Me parece que hace y dice desde un lugar vecino al de Carmen Maura ... A mí me encanta ser histérica y emocional, y engancharme con todo, ...
Algo han traído los 30 a-foto- Verónica Echegui, porque sus ojos destellan
y contagia serenidad. O acaso será el amor, destino fi nal de “Kamikaze”,
la película que coprotagoniza junto a su pareja, Álex García.
Verónica tiene lo que en el argot llaman verdad
interpretativa, que viene a ser el duende
de los actores. Me parece que hace y dice
desde un lugar vecino al de Carmen Maura, y
quizá por eso les he escuchado a ambas las mismas
dudas sobre sí mismas enfrentadas a algún
papel (¿seré capaz? ¿podré?) e idéntica razón
para superarlas: la adicción que sienten por su
profesión. A Verónica le falta quien le escriba una de esas declaraciones de amor que le hacen a la Maura, un papel que la ponga en órbita y nos permita, por fin, ponerle a su apellido el identificativo de diva. Pero aún no estamos con la Echegui (hay tiempo) sino con una exultante Verónica, que sonríe a la vida que le sonríe.
Feliz con su casa, con su novio [el actor Álex García, galán de “Tierra de lobos”], con su vida y con ella misma, se pone a tiro para hablar de “Kamikaze”, una comedia de redención estrenada en el Festival de Málaga, donde ha recibido el premio a la Belleza Comprometida de L’Orèal. En el filme, interpreta a Nancy, una joven desesperada, y Álex a Slatan, un terrorista suicida de Karadjistan. Lo explosivo de la combinación está a años luz de la serenidad que desprende esta mujer con un pie en todas partes y el otro en un pueblecito de la sierra de Madrid.
Mujer hoy. Cuénteme de dónde viene ese nomadismo suyo. ¿De verdad es tan viajera?
Verónica Echegui. No he parado de viajar desde que empe- cé a trabajar. De hecho, es lo único que he hecho: trabajar y viajar. Me he ido a vivir fuera muchas veces: Londres, Barcelona, Buenos Aires, Santiago de Chile, México, Estados Unidos... He visitado Australia, Nueva Zelanda, Bali, Fidji... Siempre pensé que si ganaba dinero, quería ver mundo. Nadie me lo va a quitar.
MH. ¿Qué se trae de esos viajes?
VE. Darme cuenta de que no es tan importante nada de lo que sucede en el día a día. Al volver, la realidad, la rutina, te absorbe. Rápida e inconscientemente, vuelves a entrar en la dinámica de lo general. Justo ahora, ese contraste es fortísimo. Porque dentro la crisis se vive muchísimo, mientras que fuera no es nada importante. Aquí pierdes un poco la objetividad... Yo no sé muy bien qué hacer: si escuchar los constantes mensajes negativos acerca de lo mal que estamos o desconectar totalmente. La verdad es que estando en Madrid es muy difícil no vibrar en esa frecuencia.
MH. Es un gran dilema cívico, incluso ético...
VE. Sí, es un buen dilema... Me pregunto qué nos pasa, como pueblo, a los españoles. Creo que tenemos unos valores que se aprecian en todas partes, pero a nivel colectivo hemos derivado hacia un individualismo que... Me decía un amigo francés que, aunque ellos también tienen mucha corrupción, piensan más en colectivo, mientras que a nosotros nos funciona más la idea de “’coge el dinero y corre”. Si pensamos en grupo viviremos mejor. Y creo que ese es el cambio que está sucediendo ahora. Quiero pensar que lo que viene va a ser muy bueno.
MH. Ahora está en Londres.
VE. Sí, estoy haciendo una serie, “Fortitude”, una mezcla de “Fargo” y “Twin Peaks” que me llevará también ¡a Islandia! Fortitude es un pueblo de 2.000 habitantes cerca del Ártico, el más seguro del mundo. Se supone que tiene un índice de criminalidad cero, pero ocurren unos asesinatos y... No te puedo decir más, porque nos dan los capítulos conforme se va rondando. Soy la única española de un reparto en el que están Stanley Tucci o Michael Gambon. ¡Estoy emocionada!
MH. Nancy, su papel en “Kamikaze”, es un manojo de sentimientos. ¿Por qué siempre encarna a mujeres de emotividad desbordante?
VE. Es una pregunta que también me hago muy a menudo. De hecho es una lucha personal que tengo... Mi planteamiento del personaje, el que me hubiera gustado, era el de una chica con transtorno límite de personalidad, que es lo que yo creía que era Nancy. La historia me parecía preciosa, pero del guión a la edición las cosas cambian mucho. Los actores pocas veces tenemos autoría. Es el director el que al final tiene su visión.
MH. Se censura la expresión femenina de las emociones...
VE. A mí me encanta ser histérica y emocional, y engancharme con todo, aunque antes me sentía mucho más expuesta. No controlaba mi grado de empatía y, a veces, alguien me contaba una historia tremebunda y me pasaba días dándole vueltas. Ahora decido cuándo contacto, porque creo que lo que pensamos tiene consecuencias, que se irradia a todo el cuerpo.
