TITULO:DESAYUNO
CENA FIN DOMINGO -Apyme reivindica una bajada de impuestos y tasas municipales,.
DESAYUNO CENA FIN DOMINGO -Apyme reivindica una bajada de impuestos y tasas municipales,. fotos.
Apyme
Vegas Altas y La Serena ha iniciado una ronda de encuentros con
formaciones políticas asentadas en la comarca con el propósito de
conocer los distintos programas con los que concurren a las elecciones y
al mismo tiempo hacerles llegar las propuestas y reivindicaciones de
sus asociados. El primero en visitar la sede de Apyme era el candidato a
la reelección en Don Benito, José Luis Quintana, acompañado por parte
de su equipo de colaboradores. Los empresarios solicitaron al actual
primer edil que ejecute las gestiones necesarias para la construcción
del hospital comarcal y del tramo que falta por hacer de la Autovía del
Levante.

Las tasas municipales y la bajada de los
impuestos se convirtió nuevamente en la medida más solicitada por parte
de los empresarios, máxime tras recordarle a Quintana que su compromiso
era acometer dicha bajada una vez se solucionaran los problemas
económicos y financieros del ayuntamiento. «Algo que, según el alcalde,
ya se ha solucionado», señalan desde Apyme.
El empresariado
también se mostró preocupado por la llegada de la fibra óptica a las
entidades locales que dependen de Don Benito o la bajada de la basura
industrial, entre otros asuntos.
Todas estas peticiones las han
trasladado también a la junta local de Vox, partido con el que
continuaba esta semana la ronda de contactos a unas semanas de las
elecciones municipales. En este caso, también han insistido en una
bajada de impuestos que consideran necesaria para el empresariado de la
localidad. Durante los próximos días continuarán los encuentros con los
representantes de los partidos políticos, también a nivel regional.
TITULO:Las rutas Capone -Gonzalo Pérez Sarró vuelve a organizar sus rutas del misterio,.
Diversos
enclaves de la zona, como el conjunto del Convento Franciscano de
Belvís de Monroy y las poblaciones de Saucedilla, Millanes, Almaraz y
Navalmoral, serán escenario de una nueva entrega de las 'Rutas del
Misterio del moralo' de Gonzalo Pérez Sarró, investigador, escritor y
colaborador de programas como Cuarto Milenio y MilenioLive.
Los
organizadores señalan que varios enclaves ubicados en las citadas
poblaciones servirán «para la exploración de sucesos clásicos del
misterio y otros novedosos, como las figuras ante el cementerio, el caso
de El Chino o el ser conocido como el Fantasma de Saucedilla»,
insistiendo en que este nuevo recorrido es «una oportunidad para la
conexión con el mundo de lo desconocido en la región extremeña».
Cabe
destacar que el itinerario «por escenarios donde se vivieron
experiencias insólitas» comprende un recorrido a pie y en autobús por
los pueblos de la zona. «Poltergeist, ensotanados, seres
extraordinarios, ovnis, presencias extrañas... Una segunda vuelta de
tuerca a la realidad extraña de una tierra de misterio», anuncian.
La
primera de estas rutas se celebrará el sábado de la próxima semana. Los
interesados pueden recibir más información e inscribirse en los
teléfonos 927 53 09 41 y 608 68 71 78, o bien en la web
www.bichosformatte.com,.
TITULO: Un país mágico - Zaragoza ,.
El sabado -20- Abril a las 18:30 por La 2,foto.
Un país mágico - Zaragoza,.
Zaragoza es hoy nuestra ciudad mágica. Descubriremos la impresionante
Basílica del Pilar y cómo se ha convertido en el corazón dela ciudad.
También sabremos por qué el palacio árabe más al norte del mundo está en
Zaragoza. Cuáles son los dulce s más típicos entre los maños y las
mañas etc.
TITULO: Diario de un nómada - Carreteras extremas - Filipinas ,.
El domingo -21- Abril a las 19:00 por La 2 , fotos.
Filipinas,.
Las islas Filipinas son un archipiélago del sudeste asiático que
conocí durante mi vuelta al mundo Ruta Exploradores Olvidados, travesía
que precisamente tenía como objetivo alcanzar Manila para rendir
homenaje a los descubridores y fundadores de este remoto lugar. Si lo
lograba me convertiría en el primer español que llegase en moto a
Filipinas. En moto o en cualquier vehículo terrestre. Nunca antes lo
había intentado nadie y haberlo conseguido es para mí un pequeño honor,
el de haber puesto mi granito de arena en los anales de la exploración,
pues creo que explorador es aquel que abre una ruta inédita y la
documenta, como yo hice durante mi viaje a Filipinas. El siguiente texto
formará parte del libro que algún día escribiré sobre aquella vuelta al
mundo que para mí fue tan extraordinaria.
1861, 1981, 1961, 1981. El calor es asfixiante. Hace apenas una hora
que ha amanecido y parece que sea mediodía. Mis poros se han abierto
nada más salir del climatizado ambiente artificial del hotel. En cuanto
empiezo a trotar sobre los restos de la muralla me veo anegado por el
sudor. El ejercicio físico va lanzándome a la vida, al despertar, a mí
ser en el mundo.
Es ahora mismo, bajo este horrible calor tropical, cuando por fin me
doy cuenta de que es mi primer día en Manila y que estoy corriendo sobre
la fortificación de la vieja ciudad. De las murallas hacia dentro, es
Intramuros, donde está la Catedral o la iglesia de los Agustinos. Veo lo
que piso. Los adoquines de la muralla llevan unos números escritos.
1861, 1981. La primera fecha me cuadra. Deben ser adoquines españoles
pues la colonia se perdió en 1898.

