El sabado -27- Abril a las 16:00 por Telecinco , fotos,.
Fernando Aramburu -La gente, incluso sin saberlo, busca la poesía a todas horas,.
Aramburu, sobre 'Patria': "Yo pude caer en ETA como cualquier otro joven vasco",.
Víctimas, asesinos, las tardes de buses ardiendo y fúnebres heroicidades, la lluvia, el dolor, la cobardía y la muerte se cruzan y persiguen en su última novela,.
Cuando Fernando Aramburu (San Sebastián, 1959) se metió en el berenjenal de contar la historia de casi medio siglo de violencia de ETA
en una novela monumental de 600 páginas titulada lacónicamente 'Patria'
(Tusquets), no le quedó más remedio que organizarse. Cerraba el
capítulo 60 y al día siguiente regresaba al 45, cambiaba los nombres de
los personajes, se equivocó y atribuyó durante varias páginas unos
hechos al tipo equivocado, emborronó un panel enorme en
su habitación con prolijas líneas argumentales que iban del año 1963 a
2012, asignó a cada uno de los nueve protagonistas los capítulos
concretos que iban a protagonizar para que ninguno tuviera más que otro,
evitó 'in extremis' que alguien fuera al colegio antes de haber
nacido... Y sin embargo, tan tenaz actividad se subordinó a otra
aparentemente más obvia pero crucial para él: el lenguaje. "Debía evitar a toda costa que un analfabeto se expresara como un catedrático de filosofía".
Cinco consejos de Fernando Aramburu para escribir una novela sobre la marcha
Aramburu se atribula un poco al dar estos detalles técnicos, "de los que el lector no tiene por que ser consciente".
Le interesa el resultado, la historia, el relato. Porque "si los
novelistas hemos sido los últimos en llegar, somos los destinados a
dejar las palabras perdurables sobre lo ocurrido en Euskadi todos estos
años". Y no hay ninguna duda, 'Patria' perdurará. La irrupción de esta
novela de inédita ambición implica dos apuestas tan disímiles como
finalmente compatibles y triunfales. Por un lado, la panorámica global
que sobrevuela a todo tipo de personajes, desde la viuda incansable en
busca de respuestas al terrorista, gañán, asesino y finalmente
arrepentido. Por el otro, y tal es la dulzura cautivadora de su lectura,
la simplicidad con la que recoge el lenguaje y los modos de vida, desde las tardes de lluvia al pescado rebozado que deja escapar una nubecilla de vapor al romperse.
A Bittori le mataron a su marido el Txato después de hacerle la vida imposible en el pueblo con pintadas, amenazas y amistades esfumadas.
A Miren, su álter ego, le encerraron a Joxe Mari, el hijo terrorista,
en una lejana prisión andaluza, inoculándole así un fanatismo
sobrevenido de madre doliente y fiel. Hijos, parejas,
vecinos, el cura ladino y halitósico, el tabernero que señala objetivos,
las tardes de autobuses ardiendo y fúnebres heroicidades en San
Sebastián, otra vez la lluvia, el dolor, la cobardía, la muerte.
PREGUNTA.
Hay un momento en ‘Patria’ en el que Joxian se encuentra con el
amenazado y luego asesinado Txato, que hasta entonces ha sido su mejor
amigo. Le explica que desde que han aparecido las pintadas contra él en
el pueblo ya no puede saludarle porque “le traería problemas”, pero que
le saludará con el pensamiento. Y el Txato le responde: "¿Alguna vez te
han dicho que eres un cobarde?". ¿La historia de ETA es una historia de
matones y cobardes y poco más?
