Cuando Mary-Kate Olsen (California, 1986) y
Olivier Sarkozy (Francia, 1969), hermanastro del expresidente galo,
empezaron a mostrar públicamente sus arrumacos nadie daba un duro por su
relación. Las apuestas en su contra en 2012 se pagaban a mil a uno en
el mundo del cuore. Sus 17 años de diferencia y sus mundos distintos
-él, las inversiones bancarias; ella, la moda- no ayudaban mucho. Sin
olvidar los dos hijos del divorciado Olivier, de 12 y 10 años, que
curiosamente son casi de la misma altura que la gemela Olsen, que apenas
llega a los 152 centímetros, plataformas incluidas. Todo apuntaba
entonces a un capricho de la excéntrica actriz de 27 años, que volvía
con fuerza al candelero porque eso de emparentar con el Elíseo francés,
aunque fuera solo unos meses, vendía mucho en Hollywood. Sobre todo por
Carla Bruni y por fantasear con una imagen de la ex primera dama de
Francia mano a mano con Mary-Kate Olsen y su estilo «bohemio burgués»,
como lo define 'The New York Times'. Esa instantánea llegará pronto...
¡y nada menos que con la gemela vestida de novia!
Entre los planes de Mary-Kate no entraba dar el
'sí, quiero'. Ella solo aspiraba a ser madre y no necesitaba papeles.
Pero Olivier le colocó un pedrusco tamaño XXL tallado en 1953 por
Cartier en oro amarillo con un diamante de cuatro quilates rodeado de
zafiros y pétalos de diamantes. 60.000 euros lleva en su anular.
Cualquiera pondría el grito en el cielo, pero para Mary-Kate casi se
puede considerar una minucia. Solo hay que echarle un vistazo a la
cuenta corriente que comparte con su gemela Ashley, dos minutos mayor.
La revista 'Forbes' eleva sus fortunas a 720 millones de euros. Pero es
que llevan trabajando desde bebés y con seis años ya atesoraban el
título de las empresarias más jóvenes de Hollywood.
Hijas de una bailarina de ballet profesional y un
banquero de ascendencia noruega, la vida de las Olsen dio un brinco
antes de que les saliera el primer diente. Y todo por su simpatía. En el
casting para la serie 'Padres forzosos' no soltaron ni una lágrima. Al
contrario, no pararon de sonreír y gracias a eso se llevaron de calle el
papel para interpretar a la pequeña Michelle Tanner. También porque
eran idénticas... salvo por un lunar en la comisura de los labios de
Mary-Kate, que es zurda. Con nueve meses comenzaron a turnarse para
interpretar a la pequeña de la familia y así 'esquivar' el límite de
horas de rodaje para niños que establecen los estrictos sindicatos de
Estados Unidos. La producción fue un pelotazo con audiencias millonarias
en todos los países a los que llegó. Sus padres vieron el filón y
renegociaron sus contratos. Las malas lenguas cuentan que llegaron a
embolsarse 60.000 euros por capítulo. Y se emitieron cerca de 200 en
ocho temporadas, a lo que se suma que hicieron caja con el
merchandising, incluidas dos muñecas tipo Barbie. Pero no recuerdan
aquella época con demasiado cariño por más que les solucionase la vida:
«Éramos como dos pequeños monos de feria. No desearía nuestra niñez a
nadie».
Modelitos a 5.000 euros
Para las nuevas generaciones las gemelas Olsen
solo cuentan con una ocupación: la de exitosas diseñadoras. Entre su
clientela sobresalen nombres como Michelle Obama o Carey Mulligan.
Algunos de sus modelitos superan los 5.000 euros la pieza... aunque
también trabajan líneas más económicas. Facturan 760 millones de euros
al año. La revista 'Time' las sitúa en la lista de los 100 mayores
iconos de la historia de la moda, donde las Olsen se codean con nombres
como Coco Chanel, Balenciaga o Alexander McQueen. Un hito que no
sorprende tras arrebatar en 2012 al mismísimo Marc Jacobs el premio CFDA
a la mejor colección, considerado Oscar de la moda.
Ya rehabilitada
Atrás quedaron sus dotes interpretativas. En parte
porque su salto al público adulto no tuvo apenas respaldo... y mira que
lo intentaron juntas y por separado. Entonces decidieron cambiar de
aires y probar hacer carrera en la universidad. Solo duraron un año.
Pronto vieron el potencial de convertirse en 'it girls' e incrementar su
lado 'fashion victim' pese a que su estatura les hace ir a cualquier
hora del día con taconazos de muchos centímetros de altura. De ahí a
lanzarse a diseñar solo había un paso. Esperaron a que Mary-Kate
abandonase el centro de rehabilitación en el que la trataban por la
anorexia nerviosa que sufría tras una época de desfase. A su lado nunca
ha faltado Ashley, la más cerebral, porque Mary-Kate siempre se ha
distinguido por su vena creativa, impulsiva y díscola. Algo que ha
pulido desde que anda con el pequeño Sarkozy. Ahora poco más trasciende
de ella y de su gemela, salvo sus entradas y salidas a su oficina
neoyorquina a la que van seis días a la semana. Apenas conceden
entrevistas, nunca han vendido su vida y su círculo guarda mutismo sobre
sus aficiones más allá de los trapitos y de que Mary-Kate y el
hermanastro viven en un palacete de 4,5 millones de euros en el East
Village de Nueva York.