Poro la segunda me sorprende. ¿Por qué esta fecha del siglo XX? No lo
entiendo. Sigo corriendo. Observo los inútiles cañones asomados a las
almenas, los rascacielos de Makati City, la torre del reloj del
ayuntamiento, la muchachada que va apareciendo para asistir a clase en
la Universidad, el anómalo campo de golf a la vera de las murallas.
Contemplo este paisaje por primera vez. Recuerdo mi viaje hasta aquí y
de vez en cuando miro hacia el suelo y veo como mis pies pisan ora un
1981, ora un 1861.

Arribé a la isla de Leyte después de abandonar Luzón y rendir
homenaje a Magallanes en el lugar donde lo mataron. Cuando alcancé las
islas que él llamó de El Poniente, lo peor de su travesía estaba hecho.
De 5 navíos y más de 250 hombres que salieron en 1517 de Sanlucar de
Barrameda regresaron solo 18 enfermos a bordo de un maltrecho cascarón.
Muerto el héroe, Elcano logró concluir el viaje. Lo sabemos gracias al
cronista a bordo: el veneciano Pigafetta, que nunca enfermó y siempre
apuntó cada detalle. A él le debemos también la primera constancia
notarial de que se puede robar un día al tiempo. Llegados el 9 de julio a
Cabo Verde, ya en la costa occidental de África preguntaron a los
portugueses qué día era. “Jueves”, respondieron, para gran sorpresa de
Pigafetta, cuyo puntilloso diario señalaba miércoles.
Me fijo de nuevo en los adoquines. 1861, 1861. La ordenación de las
fechas es absurda, por más que le busco un orden no lo encuentro. De
algún modo es como cuando un mosca se azota contra una ventana
intentando encontrar la salida. Eso fue lo que le pasó al malagueño Ruy
López de Villalobos. La división del mundo entre españoles y portugueses
tras el Tratado de Tordesillas partía de una concepción plana del
mundo, pero el viaje de Magallanes demostró que no era así. Las Islas
del Poniente eran un enclave estratégico que Carlos V ambicionaba para
poder comerciar con las Indias sin pasar por territorio lusitano. En
1542 zarpó de La Nueva España una flota de 4 navíos y 400 hombres con el
objetivo de fundar una colonia en ese archipiélago.
A Villalobos se le debe dar el nombre de Islas Filipinas en honor al
entonces príncipe, el futuro Felipe II. Pero la expedición fue un
fracaso debido a que aunque lo intentaron repetidamente, no encontraron
el camino de regreso. Como moscas contra una ventana, las corrientes y
los vientos adversos los devolvían al punto de partida. Acosado por los
nativos hostiles se dirigió a las Molucas. Allí los portugueses lo
encarcelaron. Murió en prisión. Su confesor fue el jesuita Francisco de
Jasso, quien sería luego fuera canonizado como San Francisco Javier, el
explorador olvidado que visité en Goa.
1861, 1981, 1861, 1861. Me resulta casi increíble el camino recorrido
hasta ahora para llegar aquí. Dejé atrás Catbalogan y me dirigí hacia
el norte de Leyte. En Allen zarpan los ferrys hacia Luzón. El puerto
estaba tomado por una pequeña turba de chiquillos. Subían a bordo y se
lanzaban al agua desde cubierta. El horizonte verdísimo de palmeras y
azul del mar les hacía de perfecto marco a su insensata libertad. Sin
escolarizar, muy delgados y morenos pero haciéndose adultos demasiado
deprisa. Me refiero a esa forma viciosa de adultez. Con apenas 12 años
ya fuman como carreteros. Los pasajeros les arrojan monedas y ellos
bucean para alcanzarlas. Suben por las maromas a las cubiertas
superiores ante la indiferencia de la tripulación y se lanzan al agua
haciendo cabriolas. Son acróbatas y tienen sangre pirata en sus venas.
Pero lo que no tienen es futuro.
Todos los asientos estaban ocupados. Me senté en el suelo y el
cansancio se apoderó de mí. Me quedaba todavía una hora y media hasta
cruzar el estrecho de San Bernardino. Me tumbé cuan largo soy sobre la
dura plancha de hierro, cerré las cremalleras de los bolsillos de
pantalón para evitar hurtos, apoyé la cabeza en la bolsa y me quedé
profundamente dormido. Desperté atontado y perplejo. Miré mi reloj.
Había pasado una hora entera a pierna suelta tendido entre una multitud
que iba y venía sin importarme ni la suciedad ni la incomodidad del
lecho metálico. Me di cuenta en ese momento de lo lejos que había
llegado en mi viaje y no solo geográficamente.

