viernes, 5 de noviembre de 2021

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TITULO: Mi casa es la tuya - Malú , Viernes-5- Noviembre ,.

 

Mi casa es la tuya',.


Este viernes  - 5- Noviembre a las 22.00, Telecinco emite una nueva entrega de 'Mi casa es la tuya', con Bertín Osborne charlando con Malú,.

Malú: "Tardé años en darme cuenta de que me estaba destrozando",.

Malú: "Tardé años en darme cuenta de que me estaba destrozando"

fotos / Malú. Madrid, 1982. Acaba de sacar disco, Mil batallas, tras tres años en los que su vida ha cambiado radicalmente, por dentro y por fuera. Ha ahuyentado viejos fantasmas, ha sido madre y sigue cantando como casi nadie.

Aunque el disco se llame 'Mil batallas', me conformo con que me cuentes una.
La más recurrente y constante ha sido la que he tenido conmigo misma. Esa ha sido la gran batalla de mi vida. El exceso de perfeccionismo, de exigencia, no quererte a ti misma... Ha sido la batalla más dura de todas y la que luego te das cuenta de que es equivocada. ¿Por qué me estoy peleando conmigo misma si realmente me necesito? 
¿Te has sentido así mucho tiempo?
Siempre. Es una batalla que ha estado toda mi vida conmigo. Ese exceso de exigencia, esa obsesión con que todo saliese perfecto y estar siempre a la altura, llegó un momento en que se acabó convirtiendo en una guerra contra mí misma. Ya no aceptas nada tuyo porque nada es suficiente. Esa presión va siempre a más y más y más y acabas sin poder respirar. Es una exigencia que te acaba ahogando. Así no puedes vivir, te estás ahogando, no puedes ser feliz con nada de lo que hagas si realmente no estás satisfecha contigo misma. 
¿Has ganado la batalla?
Más que ganarla, directamente la he abandonado. Llega ese momento en que dices: "Vamos a ver, esto no tiene sentido, para ya". Y de ahí surge Mil batallas, de ese momento de volver a quererte a ti misma, mirarte al espejo y decir: "Estoy en paz conmigo misma". Soy así, me quiero así. Para mí esa, quererme a mí misma como soy, ha sido la peor batalla de todas. De hecho, creo que ha sido La Batalla. 
¿Cómo lograste volver a quererte?
Era una cuestión de tiempo, tardé años en darme cuenta de que me estaba destrozando. Además, vivía en una vorágine de trabajo constante en la que no paraba. Durante 20 años estuve girando sin parar, sacando discos, trabajando... Sin un descanso, constantemente, desde que tenía 16. En una época en la que deberías estar formándote como ser humano, tú no paras de trabajar. Y de golpe, en 2019, me lesiono durante el Tour Oxígeno, me rompo los ligamentos y, aunque intenté evitarlo por todos los medios, me tengo que operar y se cancela la gira. Ahí, de forma obligada, es cuando por primera vez tengo tiempo para mí. Y ese parón, que yo no quería hacer, fue fundamental para darme cuenta de que sí, que necesitaba un tiempo para estar conmigo misma, para estar tranquila, para darme cuenta de mis problemas y tomar perspectiva sobre la vida que llevaba. Jamás lo hubiera hecho por propia voluntad, pero la vida me obligó y me ayudó. 
Dices que este disco ha sido el de tu liberación. ¿En qué sentido?
Una liberación por la forma de trabajar, por la forma de expresarme y por la forma de contar. En la música estamos todos muy contaminados, como es normal, por esa ola de cambio en la industria, pero los que ya llevamos más años hemos vivido varias crisis en la música. La llegada y la muerte del CD, el boom de la piratería... Siempre hay algo. Cambios de la industria que al final siempre se acaban convirtiendo en crisis, no necesariamente malas, sino que te estás enfrentando a algo desconocido y hasta que encuentras el camino para moverte en ese nuevo escenario estás desubicado. Y la actual nos ha contaminado y acomplejado mucho a los artistas, porque claro que el streaming va a ser la forma natural de consumo de música, pero mientras llegamos a esa fase ha habido una sensación de que si no estás ahí, no existes. Y no es cierto, claro que existes.
¿Te sentías forzada a cambiar para adaptarte a lo que se lleva?
