ZAPATILLAS VIEJAS, EL HOY , EN CHANCLAS,.fotos,.
- Andalucía, en verano, es un inmenso paseo marítimo recorrido por millones de personas que lamen helados de cucurucho. Mientras este ...
Andalucía, un paseo marítimo donde los extremeños comen helados,.
Andalucía, en verano, es un inmenso paseo marítimo recorrido por
millones de personas que lamen helados de cucurucho. Mientras este
fenómeno paseante se manifieste, España irá. Bien o mal, pero irá. En la
parte occidental de ese paseo marítimo interminable, miles de
extremeños se reconocen y se saludan. Luego, al regresar a Cáceres o a
Badajoz, durante el invierno, posiblemente se crucen por las aceras y ni
se miren. Pero en los paseos marítimos, los paisanos necesitan sentirse
paisanos y lo demuestran efusivamente.
En los quioscos de pelotas de playa y cremas solares, se apilan los periódicos y el montón del HOY compite en altura con los de correos, diarios, abecés, países y mundos. Solo en los paseos marítimos de Andalucía Occidental los extremeños leen tanta prensa como los navarros o los vascos.
En los paseos marítimos de Andalucía, los extremeños aparcan algunos de sus hábitos tradicionales. Se desinhiben y visten por la mañana de cualquier manera. Al menos, de maneras a las que no acostumbran en sus ciudades. Los varones hacen algo tan inusual como ir a la compra. Lo que el resto del año aborrecen, es su afición primera en el paseo marítimo. Además, se permiten alguna excentricidad como comprar panes de centeno, pescados desconocidos o frutas exóticas, algo que nunca harían en Almendralejo.
Al mediodía, en la playa, los bañistas nativos se distinguen de los de temporada en que llevan unos carritos muy prácticos donde cargan las sombrillas, las sillas, las toallas, las neveras, las raquetas, las pelotas, los flotadores y las bolsas con la ropa, las cremas y los entretenimientos. Los extremeños, como los madrileños o los de Albacete, sufren convertidos en terminales logísticas: uno de Don Benito es capaz de acarrear con sus dos manos lo mismo que uno de Chipiona con un carro.
Al llegar a la playa, comienza la jornada diaria del no a casi todo. El arenal es un mercadillo ambulante e incesante: pasan negros, blancos y amarillos ofreciendo camarones, garrapiñadas, diademas y mostachones de Utrera. Para cada vendedor hay alguien de la familia con un antojo y alguien de la familia con autoridad para decir no. Esas negativas, que salvan la economía veraniega, se repetirán en el chiringuito con las raciones de gambas, en la siesta con la propuesta de visitar un centro comercial, en el atardecer con la petición de baratijas, cacharrería y bisutería variada. Solo al caer el sol, la autoridad competente dará permiso para tomar un helado, pero con especificaciones: de cucurucho y de una sola bola.
Por eso, en verano y a la hora del crepúsculo, Andalucía es un inmenso paseo marítimo recorrido por millones de familias lamiendo helados. Es a esa hora cuando se muestran los resultados de una lucha interna entre el ser otro o el seguir siendo el de siempre. El extremeño de veraneo (y el manchego, y el vasco, y el castellano) discute consigo mismo y con su gente sobre si es lo mismo pasear por Cánovas o San Francisco a las nueve de la noche que pasear por el inmenso paseo marítimo andaluz.
El resultado del debate se muestra flagrante y definitivo en el arriba y abajo vespertino por la orilla del mar. Se ven señoras con tacones dorados y largos vestidos negros y señoras con chanclas y pareos hawaianos transparentes; se ven caballeros con dockers burdeos y camisas entalladas y caballeros con camisetas amarillas y calzones de gabardina.
Pero los detalles son insustanciales. Lo importante es la esencia. Es decir, mientras cada verano haya miles de extremeños leyendo el HOY en chanclas en el infinito paseo marítimo de Andalucía, España irá.
En los quioscos de pelotas de playa y cremas solares, se apilan los periódicos y el montón del HOY compite en altura con los de correos, diarios, abecés, países y mundos. Solo en los paseos marítimos de Andalucía Occidental los extremeños leen tanta prensa como los navarros o los vascos.