Ser capaz de dormir en semejante situación significaba que ya estaba
hecho de otra pasta, de una pasta similar a la de todos esos tipos
desarrapados que he visto durmiendo en la calle en África, India, Nepal o
Asia. Ya me da todo igual. Comer con las manos, la mugre, las
cucarachas, el agua no potable. Al mismo tiempo, dormir así significaba
que estaba muy cansado. Que estoy muy cansado. Que me exijo mucho, quizá
demasiado, que cada día es una prueba más a superar conduciendo,
escribiendo, haciendo fotos y grabando vídeo.
El ferry atracó en Luzón y la escena de los niños se repitió. Subí
hacia el norte. Encontré muchísimos sidecares, verdadera institución del
transporte colectivo. Una moto pequeña, una gran carrocería y un montón
de gente. No hay más límites que los de la física, tantos como quepan,
tantos suben.
En una pequeña aldea llamada San Miguel vi un edificio sólido y
macizo. Una construcción moderna pero de aspecto castellano. O al menos
de lo que en Filipinas se puede considerar castellano. Pensión Casa de
Piedra. La habitación limpia y con una buena cama. Había un restaurante
un poco más allá. En la casa trabajaban cuatro mujeres. La encargada,
hija de la dueña, dos sobrinas de 17 años y una camarera de 24. Me
convertí en la estrella de la noche. Todas me atendían solícitas,
encantadas de tener a un Joe, porque aquí soy un Joe. He dejado de ser
un mister. Joe era como llamaban a los soldados americanos. Los blancos
somos todos joes. Asi me saludan por la calle. “Ey, Joe”. Y yo les
respondo igual. “Ey Joe”. Y todos reímos y nos lo pasamos bien.
Desperté aturdido y algo resacoso. Cuando me espabilé salí a correr.
El tráfico ya bien de mañana era espeso y el aire irrespirable. Vi un
camino que se desviaba de la carretera entre las palmeras y los
arrozales. Arribé a otro mundo. El de la Filipinas rural. En cuanto te
apartabas veinte metros del arañazo asfaltado aparecía la senda de
barro, las casas sin saneamiento, las bacas, los perros, los gallos, los
críos descalzos.
Manila estaba lejos. A más de 450 kilómetros. Diez horas, me
advirtieron. Y no mentían. El tráfico y las obras hicieron el camino
interminable. Hasta que se produjo el milagro. Una autopista. Una
autopista de verdad, con sus dos carriles y sus peajes. A 100 por hora
me lancé hacia el centro de la ciudad. En realidad son varias ciudades
apiñadas en torno a la bahía y al pequeño enclave de Intramuros. Cuando
entré en la zona amurallada lo ví como un símbolo: el monumento al 400
aniversario de la expedición de Legazpi en 1564.

