viernes, 29 de marzo de 2024

Órbita Laika - Ciencia - El corazón de las tinieblas - Agujeros negros ,. / Generaciones - ANDRÉS NEUMAN QUÉ GRACIA LA DE MI HIJO ,. / Todo Caballo - La primera convocatoria internacional de Doma Clásica ,. / Zona indie - Cine - La mujer que camina delante ,.

 

TITULO: Órbita Laika - Ciencia -El corazón de las tinieblas - Agujeros negros ,.


Lunes - 1 , 8 - Abril   a las 22:30  en La 2 / foto,.

 El corazón de las tinieblas - Agujeros negros,.

 El corazón de las tinieblas. Agujeros negros

 Los agujeros negros son objetos invisibles de una fuerza inimaginable, extraños caprichos de la naturaleza. Sabemos que son elementos reales del cosmos, lugares con una gravedad tan profunda que nada puede escapar, ni siquiera la luz. Objetos que deforman el mundo a su alrededor, obligando al tiempo y al espacio a adoptar nuevas características.
La Vía Láctea es un hervidero de ellos: cientos de millones de agujeros negros del tamaño de Manhattan orbitan, invisibles, entre las estrellas. Y en el centro mismo de nuestra galaxia acecha un gigante: un agujero negro supermasivo con una masa millones de veces superior a la de cada uno de sus parientes más pequeños.

    TITULO: Generaciones -ANDRÉS NEUMAN QUÉ GRACIA LA DE MI HIJO,.

 ANDRÉS NEUMAN QUÉ GRACIA LA DE MI HIJO,.

Asegura ( fotos - Andrés Neuman que después de escribir Umbilical (Alfaguara, 2022), sobre el nacimiento de su primer hijo, no pensaba seguir ocupándose de estos asuntos. Pero el niño tuvo la ocurrencia antropológica de aprender a hablar. «E igual que otras formas del asombro y el amor, cada vez que un niño empieza a hablar… ¡es la primera vez! Cuando alguien vive una historia de amor, sabe que está continuando una tradición milenaria y a la vez renovándola. Lo mismo ocurre con el comienzo del habla. Porque nosotros también aprendimos a hablar y lo hemos olvidado». ¿Cómo no contar también algo así? El resultado es Pequeño hablador (Alfaguara, 2024), un texto delicado, apasionado, tierno, compuesto de una miríada de otros textos más pequeños y fulgurantes, sobre la sacudida existencial que te golpea cuando tu hijo empuña la palabra.

—¿El pequeño hablador empequeñece a su vez al padre que asiste al prodigio?

—El padre que observa algo así no solo vive una emoción inmensa, sino que tiene además el privilegio de asistir a un prodigio cultural, técnico, ético y estético. Bien mirado, es algo rarísimo vocalizar palabras en una lengua artificial. Yo he vivido con esto tres fascinaciones: la del padre enamorado que ahora soy, la del escritor que siempre he sido con un interés por el lenguaje y sus límites y posibilidades, pero también la del filólogo que una vez fui. Así, acompañar a alguien que tiene todo el lenguaje por delante, que empieza a nombrar al mundo palabra por palabra y cuestionando a la vez qué es una palabra… en fin, es un espectáculo.

—Dices: «Ya no puedo escribir lo que escribía. Interrumpiste todo y lo empezaste de nuevo». Si la paternidad supuso para ti un borrón y cuenta nueva como escritor, ¿de qué tipo de borrón estamos hablando?

"No me gustan, en general, los discursos iluminados, y me cansa mucho la superioridad moral de la paternidad"

—No me gustan, en general, los discursos iluminados, y me cansa mucho la superioridad moral de la paternidad. Cuando no tienes hijos tienes que escuchar los discursos de superioridad moral de quienes sí los tienen y te explican que eres un adolescente que no tienes ni puta idea de qué va esta vaina. Y eso genera un movimiento de superioridad moral contrario de quienes no tienen hijos, que es un fenómeno nuevo que no era antes tan habitual. Los que dicen que tener hijos es conservador o, para las mujeres, sacrificar las conquistas del feminismo. Y otra superioridad moral más cuando tienes hijos pequeños, la de quien ya los tiene grandes, y te explica lo que te va a pasar y asegura que sabes cómo te sientes. Y oye, habrá sentimientos comunes, pero nadie ama, folla o cría por ti. Cada época y cada individuo tienen sus peculiaridades. ¿Es un borrón y cuenta nueva? No. Porque no siento que el resto de mi vida haya sido un simulacro. Pero sí siento que las emociones o experiencias que yo había tenido antes de manera aislada confluyen ahora de forma brutal, casi violenta.

