lunes, 17 de febrero de 2014

PALABRA Y PAN, Goya 2014: Noche de cine y reivindicación,./ EL DIVÁN DE OLGA VIZA, Di María, de villano a héroe

TÍTULO: PALABRA Y PAN, Goya 2014: Noche de cine y reivindicación,.

PAN, Goya 2014: Noche de cine y reivindicación,.-fotos,.

Goya 2014: Noche de cine y reivindicación,.

'Vivir es fácil con los ojos cerrados' de David Trueba triunfa con seis premios, entre ellos mejor película, dirección y actor,.

El presidente de la Academia del cine, Enrique González Macho, lamenta un año difícil para el cine y critica el IVA cultural,.

El Goya fue para un hombre de 89 años que no se dedica al cine sino a la educación. Juan Carrión, un viejo maestro de escuela sentado en primera fila junto a David Trueba, director de Vivir es fácil con los ojos cerrados, película inspirada en él y en su luminosa aventura detrás de un sueño: conocer a John Lennon mientras rodaba en 1966 en Almería. El viaje que conduce a este sueño es la película que ayer salió a hombros de los premios Goya, una comedia melancólica, alegre y triste, a bordo de un coche verde junto al maestro y dos jóvenes desesperados. Javier Cámara (al fin, Goya al mejor actor) da vida a ese profesor, a ese hombre obstinado que cree en el futuro de un país: sus jóvenes. Trueba (mejor director, mejor guion) habló de las cosas que le importan, el cine, los actores, la familia, el periodismo y la política: “Y es bueno recordar que en el cine español hay de todo, gente de izquierdas y de derechas”. Y habló, por supuesto, como en su película, de no perder nunca ni las ganas de vivir ni la esperanza. Un mensaje nada pueril en estos momentos.
Gracias a su ausencia, el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, se convirtió en la presencia más importante de una noche incierta por la lluvia, por los duros gritos de los manifestantes a las puertas del Auditorio (trabajadores de Coca Cola, miembros de Stop Desahucios, figurantes de Madrid que denuncian la precariedad de su trabajo…) y por las declaraciones sobre el escenario de los miembros de una profesión ofendida y castigada. El discurso del presidente de la Academia, Enrique González Macho, visiblemente nervioso y emocionado, supo a despedida. Recordó que “hacer cine en España es un acto heroico”.

De esa heroicidad han nacido las películas que fueron premiadas: Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia, que sumó ocho goyas de diez candidaturas y fue por número de estatuillas la virtual ganadora; Vivir es fácil con los ojos cerrados, de David Trueba, seis (mejor película, dirección, guion, actor, actriz revelación, banda sonora); La herida, dos (actriz y director revelación); La gran familia española, dos (canción original y actor de reparto) y Caníbal, uno (fotografía); .
Héroes que sacaron sus mejores galas y ánimos para ofrecer buena cara pese a las enormes dificultades económicas que atraviesan y el paro que registran muchos de sus trabajadores, especialmente los técnicos. La espantada de Wert fue recibida como la gota que colma el vaso de un año aciago: la subida del IVA, la ausencia de un modelo de negocio consensuado entre Gobierno y sector, y la enorme inquietud desatada por el precio de las entradas ha dejado a la intemperie a un sector debilitado como nunca. Se esperaba un gesto del Gobierno antes de esta noche (como ha ocurrido con sectores como el arte o el teatro) pero el único gesto fue una butaca vacía. “No sé en cuántos países del mundo se aceptaría que un ministro haga tal acto de indiferencia hacia la industria que representa”, había señalado Javier Bardem. “Es una chulería. Pero una chulería perfectamente consciente”. En el escenario, el actor no dudó en tacharle de ministro de “anticultura”. Mariano Barroso (mejor guion adaptado por Todas las mujeres) se preguntó qué pasaría si el ministro de Defensa no fuese al desfile de las Fuerzas Armadas. “Y esta noche están aquí las fuerzas armadas del cine. Usted debería dimitir”.
En esas fuerzas armadas del cine español hay todo tipo de rangos: generalas como Terele Pávez, de 74 años, elegida mejor actriz de reparto por Las brujas de Zugarramurdi, que subió llorando, tocándose la cara, casi sin palabras, y se lo dedicó a su único hijo, Carolo (“Todo esto es por una sonrisa tuya”) y a su oficio (“Os quiero tanto querida profesión. Yo nunca he tenido otra meta en la vida que pertenecer a esto”). Capitanes como Marian Álvarez, mejor actriz por La herida, o Roberto Álamo, mejor actor de reparto por La gran familia española, que recordó la muerte de Philip Seymour Hoffman, “un referente para todos nosotros”. Y soldados rasos, como Natalia de Molina, de 21 años, mejor actriz revelación por Vivir es fácil con los ojos cerrados. “David muchas gracias por creer en mí en un momento en el que es difícil creer en nada”, dijo la joven actriz que recordó una frase de su personaje, esa Belén errante y embarazada en una España gris e inmóvil, que en la España de la Ley del Aborto de Gallardón, tiene por desgracia resonancias en el presente: “No dejes que nadie elija nunca por ti”.
-foto--Manel Fuentes se estrenó como presentador de la gala con un guion en el que declaró su amor al cine español (“ya que no podemos sacar pecho de nuestra realidad saquémoslo con nuestra ficción”), tiró contra la ausencia de Wert (“Estamos en una gala histórica, la primera gala de los Goya sin un ministro de Cultura”) y contra otra de sus dianas favoritas (el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro). Una gala que naufragó gracias a algunos inexplicables números musicales y un ritmo irregular pero que mereció la pena solo por el gran momento Femen de Joaquín Reyes, que provocó las carcajadas de las 2.000 personas que acudieron al Centro de Congresos Príncipe Felipe, en el hotel Auditorium de Madrid, una mole grandilocuente e impersonal capaz de mutar (como anoche) en cualquier cosa.

