Humphrey Bogart-foto.
Humphrey Bogart | |
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Fotografía de Humphey Bogart en Casablanca (1942) |
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Nombre real | Humphrey De Forest Bogart |
Nacimiento | Ciudad de Nueva York, Nueva York, Estados Unidos 25 de diciembre de 1899 |
Fallecimiento | Los Ángeles, California, Estados Unidos 14 de enero de 1957 (57 años) |
Nacionalidad | Estadounidense |
Ocupación | actor |
Años activo/a | 1921-1956 |
Características físicas | |
Estatura | 1,73 m |
Familia | |
Cónyuge | Helen Menken (1926-1927) Mary Philips (1928-1938) Mayo Methot (1938-1945) Lauren Bacall (1945-1957) |
Hijo/s | Stephen Humphrey Bogart (1949) Leslie Howard Bogart (1952) |
Premios | |
Premios Óscar | Mejor actor 1951 The African Queen |
Ficha en IMDb |
Según la lista del American Film Institute, está considerado la primera estrella masculina más importante de los primeros cien años del cine norteamericano.
Biografía
I Guerra Mundial
A continuación se alistó en la Marina para combatir en la I Guerra Mundial y fue destinado como marinero al buque USS Leviathan. En 1918 el barco fue atacado por submarinos y un torpedo lo alcanzó, sin lograr hundirlo. Un fragmento astillado de madera saltó y le rasgó la boca, afectando para siempre su forma de hablar.Actor
El actor Leslie Howard, protagonista de El bosque petrificado, exigió a la Warner Brothers la participación de Bogart en el papel de Duke Mantee. Así, en 1936, el enorme éxito que tuvo El bosque petrificado supuso el comienzo de una carrera sólida para el actor. Su consagración llegó en 1941 con El último refugio, dirigida por Raoul Walsh.
A partir de entonces, Bogart encadenó filmes hoy considerados clásicos. Bajo la dirección de John Huston rodó El halcón maltés, donde interpretó al detective Sam Spade. En 1942 filmó Casablanca, en la cual protagoniza, junto a la actriz sueca Ingrid Bergman, una de las más grandes historias de amor de la cinematografía mundial. La cinta, dirigida por Michael Curtiz, es catalogada como una de las cinco más grandes películas jamás filmadas. Su trabajo fue reconocido por la Academia de Cine americana cuando en 1951 obtuvo el Oscar al mejor actor por su interpretación en La reina de África, coprotagonizada por Katharine Hepburn. Después rodó otras películas míticas como Sabrina (con Audrey Hepburn y William Holden) y La condesa descalza (con Ava Gardner).
Desde el inicio de su carrera en cine filmó varias películas, con quien sería una de sus grandes amigas artistas, la mítica y legendiaria actriz Bette Davis, quien es considerada como la primera dama del cine en blanco y negro.
Vida privada
En el libro Conversaciones con Billy Wilder, el genio austríaco confiesa a Cameron Crowe, en varias ocasiones, que Bogart era antisemita y por eso se llevaban mal (como evidenció el rodaje de Sabrina), hasta el punto de incluirle en una lista de personas indeseables con las que no tratar; algo extraño porque Bogart estaba casado con Bacall, mujer judía (por lo que sus hijos con ella también lo eran). En su lecho de muerte, arrepentido, Bogart, muy enfermo por su avanzado cáncer, se reconcilió con Billy Wilder y le pidió perdón.
