Un informe asegura que los españoles tenemos poca
comprensión lectora. Nos lo ponen difícil cuando en los textos no
aparecen los mensajes oportunos y, más aún, si ocurre en el peor momento
posible.
Que se lo digan a Marc Márquez. Al líder de MotoGP le
marcaron la entrada a boxes una vuelta más tarde de lo exigido por la
reglamentación y fue descalificado con bandera negra en Australia en un
fallo garrafal de HRC. Lorenzo y Yamaha, que sí hicieron los deberes a
tiempo, se embolsaron la trascendental victoria de Phillip Island,
aplazando el más que posible alirón del '93' y quedándose en la general a
18 puntos del liderato, después de un fin de semana caótico y envuelto
en decisiones controvertidas, muchas, y equivocadas, casi todas.
Y es que el error monumental de la casa de Nakamoto no debe
obviar otros, como los tomados por Dunlop, en Moto2, y Bridgestone, en
la categoría reina, en la elección de neumáticos, o el criticado 'flag
to flag' de MotoGP, primero a 26 vueltas, posteriormente a 19 y
provocando una situación insólita, la primera parada a boxes en
condiciones de seco en la historia del mundial de motociclismo. Ahí, en
los boxes, se decidió todo, y Márquez afrontó el desafío con decisión.
Su cambio fue raudo y veloz, saltando por encima de su moto y volviendo a
la pista tratando de adelantar a sus rivales, algo que Lorenzo impidió
defendiendo su sitio con la voracidad de quien se está jugando todo a
una última carta.
El contacto entre ambos fue inevitable, Márquez intuyó que
venían como leones tanto Jorge como Dani y cerró la trazada sin mirar.
Lorenzo, en la otra perspectiva, apreció que Marc podía entrar por
delante de él y apuró al máximo la frenada. El bicampeón lo advirtió en
la previa. Una carrera con parada podía acarrear incidentes en la
reentrada de algunos pilotos.
Y así ocurrió. Chocaron, pero no buscaron culpables. Eso ya
ha quedado atrás. En el nuevo escenario, cualquier acción que no sea
especialmente alevosa no será juzgada o lo será con mucha benevolencia.
Jorge se fue directo a por el triunfo para aplazar el
alirón del de Cervera, que se quedó perplejo al ver el '93' de su
carenado acompañado de una bandera negra. Las explicaciones fueron
peregrinas, y se resumen en que su equipo no supo interpretar el
comunicado de dirección de carrera, lo único incuestionable de todo el
fin de semana. En él se detallaba que el tope de vueltas posibles para
cada par de neumáticos era de 10 sobre un total de 19. Es decir, o se
paraba en la nueve, o en la diez, sin más opciones.
Dani, fiel a su estilo prudente, se detuvo en cuanto pudo,
ahorrándose cualquier complicación de tráfico. Fue la estrategia seguida
por otros, los menos, entre los que destacaron Bautista y Aleix
Espargaró. Pedrosa tuvo que bloquear para intentar sin conseguirlo
respetar los límites de velocidad, y fue penalizado con la concesión de
una posición al reincorporarse a la prueba, pagando la novatada.
Fallo en la interpretación
Un giro más tarde, en el límite, Lorenzo detuvo su marcha,
mientras que Márquez siguió en pista incomprensiblemente, dentro de una
ilegalidad manifiesta. Livio Suppo, jefe del equipo Repsol Honda, asumió
el calamitoso fallo: «Fue un error de interpretación del equipo. Le
mostramos una vuelta tarde el cartel para entrar en boxes. Nos hemos
hecho un lío y hay que aprender el error». Bandera negra y adiós a más
de la mitad de su ventaja al frente de la tabla.
Mientras que en el box de Yamaha se frotaban los ojos con
lo ocurrido, Rossi hacía lo mismo con las manos, viéndose de nuevo en el
podio a costa de errores ajenos más que de virtudes propias. Fue
tercero, tras un Pedrosa que sigue con su táctica de intentar no hacer
ruido y seguir metido en la lucha por el título, a treinta y cuatro
puntos de la cabeza. Quien se acerca de verdad es Lorenzo, que tras su
victoria cincuenta se queda a tiro de dieciocho puntos a falta de apenas
dos pruebas. Motegi, con previsiones de mal clima, y Cheste, una moneda
al aire, son las dos opciones que le quedan dentro de la ruleta rusa en
la que HRC ha convertido el Mundial.
Lo que parecía seguro, el título de Márquez, queda ahora
sujeto a otras variables. Error imperdonable, de campeonato, dentro de
un fin de semana indigno para el mundo de las dos ruedas que deja a
Jorge, según sus palabras, con un «30% de opciones», y a Valencia
pletórica de alegría esperando que lleguen vivos los tres Mundiales.
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