Los experimentos, mejor con gaseosa. La Academia
del Cine ha querido jugar este año sobre seguro y ha puesto al frente de
la gala de los Oscar a Ellen DeGeneres, la reina de la televisión en
Estados Unidos, con permiso de Oprah Winfrey, y una garantía de éxito
allá donde se levante un escenario. DeGeneres, de 56 años, es una cómica
dotada de un humor ágil e inteligente que tiene a sus espaldas una
exitosa carrera y los recursos suficientes para sacar adelante las
situaciones más difíciles. Su intervención como presentadora de los
premios Emmy de 2001, que estuvieron a punto de ser cancelados por los
atentados del 11-S, es una buena muestra de que el talento sortea hasta
los escollos más afilados. Para la historia queda la pregunta que
entonces, cuando no habían pasado aún dos meses de la tragedia, dejó en
el aire para acallar a los que se habían mostrado partidarios de
suspender la gala: «¿Qué podría molestar más a los talibanes que ver a
una lesbiana vestida de traje frente a una sala llena de judíos?».
DeGeneres, en efecto, no solo es homosexual sino
que además fue una de las celebridades pioneras en hablar de ello sin
tapujos. En 1997, convertida ya en una estrella de la televisión, su
foto apareció en la portada de la revista 'Time' con un título a grandes
caracteres que decía: «Soy gay». Poco antes había proclamado a los
cuatro vientos su identidad sexual en un programa de televisión que
batió récords de audiencia -46 millones de espectadores- y en el que
aparecía como paciente de una Oprah Winfrey que interpretaba el papel de
terapeuta. Fue una apuesta arriesgada que hizo que muchos de sus
compañeros de la pequeña pantalla le volviesen la espalda -salir del
armario entonces resultaba bastante más comprometido que ahora- pero que
le valió un reconocimiento generalizado por su valentía y honestidad.
DeGeneres es, ante todo y sobre todo, una gran
cómica. Nacida en Nueva Orleans de una familia en la que se mezclan
sangres irlandesa, alemana, francesa e inglesa, demostró desde muy
temprano que había nacido con un don para hacer reír. Sus amigos le
animaron a hacer unas pruebas y no tardó en debutar como monologuista en
un club de su ciudad natal. De ahí dio el salto a la televisión, donde
trabajó en varias comedias hasta que conquistó gracias a su vis cómica
una plaza fija en un programa que terminó llamándose como ella, es
decir, 'Ellen'. El espacio funcionó con éxito entre 1994 y 1998 en una
de las principales cadenas estadounidenses, pero un descenso de la
audiencia lo sacó de la parrilla.
Audiencias millonarias
Otro de los grandes canales de la tele
norteamericana la repescó en 2001 y desde entonces se ha afianzado,
junto a su amiga Oprah, como reina de la pequeña pantalla en EE UU. Más
de cuatro millones de espectadores ven todos los días su programa, 'The
Ellen DeGeneres Show', otros 25 millones siguen sus bromas y comentarios
en Twitter, y sus vídeos colgados en YouTube acumulan cifras de
audiencia abrumadoras: más de 3.000 millones de visitas. Por su espacio,
que ha ganado 45 premios Emmy en diez años, ha desfilado un abanico de
personalidades que va desde Michelle Obama hasta Paris Hilton pasando
por lo más granado de Hollywood. Cuando en 2005 la llamaron por segunda
vez para presentar los Emmy pocas semanas después del desastre del
huracán Katrina, DeGeneres aceptó encantada: «Ya saben cómo soy,
cualquier excusa es buena para ponerme un traje», bromeó ante su
audiencia.
Si a DeGeneres, como se ve, le sobran tablas y
talento para desenvolverse en circunstancias adversas, cuando tiene todo
a su favor se sale del escenario. La prueba más evidente fue su
intervención en los Oscar de 2007, la primera en la historia de la gala
presentada por una persona que se había declarado abiertamente
homosexual, que se saldó con un rotundo éxito. «El único inconveniente
es que no ha habido más Ellen», resumió al finalizar la ceremonia el
veterano Regis Philbin, decano de la televisión estadounidense y una de
las figuras más respetadas del panorama audiovisual.