Muerte
Murió en 1957 en Hollywood, víctima de un cáncer de esófago. Tenía 57 años.Filmografía
- Más dura será la caída (1956)
- Horas desesperadas (1955)
- La mano izquierda de Dios (1955)
- No somos ángeles (1954)
- La condesa descalza (1954)
- Sabrina (1954)
- El motín del Caine (1954)
- La burla del diablo (1954)
- Campo de batalla (1953)
- El cuarto poder (1952)
- La reina de África (1951)
- Siroco (1951)
- Sin conciencia (1951)
- En un lugar solitario (1950)
- Una llama en el espacio (1950)
- Secuestro (1949)
- Llamad a cualquier puerta (1949)
- Cayo Largo (1948)
- El tesoro de Sierra Madre (1948)
- La senda tenebrosa (1947)
- Las dos señoras Carroll (1947)
- Callejón sin salida (1947)
- El sueño eterno (1946)
- Retorno al abismo (1945)
- Tener y no tener (1944)
- Pasaje para Marsella (1944)
- Sahara (1943)
- Acción en el Atlántico Norte (1943)
- Casablanca (1942)
- A través del Pacífico (1942)
- Un gángster sin destino (1942)
- A través de la noche (1942)
- El halcón maltés (1941)
- El circo sangriento (1941)
- El último refugio (1941)
- La pasión ciega (1940)
- El hermano orquídea (1940)
- It All Came True (1940)
- Oro, amor y sangre (1940)
- Hombres marcados (1939)
- El regreso del Doctor X (1939)
- Los violentos años veinte (1939)
- Un crimen en la conciencia (1939)
- Amarga victoria (1939)
- El chico de Oklahoma (1939)
- El rey del hampa (1939)
- Ángeles con caras sucias (1938)
- Ambición rota (1938)
- El sorprendente doctor Clitterhouse (1938)
- Men Are Such Fools (1938)
- Crime School (1938)
- Swing Your Lady (1938)
- Siempre Eva (1937)
- Dead End (Callejón/Calle sin salida) (1937)
- San Quintín (1937)
- Kid Calahad (1937)
- La mujer marcada (1937)
- The Great O'Malley (1937)
- La legión negra (1937)
- Isle of Fury (1936)
- China Clipper (1936)
- Two Against The World (1936)
- Balas o votos (1936)
- El bosque petrificado (1936)
- Llamada a un asesino (1934)
- Tres vidas de mujer (1932)
- Big City Blues (1932)
- Juventud moderna (1932)
- El temerario (1931)
- ¡Vaya mujeres! (1931)
- Mala hermana (1931)
- Cuerpo y alma (1931)
- Río arriba (1930)
- El conquistador (1930)
- Broadway's Like That (cortometraje) (1930)
Era un viernes por
la tarde y buscaba un regalo de
cumpleaños para una amiga en una
tienda de complementos del centro de
Madrid. Una mujer de más o menos
mi edad que entró poco después
me miró como si me reconociera y
me preguntó si yo era yo, como se
lo estaba pareciendo. Me contó que
me leía, pero que, sobre todo, era su
hija la que más fielmente seguía mis
artículos en esta revista y que incluso
los recortaba. Me emocionó aún más
que otras veces porque imaginé que
aquella lectora de la que me hablaba
y que me distinguía de esa manera
era una joven de la edad de mi hijo y,
sin embargo, se identificaba con mis
artículos. No sé si ella lo captó en mi
sonrisa de agradecimiento, entre otras
cosas, porque siempre me sorprende
que me lo digan, por muchas veces
que lo hagan, como si fuera un precioso regalo que es
inesperado y emocionante cada vez. Y me quedo con
la sensación de que mi respuesta jamás está a la altura
de ese regalo.
Y no se trata de vanidad. La vanidad
del reconocimiento es una satisfacción breve y
superficial que no está, eso creo, entre mis principales
debilidades. Se trata de otra cosa bien distinta. De la
emoción de la comunicación con miles de personas
a las que no conozco, pero con las que comparto
preocupaciones, puntos de vista, ironías, tristezas,
humor. Que han pensado las mismas cosas, pero no
han podido reflejarlas en un papel o que piensan
cosas distintas, pero les gusta debatirlas con mis
argumentos e historias.
Parece una contradicción,
pero la comunicación a
través de la escritura es
una actividad solitaria y
así debe serlo para poder
sobrevivir. Porque un debate
constante con los lectores
sobre cada argumento nos
paralizaría, con dudas, miedo,
confusión, al menos a mí,
porque el desasosiego de las
críticas sí que está entre mis
debilidades.En esa contradictoria soledad pienso en esa joven lectora, en lo que haré para captar su interés la próxima vez, en lo que podrá sorprenderla, en lo que le hará pensar, en lo que la irritará. Y me emociono con ese pequeño milagro de que personas de tan distintas edades podamos compartir reflexiones e intereses. Quizá porque las diferencias de edad nos asustan a veces tanto como las diferencias de culturas, o de religiones, o de ideologías, o de clases sociales. Y pensamos que pueden ser insalvables, que impedirán el entendimiento, cuando las cosas son mucho más sencillas. En realidad, las preguntas y las inquietudes de una chica de 20 años no son tan diferentes a las de una mujer de 50. Tan solo cambia el efecto de las experiencias, a veces en forma de escepticismo y otras, de doble entusiasmo, pero los impulsos vitales son los mismos.
Mi duda, que no acabo de resolver, es lo que ocurre si la lectora se convierte en lector. Si las barreras del sexo nos separan más que las de la edad. O si la causa de que mi hijo, de la edad de mi lectora, no siga mis artículos es su condición masculina o, supongo que él mismo dirá, el hecho de llevarme escuchando diariamente desde hace 22 años.
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