—El otro día entrevisté a Rodrigo Fresán y me confesó que siempre le intrigaron mucho los escritores que voluntariamente deciden no ser padres, en nombre de entregarse solo a la literatura, porque entienden que el hijo puede ser un estorbo. Él pensaba que se pierden una parte importantísima de material…

—Después de años sin dormir, de enfermedades, de guarderías, de hernias como la que me ha salido a mí, etc, en fin, cuando pones el cuerpo de esa manera, metafórica y literalmente, efectivamente, tienes material. No tenemos más de cuatro cosas: vida, muerte, amor y, tal vez, la infancia. Y en la crianza el vínculo filial hace que todas esas fuerzas actúen al mismo tiempo. Hay una suerte de emoción póstuma en cada minuto que paso jugando con mi hijo. Es como si fuésemos un piano que ha ido tocando unas teclas u otras a lo largo de su existencia y ahora, de pronto, cuando llega un hijo, las tocas todas a la vez en un acorde abrumador. Fresán fue un padre tardío, como yo, como lo somos todos ahora. Y los que hemos sido padres a esta edad, y por tanto somos más mortales, reales y conscientes de nuestra mortalidad. Por último, creo que debemos reflejar referentes de goce en la paternidad.

—¿Padres gozosos?

—¡Sí! Porque los hombres pueden ser algo diferente y mejor que esos arquetipos del padre violento que daña tu infancia, como el de Kafka, o el arquetipo de padre ausente que o te abandona o nunca estuvo, como en Pedro Páramo. Por último tenemos al padre heroico, al superpapá que no puede estar más alejado de la realidad. ¿Pero dónde están en la narrativa los padres cuidadosos o cariñosos?

—Antes de seguir, como padre también más o menos que sabe de qué va esta vaina, tengo mucha curiosidad por, digamos, el proceso de producción de estos textos. Te imagino de madrugada cuando por fin ha caído el bebé, desvelado ya, «con el sueño astillas», como describes, lleno de mierda y escribiendo. ¿Me equivoco?

"Si tú te marcas un tocho de quinientas páginas de densa y documentada prosa sobre el amor por tu hijo, has cambiado pocos pañales"

—Me interesa mucho eso que dices. Una cuestión ético-estética fundamental es la relación entre la realidad material, nuestras condiciones materiales de vida y reproducción, por un lado, y la forma que toman nuestros libros, por el otro. Pero no son cosas separadas. Si tú te marcas un tocho de quinientas páginas de densa y documentada prosa sobre el amor por tu hijo, has cambiado pocos pañales. Esto se lo han planteado nuestras compañeras escritoras mucho antes que nosotros. ¿Cómo escribo si no puedo con mi cuerpo? Y sin embargo, vaya material. ¿Cómo lo haces? ¿A toro pasado? ¿De forma fragmentaria? Debes articular un modo, y es un desafío fascinante. Esto también para otros marcos, como el duelo o la enfermedad. O incluso el amor más eufórico, ese que coloniza todo tu ser.

 

—¿Cómo lo hiciste tú?

—La forma que yo encontré en estos dos pequeños libros instintivamente reflejaba formal y estructuralmente esa realidad intermitente de mucha intensidad y mucha interrupción. Esa realidad a salto es la que vives cuando estás criando. ¿Y cómo lo hice? Cuando algo me llamaba la atención, me asombraba o emocionaba, lo archivaba en mi cabeza y en cuanto tenía un momento, normalmente por la noche, tomaba una nota aquí y ahora. Y luego trabajé esas notas un par de años. Es lo contrario de como yo escribía antes, preparando mucho los libros.

—Antes decías que no abundan en la literatura los padres cariñosos, los que gozan con la paternidad. ¿Por qué? ¿Pudor, machismo, sencilla falta de interés?

"A los hombres se nos dijo que no podremos, no sabremos o no querremos criar. Y entonces, autocumplimos la profecía"

—Todo eso a la vez, diría. A los hombres se nos dijo que no podremos, no sabremos o no querremos criar. Y entonces, autocumplimos la profecía. Por eso, recordar que ser padre también es un completo disfrute puede sacarnos de esa parálisis del deber. Ser padre no es una guerra. Vamos a celebrarlo. Lo digo sin ingenuidad, porque no se puede idealizar aquello que conoces diariamente. Tenemos además muchas asignaturas pendientes, porque nuestros padres fueron como fueron, y cuando miramos atrás los vemos. Tal vez este sea el primer momento en el que existe una multitud de padres en disposición de ponerse a conversar como llevan haciendo las madres desde el principio de los tiempos. Por eso las madres escritoras lo contaban más. Por último, debemos acabar con ese policía emocional que tenemos los tíos dentro y nos cohíbe: «¿Para qué hablar de esto?». El pudor masculino por no mostrar ternura es, por cierto, una sofisticación de que no piensen que eres maricón.

—¿Cómo lo sorteaste tú?