Miguel López de Legazpi no era marino cuando recibió la encomienda
del Virrey para colonizar Filipinas. Hidalgo segundón, estudió para
letrado, se hizo notario en Guipuzcoa y para prosperar se marchó a
America. Allí siguió escalando en su carrera como alto funcionario hasta
enriquecerse y ser Alcalde Mayor de Ciudad de Méjico. Tenía casa,
hacienda, familia y la vida más que resuelta. Podía haberse negado. ¿Por
qué no lo hizo?¿Qué pintaba en semejante aventura? Vendió todo y de su
propio dinero armó una flota en la que reclutó a sus familiares. El
oscuro burócrata arriesgó cuanto tenía en pos de un sueño. Su viaje fue
un éxito. Pacificó las islas, firmó tratados y fundó Manila. Pero la
vida es eso que te pasa mientras planeas otras cosas y Miguel López de
Legazpi murió arruinado en Manila en 1572 sin saber que Felipe II le
había nombrado Gobernador Vitalicio de Filipinas con una jugosa renta.
1981, 1861. ¡Por fin lo entiendo! Ahora descubro la razón de esta
inaudita doble fecha que parece no tener sentido. Sobre el barro fresco
con el que se hacían estas losetas se grababan siempre los números 1861,
año correcto de fabricación. Pero según el adoquín se colocara por el
obrero del derecho o del revés la fecha mudaba en más de un siglo. 1861 o
1981 según se mire. Una mera cuestión de descuido. Sin duda, al
trabajador que los puso le importaba un bledo en qué orden estuvieran
colocados.

Eso me hace pensar en cuan cambiante es la vida. Qué mudable, corta e
injusta puede ser. Sometida siempre al albur de las aleatorias
combinaciones, la suerte, el destino, la fama o la riqueza. Magallanes
descubrió las Filipinas y lo pagó con su vida. Villalobos las bautizó en
honor de un príncipe lejano por el que vino a dar la vida; murió preso
en una cárcel enemiga. Legazpi alcanzó todos sus objetivos, pero no
obtuvo la riqueza merecida. No hay gloria completa. Así es el juego. Los
adoquines del destino marcan una fecha u otra en función de cómo los
hayan colocados; ese orden desigual hay que asumirlo como inherente a la
partida. Ora 1861, ora 1981.
Pero ahora que lo pienso, también pudiera ser que estuvieran
dispuestos con toda intención. Este pasillo sobre la muralla se recorre
en las dos direcciones. Yo mismo estoy regresando ahora. Los equivocados
1981 que viera al avanzar ahora se tornan correctos 1861. Lo mismo le
sucede a los 1861 de antaño, que hogaño se vuelven fecha errada. ¿Error o
acierto? Imposible de saber por adelantado. Seguramente las dos cosas
al mismo tiempo. Mientras piso los últimos peldaños pienso en que la
existencia hay que aceptarla tay y como es porque, en realidad, los
adoquines del destino están siempre ordenados en el orden adecuado
aunque muchas veces no lo entendamos.
TITULO: Un trío en la cocina - Cocina - Salmón con berenjena,.
fotos,. Un trío en la cocina - Salmón con berenjena,.

Salmón con berenjena,.
Ingredientes |
Preparación |
- 400 g kvitsoy
- 500 g azúcar
- 500 g sal
- medio manojo eneldo
- unas hojas tomillo
- 2 limones
- 1 berenjena
- una cucharadita melaza
- 1 pak choi
- unas gotas aceite de sésamo
- un chorrito soja dulce
- aove, sal, pimienta
- Para la crema de berenjena:
- 1 berenjena
- 1 puerro
- 1 cabeza ajo asado
- 400 ml. caldo de verduras
- 50 g queso crema
- una pizca nuez moscada
- aove, sal
|
- Marinar el kvitsoy. Mezclar la
misma cantidad de azúcar que de sal, el eneldo y ralladura y zumo de
limón. Cubrir el salmón con la mezcla y dejar marinar en la nevera
durante 2 horas.
- La crema de berenjena. Pochar bien
la berenjena y el puerro picados. Añadir la pulpa del ajo asado y mojar
con el caldo de verduras. Cocinar unos 5 minutos. Retirar del fuego,
triturar junto con el queso crema (y nata si es necesario). Finalmente
agregar la nuez moscada y acabar de mezclar.
- Cocinar el salmón. Limpiar el
kvitsoy de la marinada bajo el grifo de agua y cortar el trozo de lomo
deseado. Cocinar al vapor (en vaporera o en cazuela con rejilla) con
eneldo y tomillo unos 6-8 minutos (dependerá del grosor del pescado).
- Las chips de berenjena. Cortar la
berenjena con mandolina o un cuchillo bien afilado y freír en abundante
aceite bien caliente. Retirar, escurrir y pintar con melaza.
- El pak choi. Cortar el pak choi en juliana y saltear en una sartén con aceite de sésamo y soja dulce.
- Servir la crema de berenjena de
base, encima el lomo de salmón al vapor y el pak choy. Repartir por
encima los chips de berenjena.
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