RESPUESTA. En
parte, sí. Pero lo que yo ofrezco al lector es una ficción, ese episodio
en concreto me lo he inventado. Eso no quiere decir que fuera
imposible, porque en ese caso yo no lo hubiera introducido. Y a
continuación extrapolamos, cometemos el error de Don Quijote que ataca
el Teatro de Títeres por considerar que la ficción es real. En esa
sociedad vasca en la que imperaba la violencia, y no me refiero solo a
la violencia más llamativa, a la que llegaba a los periódicos, sino
también a otra de tipo más cotidiano, hubo una gama muy amplia de
comportamientos. Esos comportamientos no interesan a la historiografía
por ser subjetivos y quedar fuera de su potestad. Esa es la mía, la del
escritor de novelas. Yo estoy llamado a indagar en la condición humana
desde la palabra escrita. Y la condición humana no se puede describir
sin tener también en cuenta los comportamientos de las personas, lo que
se piensa, lo que se dice y lo que se hace. Así, una novela no responde a
la pregunta de qué pasó —que también—, sino a la de ¿cómo se vivió
aquí? Y el lector se pone entonces en la situación de preguntarse: ¿qué
habría hecho yo?
Aramburu espera al periodista en un
hotel madrileño a última hora de la tarde, recién llegado de Alemania,
donde reside desde hace ya tres décadas. Lleva todo el día largando sin
parar a los medios y avisa que tiene la batería gastada. Para animarlo,
el periodista arriesga una interpretación de su novela y mete la pata.
"Qué pasa, ¿que sin querer te has respondido tú? Jajaja". Ok, pero ya
vuelve a estar animado. A por él.
P. Por cierto
que la 'omertá' que durante tantos años se enseñoreó del País Vasco
pareció afectar también a la literatura sobre lo ocurrido,
impresionantemente escasa para tan graves sucesos. Apenas un puñado de
páginas, algunas de ellas escritas por usted. ¿Los escritores vascos
pagaron su propio impuesto revolucionario con silencio? ¿Fueron tan
cobardes como los demás?
R. Es que ese
colectivo de escritores vascos no existe, no forman un grupo homogéneo.
Existen vascos que escriben. De hecho, se supone que el escritor es
aquel que se va a expresar desde una perspectiva propia. Si no lo hace,
no está cumpliendo con su tarea. Y así lo que escriben unos se completa
con lo que escriben otros. Ha habido escritores cómplices con el
terrorismo, es evidente, han puesto su escritura al servicio de una
causa. Es muy difícil dar frutos valiosos desde esa perspectiva, entre
otras cosas porque no es la perspectiva de un hombre libre. Y después
naturalmente ha habido miedo. Cómo no lo va a haber entre agresiones y
asesinatos. A mí no me gusta juzgar desde la posición de uno que vive
lejos a los hombres concretos que sufrieron esta situación. También es
cierto que los escritores necesitamos un recorrido mayor que, por
ejemplo, los periodistas que narran la actualidad. Pero nosotros
introducimos en nuestros hábitos la humanidad completa, que decía muy
perspicaz Ernesto Sábato. Conseguir esto no está al alcance de
cualquiera. Uno lo intenta y puede fallar. De manera un tanto
exculpatoria, entiendo que los escritores hayamos sido los últimos en
llegar. Pero nosotros estamos llamados a dejar las palabras perdurables.
Cuando nuestro testimonio tiene calidad estética, se convierte en
universal. Recuerdo que cuando yo veía el 'Guernica' en los libros de
texto con 10 años, ya me hacía una idea concreta de quiénes habían sido
los malos durante la Guerra Civil. El hecho estético es irrebatible.
"Ha
habido escritores cómplices con el terrorismo, es evidente, han puesto
su escritura al servicio de una causa. No eran hombres libres"
P.
A propósito de la Guerra Civil. ‘Patria’ arranca con el final de la
violencia armada y con la negativa de una viuda a aceptar el olvido como
pilar fundamental de los nuevos tiempos. Se me ocurre una analogía con
las víctimas la Guerra Civil. Los del bando nacional pudieron llorar a
los suyos, mientras que los del republicano tuvieron que enjugar sus
lágrimas durante cuatro décadas. ¿Las víctimas de ETA pueden hoy en
Euskadi llorar en paz?
R. Las heridas todavía
están abiertas y supurantes. Se siguen produciendo homenajes a presos de
ETA liberados y en el pueblo los reciben con música y ceremonias de
ensalzamiento. Puedo imaginarme que a una persona a la que le hayan
matado al padre ese tipo de escenas le reproduzcan el dolor. Que no haya
atentados, sin duda alivia, aunque no tenemos la garantía de que no se
vayan a volver a producir. Pero en la sociedad se nota que se han
perdido la crispación y el miedo cerval que había hace unas décadas. Si a
esta situación se le puede llamar 'paz'... No sé, no tengo prisa por
ponerle un calificativo a la situación actual, en la que sí veo un deseo
natural de distanciarse de aquella violencia. Un deseo natural que no
es propiamente vasco, se da en todas las sociedades en las que ha habido
conflictos sangrientos.