—Lo que más me encuentro cuando hablo con mis amigos padres hoy es un enorme alivio y una complicidad hermosa cuando por fin nos atrevemos a abrir la puerta y hablar de eso. Recuerdo que me tocó estar en Argentina en pleno furor del Mundial y quedé don dos amigos para comentar la semifinal contra Holanda. Somos todos muy futboleros y, sin embargo, cuando nos quisimos dar cuenta, después de tres horas de cena, cuando pedimos la cuenta de pronto nos miramos incrédulos al darnos cuenta de que no habíamos comentado aún el fútbol. Sólo habíamos hablado de nuestros hijos pequeños, nuestras parejas, nuestras emociones y miedos. Messi esperó toda una vida para ganar ese Mundial. Nosotros también para tener aquella conversación.

—Hay un momento hermoso en el que sucede y tú lo registras: «La palabra se impuso a los temores. Se filtró en tu inconsciente. Y por fin nos quisimos como hablantes». Pero también exclamas: «Contra mis previsiones, me doy cuenta de que voy a extrañar al niño mudo». ¿Qué extraño, verdad?

—Mi bebé se terminó como tal cuando conjugó en pretérito por primera vez. Estábamos jugando y dijo: «Papá, pasó coche». Me conmovió mucho y no sabía por qué. Hasta que me di cuenta de que acaba de nacer un hablante y morir un bebé. Un bebé es puro presente. Solo cuando gracias al lenguaje puede gestionar la ausencia o reponerla llega el pasado a tu vida. Yo no sabía lo mucho que me iba a gustar el amor mudo del primer año. Hasta que «pasó coche». Y pasó bebé. No somos conscientes de las repercusiones existenciales y emocionales que hay en la adquisición del adjetivo para complementar el sustantivo.

 

TITULO:   Todo Caballo - La primera convocatoria internacional de Doma Clásica ,.

La primera convocatoria internacional de Doma Clásica ,.

La primera convocatoria internacional de Doma Clásica, en ...

foto / El programa también muestra los aspectos fundamentales a tener en cuenta a la hora de comprar un caballo y conocemos a un enamorado de los mulos de Fernán Nuñez.

Una cita con la Doma Clásica en la Real Escuela del Arte Ecuestre de Jerez de la Frontera. Allí, jinetes de todo el continente participan en un concurso internacional. Esta competición cuenta con la presencia de binomios de distintas nacionalidades, tales como portuguesa, finlandesa, brasileña, inglesa, ucraniana, uruguaya, holandesa, sueca, francesa y española.

Para comprar un caballo no nos podemos fiar únicamente de lo que nos entra por los ojos. Hay que tener en cuenta algunos aspectos importantes para asegurarnos de adquirir un animal en condiciones óptimas y saber valorar cual es el que mejor se adapta a nuestras necesidades.

Cuando alguien descubre este mundo desde cerca se enamora de él de forma irremediable. Ése es el caso de Fran, nuestro cámara. Llegó a “Todo Caballo” entendiendo muy poquito de equinos y, de tanto disfrutarlos, llegó el día en que decidió comprarse uno. A día de hoy, ha formado ya su propia yeguada, Silvestre Salitas. Pero para crecer hay que avanzar y por eso ha decidido comprar su segundo ejemplar.

Nos trasladamos hasta la localidad cordobesa de Fernán Núñez para conocer a Antonio Castillo. Su vida son los mulos y les dedica cada minuto libre que tiene. En sus animales busca unas características muy concretas y su doma, a base de paciencia y cariño, hace que sus animales desarrollen un carácter especial.

Vamos a conocer una historia emotiva, simpática y única. En “Todo Caballo” hemos visto como los profesionales doman a los caballos desde sus inicios, como quitarle los miedos o prepararlos para concursos de alto nivel. Todo ello, con un jinete montado. ¿Pero domar a un caballo a pie, sin cabezada y conseguir su confianza en nosotros solo con nuestra voz en tres meses? Esta es la metodología que usa Carmelo Saenz, todo un profesional de la Doma en libertad.

El cólico es una de las enfermedades más frecuentes que sufren los equinos y una de las más complicadas. No detectarla a tiempo puede costar la vida a un caballo. Cuando se supera es fundamental llevar un control veterinario para comprobar que todo sigue bien.

TITULO :   Zona indie - Cine - La mujer que camina delante ,.

La mujer que camina delante

 Este lunes - 1 , 8 - Abril   a las 23:30, en la ‘Zona indie’ de La 2 se emite la película, foto,.

Reparto, .Jessica Chastain  ,   Michael Greyeyes ,    Sam Rockwell  ,   Chaske Spencer  ,   Ciarán Hinds    , Bill Camp,.

 Narra la historia de Catherine Weldon (Jessica Chastain), una mujer que se mudó de Brooklyn a una reserva india en Dakota para ayudar al jefe Sioux, Sitting Bull, a intentar mantener las tierras para su pueblo. Weldon escribió cartas al gobierno federal en nombre de Sitting Bull y vivió en la tierra durante varios años con su hijo,.

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