Un poco y creo que nos ha pasado a muchos artistas. Nos acomplejaba a nivel musical estar todo el rato pensando en que teníamos que cambiar para intentar estar ahí. A mí eso me creaba muchísima más presión incluso. Lo que me faltaba ya. Así que fue liberador coger y plantearme un disco desde lo más profundo de mí y no desde lo que más se adapta a las modas de hoy. Decidí contar mis historias, como a mí me gusta y como ahora mismo lo siento, que es con baterías, con guitarras, con mi agresividad... Que no es ni mejor ni peor, pero es lo que me apetecía ahora. La liberación fue quitarme todos esos complejos de encima y hacer lo que me dio la gana.
¿Logras separar a Malú, la persona con esas inseguridades, de Malú, la artista famosa desde la adolescencia?
Es complicado. Lo que me pasa con esa separación es que Malú es una niña que empezó a trabajar con 16 años y a la que, en cierto modo, tuve que esconder durante más de 20 años. Porque tenía que exponerme, tenía que hablar con la gente... La Malú real es alguien muy tímido, todo me da vergüenza, me cuesta muchísimo pedir una botella de agua en un sitio, siempre intento lo de "pídela tú" a ver si cuela. Cuando alguien me dice en el supermercado que le encanta mi trabajo me da una vergüenza que me muero. Entonces, ¿cuál era la complicación de unir a las dos Malú? Que la otra, la artista, ha ido aprendiendo y trabajando mucho en esa parte social de hablar y relacionarse, y eso ha ido encerrando cada vez más a la niña tímida. Tenía que esconderla en casa y decirle: "Tú, que lo único que quieres es pasear a tus perros por el campo, quédate calladita ahí dentro". He tenido que trabajar mucho para encontrar ese equilibrio entre ambas. Pero, de nuevo, en estos años de parón obligado he conseguido que ambas estén juntas y perder parte de la vergüenza a estarte contando todo esto ahora. Es tremendamente liberador poder vivir siendo yo absolutamente y no ese personaje que creé para lidiar con la fama y ese tipo de cosas.
¿Te sentías viendo tu vida desde fuera, casi como una película?
Claro. Vas creando ese personaje que va por delante, va creciendo y cada vez se hace más grande. ¿Qué pasa? Que, para mantener ese ideal, ese personaje es el más exigente del mundo, no te permite un fallo, no te permite que algo salga mal. Es una exigencia enfermiza, es hacerte cuatro Palacios de Deportes a reventar, que fue hacer historia porque nunca una mujer en este país lo había logrado, y tú salir llorando del concierto porque en una canción no había cantado como yo quería. Todo mi entorno diciéndome que si no estoy escuchando la ovación y yo incapaz de ser feliz porque un foco no apuntaba justo donde debía. Esto es otra cosa que, si no me hubiera visto en la tesitura de estar en un sofá con un pie en alto, nunca hubiera aprendido: a delegar un poco.
Estás a punto de cumplir 25 años de carrera, ¿eso enorgullece o aterra?
La verdad que me gusta. No me da ese miedo de "hostia, cómo van pasando los años", sino que digo: "Wow, qué fuerte que tantos años después sigamos aquí'. Porque vivimos en una industria muy complicada y muy volátil, es muy difícil mantenerte ahí y la verdad es que me alegro mucho de haberlo logrado. Sacrifiqué muchas cosas de mi vida, prácticamente todo, por esto y me siento feliz de que haya compensado.
¿Ha mejorado la industria de la música para las mujeres en este tiempo?
A ver, sí, pero aún no basta. Las mujeres en la música empezábamos con una credibilidad de menos diez. Ya de inicio partíamos con esa base y ha sido muy difícil. Para mí, poder tocar en los mismos lugares en los que tocaban mis compañeros hombres e, incluso, tener el mismo caché ha sido una lucha gigante y de muchos años. Parte de esa autoexigencia tan dañina de la que hemos hablado viene de saber que, como mujer, no podía permitirme ni un resbalón que sí se le permitiría a un compañero. A ellos se les excusa, pero a ti, que ya partías de menos 10, esa credibilidad que te ha costado el triple lograr se va al traste en cuanto resbalas una vez. Por eso te digo que pierdes tu vida, porque la enfocas totalmente a no fallar, a estar a la altura cada segundo... Afortunadamente, tanto yo como otras compañeras hemos peleado muchísimo por ese lugar y esa credibilidad y creo que a día de hoy empezamos a ver la luz. Empezamos a tener un montón de compañeras que ya están ahí y las que ya no se les pone una fecha de caducidad. ¡Suenan en la radio! ¿Sabes lo que era sonar en radio hace unos años? ¿O que viniera un informativo a cubrirte un concierto? Imposible. 
