Cuando - foto - Lorella Zanardo, una empresaria milanesa, decidió hacer un documental corto criticando la manera sexista y humillante en que era retratada la imagen de la mujer en la televisión italiana, sus expectativas eran muy modestas.
"Yo pensaba que haríamos este
video, lo grabaríamos en DVD y lo llevaríamos a las escuelas secundarias
para hacer reflexionar a los niños acerca de este asunto.", dice
Zanardo, "Lo que menos me esperaba era tener una reacción así."
Zanardo se refiere al alcance que ha tenido Il Corpo delle Donne (El Cuerpo de las Mujeres), sólo con el boca a boca, dentro de Italia. El
documental de hora y media es un montaje provocador de imágenes de
mujeres semi desnudas, alteradas quirúrgicamente que usualmente desfilan
por los horarios estelares en la televisión italiana. Desde que El
Cuerpo de las Mujeres llegó a la web este verano - ha alcanzado casi un
millón de visitas - un número muy notorio en un país cuyo uso de
internet es relativamente bajo.
Zanardo ha recibido una
inundación de invitaciones para presentar su documental - no sólo de
parte de escuelas secundarias, sino también de universidades y grupos
políticos, asociaciones de mujeres, así como también programas de
discusión política tradicionales.
"Está claro que lo lanzamos en
el momento adecuado," dice Zanardo. Siendo una mujer que nunca participó
en actividades feministas en el pasado, dice que sentía
una obligación hacia las mujeres más jóvenes, de pronunciarse en contra
del reflejo distorsionado que tiene el cuerpo de la mujer en las
televisoras italianas .
De hecho, lo que es más sorprendente acerca de la reacción a El Cuerpo de las Mujeres,
no es la indignación que ha provocado, sino el hecho de que una queja
pública no hubiera surgido hasta el momento. Italia ha sido conocida
desde hace mucho tiempo por retratar a la mujer de forma perturbadora hasta llegar a extremos estrafalarios en la televisión.
Los programas
de juego y discusión muestran con regularidad a un anfitrión
completamente vestido, políticos o periodistas rodeados de chicas
ligeras de ropa, con pechos y labios exagerados, quienes están en el mejor de los casos, calladas, y en el peor, son alentadas por los anfitriones del sexo masculino a jugar el rol de torpe e ingenua para luego ser sujetas a burlas por su aparente estupidez.
El documental de Zanardo edita y
transmite una secuencia de ejemplos provenientes de un amplio rango de
programas televisivos. Un programa de adivinanzas reciente, transmitido
en horario nocturno, presenta a una mujer ligera de ropa dentro de una jaula de plexi-glass en cada episodio, en donde permanece durante todo el show, para responder con sonrisas fingidas los chistes de mal gusto y burlas del anfitrión.
Otro programa muestra a una mujer colgada de un gancho mientras un hombre estampa sus nalgas cual jamón serrano. Incluso Striscia la Notizia, un programa popular de noticias e investigación de larga trayectoria, comienza y finaliza con dos chicas que agitan sus glúteos y pechos en cada episodio.
Los críticos apuntan que a pesar de que el Primer Ministro italiano, Silvio Berlusconi,
un magnate de los medios de comunicación, no inventó los programas
televisivos en los que las mujeres figuran como decoración titilante,
este tipo de retratos se han vuelto más invasivos desde que él consolidó
su control sobre la televisión italiana, como dueño de la mayoría de canales privados y jefe de la televisión estatal.
Durante el último año solamente, el líder enfrentó acusaciones de "retozar
con menores," dormir con prostitutas y dar a las jóvenes que figuran en
estos programas cargos políticos para los cuales están
insuficientemente calificadas. Los críticos opinan que la vida
política y personal de Berlusconi retratan su versión levemente
pornográfica de la realidad que sus canales promueven.
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