MH. ¿Espera un papelón, otra Juani?
VE. Siempre estoy esperando un papelón. Pero no basta que te llegue un personaje alucinante. Tiene que haber una comunión total con el director, los otros actores... Lo que yo quiero es volar. Llevar al personaje por donde yo quiero sin pensar en las consecuencias y que alguien me apoye. Que me diga: venga, vuela. Sí, me acuerdo mucho de Bigas... Él confiaba mucho. Me decía: “¿Tú qué piensas? ¿Qué harías? ¡Actúa!”.
MH. ¿Con qué otros papeles ha volado?
VE. “Seis puntos sobre Emma”, “El patio de mi cárcel”... Pero no tanto por lo que se ve en pantalla como por lo que sentí mientras rodaba. A veces pensaba: “¿Estás preparada para esto? Te quedan un par de años para hacer bien este papel...”. Cuando me han dado una oportunidad, he querido aprovecharla, pero es difícil saber lo que uno puede o no hacer. Me costaría decir no a un papel aunque fuera demasiado para mí. Pero veo cosas a otras actrices que, uff... Mucha complejidad emocional.
MH. ¿Por ejemplo?
VE. Viendo a Jennifer Lawrence en “La gran estafa americana”, me preguntaba si yo habría podido hacer ese papel. Quizá dentro de 20 años... aunque es muy bueno lanzarse a la piscina, siempre me pesa esa responsabilidad de temer ¿y si fastidio la película?
MH. Suena a mieditis.
VE. ¡Sí! [Risas]. ¡Inseguridad total! Porque le echo narices, pero paso unos miedos atroces. Me gusta meterme en líos y sentir que no sé si lo voy a poder hacer.
MH. ¿Cómo interpretar a una ciega en “Seis puntos sobre Emma”, el rodaje donde conociste a Álex?
VE. Bueno, me aterraba que no resultara creíble la ceguera... Esa película me trajo muchas cosas nuevas a muchos niveles. Como actriz empecé a relajarme. Antes me preocupaban muchas cosas y ahora solo quiero pasármelo bien.
MH. También será la edad...
VE. Sí, es muy fuerte. A los 30, hay cosas que parece que vienen solas, aunque yo ya me las olía. Estaban ahí, cocinándose... Tenía la sensación de que en dos o tres años iba a estar muy bien. Iba a entender más y se me iban a pasar muchos miedos.
MH. El corte radical de pelo supongo que habla de ese otro yo...
VE. Quise que fuera de Nancy. El personaje habría resultado otra cosa, pero se valoró que no. Así que en verano, en Tenerife, me lo corté. Me decían que me iba a limitar en el trabajo, que no lo hiciera, pero me di cuenta de que no quería estar enganchada a las mismas cosas. Hoy me importo más yo que si voy a trabajar o no. Quizá este nuevo corte de pelo traiga otras cosas, otros proyectos. Y si no trae nada, pues no pasa nada. No me parece un asunto tan grave.
MH. ¿Cómo se gestiona lo de rodar y vivir con la misma persona?
VE. Compartimos un montón nuestro proceso. Vemos cosas, investigamos... Es divertido. Hay parejas que comparten profesión, pero son incapaces de llevar la relación adelante. En nuestro caso funciona muy bien. Hay mil aspectos de la vida de actriz que tienes que estar muy tranquilo, muy asentado, muy seguro de ti mismo para entenderlos. Tener la mente muy abierta.
MH. ¿Se ve como madre?
VE. Sí. Pregunto mucho a compañeras que se han quedado embarazadas o son madres... ¿No le pasa que cuando llega determinado momento de la vida y empieza a vivirlo no tiene nada que ver con lo que pensaba o había visto en la tele? Ahora que he llegado a los 30, de repente, me doy cuenta de que solo tengo 10 años para tener hijos y de que quizá tendría que haberlos tenido ya. El mundo que vivimos es muy loco, nada está hecho para que vivamos en armonía con la naturaleza. Incluso algo tan central como dar a luz se está convirtiendo en algo medio marciano.
MH. ¿Qué película le ha dejado huella este año?
VE. “La gran belleza”. Me gustan las películas con protagonistas de 60, 70 u 80 años. Tengo curiosidad por saber qué momento vital pasa una persona a esa edad. Quiero saber cuáles son sus pensamientos, qué valoran... Todos caminamos hacia ahí.
MH. No daría marcha atrás el reloj entonces...
VE. Yo no volvería a los 20... Bueno, no sé [Risas]. ¡No volvería a los 15, pero sí a los 20! Lo cierto es que creo que voy a mejor y que dentro de 10 años me lo estaré pasando muy bien. Quiero disfrutar los momentos. No quiero estar pendiente del resultado, sino del camino.
TÍTULO: PROTAGONISTAS, PURIFICACION GARCIA, DISEÑADORA & NICO MUNUERA, PINTOR, LA AGUJA Y EL PINCEL,.