Otra constante ha sido asignarte un romance con cada hombre con el que trabajas.
Claro, eso es también maravilloso. Yo con todos los artistas que he colaborado durante mi carrera me he liado. Y con los que no, también. Siempre me ha hecho muchísima gracia. Te llevabas súper bien con Alejandro (Sanz) y "se han liado"; con (Antonio) Orozco, "se han liado"; con Alborán, "se han liado"... Yo he leído artículos con una lista interminable de compañeros con los que había colaborado y, por supuesto, había estado con ellos. Pues nada, de haberlo sabido, lo hubiera disfrutado (risas). Por eso te digo, es la falta de credibilidad a la que constantemente nos enfrentamos las mujeres en cualquier sector. En cuanto una empieza a destacar hay una necesidad constante de encontrar un porqué, no puede ser sencillamente porque sea brillante. Eso es un problemita de base que debemos tratarnos todos.
¿Nunca te tentó usar el De Lucía y el márketing que conllevaba?
Al revés, todo lo contrario. Me daba muchísima inseguridad. Yo me acuerdo de tener que ponerme muy seria ya con 15 años porque querían que me llamase Malú de Lucía. Si es que yo ni siquiera soy De Lucía, que es por mi abuela y lo son sus hijos. Tuve que decirles que yo no soy De Lucía, no hago flamenco y no puedo aparecer aprovechando un apellido de una familia que lleva toda la vida trabajando. ¡Qué horror! Lo único que podía hacer era estropearlo. Quería hacer mi trabajito, mi carrerita en paralelo y no mancharles su imagen si lo que yo hacía no salía bien.
Pero haber sido, yo qué sé, ingeniera o veterinaria no estaba en los genes.
No, yo creo que no tenía más opción que esta. De pequeña quería millones de cosas, pero la realidad es que siempre iba cantando por casa. En mi familia eran todos grandísimos artistas y nos visitaban otros grandísimos artistas a diario. No había escapatoria, aunque al principio me costaba pensar que viviría de esto.
Supongo que estarás esperando ansiosa la pregunta sobre Albert Rivera.
No, fíjate. Pensaba que por primera vez en tres años me iba a librar.
Me interesa algo tangencial de este tema. Tras toda una vida siendo famosa, ¿se ha hecho más desagradable al entrar el factor político en la ecuación? ¿Ha habido un cambio?
A ver cómo te cuento esto sin liarla. Lo que creo es que el tema de nuestra relación se trató desde una perspectiva un pelincito machista. Otra vez lo de preguntarse por qué esa mujer está ahí. Todo es más sencillo. Dos personas se encuentran, independientemente de lo que hagan en su vida, de dónde vivan y de dónde estén. Se atraen, se enamoran y deciden caminar juntos. La gente se enamora independientemente de su trabajo, sus ideas, su tipo de vida... Pero parece que la gente necesita respuestas a preguntas que no existen. No es que la fama se viva con más agresividad, es que todo el mundo decidió opinar. Yo quise mantenerme un poco al margen porque vi que había una especie de tensión colectiva y que era cuestión de tiempo que las cosas se asentaran y se entendieran. No le quise dar mayor importancia... porque no tiene mayor importancia.  Soy artista, llevo siéndolo toda mi vida, y mi pareja da exactamente igual.
Hablas de tensión colectiva, ¿nos peleamos demasiado en este país?
Sí, estamos viviendo un momento que me da mucha rabia y mucha pena. Una crispación social, o llámalo división, muy agresiva. En el caso de Albert y yo, creo que hubiera dado igual que él fuera de una ideología o de otra. Nos hubieran atacado igual porque ahora está a la orden del día. Ha desaparecido algo que nuestros abuelos y nuestros padres nos inculcaron, que tenemos que estar unidos como sociedad y que da igual de dónde seas, dónde vayas, a quién votes o qué ideología tengas. Somos una sociedad, avanzamos juntos. Eso se nos está yendo de un plumazo y ahora todo lo vemos en términos de buenos y malos, conmigo o contra mí. Hay una división absoluta y deberíamos hacer el ejercicio de no permitir que discrepar en lo político provoque que veamos al otro como una mala persona. Por primera vez desde que tengo uso de razón, y tengo 39 años ya, se empieza a dividir la sociedad de una forma muy fea. 

