EL DESAYUNO DEL MIERCOLES, MINISTERIO DEL INTERIOR Y PADRAZO,-fotos.
Ministro del Interior y... padrazo.
Los
camareros del Ritz han visto de casi todo en el lujoso hotel de Madrid,
pero ninguno recuerda algo como lo del lunes por la noche, cuando ...
SOCIEDAD
Ministro del Interior y... padrazo
El político israelí Gideon Saar acude a un acto en Madrid con su bebé en un capazo
Los camareros del Ritz han visto de casi todo en
el lujoso hotel de Madrid, pero ninguno recuerda algo como lo del lunes
por la noche, cuando vieron irrumpir en el pomposo Salón Real a todo un
ministro del Interior de Israel y sus guardaespaldas acarreando un
'maxi-cosi' (un capazo portátil) en el que dormía David, su último hijo,
un bebé de tres meses.
Se desconocen las causas (si fue por imposición de
su pareja, la periodista Geula Even, que le acompañaba, o por algún
contratiempo), pero el caso es que Gideon Saar asistió a la entrega de
un premio de la Fundación Don Juan de Borbón España-Israel, que promueve
el acercamiento de estos dos países, a la asociación Keren Kayemet
Leisrael (Fondo Nacional Judío) con el pequeño David. No era un
acontecimiento menor: al Ritz acudieron su homólogo español, Jorge
Fernández Díaz, una amplía representación de embajadores y hasta el
cardenal Cañizares.
Los camareros del Ritz estaban sorprendidos y a la vez encantados con el invitado de última hora.
El ministro Saar, que aprovechó su visita a España
para ver el entrenamiento del Real Madrid y conocer a Ancelotti y
Zidane, se casó en mayo de 2013 con una presentadora de las noticias de
Israel. La boda, muy íntima, con unos 60 invitados, se celebró en una
casa de Tel Aviv y tuvo la particularidad de que tanto el novio como la
novia tenían ya varios hijos de una relación anterior. Él, que ya ha
cumplido los 47 y había estado 20 años casado, tiene dos hijos de 15 y
20 años. Ella, de 40, ya era madre de otros tres de 7, 13 y 16. Saar es
hijo de un matrimonio judío ruso que emigró a Israel en los 60. Su padre
fue médico personal del primer ministro Ben-Gurion.
Antes de ocuparse de la cartera de Interior, el
ministro-padrazo fue responsable de Educación, una función que, como se
aprecia en la fotografía, le permitió entrenarse con los niños que ahora
pueblan su familia. Por lo demás, el dulce sueño de David, dormido todo
el tiempo a los pies de la mesa presidencial, fue velado por un
corpulento guardaespaldas.
- Es el fondo de saco del planeta, un lugar inhóspito y despoblado que se encuentra lejos de cualquier parte. Desde luego, el mejor sitio del ...
SOCIEDADPerdidos en el mar remoto
El Índico Sur, donde desapareció el Boeing malayo, es el lugar más inhóspito del planeta. Solo un puñado de pesqueros y mercantes se atreven a navegar por sus gélidas aguas ,.
Es el fondo de saco del planeta, un lugar inhóspito y despoblado que se encuentra lejos de cualquier parte. Desde luego, el mejor sitio del mundo para perderse. ¿Sabría situar el Índico Sur en el mapa? ¿No? Pues allí abajo desapareció el sábado 8 de marzo el vuelo MH370 de Malaysia Air Lines con 239 personas a bordo.En ese océano del Sur donde se evaporó el Boeing 777-200 ER se encuentra el punto del planeta más alejado de tierra firme, equidistante de la isla Pitcairn (el refugio de los amotinados del 'Bounty', el carguero del árbol del pan donde viajaban Marlon Brando y Tarita) y del cabo Dart, en la Antártida. Por sus aguas solo pasan algunos cargueros que circunnavegan el Polo Sur para unir América con Australia, un puñado de pescadores (gallegos y vascos, claro) y los marinos que participan en las vueltas al mundo a vela. Es el culo del mundo. «Solo unos cuantos astronautas han estado más lejos de tierra firme que quienes se encuentren en un barco en esa posición», escribe Derek Lundy en 'Mar remoto'. Algunos marinos llaman a esa zona «el agujero».Ningún helicóptero tiene autonomía suficiente para llegar allí desde Australia o Sudáfrica. Los aviones, lanzados ahora a la búsqueda de los restos que ha visualizado sobre las aguas un satélite Inmarsat, apenas pueden sobrevolar la zona dos horas si quieren conservar combustible para regresar a sus bases.