TÍTULO: PURIFICACION GARCIA, DISEÑADORA,
LA AGUJA Y EL PINCEL,.
Purificación García
Purificación García es una de las diseñadoras españolas más internacionales, que descubrió su pasión por la moda desde que era una adolescente.
Nació en la aldea gallega de Castrelo do Valle (Orense) en 1952. De origen humilde, con apenas un año de edad, su familia emigró a Montevideo (Uruguay), donde pasó su infancia y parte de su juventud. Para ayudar a su familia, empezó a trabajar con quince años en una empresa textil de punto donde, después de pasar un año de aprendizaje enrollando piezas, pasó al equipo de diseñadores y, en poco tiempo, a diseñadora.
En 1973, con 21 años de edad, se casó con un técnico de televisión con el que montó una empresa de importación de pieles. Se trasladaron a Canadá, país que no les gustó para instalarse definitivamente y, tras año y medio, en 1976 lo abandonaron.
En 1977, y tras una fugaz etapa neoyorquina, regresaron a España y, un año después, se instalaron en Mallorca. En esta isla, Purificación empezó a confeccionar su propios diseños -sombreros, bolsos, camisetas y prendas hechas a mano-, que ella misma vendía por las playas mallorquinas.
En 1980, fijó su residencia en Barcelona, ciudad donde nacieron sus tres hijos: María Ximena, Soledad y Marc. Un año más tarde, presentó su primera colección completa. En 1989, comenzó una etapa de éxitos internacionales, tras presentar sus creaciones en Milán y, un año después, en Tokio.
No obstante, Purificación García no sólo diseña colecciones de prêt-à-porter, sino que también comercializa lencería, ropa de casa, trajes de novia y productos de perfumería. Entre sus clientas, se encuentran damas de la alta sociedad como, por ejemplo, Sofia de Habsburgo.
En 1997, es fichada por la compañía STL propiedad de Josefina, Javier y Jesús Domínguez, hermanos del modisto Adolfo Domínguez- para el diseño y dirección de las colecciones de prêt-à-porter que, con su nombre, comercializaría y distribuiría la empresa compradora. Aunque este acuerdo empresarial reportó grandes beneficios fue la firma que más facturó en 1998-, pronto se rompería. En noviembre de 1999, terminó su relación empresarial con los hermanos Domínguez.
TÍTULO: NICO MUNUERA, PINTOR, LA AGUJA Y EL PINCEL,.
El artista lorquino Nico Munuera recibe el IV Premio Estampa
El jurado reconoce en su obra 'Flag XXV', la «profunda implicación de un artista joven»
El pintor lorquino-foto Nico Munuera, un «cazador de calmas»,
ha recibido el Premio Estampa-Comunidad de Madrid en su cuarta edición
por su obra 'Flag XXV', un monotipo de papel japón okawara de la galería
Caja Negra.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza
Aguirre, inauguró el pasado jueves la décimo novena edición de la Feria
de Arte Múltiple Contemporáneo, Estampa 2011, que se celebrará hasta
mañana en Ifema, con la presencia de La Aurora, como única galería
murciana, presente con toda con toda una 'batería internacional' de
autores como Alfonso Albacete, Arroyo, Bacon, Barceló, Joseph Beuys,
Joan Brossa, Chillida, Matisse, Jaume Plensa, Henry Moore o Tapiès; sin
olvidar a los locales Willy Ramos, Esteban Linares Manolo Barnuevo y
Pepe Yagües.
El jurado ha premiado la obra de Munuera (Lorca, 1974)
para reconocer la profunda implicación de un artista joven en la
práctica contemporánea de la pintura y los hallazgos cromáticos y
formales desarrollados en su obra, así como las posibilidades técnicas
que abre en el empleo del monotipo. El autor, conocido por sus lienzos y
acrílicos de gran formato, se dedica en los últimos años a la
disciplina del grabado, el dibujo y la impresión digital. «El arte es
enemigo de la prisa. Personalmente, la pintura me hace crecer, me ayuda a
entenderme y a reflexionar sobre el presente, me ayuda a disfrutar con
las cosas mínimas, con lo más banal de lo cotidiano. Pintar es insistir y
dudar», asegura Munuera.
Munuera, formado en Lorca y afincado en Valencia desde
1993, está considerado como uno de pintores emergentes más interesantes
del país y su obra forma parte de importantes colecciones como las de la
Fundación La Caixa, el Ministero de Cultura, el Banco de España o la
colección Helga de Alvear.
Cuadros que son confluencias de colores. «No son
necesarios más recursos para crear espacios de calma. Un cuadro es un
lugar de reflexión, pero también debe ser capaz de generar conocimiento y
no sólo sensaciones en el espectador. Un cuadro es una página de un
diario personal, pero también una página de un ensayo sobre la vida y la
experiencia. Pintar es una forma de desarrollo personal, una búsqueda
de conocimiento», añade.
No hay comentarios:
Publicar un comentario