TITULO:   Pekín Express  -  Nueva victoria de La Cruz, que da un paso más en su objetivo (4-3)  ,.

 

Pekín Express ,.

  Cristina Pedroche conduce 'Pekín Express: La ruta de los elefantes', una aventura en mitad del Índico, en la que 10 parejas con perfiles muy diferentes, etc.

 Nueva victoria de La Cruz, que da un paso más en su objetivo (4-3),.

 

foto / El Juvenil A de La Cruz Villanovense sigue en un gran momento de forma en División de Honor. Los de Gus supieron rehacerse tras la dura derrota del fin de semana anterior por 5-0 ante le Leganés y el fin de semana pasado lograron imponerse 4-3 en casa al Trival Valderas para seguir en la parte alta de la tabla y sumar tres puntos muy valiosos para seguir luchando por el objetivo de la salvación.

Los serones se adelantaron nada más comenzar el partido con gol de Hugo, gran protagonista del encuentro. Mediada la primera mitad el conjunto madrileño empataba el choque por mediación de Adri. Ya en la segunda parte Hugo, con una gran acción técnica, hacía el 2-1 a favor de los locales. Si bien, unos 10 minutos después el Trival Valderas lograría volver a poner las tablas en el marcaodr, pero La Cruz supo responder en forma de gol, el tercero, y otro de Hugo, que hacía hat trick con el 3-2. Pero ahí no se acabó la fiesta goleadora del jugador de La Cruz, ya que después haría el 4-2.

Los visitantes le dieron emoción a los últimos minutos tras hacer el 4-3, pero La Cruz supo mantener la renta. Los serones son quintos con 18 puntos y el próximo fin de semana visitan al Fuenlabrada.

TITULO: Días de cine -' Cine - El actor Israel Elejalde  , Viernes-5-Noviembre .

Viernes -5- Noviembre  a las 20:35 horas en La 2 / foto,.

 El actor Israel Elejalde,.

 

Repaso a la cartelera en ‘Días de cine’,.

El actor Israel Elejalde, uno de los protagonistas de Madres paralelas, la última película de Pedro Almodóvar, será esta semana el padrino de Días de cine. El programa charlará con él y repasará los estrenos de la cartelera, a la que llegan títulos de todos los géneros, como Un espíritu burlón, Las fantasías, o las españolas Panteras, Tres y Josefina. Además, recordará al actor Alberto Closas cuando se cumple el centenario del nacimiento del que es uno de los actores que forman parte de la memoria emocional del cine español, con títulos como Muerte de un ciclista, El baile o La gran familia.

TITULO: Saber Vivir - La peor canción de la historia  ,.

 

La peor canción de la historia,.

Este tipo de votaciones, planteadas más como un juego que otra cosa, no respetan ni a los Beatles ni a... ¿Vanilla Ice?,.

foto / Vanilla Ice aparece en muchos de estos listados.

Pero... ¡si ni siquiera es la peor del grupo!

