su tendencia al alza, los populares no consiguen deshacerse de la sombra de la formación de Santiago Abascal, que les persigue pisándole los talones. En noviembre, el PP ganaba a Vox en Cataluña pero la entrada de Salvador Illa y la política de bloques han hecho que el partido ultraderechista remonte, incluso amenazando con un 'sorpasso' que dejaría en una situación delicada al sucesor de Mariano Rajoy.

Un temor que se acrecienta tras la irrupción en plena campaña de su antiguo tesorero, que amaga con decir todo lo que sabe sobre la financiación ilegal del PP caiga quien caiga. La confesión de Luis Bárcenas ha sido sólo el prólogo de un año marcado por el tsunami de causas judiciales que señalan a las siglas del partido. Por eso Casado se ha volcado en estas elecciones y ha desplegado todos sus recursos, tirando incluso de todos sus barones para exhibir experiencia y capacidad de gestión frente a Vox.

Los populares confían además en poner en apuros a Ciudadanos y hacerse con los votantes que dieron la victoria a la líder de los liberales hace tres años. Pero el viento demoscópico no sopla a su favor y las encuestas señalan que el de Pablo Casado es el partido que menos rentabilizaba la sangría de votos de los liberales, cuyos principales beneficiarios son el PSC y Vox. Las acusaciones de Bárcenas solo pueden empeorar la situación y dar al traste con el proyecto de reunificación de la derecha en torno a las siglas del PP.

Santiago Abascal

Vox acaricia un resultado histórico para esgrimir en el Congreso

Vox acaricia con los dedos un resultado histórico este 14-F cuyas consecuencias traspasarán las fronteras catalanas. Los últimos sondeos, que suelen subestimar a sus votantes, les otorgan una horquilla de entre 8 y 10 escaños, lo que podría permitir a los de Santiago Abascal completar su ansiado 'sorpasso' al Partido Popular que sitúe a su formación como primera opción del electorado de derechas. Otro arma que esgrimir en el Congreso frente a Casado y Arrimadas.

Esta estrategia de legislatura la pusieron en marcha tomando en el Congreso la iniciativa como principal partido de oposición al Gobierno durante los primeros compases de la crisis sanitaria, luego anunciaron una moción de censura contra Sánchez cuyo objetivo velado era Pablo Casado, aunque finalmente esta perdió fuelle después de que los populares cortaran todos los puentes y les aislasen en el parlamento.

En aquella moción, Vox presentó en sociedad a su candidato a la Generalitat, Ignacio Garriga, encargado de defender la propuesta. Una figura que aspira a reeditar en el Parlament la estrategia de Abascal en el Congreso:marcar el 'tempo' de la voz de los no independentistas. Durante esta campaña su mensaje contra ERC, Junts y la CUP ha sido más duro que el de los populares (proponen cerrar TV3 o encarcelar al expresidente Quim Torra por delitos «contra la unidad de la Nación»).También han sabido capitalizar los ataques que han sufrido sus actos electorales.

La otra batalla de Vox es superar a los comunes, la marca catalana de Unidas Podemos. «Si quedamos por delante del PP, de Cs… bienvenido sea, pero no es nuestro objetivo. Si quedamos por delante de la CUP y de Podemos, que son quienes nos están lanzando las piedras en los actos, quienes nos están amenazando, será una alegría mayor», afirmaba Abascal en una entrevista publicada el viernes.

Sin la presión que tienen sus rivales, Vox aspira a reeditar la irrupción que protagonizaron en 2018 en Andalucía, una primera piedra en la que empezaron a edificar su poder nacional. Todo, a costa de PP y Ciudadanos, que ya están en guardia para un posible 'sorpasso' este domingo.

