Álejandro 'Álex' Lombardero Menéndez (Arteixo, 1979), será el técnico
de la EMD Aceuchal para la temporada 2016-2017. Así, de entrada, podría
no ser más que uno de los muchos fichajes que se hacen en esta
pretemporada en los equipos de la Primera Extremeña, la que hasta ahora
se llamaba Regional Preferente. Pero el caso de Álex es peculiar. Fue
campeón del mundo sub-20 en Nigeria compartiendo terreno de juego con
jugadores como Iker Casillas o Xavi Hernández, al que recientemente le
dieron un homenaje en Valencia al que Lombardero asistió como
integrante de aquella selección que otorgó el primer mundial sub-20 a
España, y que sería el anticipo del que luego llegaría años después en
Sudáfrica y en el que repitieron algunos protagonistas.
Álex es un tipo afable, sonriente y al que le encanta hablar de
fútbol. «Yo empecé a jugar con cuatro años en el Montañés, una peña
madridista de La Coruña. Y luego seguí en el Sagrada Familia, que era
como el filial del Deportivo, donde estuve hasta los catorce años, y
donde fuimos campeones invictos de toda Galicia siendo el equipo a
batir, hasta que me fui a la cantera del Sporting de Gijón», afirma un
Álex Lombardero que recién sale de un curso de entrenador nacional que
se está llevando a cabo en Calamonte. «Hoy (por ayer), ha venido Óscar
de Paula a darnos una charla muy interesante sobre conceptos
futbolísticos», cuenta Álex.
«En el fútbol, como jugador, empecé en equipos pequeños y ahora, como
entrenador, creo que hay que hacer lo mismo», cuenta ilusionado. «Yo
tenía una espinita clavada y tenía muchas ganas de entrenar. Estuve como
segundo entrenador en el Emérita la pasada temporada, en los últimos
años me he estado formando y ahora estoy sacándome el título de
entrenador nacional. Y me ha surgido esta posibilidad en un club como el
Aceuchal que ha estado peleando por meterse en liguilla de ascenso a
Tercera, que es un equipo con aspiraciones y al que voy a ir con la
intención de hacer un buen fútbol, de toque, tratando bien al balón y
hacer del Aceuchal un equipo competitivo», relata un Lombardero al que
se le ven las ganas de entrenar y de estar cerca del fútbol.
«El Aceuchal ha confiado en mí y yo voy con muchísima ilusión y con
todas las ganas del mundo de conseguir nuestro objetivo, que debe ser el
ascenso», afirma sin rubor un Lombardero que no tiene reparos en
mostrar su filosofía futbolística. «A mí me gusta tratar bien el balón,
ya era así como futbolista. Y vamos a darle prioridad al balón, haremos
entrenamientos específicos donde el balón será el protagonista y el
estilo combinativo será el que trataremos de poner sobre el campo»,
sentencia.
En Oporto
No hace mucho, Álex pasó una semana en el Oporto de su amigo
Casillas. Allí, y junto a Lopetegui, que por entonces entrenaba a los
lusos, aprendió junto a Víctor Frade el sistema de trabajo de una de las
canteras que más y mejores futbolistas ha dado a Portugal y a Europa.
Con Frade, Lombardero tomó contacto con el sistema de periodización
táctica, una forma de trabajo basada en entrenamientos específicos y con
balón, un método de trabajo, integral, basado en el contacto con el
balón, con el que se trabajan todas las parcelas del fútbol pero siempre
con la pelota como protagonista, y trabajando los métodos tácticos,
técnicos y físicos del fútbol», señala Lombardero que define este año
pasado como de preparación para lo que ahora le llega. «El fúbol base es
fundamental, que los niños tengan un sistema de trabajo claro y
establecido con buenos preparadores forma parte de mi idea de trabajo
pero sobre todo llevar a cabo esa idea en el juego y en los
entrenamientos. Y todo eso es lo que vamos a intentar poner en marcha en
Aceuchal Cali Barrena (el que será su segundo en tierras piporras), y
donde ya contamos con dieciocho jugadores para comenzar a trabajar»,
concluye.
TITULO: EL BLOC DEL CARTERO - LA CARTA DE LA SEMANA - UNA HIPOCRESÍA RAMPANTE,.
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Como algunos de ustedes saben, me gusta mucho la Historia;
sobre todo, porque sin ella es imposible considerar el presente. Sin
Tácito, sin Pérez del Pulgar, sin Michelet, se haría muy cuesta arriba
saber cómo diablos, para bien o para mal, el ser humano ha llegado hasta
aquí. Diversión y amenidad aparte -elementos nada desdeñables-, la
Historia proporciona claves para comprender y comprendernos. También,
lucidez crítica y cierto analgésico consuelo. Una especie de resignación
culta ante lo inexorable. Por eso en casi todas mis novelas, de forma
explícita o implícita, late la Historia como enigma, como clave. Como
elemento de fondo.