Lo de elegir la peor canción de la historia es más un juego que otra cosa. Por mucho que nos horrorice algo que escuchamos por la radio, sabemos perfectamente que siempre habrá cosas peores, espantos sin nombre, engendros inconcebibles que ni siquiera logramos imaginar. Pero, en fin, tiene su punto divertido afirmar de un tema que es lo peor de lo peor, aunque, normalmente, lo que se quiere decir es que resulta impropio de sus autores, porque en estas listas se suele acabar hablando de gente muy ilustre, no de bandas maqueteras de Talavera de la Reina. Un ejemplo evidente: tanto 'Imagine', de John Lennon, como 'Ob-La-Di, Ob-La-Da', de los Beatles, han aparecido en listados de este tipo: la segunda, de hecho, acabó en cabeza de una encuesta de la compañía estadounidense Mars y tiene el refrendo de que –según dicen– el propio Lennon la detestaba. Pero todos sabemos que ni es la peor canción de la historia (¿recuerdan 'La Ramona', por ejemplo?), ni siquiera es la peor canción de los Beatles, una salvedad que resulta aplicable a muchos de los títulos que irán apareciendo en los siguientes párrafos.

Cuando lo dice la propia vocalista

Lógicamente, en las listas de peores canciones de la historia nunca faltan artefactos con vocación humorística: ahí está '!aaaH-aH ,yawA eM ekaT oT gnimoC er'yehT', un tema sesentero que en realidad es otra canción ('They're Coming to Take Me Away, Ha-Haaa!', claro) reproducida al revés. También suelen asomar en el debate infecciosos himnos infantiles como 'Crazy Frog' o 'Baby Shark'. Pero lo que más cuenta son los pasos en falso de figuras relevantes: '(You're) Having My Baby', de Paul Anka, se impuso en un sondeo organizado por la CNN; 'Ebony and Ivory', de Paul McCartney y Stevie Wonder, arrasó en la competición de peores dúos que promovió la BBC; 'We Built This City', de Starship, es un sospechoso habitual en todas estas votaciones, aunque algunos ni siquiera entendamos por qué (vale, la propia Grace Slick ha dicho que es «la peor de la historia», y eso que la canta ella), y el 'Achy Breaky Heart' de Billy Ray Cyrus ha quedado primero o segundo en varios listados, bien escoltado por otros hitos noventeros como 'Ice Ice Baby', la versión de 'Could It Be Magic' de Take That o (cuidado, no lo piensen mucho, que acabarán cantándola) el 'Barbie Girl' de Aqua.

Tres minutos y medio de fama

En realidad, uno se acaba dando cuenta de que, a menudo, es la saturación lo que nos lleva a detestar canciones. Seguramente eso es lo que empuja a clásicos comerciales como 'We Are The World' o 'Don't Worry, Be Happy' hasta estos pelotones de los torpes. Y qué decir de 'You're Beautiful', aquella balada que se perpetuó en las ondas y los cerebros allá por 2005 y que ha sido votada en alguna ocasión como «la más irritante» de la historia: su autor e intérprete, James Blunt, compensa ahora a la humanidad en su nuevo papel como uno de los reyes cómicos de Twitter. A un 'hater' que se mofó de sus quince minutos de fama, le respondió que le bastaron tres y medio, los que dura su 'hit'.

Gaitas, una soprano y letras de cowboys

Claro que criticar al prójimo y reírse de sus peores momentos es muy fácil. Mucho más mérito tiene sentarse a componer una canción voluntariamente repelente, y aún más hacerlo con enfoque 'científico'. En 1996, tras encuestar a 500 personas sobre las cosas que más les gustaban y más les disgustaban en la música, Dave Soldier y Nina Mankin compusieron 'la canción más deseada' y 'la canción menos deseada', que es la que nos interesa aquí. Entre los rasgos que extrajeron de su sondeo y emplearon para darle forma están los siguientes: larga duración, instrumentos como la gaita y la tuba, «una soprano de ópera que rapea y canta música atonal, jingles publicitarios, eslóganes políticos y música de ascensor», coros infantiles y letras sobre cowboys. «De toda la población mundial, menos de 200 individuos disfrutarán con esta pieza», aseguran. Pero, en realidad, acaba siendo muchísimo más entretenida que la canción más deseada.

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