La presencia de DeGeneres es por tanto una buena
noticia para los que se dispongan a presenciar la ceremonia que se
celebrará mañana (en la madrugada del domingo al lunes en España): si la
gala de los Oscar es al fin y al cabo un homenaje a los cómicos, nada
más indicado que ver en acción al mejor de ellos.
Cómica. En 1982 fue elegida la mejor humorista de EE UU por un canal de televisión.
Boda. En 2008 se casó con la actriz Portia de Rossi después de cuatro años de noviazgo. Viven en Santa Bárbara, en California.
Ingresos. La revista 'Forbes' le calculó hace un
par de años una fortuna de 60 millones de euros. Gana doce millones
anuales por su programa.
TÍTULO: HAY UNA COSA QUE TE QUIERO DECIR, LOLA HERRERA,.
Hay una cosa que te quiero decir, Programas íntegros, 'Hay una cosa ... Lola Herrera se convierte en cómplice de una bonita historia donde un ...
-foto- Lola Herrera se convierte en cómplice de una bonita historia donde un
grupo de teatro quiere agradecer a Javi lo mucho que ha hecho por ellos.
Además, sin saberlo, la actriz se convierte en destinataria de una
emotiva historia.
TÍTULO: MARTES, MIERCOLES, CINE, CONCURSANTE,.
- Reparto
- Leonardo Sbaraglia, Chete Lera, Miryam Gallego, Fernando Cayo, Myriam de Maeztu, Luis Zahera,.
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- Ácida sátira de la sociedad actual. Martín Circo Martín, el afortunado
ganador del mayor concurso de la historia de la televisión, recibe un
premio valorado en tres millones de euros. Sin embargo, el golpe de
suerte de Martín dará un vuelco a su vida convirtiéndola en una
auténtica pesadilla. “Un golpe de suerte… puede arruinar tu vida”.
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- TÍTULO: EL HORMIGUERO DEL MARTES, SARA BARAS, CARLOS BAUTE y CHARLIE HUSSEY,
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- TÍTULO: EL HORMIGUERO DEL MIERCOLES, CARLOS SANTANA, CANTANTE,.
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- El miércoles, 5 de marzo, uno de los mejores guitarristas de la historia se asoma a “El Hormiguero”: el mexicano-estadounidense CARLOS SANTANA,
que viene a presentarnos su nuevo álbum, “Corazón” (Sony Music), un
disco de colaboraciones en donde el artista recupera sus raíces
hispanas. Santana, que para este trabajo cuenta con las colaboraciones
de Pitbull, Niña Pastori, Juanes, Gloria Estefan, Diego Torres o Los
Fabulosos Cadillacs, reinterpreta clásicos del pop hispano como Mal bicho o La Flaca,
elegido este último como primer single del álbum. En “El Hormiguero”
tendremos la oportunidad de conocer un poco más de cerca a esta leyenda
de la música, ganador de diez Premios Grammy y con una estrella de la
Fama en Hollywood.
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- TÍTULO: ¡ QUE TÍEMPO TAN FELIZ! folclórica andaluza es vasca: se llama
Arantxa Arzak,.
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- folclórica andaluza es vasca: se llama
Arantxa Arzak,.-foto.
sociedad
La donostiarra Arantxa Arzak sigue siendo la imagen de los 'souvenirs' de bailarina española. Nunca cobró por ello
Su imagen sigue presente hoy en tiendas de 'souvenirs' de
medio mundo. Ataviada con traje de lunares o bata de cola, y en pose
perfecta de bailarina clásica española, su retrato sonríe en postales,
platos o llaveros.
Pero esta «perfecta» folclórica andaluza es vasca: se llama
Arantxa Arzak, tiene 63 años, nació en Trintxerpe y vive en San
Sebastián. Jamás cobró un duro por ser la clásica estampa de la postal y
atesora una biografía de película. «Nunca he tenido tiempo de aburrirme
en la vida», dice con una sonrisa.