Eso sí, como dinero llama a dinero, en el
historial amoroso de las hermanas Olsen no faltan sus conquistas
millonarias. Antes de salir con Olivier, Mary-Kate flirteó con Stavros
Niarchos III, heredero del conocido armador griego. Pero la dejó por
Paris Hilton, una de sus mejores amigas en aquel momento. (Por supuesto
ahora se encuentra entre sus más acérrimas enemigas). Después le tocó el
turno con Max Snow, hijo de un magnate del petróleo. Pero tampoco
funcionó. El historial de su gemela Ashley no se queda atrás. Salió con
el jugador de fútbol americano Matt Kaplan, con Jared Leto -el ganador
del último Oscar al mejor actor de reparto- e incluso con el ciclista
Lance Armstrong, 15 años mayor que ella. Se ve que a las Olsen les van
más los hombres mayores.
Tal es la compenetración entre las gemelas que
podrían pasar a la vez por el altar. Porque Ashley tiene más que
consolidada su relación con el director Bennett Miller, de 47 años, algo
mayor que su 'cuñado' Sarkozy. Hasta en escoger cuarentones están
sincronizadas. Pero no es en lo único. «Algunos de nuestros recuerdos
son compartidos. No sabemos qué le pasó a quién. Por ejemplo, recordamos
que a alguna de las dos le picó una abeja cuando éramos pequeñas, pero
no sabemos a quién, porque las dos lo sentimos por igual», ha relatado
Mary-Kate en alguna ocasión. Así que el doble bodorrio no se descarta.
Pero es que además la pequeña del clan Olsen,
Elizabeth, de 25 años, se habría prometido también en estos días. Un
calco de sus hermanas, aunque considerablemente más alta y con más
curvas, Elizabeth decidió desde muy joven prepararse y hacer carrera en
el mundo de la interpretación sin aprovecharse de la fama de sus
mediáticas y exitosas hermanas. Le ha ido bien, porque los especialistas
ya la sitúan entre las actrices con más futuro del momento. Su
prometido sí es de su generación: el actor y modelo Boyd Holbrook, de 32
años. Una relación de hace dos años que se ha consolidado en estos
últimos meses al irse a vivir juntos a un pisito de Brooklyn.
Así que a la familia se le acumula el trabajo para
diseñar todos los modelitos para tantos 'sí, quiero' a la vista. Los
vestidos harán gala de su particular estilo. Eso sí, nada de enseñar el
ombligo, una manía que les inculcó su madre y que se ha convertido en el
sello Olsen. Mejor no les ha podido ir.
OLIVIER SARKOZY
44 años, está prometido con Mary-Kate Olsen, de 27
años. El hermanastro de Nicolas Sarkozy estudió en la elitista
Universidad de St Andrews Historia Medieval. Divorciado y con dos hijos,
se dedica a las inversiones bancarias en Nueva York.
BOYD HOLBROOK
32 años y novio de Elizabeth Olsen, hermana menor
de las gemelas. Era carpintero en su pueblo cuando le descubrieron para
la pasarela. Modelo cotizado a principios del año 2000, ha saltado con
éxito al mundo de la interpretación.
BENNETT MILLER
47 años y pareja de Ashley Olsen. El cineasta
cuenta en su filmografía con cintas como 'Moneyball' o la exitosa
'Capote', por la que estuvo nominado al mejor director. Era íntimo amigo
de Philip Seymour Hoffman.
TÍTULO: SABADO, CINE, JUANA LA LOCA,.
- Reparto
Pilar López de Ayala, Daniele Liotti, Rosana Pastor, Giuliano Gemma, Roberto Álvarez, Eloy Azorín, Guillermo Toledo, Susy Sánchez, Manuela Arcuri, Carolina Bona, Lucio Romero,.- sabel la Católica (Susi Sánchez) envía a su hija Juana (Pilar López de
Ayala) a Flandes para que se case con Felipe el Hermoso (Liotti). Se
trata de un matrimonio de carácter político que sirve para sellar y
garantizar una alianza dinástica entre los Reyes Católicos y el
emperador de Alemania Maximiliano I, con el fin de aislar a Francia.
Siguiendo la misma política, se había concertado el matrimonio de
Catalina y Enrique VIII de Inglaterra. Sin embargo, Juana, locamente
enamorada de su marido, no podía soportar sus infidelidades; su amor
desmedido por él desembocaba frecuentemente en terribles y enfermizos
ataques de celos. Esta situación unida a las intrigas de la corte
contribuyeron a deteriorar la relación matrimonial. Un gran éxito de
taquilla en España. Fue, además, seleccionada por la Academia de cine
española para los Óscar.
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