Sin duda, desde el principio, la Historia ha
sido manipulada por unos y otros. Nada escapa a eso. De ahí que sea
importante no tragarse una fuente a palo seco, sino abrir el abanico,
leer mucho, comparar y oponer autores diversos. Diferentes puntos de
vista. Nada hay menos digno de confianza ni más peligroso que quien lee
un solo libro. Leer muchos otorga lucidez crítica, fundamental a la hora
de moverse por el impreciso paisaje de la memoria y de la vida. Ayuda a
extraer lecciones, digerir contenidos, detectar manipuladores. Y
también a detectar imbéciles.
Hay en Cataluña un chiringuito
subvencionado, Instituto Nova Historia, que, aunque no se adorna con los
laureles del rigor, proporciona en cambio un material humorístico de
primer orden. Que sus miembros carezcan de sentido del humor lo hace más
divertido todavía. Ese Instituto celebró hace poco un congreso
financiado por ERC, con objeto de demostrar científicamente que la
nación catalana -de cuya existencia, por otra parte, no dudo- está
detrás de cada una de las principales gestas y personajes de la
Humanidad. Desde aquel congreso hasta hoy, animados por el éxito de
público y crítica, esos historiadores se han crecido, recreándose en la
suerte, y con admirable periodicidad nos aportan algún descubrimiento
nuevo. Por ejemplo, según los investigadores del INH, el humanista
Erasmo de Rotterdam y el navegante Magallanes eran catalanes hasta las
cachas, pero los perversos historiadores españoles ocultaron su
verdadera patria. En cuanto al Cantar del Cid y El lazarillo de Tormes,
son anónimos porque sus autores, por miedo a la Inquisición y al Estado
español, decidieron ocultar su identidad claramente catalana. Hasta la
bandera norteamericana es de origen catalán, directamente inspirada -ojo
al dato- no en la señera, sino en la estelada. Y lo que algunos
indocumentados llamamos España no es sino una creación artificial,
inexistente, aunque de génesis esencialmente catalaúnica.
Concretando
más: un tal Jordi Bilbeny, del INH ese, ha descubierto, él solo y a
pulso, que Cristóbal Colón procedía, en realidad, de la familia
barcelonesa Colom, y que el supuesto veneciano Marco Polo no era
veneciano, sino un conocido explorador catalán que viajaba bajo
seudónimo porque era tímido. También, para redondear la cosa, ha probado
que los textos de Santa Teresa de Ávila, catalana de toda la vida,
nacieron originalmente en lengua de allí, aunque luego fueron víctimas
de una mala traducción al castellano. Por su parte, Lluis Batle, otro
brillante colega del INH, acaba de demostrar con solvencia absoluta que
el autor anónimo de La Celestina, aunque ocultó su nombre por
razones de seguridad, era catalán sin lugar a dudas. Se le nota en el
prólogo. Por su parte, Manel Capdevila, otro fino rastreador de fuentes
históricas, sostiene que Leonardo da Vinci descendía de los monarcas
catalanes del reino de Catalunya, falsamente llamado de Aragón en los
documentos de la época. Y un figuras llamado Pep Mayolas -primer espada
de la neohistoria- afirma sin despeinarse que el filósofo Erasmo de
Rotterdam era en realidad hijo del catalán Cristófol Colom, descubridor
de América. Zasca.
Dirán ustedes que ya vale, que se hacen idea.
Que les duelen los ijares de reírse. Pero la cosa no acaba ahí. Según
los artistas del INH, Miguel de Cervantes se llamaba Miquel Servent y su
Quijote lo escribió en catalán, perdiendo mucha calidad en la
torpe traducción que se hizo al castellano. Por su parte, las cosas
claras, el Gran Capitán no se llamaba Gonzalo Fernández de Córdoba, sino
Ferrán Folch de Cardona. Y Ponce de León era de Gerona, cuidado.
Tampoco la reconquista empezó en Asturias, sino en Cataluña, así que
menos lobos. Y la guinda se la pone a todo el neohistorietas Lluís
Mandado: la lista de los reyes godos es, en realidad, una lista de reyes
catalanes. Y el Cid no era de Vivar, sino de Biure dEmpordà; su título,
Cid, pertenecía a un linaje catalán y pasaba de padres a hijos. Con dos
cojones. Como el traje del Hombre Enmascarado.
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