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El Badajoz, a dar el salto de calidad
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El club blanquinegro perfila su nuevo proyecto tratando de dar continuidad a la columna vertebral y con fichajes que eleven el nivel,.
El Badajoz pone los pilares de su nuevo proyecto. Con las renovaciones de Parada y Chechu, el equipo blanquinegro se asegura a dos de los jugadores fijos en el once y con más partidos la campaña pasada. La idea de Agustín Izquierdo es mantener la base con la continuidad de cinco o seis jugadores y con los fichajes darle a la plantilla ese salto de calidad que requiere su exigencia de ascender a Segunda B y que le demanda la afición tras la decepcionante eliminación ante el Choco.
A Chechu nadie le hizo sombra en todo el curso. Su única competencia específica para el puesto era Javichu, pero el bravo lateral pacense también era fijo en el carril izquierdo. Chechu sólo se perdió tres partidos en todo el campeonato. En Coria (1-1) y frente al Olivenza (0-0) su recambio fue Samu Marfil, mientras que en el último ante el Sanvi, con Marfil lesionado y sin lateral puro al estar Chechu sancionado, fue precisamente Javichu su relevo en un sobreesfuerzo del joven defensa blanquinegro al estar pendiente de entrar en quirófano debido a una hernia inguinal.
Parada se ha perdido diez partidos de liga y el último de la fase de ascenso con el Choco. El de Villamartín comenzó la temporada lesionado, pero una vez recuperado se erigió en indiscutible en el mediocentro del Badajoz. Parada acabó el campeonato de forma espectacular confirmándose como el faro blanquinegro, pero un inoportuno golpe que le provocó una hemorragia interna en el hígado al cuarto de hora en la eliminatoria frente al Choco le hizo pasar por quirófano de urgencia y perderse la vuelta. Su ausencia la echó en falta el equipo de Agustín Izquierdo que no supo ni si quiera ganar uno de los dos partidos al conjunto gallego.
En cuanto a las nuevas incorporaciones, el club blanquinegro peina el mercado en busca de futbolistas que sean determinantes y aporten esa calidad que necesita el equipo para pelear por la primera plaza, primer objetivo en su camino hacia el ascenso. Desde varios estamentos de la entidad se ha dejado clara su apuesta por ‘extremeñizar’ el nuevo proyecto con jugadores de la casa con el nivel para dar ese plus pretendido que están repartidos por diferentes puntos de fuera de la ciudad y que se identifican con la filosofía del club blanquinegro.
El planteamiento del cuerpo técnico es diseñar una plantilla con mayor potencial que el ejercicio anterior y de garantías para pelear por el título de la Tercera extremeña, objetivo clave para perseguir el ascenso a Segunda B en las eliminatorias.<
Para poder armar ese ambicioso proyecto, la directiva blanquinegra confía en la respuesta de la ciudad en la campaña de abonos. Entre sus cálculos se aspira a alcanzar una masa social de 2.500 abonados, lo que se traduce en 300 más que el curso pasado. Para ello se mantienen los precios y se ofrece como atractivo haber recuperado el Trofeo Ibérico con un cartel de Champions.
TITULO: ME RESBALA, EL PAN, LA PALMERA - VARGAS LLOSA CORRIGE A REZA,.
ME RESBALA, EL PAN, LA PALMERA - VARGAS LLOSA CORRIGE A REZA, fotos.
Vargas Llosa corrige a Reza,.
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El novelista reivindica el compromiso político frente a la privacidad de la dramaturga,.
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El autor de 'La ciudad y los perros' asegura que el español ha conjurado el peligro de fragmentarse, como le ocurrió al latín,.
Mario Vargas Llosa se ha ido alejando de los postulados de Sartre conforme se iba acercando a los de Albert Camus. Sin embargo, el escritor peruano sigue comulgando con el autor de 'La náusea' en su reivindicación de la responsabilidad moral del intelectual ante los acontecimientos históricos y políticos. Para el creador de 'La ciudad y los perros' es un deber del intelectual mojarse en el debate político, aunque a veces toque asuntos espinosos. «El escritor que tiene la suerte de vivir en democracia puede prescindir de la política, e incluso despreciarla, pero en una dictadura o régimen totalitario las cosas le empujan a tomar partido». Con estas palabras, el Premio Nobel infligió una pequeña puya a su colega Yasmina Reza, que momentos antes había reclamado el derecho del escritor a abstenerse de entrar en asuntos políticos, dado que tal circunstancia le roba «sabor al mundo contradictorio que crea en sus libros». Reza y Vargas Llosa recibieron ayer el XIII Prix Diálogo a la Amistad Hispano-Francesa, galardón que se concede todos los años a aquellas personas cuyo trabajo «enriquece» las relaciones entre ambos países.
Decir de Vargas Llosa que es un afrancesado no es ningún desdoro para él. En los años cincuenta y sesenta los artistas latinoamericanos vieron en París la tierra de promisión. Y eso le pasó al ahora octogenario escritor. El estudiante Vargas Llosa vivió con apasionamiento los debates entre Sartre y Camus y siguió como un asunto personal los avatares del existencialismo. Si tuviera que decantarse por tres libros, elegiría cualquiera de Faulkner y, sin dudarlo, dos de Flaubert: 'Madame Bovary' y 'La educación sentimental'. Por eso la cultura francesa es parte consustancial al autor de 'Conversación en la catedral'.
Aunque luego haya renegado del credo sartriano, el escritor peruano no ha abdicado de ese actuar con «autenticidad» de que habló el francés. Ese comportamiento consiste en cuestionar lo que se elige y evitar la aceptación ciega de normas que reducen la responsabilidad del hombre. «El escritor debe participar en el debate público y puede hacer una contribución, tratando de que sus palabras sean genuinas y auténticas y no difundan la mentira», dijo Vargas Llosa en la Embajada de Francia.
Si algo ha aprendido Vargas Llosa escribiendo ficciones es que él no elige los temas, los temas le eligen a él. «Escribo a partir de ciertas experiencias», sostuvo el prosista. ¿Por qué unas prosperan y le impelen a sentarse ante el escritorio y otros no? Es todo un misterio, lo único cierto es que algunas vivencias perviven en la memoria con una fuerza que, lejos de decaer, toman fuerza y se convierten en «embriones de historias».
Reza es una autora de éxito cuya fama creció al calor de la versión cinematográfica que hizo Roman Polanski de 'Un dios salvaje'. Ha sido en el teatro donde ha cosechado más aceptación, gracias a piezas que indagan en los problemas de las clases medias acomodadas. Pero también ha tocado otros palos con acierto. Suyo es un libro sobre el expresidente Nicolas Sarkozy, al que siguió durante la campaña previa a las elecciones de 2007. Pese a que no era totalmente un retrato demoledor de Sarkozy, de orígenes judíos como ella, el libro se vendió como churros.
Esta hija de inmigrantes judíos no tiene más patria que la lengua francesa. No en balde, está convencida de que en cuestiones de identidad, la lengua prevalece frente al territorio. «Lo bueno del francés es que puede integrar la jerga y la violencia, frente al inglés, que es más liso y nivelado», dice la autora teatral, que a veces cree necesario huir de la técnica.
A Vargas Llosa el futuro del español no le concita ninguna inquietud. Considera que el idioma «nunca ha estado tan vivo e integrado». «No está amenazado por el peligro de desmembración que fracturó al latín. Ese riesgo ha sido conjurado». Para el escritor, si la lengua francesa sabe expresar mejor la sutileza, el español tiene una gran fuerza vital, lo que se manifiesta en su literatura.
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