P. Pero su punto de
vista es esperanzador. No vamos a destriparle al lector el final de la
novela, pero apunta a un final positivo que sí parece un trasunto de su
propia esperanza.
R. No quiero trivializar el
concepto de la esperanza. Algo positivo hay al final de 'Patria', es
cierto. Recuerdo que una víctima del terrorismo me acompañó en la
presentación de ‘Los peces de la amargura’ y al final me amonestó porque
no dejé un hueco a la esperanza. Esta fue una lección muy importante
para mí. Negar la esperanza es negar cierto triunfo que la víctima se
reserva para sí. Yo he aprendido mucho hablando con las víctimas, me han
dado grandes lecciones. Cené una vez con un grupo de víctimas y, vaya,
si no me hubieran dicho lo que eran, habría pensado que era una
despedida de soltera. No paraban de reír. En aquel ambiente en el que no
tenían que explicar nada, porque todas habían compartido un mismo
destino, había alegría, risas. Yo, que todavía era inmaduro, no lo
comprendía, pensaba que debían vivir en un funeral constante. Hasta que
aprendí que esa alegría era algo que no se habían dejado arrebatar por
sus agresores.
"La alegría y la esperanza de muchas víctimas es algo que no se han dejado arrebatar por sus agresores"
P.
La estructura de ‘Patria’ esconde bajo su aparente simplicidad un
trabajo ambicioso. No hay un centro, tampoco en realidad un
protagonista, es la comunidad eterna la que, armada como un puzle de
voces, cuenta y se cuenta a sí misma. Víctimas y victimarios. ¿La
panorámica global se le antojó imprescindible?
R.
Totalmente, no puede haber víctimas sin agresores. Y desde el momento
en el que intervienen agresores, en la novela hay que llenarlos también
de vida.
P. Pero, en un tema tan marcado, vestir
la piel de la viuda Bittori no parece tan agradable como hacer lo
propio con la del asesino Joxe Mari.
R. No es
verdad que el escritor se meta en la piel de sus personajes. Lo que el
autor hace es ordenar las palabras de tal manera que obren un efecto
determinado en la conciencia del que lee. Yo no soy de los que afirman
que escriben para sí mismos, eso no es verdad. Y creo que quienes dicen
eso no terminan de explicar bien lo que quieren decir. Desde el momento
en el que uno respeta las normas gramaticales, acepta que ese texto
pueda ser descifrado por otra persona. Ahora, quizá tampoco un escritor
tiene que llegar al grado al que llego yo, porque yo tengo todo el rato
presente al lector. Y pienso, vamos a ver cómo le introduzco esto, le
voy a crear una expectativa, voy a darle unos párrafos de frases
simples, luego una larga… Todos esos efectos están calculados,
considerando que al otro lado del escritorio hay un lector, un lector
naturalmente fantasmal que quizá se parezca demasiado a mí.
P.
Su perfil del etarra encaja en esa categoría de Arendt que señala la
banalidad del mal. El terrorista, lejos de ser heroico o especial, no
era más que el bruto del pueblo, el mismo chaval envenenado de
testosterona y odio que disparaba perdigones a los perros. El problema
de esta tesis es que resulta demasiado atractiva para los que nos
consideramos inteligentes. Si eras inteligente, inquieto, leído, etc,
¿estabas completamente a salvo de caer en las redes de ETA? O de otra
manera, ¿lo estuvo usted?
R. No, no, no, yo
estuve tan expuesto como otros jóvenes vascos de mi edad a la doctrina, a
la presión grupal, pero por determinadas razones no caí. Pero otros
chavales de mi barrio cayeron y entraron en aquella espiral de la que ya
no se podía salir. De ETA no se podía salir vivo. Me pongo a pensar qué
salvó al muchacho vasco inmaduro con las hormonas alteradas que yo era.
¿Por qué no fui de ETA? Tal vez por haberme criado en una ciudad donde
el control sobre la gente es mucho menor que en un pueblo, donde te
quedas sin amigos. Luego pienso también en la base cristiana de mi
juventud, que reconozco desde mi ateísmo actual. La idea de que uno
tiene que hacer el bien a los demás, la empatía con aquel que sufre. Y
por supuesto viajar, conocer otros mundos, otras sensibilidades.
"¿Por
qué no fui de ETA? Tal vez por haberme criado en una ciudad donde el
control sobre la gente es mucho menor que en un pueblo"
P.
Es un tema manido, pero ¿por qué cree que en los lugares donde anida el
nacionalismo la Iglesia católica suele ser uno de sus principales
valedores? ¿Son la religión y el nacionalismo ramas del mismo árbol?
R.
Don Serapio es uno de tantos curas, aunque también hubo curas con
escolta. Pero es cierto, como bien mostraba un reportaje demoledor de
Antena 3, que el 70% del clero vasco es nacionalista.
P.
Su novela se titula ‘Patria’ y la patria parece en ella el virus
maligno que envenena todo lo demás, desde la convivencia a la amistad.
R.
Absolutamente, el nacionalismo siempre pone un filtro. Siempre es
tradicionalista, medieval, romántico, sacraliza la tierra. Y llevado a
la política, el nacionalismo es muy peligroso.
P.
Ha afirmado también que Otegi es un hombre del pasado. Pero en realidad
Otegi representa a una izquierda 'abertzale' que no parece muy
diferente con o sin él. ¿Es la izquierda 'abertzale' en su conjunto la
que pertenece al pasado, como quizá demuestra el corrimiento de votos de
la izquierda hacia partidos nacientes menos identitarios como Podemos?
R.
La izquierda 'abertzale' sigue siendo indentitaria pero incorpora caras
nuevas, cambios estratégicos, de los cuales yo no creo capaz a Otegi.
Arrastra un pasado que es el que es. No tiene credibilidad, pero tampoco
me parece un hombre importante. De hecho, intenta remedar el nuevo
lenguaje de los tiempos, pero no le sale, se le escapó el tren.Acaba la entrevista. Fernando parará unos días después en el País Vasco para presentar su novela. ¿Qué espera de su recepción allí? "A algunos les gustará más y a otros menos, claro. Pero hay ciertos desagrados que no solo no me incomodan sino que me agradan. Lo que de verdad me preocuparía es que la novela le gustara a los violentos".
TITULO: VIVA LA VIDA - La historia de Gil Parrondo, el único español con dos óscares a su nombre ,. DOMINGO -28- ABRIL .
El domingo -28- Abril a las 16:00 por Telecinco , foto,.
La historia de Gil Parrondo, el único español con dos óscares a su nombre,.
Este martes se ha inaugurado en la iglesia de la Laboral de Gijón la exposición 'La magia de lo efímero. Gil Parrondo. 75 años de Dirección Artística', una muestra con la que se rinde homenaje al director artístico asturiano, pionero en la escenografía fílmica moderna española, que permanecerá abierta al público hasta el 21 de abril de 2019.
Parrondo murió el 24 de diciembre de 2016, a los 95 años. Un año después se estrenó su último trabajo, 'La piel fría', dirigida por Xavier Gens. Su primer largometraje como director de arte fue 'Día tras día', de Antonio del Amo, y lo rodó más de seis décadas antes, en 1951, recién cumplida la treintena.
En más de 70 años de carrera diseñó la escenografía de más de 230 películas entre las que destacan 'Mister Arkadin' (1954) de Orson Welles, 'Espartaco' (1960) de Stanley Kubrick, 'Lawrence de Arabia' (1962) y 'Doctor Zhivago' (1965), ambas de David Lean.
Aparte de los dos óscares, Parrondo consiguió otra nominación a este galardón por 'Viajes con mi tía' de George Cukor y cuatro premios Goya a la mejor dirección artística por sus escenografías en 'Canción de cuna' (1994), 'You´re the one (una historia de entonces)' (2000), 'Tiovivo c. 1950' (2004) y 'Ninette' (2005), todas dirigidas por José Luis Garci.
"Bocetos originales, dibujos, fotografías, cuadernos de viaje y fotogramas de películas van acompañados por algunas páginas manuscritas de sus diarios personales, prensa de la época, pinturas, contratos de trabajo o la correspondencia mantenida con la Academia de Hollywood", describen los impulsores de la exposición. "Todo organizado en torno a diez secciones que recorren en orden cronológico la trayectoria vital y laboral de Gil Parrondo desde sus primeros años en Luarca y su formación en Madrid hasta su último trabajo, pasando por sus éxitos en Hollywood y su estrecha colaboración con el cineasta José Luis Garci,.
TITULO: Ese programa del que usted me habla con -Lady Gaga y Bradley Cooper conmueven en los Premios Oscar 2019 con un recital de complicidad,.
El martes -23- Abril por La 2 a las 21:30, foto,.
Lady Gaga y Bradley Cooper conmueven en los Premios Oscar 2019 con un recital de complicidad,.
Lady Gaga y Bradley Cooper han protagonizado un auténtico recital de complicidad en la gala de los Premios Oscar 2019 mientras interpretaban a dúo sobre el escenario del Teatro Dolby de Los Ángeles el tema 'Shallow', de la película 'Ha nacido una estrella', que ha recibido la estatuilla a mejor canción.
El gran momento de la velada, con una puesta en escena estudiada al milímetro que dio muestras de la gran conexión que existe entre ambos intérpretes, fue recompensado con un inconmensurable aplauso del público cuando acabaron mejilla con mejilla y ojos cerrados.
La actuación con la que Cooper y Gaga se metieron a los asistentes en el bolsillo llegó minutos antes de que esta última subiera al escenario rodeada del resto de compositores para recoger el premio al que apuntaban todas las quinielas. Agradeció el "tremendo honor" y, como no pudo ser de otra manera, dedicó unas palabras entre lágrimas a su director: "No hay una sola persona en el mundo que hubiera podido cantar esta canción como tú.
TITULO: TENTIDO CERO TOROS - Miguel Ángel Perera, vuelta al ruedo sin trofeo por culpa de la espada en Arles ,.
Miguel Ángel Perera, vuelta al ruedo sin trofeo por culpa de la espada en Arles,.
Pero Castella fue el que se llevó el gato al agua. A sus manos fue a parar el mejor lote con diferencia, y el de Beziers supo aprovecharlo para salir airoso por la Puerta Grande.
Su primero tuvo muy buen son y mucho ritmo en sus embestidas, y el galo lo toreó con temple y ligazón sobre ambas manos en una labor bien compactada pero malograda a última hora con los aceros.
Al quinto, que también se dejó lo suyo, Castella llevó a cabo el mismo guión, es decir, el hilván, la largura en el trazo del muletazo, la limpieza y el sometimiento por los dos pitones. Esta vez sí le funcionó a espada y para él fueron las dos orejas.
Reaparecía Chamaco después de 20 años alejado de los ruedos, y a decir verdad se le notó la inactividad, sobre todo en su primero, con el que se vio a un Antonio Borrero un tanto inseguro, de ahí que la faena no llegara nunca a tomar vuelo.
En cambio, con el quinto anduvo más entonado Chamaco, que, después de haber dejado algunas cositas estimables con el capote, toreó con cierto aplomo por el lado derecho, finalizando labor con unos molinetes de rodillas. Faltó contundencia con los aceros, pero así y todo cortó una orejita para dejarle buen sabor de boca en la efeméride de su vuelta a los ruedos.
Perera marró con la espada una entonada faena al tercero, al que inició con dos cambiados por la espalda, para acto y seguido, torearlo con mucha autoridad por los dos lados. Un final de cercanías, manoletinas incluidas, hacían presagiar el triunfo grande del extremeño, que, sin embargo, acabó atascándose con los aceros.
Y más de lo mismo le ocurrió con el bonancible sexto, al que Perera exprimió en otra faena rotunda y muy bien conjuntada sobre ambas manos. Pero la espada, su mala espada, le volvió a jugar una mala pasada, y tuvo que conformarse con una vuelta al ruedo sin trofeo.
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