En los paseos marítimos de Andalucía, los extremeños aparcan algunos de sus hábitos tradicionales. Se desinhiben y visten por la mañana de cualquier manera. Al menos, de maneras a las que no acostumbran en sus ciudades. Los varones hacen algo tan inusual como ir a la compra. Lo que el resto del año aborrecen, es su afición primera en el paseo marítimo. Además, se permiten alguna excentricidad como comprar panes de centeno, pescados desconocidos o frutas exóticas, algo que nunca harían en Almendralejo.
Al mediodía, en la playa, los bañistas nativos se distinguen de los de temporada en que llevan unos carritos muy prácticos donde cargan las sombrillas, las sillas, las toallas, las neveras, las raquetas, las pelotas, los flotadores y las bolsas con la ropa, las cremas y los entretenimientos. Los extremeños, como los madrileños o los de Albacete, sufren convertidos en terminales logísticas: uno de Don Benito es capaz de acarrear con sus dos manos lo mismo que uno de Chipiona con un carro.
Al llegar a la playa, comienza la jornada diaria del no a casi todo. El arenal es un mercadillo ambulante e incesante: pasan negros, blancos y amarillos ofreciendo camarones, garrapiñadas, diademas y mostachones de Utrera. Para cada vendedor hay alguien de la familia con un antojo y alguien de la familia con autoridad para decir no. Esas negativas, que salvan la economía veraniega, se repetirán en el chiringuito con las raciones de gambas, en la siesta con la propuesta de visitar un centro comercial, en el atardecer con la petición de baratijas, cacharrería y bisutería variada. Solo al caer el sol, la autoridad competente dará permiso para tomar un helado, pero con especificaciones: de cucurucho y de una sola bola.
Por eso, en verano y a la hora del crepúsculo, Andalucía es un inmenso paseo marítimo recorrido por millones de familias lamiendo helados. Es a esa hora cuando se muestran los resultados de una lucha interna entre el ser otro o el seguir siendo el de siempre. El extremeño de veraneo (y el manchego, y el vasco, y el castellano) discute consigo mismo y con su gente sobre si es lo mismo pasear por Cánovas o San Francisco a las nueve de la noche que pasear por el inmenso paseo marítimo andaluz.
El resultado del debate se muestra flagrante y definitivo en el arriba y abajo vespertino por la orilla del mar. Se ven señoras con tacones dorados y largos vestidos negros y señoras con chanclas y pareos hawaianos transparentes; se ven caballeros con dockers burdeos y camisas entalladas y caballeros con camisetas amarillas y calzones de gabardina.
Pero los detalles son insustanciales. Lo importante es la esencia. Es decir, mientras cada verano haya miles de extremeños leyendo el HOY en chanclas en el infinito paseo marítimo de Andalucía, España irá.
TÍTULO: LOS BARES, CINE, LA TABERNA DEL IRLANDES,.
- Reparto
- John Wayne, Lee Marvin, Jack Warden, Elizabeth Allen, César Romero, Dorothy Lamour, Dick Foran,.
- La vida en una isla al sur del Pacífico es casi perfecta para dos amigos ya retirados del ejército: pasan su tiempo en la taberna, lugar donde discuten, pelean y se liberan de la monotonía de la vida tropical. Y a este auténtico paraíso, llega una estirada bostoniana que busca a su padre.
- TÍTULO: EL AJEDREZ,20 días sin sol, cancion,.
- EL AJEDREZ,20 días sin sol, cancion,.fotos,.
Que no vas a venir
Que estas mejor ahi con el
Y que hay de mi
Que voy hacer con mi sentir
Ya no quiero llorar ya no quiero sufrir
Ya no quiero gritar al cielo a vuelvas a mi
Mi error fue darte lo mejor
Mi error fue vivir solo para vos
Y hoy ya no se que hacer
Mi corazón reclama aqui tu ser
CORO
Mis dias sin sol mis noches sin luna
mi vida sin vos una tremenda locura
Mis dias sin sol mis noches sin luna
mi vida sin vos una tremenda locura
Ya no quiero pensar todo lo que sufri
Tus recuerdos hacen mal no me dejan vivir
Y aunque mi corazon esta partido en dos
Voy buscar la manera de seguir sin tu amor
Mi error fue darte lo mejor
Mi error fue vivir solo para vos
Y hoy ya no se que hacer
Mi corazón reclama aqui tu ser
CORO
Mis dias sin sol mis noches sin luna
mi vida sin vos una tremenda locura
Mis dias sin sol mis noches sin luna
mi vida sin vos una tremenda locura
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