GAFAS ROJAS - LA CANTANTE CARMEN DE LUCAS, fotos.
DÍA MUNDIAL CONTRA EL CÁNCER,.
Cantante profesional de ópera y zarzuela ,.Carmen de Lucas: "Perdí mi identidad por el cáncer, no he podido volver a cantar",.
"De pronto, te quedas hundida en la miseria y tienes que reconstruirte",.
A un paciente que haya pasado o esté pasando un cáncer no hace falta explicarle esta enfermedad. Sin duda, la conoce mejor que todos los que hoy hablarán de ella y se solidarizarán con quienes la padecen. Sabe perfectamente del miedo que sientes cuando te dan el diagnóstico, el mismo que se tiene durante el tratamiento y se queda para siempre aunque ya estés recuperado.El cáncer, como saben muchos supervivientes, te cambia para siempre. A muchos les reordena sus prioridades, les transforma su perspectiva. A otros, además, el cáncer les arrebata su sueño, porque les priva de lo que más les gustaba hacer en la vida.
Exactamente eso fue lo que le pasó a Carmen de Lucas. Mezzosoprano profesional, le diagnosticaron un cáncer de lengua hace ya siete años. Poco más que añadir, ¿verdad?
A ella, la lucha contra esta enfermedad que hoy celebra su Día Mundial no sólo la mantuvo, como a todos, convaleciente y dolorida durante el tratamiento, sino que además le arrebató su profesión, que era al mismo tiempo su gran pasión.
"Es una pérdida de identidad total"
Carmen describe su cáncer sin rodeos. Para ella, la enfermedad fue "una pérdida de identidad total, un porrazo, un bofetón que te descoloca del mundo, que te deja sin saber quién eres... Ya no tenía profesión, ya no tenía alumnos, ya no tenía colegas, ya no tenía ambiente laboral, mi capacidad económica disminuyó infinitamente, no podía cantar, no podía hablar... De pronto te quedas hundida en la miseria y tienes que reconstruirte por completo, reinventarte... es algo muy fuerte".Pero vayamos por partes. Carmen era cantante profesional, especialista en conciertos de canción alemana y francesa, además de ópera y zarzuela, trabajaba también en un conservatorio dando clases de canto. Para cuando llegó su diagnóstico, llevaba más de 30 años subida a los escenarios y enseñando a otros a cantar.
Todo empezó en 2005, cuando le salieron "unas llaguitas en lengua" que no cicatrizaban. Por indicación de su dentista, le hicieron una biopsia. El resultado de la prueba fue benigno, pero como las llagas no desaparecían, había que repetirla cada cierto tiempo. Primero cada tres meses, y más tarde cada seis. "Al quinto año se malignizaron", recuerda Carmen.
El resultado: un carcinoma epidermoide. Traducido: un cáncer de lengua, y más concretamente, un cáncer muy agresivo. Había que operar rápido.
Dicho y hecho. Carmen se enteró de su diagnóstico el 5 de febrero de 2010, y el día 10 ya estaba operada. "Me quitaron la mitad de la lengua", explica. Además de la operación, hubo que darle sesiones de quimioterapia y radioterapia. "Estos tratamientos fueron mucho más lesivos para mí que la propia amputación de la lengua, porque la radio fue muy agresiva para las mucosas de la boca y me provocó una rigidez tremenda en los tejidos, y rehabilitarme de todo esto fue un proceso muy largo y costoso", relata Carmen, que cuenta que durante ese tiempo perdió la voz, y estuvo seis meses sin poder comer, alimentándose a través de un agujero en el estómago.
"Mi profesión me ayudó infinitamente"
Sabiendo esto, resulta aún más sorprendente escuchar a Carmen, porque es impactante oír hablar a alguien a quien, literalmente, le falta media lengua pero pronuncia mejor que mucha gente. Y es que, como ella explica, su formación fue clave a la hora de rehabilitarse y recuperar el habla: "Por suerte, mi profesión me ayudó infinitamente, porque yo tenía un conocimiento muy profundo de la voz y sus canales, y conocía muchos ejercicios que me estuve aplicando sin parar".El resultado es que, aunque dice que todavía le cuesta pronunciar algunas consonantes, habla casi perfectamente. Pero volver a cantar es imposible, porque su laringe está muy rígida y requeriría de esfuerzos que no se puede permitir. "Puedo canturrear una canción popular, pero no a un nivel profesional, porque un cantante lírico es un atleta de la voz, y tienes que llevarla a un nivel extremo", dice.
Es la dura realidad a la que ha tenido que adaptarse: decir adiós a su vida profesional, que al mismo tiempo centraba su vida personal. Carmen no edulcora su experiencia: "Cantar era mi pasión, era mi hobby, era un trabajo divertido, lúdico, creativo... era mi vida entera. Yo estaba metida dentro de una burbuja, estaba fuera del resto, porque te metes en un mundo tan absorbente que no tenía tiempo para nada más, es un mundo tan fascinante y tan maravilloso que... lo echo muchísimo de menos".
Su relación con la música ahora es difícil. "Me costó muchísimo ser capaz de volver a escuchar a cantantes, y todavía hoy, lloro si escucho mis discos", dice. A la siempre difícil pregunta de si es feliz, responde que no puede "ser feliz como era antes, porque lo que constituía mi vida y para lo que estudié ya no puedo hacerlo, pero por suerte encontré esta forma de ayudar a la gente con la que me siento útil; y esto me ha ayudado muchísimo a superarlo, porque si no, me hubiera sentido un cero a la izquierda".