Pablo Iglesias

Las urnas marcarán la estrategia de Podemos en el Gobierno

Pablo Iglesias se juega el 14-F algo más que «asaltar el cielo» de Cataluña. Unidas Podemos atraviesa una profunda crisis territorial que se vio agravada en 2020 tras los comicios vascos y gallegos, donde prácticamente perdieron todo el poder que habían ganado gracias a la sintonía con las Mareas y las confluencias. Un nuevo fracaso electoral ahondaría la fractura entre la dirección del partido y sus círculos periféricos.

La campaña de En Comú Podem, la marca catalana de Unidas Podemos, también se ha visto envuelta en numerosas contradicciones arrastradas por equilibro de poder que su matriz mantiene en Madrid. Los morados han tratado de distanciarse de sus aliados naturales, los del llamado 'bloque de investidura', para marcar una voz propia y no verse sepultados por ellos en las urnas. Pablo Iglesias llegó a cargar incluso contra el exministro Salvador Illa, el cabeza de lista del PSC, insinuando que es «el candidato mediático» que no propondrá «políticas de izquierda». Después comparó a los presos exiliados del 'procés' con la situación del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y terminó opacando las propuestas de la candidata de los comunes, Jéssica Albiach, cuestionando la calidad democrática de España. Una cuestión que centró el debate nacional en la recta final del 14-F.

En este doble juego, al mismo tiempo, han tratado de mantener el equilibrio entre el ataque directo y la intención de evitar el fuego amigo. Son conscientes de que sus posibilidades de entrar en un eventual Gobierno de la Generalitat pasa por lograr un pacto con los socialistas y con ERC. Una situación similar la vivida en la investidura de Sánchez o en el debate de los Presupuestos.

Todo lo que sea perder el terreno ganado será interpretado en Moncloa como un nuevo signo de debilidad de Iglesias. Los morados han incrementado durante la campaña electoral la tensión en la coalición para evitar diluirse. De no obtener un buen resultado el 14-F, esta escalada en las discrepancias se acrecentará si la lectura resultante es que los votantes de Podemos no aprueban su papel en Ejecutivo.

Inés Arrimadas

Ciudadanos se juega el último cartucho en su lugar de nacimiento

Tres años después de la histórica victoria electoral del 21-D, en la que cosecharon más de 1.100.000 votos, Ciudadanos lo tiene prácticamente todo perdido en Cataluña. La formación liberal, que en 2017 obtuvo 36 diputados en el Parlament, ha dejado de ser visto como un partido útil y las encuestas apenas le conceden un tercio de los escaños conseguidos entonces. Un desplome que tiene muchas causas, entre ellas el abandono de Inés Arrimadas de la Cámara catalana para vivir a la sombra de Albert Rivera en Madrid, su negativa a presentarse a la investidura, la línea zigzagueante de Ciudadanos y, sobre todo, el naufragio en las últimas generales.

Aunque la líder liberal se ha volcado en la campaña para intentar salvar los muebles, en la dirección tienen asumido ya un fracaso sin paliativos y centran sus esfuerzos en mejorar los resultados que auguran los sondeos. «Lo importante ahora no es que Ciudadanos gane, sino que el constitucionalismo sume», repiten en la cúpula naranja, que se encomienda a «la movilización» del electorado como su última esperanza para que el golpe sea menor y consigan superar la suma de PP y Vox. De esta manera, podrían frenar la OPA hostil que ha lanzado Pablo Casado sobre los votantes, las bases y los cuadros de Ciudadanos para reagrupar el centroderecha y confirmar una alternativa real a Pedro Sánchez.

También supondría un respiro para la propia Arrimadas y su proyecto, que no quiere seguir los pasos de Rosa Díez y la extinta UPyD. Desde que asumió las riendas de la formación en marzo del año pasado, la líder naranja intentó dar un giro estratégico. Decidió salirse de la foto de Colón e intentar abrir un espacio de diálogo con el Gobierno de Sánchez que ha permitido a Ciudadanos mostrarse como un partido de centro y reconciliarse con sus fundadores, muy críticos en el pasado con el volantazo a la derecha que se llevó por delante a Rivera y que dejó a la formación al borde del abismo. La principal incógnita que se despejará este 14-F para los liberales es si ese volantazo se dio a tiempo o, por el contrario, llega demasiado tarde.