TÍTULO. EL DIVÁN DE OLGA VIZA, Di María, de villano a héroe,.

Di María, de villano a héroeReal Madrid / real madrid

Hace dos meses no sentía la confianza del técnico. Su apoderado quiso venderle en enero. Hoy, como medio izquierda, es la clave del éxito en el 4-3-3,.

La vida de Di María se convirtió en un tobogán desde que supo que Bale llegaría al Real Madrid el 2 de septiembre. Comenzaba una temporada de Mundial y los futbolistas buscan la seguridad de jugar para estar en la gran cita universal. Ozil y Di María se plantearon un traspaso. El galés sería titular, también venía Isco, y ninguno de los dos extranjeros fichados en 2010 vislumbraba un puesto fijo con Ancelotti. Ambos estaban tentados por la Premier. Fue Mesut el que se marchó, al Arsenal, cuando vio que el italiano le cambiaba en Granada en la segunda jornada liguera, sin que Bale llegado. Di María se quedó con el objetivo de competir con el británico.
El argentino jugaba, pero no era titular indiscutible. Cristiano y Benzema eran intocables. Solo le quedaba la bande derecha. «Carletto» probaba sistemas. Pasaba del 4-2-3-1 al 4-4-2. En esos momentos, Isco era titular y Gareth aún no había debutado. El «pibe» de Rosario se preocupó. No era fijo como interior derecha ni siquiera sin Bale. Y el segundo fichaje más caro de la historia amenazaba con estrenarse el 14 de septiembre en Villarreal. Así sucedió. Y marcó un gol.
Di María era sustituido en numerosas ocasiones. No era feliz. No sentía la confianza total del preparador. La Copa dejó entrever su tristeza. El 7 de diciembre jugó en el campo del Olimpic de Xátiva y su relevo en el minuto 57 denotó ese enfado. Su representante, Eugenio López, movió el árbol para ver si caían nueces. Pretendía traspasarlo en enero. El Madrid fue rotundo. «Ángel no está en venta».
Ancelotti comenzó a meditar un sistema más defensivo. El 4-2-3-1 producía muchos tantos y soportaba demasiados. El 22 de diciembre, en Mestalla, «El Fideo» es titular en ese esquema ofensivo. Marca el 0-1, pero es Jesé quien salva al equipo con el 2-3.
Se repite aún la táctica el 6 de enero frente al Celta. Ángel juega mal y es cambiado. El público le silba. El futbolista se toca sus genitales. Jesé solventa el partido con un pase de oro a Benzema que abre la goleada (3-0). Tres días después los blancos vencen al Osasuna en Copa (2-0) sin Di María.
«Nunca quise irme y nunca pedí más dinero». El jugador reflexionó. Cambió de actitud. El 12 de enero llegó la revolución de Ancelotti, que ha transformado al argentino de villano en héroe.
Sucedió en Cornellá, en el duelo liguero. El italiano plantea un 4-3-3 con Ángel como centrocampista izquierdo. El reto es cubrir la zona con un medio más destructivo que permita subir a Marcelo sin romper al equipo. «El Flaco» juega en ese puesto en la albiceleste. El cambio táctico y la nueva posición del futbolista es un éxito. El Madrid gana 0-1.
El proyecto vuelve a ser efectivo en Pamplona en la Copa (0-2), con gol del rosarino. Y se consolida ante el Betis (0-5) y el Granada (2-0) en la Liga. Los triunfos coperos frente al Español (0-1 y 1-0) y el Atlético (3-0) asientan un esquema que funciona. Di María es clave.
«Nunca pedí más dinero y nunca quise irme», aduce el jugador. Hoy se siente importante. Sonríe con el técnico. Ante el Atlético festejó el 3-0 con su mano en el escudo. En el corazón. Ancelotti le cambió ante el Villarreal para que la afición le ovacionara. Está bien acomodado. Ha marcado nueve goles y todos con la zurda. Ha dado doce asistencias. Es fundamental. Y Carlo, un hombre que sabe demasiado.

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