Con "esto", Carmen se refiere a la labor como voluntaria que realiza en el Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC), donde ayuda a personas que han superado un cáncer que les ha hecho perder la voz [como los de mandíbula, paladar, boca, garganta, cuello y muchos más] a recuperar su habla.
La dificultad de encontrar un especialista
Tal y como Carmen cuenta, "es muy difícil encontrar un terapeuta que entienda de este tema". Porque este es un cáncer "poco glamuroso" y tras él, las secuelas son grandes. "Mucha gente se queda avergonzada porque ya no puede hablar y comer", explica Carmen, que dice que tras una enfermedad de este tipo, algo tan sencillo como "comer con otra gente en público no es fácil".En su caso, "yo me recluí en mi casa, porque me daba vergüenza no poder hablar, y no quería darle explicaciones a la gente. Estuve deprimida, hecha polvo durante muchos meses, no quería relacionarme ni salir, y menos mal que yo tenía mis métodos para recuperarme y en ello me puse a trabajar como una loca".
Esto mismo intenta hacer ahora con los pacientes que acuden a sus sesiones en el GEPAC para que les ayude a volver a hablar, porque muchos no han conseguido el progreso que esperaban a través de logopedas. Aún así, Carmen se empeña en dar esperanza a los supervivientes, porque cree en la recuperación, y justo por eso reclama que haya más especialistas en este campo.
"Por supuesto que es posible rehabilitarse, pero hay que dar con un profesional que pueda dirigirte con un tipo de ejercicios adecuados", explica Carmen, que actualmente vive de una pensión por incapacidad que le quedó de su plaza de funcionaria como profesora del conservatorio, pero que no descarta, si se despejaran las trabas burocráticas pertinentes, dedicarse a la rehabilitación de pacientes de forma profesional. "Para mí sería maravilloso, me siento muy capacitada para ello", cuenta.
"La vida vale la pena a pesar de todo"
Porque cuando has tenido un cáncer, explica Carmen, "sientes una solidaridad enorme hacia cualquier persona que pase por esto, porque sabes el trago tan horroroso que es, es un momento muy duro, que te margina mucho y te desintegra de la sociedad". Es por esto que le llena de esta forma trabajar con pacientes en recuperación: "Intento transmitirles que la vida vale la pena a pesar de todo y que se van a recuperar, pero claro, esto es muy difícil verlo cuando estás en medio del charco".Carmen es ahora una persona distinta de la que era hace siete años. Ha iniciado otro camino en el que intenta ayudar a otras personas con las que siente una empatía infinita. De ellos, entiende "esa ira que te siembra esta enfermedad y no sabes contra quién volcar", y de sí misma ha aprendido "que uno saca fuerzas de donde no cree que las tiene".
Sobre su vida anterior, intenta mirarle el lado bueno a este giro brutal e inesperado que ha dado: "Yo ya tenía un trabajo que era muy de cara a los demás, ahora doy de una forma más altruista y siento que es de una utilidad quizá mayor, porque enseñar a la gente a cantar es muy bonito, pero ayudarles a recuperar su voz y su habla es más importante".
"Esto me ha enseñado a ser útil de otra forma, quizás no disfrutando tanto del placer que produce cantar pero también de una forma muy gratificante", concluye.
TITULO: Se fue para siempre la secretaria de Perry Mason = Barbara Hale ,.
Se fue para siempre la secretaria de Perry Mason
Murió Barbara Hale, trabajó con Frank Sinatra y James Cagney
La fallecida actriz Barbara Hale en una imagen reciente. (foto: )
Halle falleció el jueves pasado en su casa de Palm Desert, Los Angeles, rodeada por su familia, entre ellos su hijo William Katt ("The Greatest American Hero", "Carrie"). La actriz había actuado además en filmes con Raymond Burr entre 1957 y 1966, y luego en una serie de film para la pantalla chica sobre el personaje del famoso abogado, realizados entre 1957 y 1966, que le permitieron ganar un Emmy como Mejor Actriz en 1959.
"Perry Mason" es la serie de televisión judicial más famosa y recordada, tanto que ese nombre es usado como sinónimo para referirse a un abogado exitoso.
Hale había nacido en Dekalb, Illinois. A los cuatro años se mudó con su familia a Rockford donde estudió teatro.
Bajo contrato con la RKO, trabajó junto a Frank Sinatra en "Higher and Higher" y con Robert Young en "Lady Luck", con James Stewart en "Jackpot" y con James Cagney en "A Lion Is in the Streets". Luego fue directo a la televisión.
Entre sus últimos trabajos se destacan "Airport", donde interpretó a la esposa de Dean Martin, en "The Giant Spider Invasion" y "Big Wednesday".
En 1944 conoció a Bill Williams (nombre artístico de Hermann Katt), actos que se hizo famoso en televisión. El 22 de junio de 1946 se casaron y el matrimonio duró 46 años, hasta la muerte de Williams en 1992.
De esa unión nacieron tres hijos: Jody Katt (1947), William Katt (1951) y Juanita Katt (1953).
En 1956 le ofrecieron el rol de Della Street, la discreta e indispensable secretaria del abogado Perry Mason. El personaje se volvió fundamental en la serie, y le permitió ganar un Emmy en 1959, y ser nominada nuevamente en 1961.
Hale recordó tiempo atrás que en los años en los que trabajó como asistente de Mason, aprendió a escribir a máquina y que llegó a tipiar 33 palabras por minuto.
"No era cierto eso que se decía de que era una secretaria modelo, en este sentido", solía bromear.
Si hijo William la recordó en Facebook como una persona gentil "y siempre divertida; una gran actriz y una mujer de negocios inteligente".
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