«Allí abajo se sufre mucho», resume Pablo Arrarte, un marino de Santander que ha pasado cuatro semanas en esos mares inhóspitos, durante sus dos participaciones como caña (timonel) en la Volvo Ocean Race. «Hay muy poca luz. Los días son muy cortos. Nunca ves el sol. Las noches se hacen superlargas. Las olas son enormes. De más de 10 metros. Las más grandes son montañosas. Nosotros surfeamos en ellas. De noche, cuando no las ves. Porque de día, cuando observas la masa que se te echa encima no te atreves a bajarlas, te sales de la cresta. Pueden romperte el barco», cuenta Arrarte, a quien llaman 'Patán' o 'Top Gun'. En los tiempos de la navegación comercial a vela, cuando las carreras del té y los clípers laneros que conectaban Australia con Gran Bretaña, se tendía una lona a popa de los timoneles para preservarles de la dantesca visión de las olas gigantes tratando de engullir el barco, convertido en una mota minúscula en ese mar gris y soberano.Tal vez hayan contemplado el vídeo de un velero español, el 'Telefónica', tumbado por una ola que engulle la cubierta y derriba a los marineros como auténticos muñecos de feria. Aguantan tumbados entre la espuma porque van asegurados a sus líneas de vida. En esa escena, Pablo Arrarte, es quien lleva la rueda. Está atado al timón por un pequeño cabo de espectra azul, más duro que el acero. La escena tuvo lugar en el mismo mar que se ha tragado al reactor malasio.«No ves nada ni a nadie. Hace muchísimo frío y el viento sopla sin cesar. Le llaman los 40 rugientes. Parece que no se acaba nunca. Solo nos acompañaban algunos albatros por la popa. En ocasiones, también ballenas; adormiladas o saltando. Sabes que cualquier incidente no tiene vuelta de hoja. El helicóptero no llega y un avión no puede parar. Si tienes suerte y hay un mercante cerca, puede llegar a tu posición en tres o cuatro días. Si desvían uno de su ruta para atenderte, no llega antes de una semana», explica Arrarte. «¿Vivir? El agua está a 5 grados. En el mar no duras doce minutos. Mueres de hipotermia. Sobrevivir allí es imposible», relata el marino cántabro.Vientos huracanadosLos aviones australianos P-3 Orion, el Ilyushin IL-76 de la Fuerza Aérea china y los P-8 Poseidon enviados por Estados Unidos para localizar los restos se enfrentan a una difícil tarea. No solo por la escasa luz de los mares australes. Los vientos del Oeste y del Noroeste se encajonan entre las heladas tierras de la Antártida y los frentes cálidos un poco más al Norte. Giran y giran durante miles de kilómetros sin obstáculo alguno, generando un tren de borrascas desbocadas. Las fuertes corrientes desplazan decenas de millas los objetos que flotan en la superficie de un día para otro. «La gestión de los recursos de búsqueda en un lugar tan remoto constituye un desafío técnico y logístico», señalan desde la empresa Inmarsat. Los restos podrían encontrarse entre los 100º de longitud Oeste y los 49º de latitud Sur. Las cajas negras del avión siniestrado aún emitirán su posición hasta el 8 de abril. Es el tiempo de que disponen los submarinos del tipo Remus enviados a la zona y que embarcarán a bordo sonares como los empleados para la localización de los restos del vuelo Río-París, que se estrelló en el Atlántico en 2009. En el Índico, la profundidad media es de 4,5 kilómetros. «Es una amenaza constante, un lugar miserable, despreciable, perverso», retrataba para este diario Sir Robert Knox-Johnston, el primer hombre que dio la vuelta al mundo en solitario. Él estuvo allí y volvió para contarlo. Otros no podrán decir lo mismo.TÍTULO: MIERCOLES, CINE, 22 BALAS ( EL INMORTAL ).
- Reparto
- Jean Reno, Kad Merad, Richard Berry, Gabriella Wright, Marina Foïs, Jean-Pierre Darroussin,.
- Un antiguo miembro de la mafia que lleva 3 años retirado, viviendo una plácida vida dedicado a su mujer y a sus hijos, es atacado una mañana por unos hombres y dado por muerto después de recibir 22 balas. Pero sobrevivirá milagrosamente y buscará a Tony Zacchia, el único hombre capaz de atreverse a matarlo. Tony ha cometido solo un error, fallar en su intento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario