Se
ha convertido en actriz de culto y en musa de Lancôme. Destinada a ser
una “celebrity” más que pasea estilo por la alfombra roja, ella ...
Pendiente de rodar la película “Tu voz en la cabeza” y la
versión de “La Bella y la Bestia” de Guilllermo del Toro, -foto-Emma Watson se
ha convertido, además de en una solicitada actriz, en una auténtica
belleza que se disputan las firmas más glamurosas. Con solo 23
años, esta inglesa atípica (tanto, que nació en París) ha logrado eso
tan difícil que es aunar el reconocimiento de los críticos de cine
–atesora varios premios– y, al mismo tiempo, el aplauso de las gurús de
moda –la prensa británica la eligió como la mujer con el mejor look del
mundo en 2011–. Enfundada en un modelazo “haute couture” y unos “stilettos” de Louboutin, sus paseos por la alfombra roja atraen todos los flashes, pero lo más sorprendente es que Watson, despojada de esos aderezos de lujo, sigue resultando absolutamente fascinante. Es una de esas personas con magnetismo, que destila un encanto lleno de misterio y seducción. Dos características en las que se ha fijado Lancôme para convertirla en embajadora de su colección de “make-up” Rouge in Love y también de la última versión de una de sus míticas fragancias: Trésor Midnight Rose.
Icono de una generación
Según reconocen en la propia marca, para la que presta su imagen desde 2011, les encandiló “su singular personalidad y su aspecto “preppy, pretty”. Además de ser un símbolo de elegancia, es una persona de su tiempo: creativa, apasionada y comprometida. Ella solo quiere parecerse a sí misma. De hecho, se ha convertido en un modelo a seguir, sin imponerse. Millones de fans en Facebook y en Twitter la siguen a diario, compartiendo sus flechazos sobre el mundo que la rodea”, cuentan.
Ciertamente, esta joven actriz, que huye de los estereotipos y persigue con tesón sus ideales, es es la encarnación misma de la delicadeza, la naturalidad y un punto de rebeldía, una savia nueva que no necesita acudir a ningún artificio para representar con solvencia el papel de Trésor Midnight Rose, un perfume dulce y voluptuoso. “Es, como ella, juguetón y está lleno de color. Es la feminidad rebelde, una rosa espontánea, irresistible, que lo envuelve todo a su paso”, explica la perfumista Anne Flipo, autora de este floral afrutado.
El perfume es la horma ideal para el zapato de Emma, quien reconoce su infidelidad por las fragancias: “Me pongo aromas muy diferentes, según mi estado de ánimo, pero la gente siempre se da cuenta cuando llevo Trésor, porque es un distintivo, no lo puedes confundir con ningún otro. Tiene un carácter fuerte y, al mismo tiempo, huele como a caramelo”, explica.
Perfecta simbiosis de madurez e inocencia, Watson ha alcanzado la categoría de icono en un tiempo récord. Pero ser una niña precoz –debutó con 10 años– y haber amasado toda una fortuna antes de la mayoría de edad no ha hecho de ella una chica repelente. Muy al contrario, los que la conocen resaltan su capacidad de empatía, su compromiso con las causas en las que cree (apoya a la organización solidaria CAMFED y su programa educativo en África) y sus grandes dosis de normalidad.
Aunque suene a tópico de agente de prensa, consigue cuanto se propone y es buena persona. Con todo, la interpretación es su pasión, pero sus coqueteos con la moda (fue imagen de Burberry) han acabado por despertarle el gusanillo por esta disciplina. Fiel a sus principios de respeto por el medio ambiente y la preservación del planeta, incluso ha creado una colección de ropa, basada en el Comercio Justo, para People Tree. Y es que también siente atracción por el diseño; de hecho, está deseando involucrarse más en la línea de maquillaje Rouge in Love de Lancôme: “En el futuro, me encantaría participar más en este aspecto, aunque estoy muy contenta, porque tengo que reconocer que, ahora mismo, no solo actúo como modelo, sino que también se tienen en cuenta mis opiniones, así que siento que los productos llevan algo de mi esencia”, afirma rotunda.
Carácter
Apasionada de todo lo que hace, Watson admite que es una persona terca y de fuerte personalidad: “Siempre tengo que hacer las cosas a mi manera, lo que significa que a veces me encuentro con cierta oposición, pero considero que, cuando uno cree en algo, tiene que seguir adelante, poner todo su empeño y llevarlo a cabo, porque la recompensa es increíble”. Y apostilla: “Esa es la persona en la que aspiro convertirme: en alguien valiente”.
Nadie diría que este es el discurso de una jovencita a la que se rifan diseñadores y realizadores de cine –acaba de estrenar en España la película de “The Bling Ring” y en 2014 llegará a la cartelera la cinta “Noah”–, pero los destellos del “star system” no parecen haberla deslumbrado y, hoy por hoy, tiene muy claro que Hollywood no va a torcer sus convicciones: “Especialmente en esta industria, donde existe un statu quo de qué cosas se deben hacer y cómo, tienes que tener mucho cuidado para no dejarte transformar en alguien a quien no reconozcas. Por ejemplo, con la cirugía estética y todo eso, las actrices cada vez se parecen más entre ellas, y es una verdadera pena. Por eso admiro tanto a las actrices francesas, porque cuando pasean por la “red carpet” parecen seres humanos que conservan su personalidad intacta, no robots”.
Observadora, también observada, Emma, perseguida por decenas de paparazzi cada vez que cambia de corte de pelo y protagonista de numerosos editoriales de belleza que analizan hasta el mínimo detalle su nuevo diseño de cejas o su estilismo callejero, parece tener muy claras las cosas importantes de la vida, como es preservar su intimidad, aunque no sea tarea fácil. Sus escarceos, verdad o mentira, con el financiero Jay Barrymore, el cantante George Craig, el actor Johnny Simmons o con su compañero de facultad Will Adamowic han sido materia de tabloide y tampoco han escapado de las ediciones on line de la prensa más seria. “Hubo un tiempo en que la gente solo quería saber por qué me cambiaba el color de pelo y cosas de ese estilo, pero ya he conseguido que se interesen, de verdad, por mi trabajo. Yo soy una persona que adora la privacidad y no me gusta hablar de mis asuntos personales”.
Pese a ello, no le queda más remedio que rendirse a la evidencia: todo lo que haga y diga, interesa, por intrascendente que sea. Un ejemplo: durante meses, los medios británicos llenaron páginas y páginas haciendo quinielas acerca de la universidad en la que decidiría matricularse. Tras pasar por el campus de Brown, en Estados Unidos, ahora compagina los rodajes con sus estudios en la Universidad de Oxford, y aunque su vida es una locura de rodajes, “shootings” y viajes, no ha dejado de lado sus inquietudes, como bucear entre los títulos que atesoran las numerosas librerías de esta animada ciudad.
Metódica en su trabajo –“preparo cada personaje como si fuera a hacer un examen. Primero empiezo aprendiendo los aspectos físicos, las cosas más obvias, y después me pongo a investigar para adentrarme en su psicología. Cuanto más diferentes son a mí, más aprendo y eso me encanta. Espero poder seguir haciendo estos papeles”–, también lo es en la vida. Quizá esa sea la clave de su éxito, una mezcla perfecta entre la chica “cool” y la actriz experimentada que sabe muy bien lo que quiere. Y eso la hace, simplemente, una persona irresistible.
Ritual de belleza
-“Cuando salgo de casa, tengo la costumbre de ponerme siempre protección solar, mínimo de 15 SPF”.
-“Me gusta lavarme la cara con toallitas calientes o con una tela de lino, que tiene que ser muy suave porque mi piel es muy sensible”.
-“Luego me aplico un tónico y termino con una hidratante cremosa”.
-“Elijo los perfumes en función de mi estado de ánimo”.
-“Trato de beber mucha agua y de comer de manera saludable”.
TÍTULO: PROTAGONISTA, EN DIRECTO, ¿Qué fue de Tavi?
- Se hizo famosa cuando era una niña de 11 años, con gafas de abuela y sombreros extravagantes, que blogueaba sobre moda desde su ...Es un lunes por la tarde y unos 200 adolescentes se arremolinan en una de las salas de un centro cultural de Brooklyn (Nueva York) para ver a Tavi Gevinson, la bloguera de moda que, a los 17 años, se ha convertido en editora de éxito y empresaria on-line. El público de jóvenes “fashionistas” espera pacientemente merendando “cupcakes” y leyendo Rookie (novata, en español), la revista digital que Gevinson lanzó en 2011.
Tavi empezó con un blog, “The Style Rookie”, que abrió cuando tenía 11 años y en el que, con un tono desenfadado, compartía con sus lectoras consejos de moda y colgaba autorretratos con gesto serio desde su casa de Illinois (EE.UU.). El éxito le llegó en un giro inesperado. La pequeña Tavi se convirtió en la favorita de aquellos a los que había adorado (Galliano; Miuccia Prada; las hermanas Mulleavy, creadoras de Rodarte...) y acabó engullida por el torbellino de la fama: ocupó la primera fila en los desfiles de París y Nueva York invitada por las firmas, apareció en medios de comunicación de todo el mundo y recibió numerosos elogios de celebridades como Lady Gaga. En 2009, la revista Teen Vogue la nombró “la treceañera más afortunada del planeta”, mientras revistas “serias” como The New Yorker y The New York Times la retrataban, con sus gafas gruesas y su pelo teñido de azul grisáceo, como una auténtica creadora de tendencias juveniles.
Pero todas las jovencitas crecen y Gevinson tenía muy claro que pronto dejaría de ser una novedad. A finales de 2010, anunció un nuevo proyecto: Rookie, una revista digital inspirada en Sassy, la publicación adolescente de la era “grunge”, que dejó de editarse en 1996. Su creadora y editora, Jane Pratt, amadrinó la iniciativa que, en los seis días siguientes a su lanzamiento, superó el millón de visitas.
A medida que su imperio ha ido creciendo, Gevinson se ha diversificado: en su web tiene una tienda donde vende desde agendas a camisetas; la reclaman para dar charlas; la invitan a prestigiosos eventos; ha cantado una canción de Neil Young para el corto de animación “Cadáver” y acaba de presentar en el Festival de Toronto la película “Enough Said”, el último trabajo del fallecido James Gandolfini.
Cuando llega por fin a Brooklyn, Tavi parece aturdida: “He echado cuentas y llevo en pie 30 horas”. Sin embargo, su vestimenta (blusa y falda plisada) es impecable. En los últimos años, ha pasado de ser una punky excéntrica a una belleza con flequillo rubio; un estilo que recuerda a Laura Palmer, el personaje de la serie “Twin Peaks”. “En cada etapa de la adolescencia sientes remordimientos por cómo has ido en la anterior. Ya no quiero el pelo azul; ya me cansé de eso”, señala.
Igual que su fundadora, cuya estética refleja una cierta nostalgia de los años 90, su revista digital Rookie atrae a un tipo de seguidoras muy concreto: chicas precoces, con mentalidad “indie” y una noción de la moda en la que impera el “háztelo tú misma”. “Llevo leyendo Rookie desde que salió”, afirma una de sus fans, de 17 años, que lleva unos pendientes en forma de discos de vinilo. “Realmente, habla nuestro idioma. Una profesora del instituto me la enseñó como algo que forma parte o que se parece a un club”, añade otra.
Alguien se acerca y le da a Gevinson un “cupcake”, que ella devora de un bocado. Luego se sube al escenario, decorado con serpentinas rosas y lee un texto suyo: un falso manual titulado “Cómo poner cara de pocos amigos”. Paso primero: “Mira a los demás como si pasaras de todo tanto como te sea posible”, asegura. Cuando baja del escenario, Tavi parece abrumada. “Hay tanta gente con estilo en esta sala”, confiesa, justo antes de que una horda de adolescentes la rodee.
Su propio tour
El evento de Brooklyn es el arranque de una gira por 16 ciudades de Estados Unidos, en un monovolumen de 12 plazas, atestado de ropa y artículos de manualidades. “Al final del viaje, el suelo y los asientos estarán cubiertos de purpurina”, comenta la bloguera. La acompañan Hazel Cills, redactora de su revista; Petra Collins, fotógrafa de 19 años; su hermana y su novio. Es el único varón y ha sido designado conductor del grupo. Anaheed Alani, de 42 años, va en calidad de acompañante adulta. Y Taylor Swift, coreada a voz en grito, les acompaña como banda sonora.
La comitiva no incluye a los padres de Tavi: Steve Gevinson, un profesor jubilado que hoy ejerce de mánager no oficial de su hija, y Berit Engen, cuyo oficio consiste en tejer tapices. Ambos la animan, aunque ninguno parece tener mucha confianza en la carrera de la joven. “Solo queremos que crezca de la manera más saludable posible y asegurarnos de que mantiene una esfera de normalidad en su mundo”, declaró Steve Gevinson en una entrevista reciente.
La gira se concibió a partes iguales como una oportunidad para divertirse y como una operación de márketing que facilitara un cara a cara de Tavi con su público. Hasta el momento, se lo han pasado bomba en los encuentros con sus fans. Aprovechan el viaje para realizar improvisadas sesiones de fotos vinculadas con el tema del número de Rookie. Y es que cada mes, Gevinson escoge un motivo (paraíso, transformación...) y crea una “tabla de tendencias” digital que envía a todas sus colaboradoras.
La web se actualiza tres veces a la semana y, aunque Alani y otra editora supervisan el contenido, Tavi tiene siempre la última palabra. “Mucha gente no se sentiría cómoda recibiendo órdenes de una persona tan joven”, comenta Alani. En gran medida, la web se rige por los cambiantes gustos de Gevinson. Desde hace meses, es fanática del grupo inglés Fleetwood Mac. De hecho, Wynona Ryder le regaló un cuadro de Stevie Nicks, una de sus componentes. En otra ocasión, elaboró un proyecto inspirado en el filme “Las vírgenes suicidas”, una de sus películas favoritas.
A pesar de sus contactos de altísimo nivel, Tavi mantiene un estilo de vida asombrosamente normal. Al inicio de cada año escolar, su padre advierte a los profesores de las actividades extraacadémicas de Tavi. “Algunos se muestran reacios a que falte tanto al instituto, pero otros son admiradores de su trabajo y, además, ella siempre cumple y lleva hechos los deberes”, explica.
Rebelde con causa
Para llegar a otras chicas como ella, Tavi ha configurado su publicación como un antídoto contra lo que se puede leer en otras revistas. En una entrevista, criticó a una de sus competidoras: “Creo que si hubiera seguido sus artículos sobre chicos y me hubiese creído que era tan importante hacer o evitar ciertas cosas, tal y como decían, probablemente me habría vuelto loca”. De hecho, se puede ver Rookie como una respuesta a esa cultura adolescente plagada de productos creados en un laboratorio, al estilo Justin Bieber.
Con su prosa sencilla, la joven Tavi se ha labrado una singular voz contracultural, al modo de las que emergieron en aquellas décadas pasadas que a ella tanto le gustan.
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