 

TITULO: REVISTA TENIS - Nadal pasa el test hacia octavos de final,.

 

Nadal pasa el test hacia octavos de final,.

El balear gana un partido incómodo ante Cameron Norrie para llegar sin molestias a la siguiente eliminatoria,.

Nadal celebrando un punto ante Norrie/REUTERS
 
foto / Nadal celebrando un punto ante Norrie,.

No fue un partido cómodo el que Rafael Nadal tuvo que superar contra Cameron Norrie. El británico, que nunca se había enfrentado previamente al balear, creó muchos problemas con su juego de zurdo y provocó que Nadal cometiera muchos más errores que de costumbre.

Superó la prueba (7-5, 6-2 y 7-5) y eliminó un obstáculo más sin dejarse excesivos minutos en pista y sin ver comprometido su físico con algún problema, como le pasó a Novak Djokovic en su duelo de tercera ronda.

A la dificultad del partido ayudó el jugar en una Rod Laver Arena fantasmagórica, carente del público que estos días abarrotaban sus gradas. El confinamiento de cinco días anunciado en Melbourne, por una serie de casos en un hotel cerca del aeropuerto, ha provocado que los ánimos, los vítores y también las peinetas hayan desaparecido por ahora del torneo, con la consecuencia de que los grandes no juegan con esa presión del público a favor.

Norrie no se vio intimidado por un escenario que le es inusual. Nunca se había medido a un integrante del 'Big Three' antes y por eso jugó como si estuvieran en un encuentro más. Sin la sensación de agobio que produce la grada y ante una soledad a la que está acostumbrado en el puñado de torneos por los que ha vagado en Inglaterra durante el confinamiento.

Además, Nadal no estaba cómodo. Erraba demasiado. Hasta 16 errores no forzados solo en el primer set. Para hacerse una idea de la magnitud de esa cantidad, contra Laslo Djere cometió 24 en todo el partido y contra Michael Mmoh también 24.

Con estos registros y una vez sellado un primer set (7-5) en el que tuvo que remontar una rotura en contra, el juego de Nadal solo podía ir a mejor y el de su rival caer en picado. Pasada la efervescencia y la emoción de la primera vez, Norrie volvió a ser el tenista que habitualmente es, concediendo muchas opciones a un Nadal que redujo el grifo de errores a la mitad en el segundo set (7) y que mejoró el servicio para no conceder ni una sola oportunidad de rotura.

Siguió con esa tendencia hasta el final, con la única distorsión de la lluvia que comenzó a caer lentamente sobre Melbourne, provocando las dudas sobre si cerrar el techo o no.

Le costó algo más a Nadal cerrarlo y necesitó irse hasta el 7-5, pero con esta victoria ya van tres sin ceder un solo set y, sobre todo, sin notar ningún problema en su espalda, la que era la gran preocupación antes del Grand Slam.

Su rival en octavos de final será Fabio Fognini, que eliminó al último reducto local del torneo masculino, Alex de Miñaur, por 6-4, 6-3 y 6-4. Será el décimo séptimo encuentro entre el italiano y el español con un balance de 14 victorias y cuatro derrotas para Nadal.

Djokovic, con dudas

La jornada del domingo arrancará con la duda de un Novak Djokovic tocado en el abdominal, con lo que él definió como un desgarro del oblicuo, y sus posibilidades ante un Milos Raonic que seguramente sea el mejor rival que podría tener, ya que el sacador canadiense apenas dará ritmo al serbio.

También entrará en escena Garbiñe Muguruza, que para estar en cuartos de final tendrá que derrotar a la campeona de este torneo en 2019, Naomi Osaka.

 

 

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