«Quienes me conocen bien, como mis compañeros en los
quirófanos del Hospital de Gipuzkoa, donde trabajo como auxiliar desde
hace treinta años, ya saben la historia», explica esta mujer vital y
extrovertida. Pero una publicación digital, 'yorokubu.com', ha rescatado
ahora su historia «y la gente vuelve a pedirme detalles», confiesa
rodeada de sus viejas fotografías y de las reproducciones de su imagen
en objetos de todo tipo, desde abanicos hasta platos de cerámica o
ceniceros.
«Desde cría me apasionaba el baile clásico español», apunta
Arantxa Arzak («sí, soy prima del famoso cocinero», aclara; «te lo
adelanto porque siempre me lo preguntan»). Aprendió en una escuela
tradicional del centro de San Sebastián, «y ya muy jovencita empecé a
trabajar en Barcelona. ¡Entré en una compañía del mítico Colsada, el de
las revistas, en un espectáculo con Lina Morgan y Juanito Navarro!».
Un tiempo después «una gran bailarina y amiga donostiarra,
Rocío Gómez de Segura, me ayudó en 1966 a entrar en el ballet de Paco de
Lucio, que hacía numerosas giras internacionales. Pasamos años
inolvidables actuando en lugares como Beirut,Teherán, Bagdad... Eran
ciudades donde entonces había mucho lujo y dinero y donde se valoraba la
danza española clásica. Como mi apellido vasco no 'pegaba' con ese
estilo me rebautizaron como Arantxa Lorca, supongo que en homenaje al
poeta Federico García Lorca».
El amor en Bangkok
En verano de 1968 su compañía trabajó en una sala de Lloret
de Mar «y allí, un día, nos hicieron unas fotos vestidas para actuar.
No le dimos especial importancia; estábamos acostumbradas a posar». Pero
poco tiempo después la imagen de Arantxa Arzak empezó a aparecer en
postales y todo tipo de objetos de regalo. Y ahí sigue, cuarenta años
después. «A veces paseo por San Sebastián y me encuentro en tiendas del
puerto, pero me cuentan que también estoy en numerosos comercios de
'souvenirs' del Mediterráneo, en aeropuertos de toda Europa, en
distintos países de Sudamérica. No pasa semana sin que alguien me
comente 'he visto tu postal' en los lugares más insospechados».
«Te seguirás forrando con eso», le dice también algún
amigo. Pues no: «Nunca cobré por eso. Mi madre inició algún trámite en
su momento para reclamar los derechos pero sin resultado. Y ahora ya me
da igual: es un recuerdo que brindo a mis nietos», se consuela.
Y es que en 1971 su vida tomó otro derrotero: «Cuando
estábamos actuando en Bangkok conocí a un marine de origen español,
afincado en Estados Unidos, que combatía en Vietnam. Nos enamoramos, nos
casamos y pasé siete años en Estados Unidos, en Carolina del Norte y
Miami, donde nacieron mis dos hijas. Fueron años maravillosos, viviendo
en bases militares en un país tan distinto a lo que entonces era
España».
Un día decidieron volver. El marido pidió a Arantxa Arzak
que adelantara el viaje con sus hijas «mientras él se quedaba arreglando
todos los asuntos». Pero el marine nunca regresó a San Sebastián.
Arantxa lo recuerda ahora con una sonrisa, sin dramatismos. «Empecé a
trabajar en el Hospital, donde sigo con contrato relevo, porque voy
camino de la jubilación», y hasta tuvo tiempo de ganar campeonatos de
Europa de baile de salón «ya como afición».
Abuela de tres nietos, le divierte contar sus recuerdos
aunque advierte que «lo importante es mirar hacia adelante». Y confiesa
que le sigue haciendo ilusión que alguien encuentre su imagen de
folclórica en un lugar recóndito. «En mis años de baile los espectadores
debatían sobre de qué provincia andaluza era yo. Cuando les decía que
era vasca no se lo creían».
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