Un año más de suerte e ilusión.
Un año más en el que los niños de San Ildefonso han vuelto a cantar
millones de euros desde el Teatro Real y han inundado de entusiasmo
cientos de hogares repartidos por nuestra geografía. En Madrid, todo
llevaba días preparado para que los bombos, las tolvas y las liras se
pusieran de nuevo en marcha. La sala ha comenzado a acoger asistentes desde las ocho de la mañana,
y a las ocho y media se ha constituido la mesa que preside la rifa y
que ha autorizado el inicio del sorteo. Las semanas de colas eternas
para comprar un décimo han sido sustituidas por la espera, por escuchar
con atención cada número y observar, entre el público, a los personajes
que siempre marcan este día tan señalado. Basta recordar que Enrique
«Vilches» de Cebreros, convertido en uno de los protagonistas de esta
fecha, ha cumplido su promesa de difrazarse de Lina Morgan. Un homenaje a
la fallecida actriz.
Entre el público, las primeras sonrisas. Muchos han saludado a sus familias y han lucido sus galas más pintorescas.
Los globos han flotado en el teatro. También los disfraces. Una mujer,
con barba blanca, ha presumido de traje de Papá Noel. El ambiente era
incluso propicio para forjar nuevas amistades, como han confesado otros
asistentes entrevistados, sentados en sus butacas rojas. El Teatro Real se ha llenado lentamente, de personas y de sus historias.
«Mis hijas dicen que estoy loca, pero llevo viniendo cuatro años y es
tanta la emoción que se siente», ha declarado a los medios Manoli
Sevilla. Manoli, de 79 años, asiste al sorteo desde hace cuatro años.
Este ha decidido presentase con un disfraz de bombo. Mientras tanto, los
funcionarios de Loterías y Apuestas del Estado han puesto todo a punto
para que bombos, liras y tolvas funcionasen con precisión.
Los preparativos
El proceso para activar el sorteo
respeta unos pasos fijados previamente. Las bolas, sujetas en las liras,
son vaciadas en las tolvas, recipientes desde los que se depositan en
los bombos. El ritual ha comenzado casi a las nueve de la mañana. Como han mostrado las imágenes, la tolva ha sido elevada con dos grúas sobre el bombo de los números,
donde las 100.000 bolas han caído. Nunca debe olvidarse: para
comprender la rifa, hay que recordar sus particularidades. Esas
características que también se manifiestan a través de los instrumentos
que la hacen posible. La fabricación de los bombos, como ha explicado ABC, resulta de un largo proceso. Los utilizados en la Lotería de Navidad española son únicos. Tanto el grande como el pequeño fueron renovados en 2006.
El segundo bombo, el de los premios,
ha comenzado a llenarse pasadas las nueve de la mañana. En ese momento,
el público ha entonado un «cumpleaños feliz» dedicado a un hombre
sentado en la quinta fila. Todo el patio de butacas se ha sumado a la
canción. En ese ambiente, la puesta en escena ha sido esencial para imprimir su carácter a la jornada:
en la pared de fondo podía leerse «El mejor premio es compartirlo»,
rodeado de pequeños bombos decorativos con detalles navideños. Los reales han comenzado a girar a las nueve y cuarto de la mañana.
Tras las primeras vueltas, los niños del colegio de San Ildefonso han
entrado en el escenario del Teatro Real: las chicas con una cinta roja
en el pelo, y los chicos con pajaritas de ese mismo color.
Premios «madrugadores»
El segundo premio, de 1.250.000 euros, ha salido dieciséis segundos después del comienzo del sorteo con el 12.775. Como han señalado de inmediato, ha sido un número muy repartido por toda la geografía española:
Toledo, Barcelona, Granada, La Rioja, Sevilla, Alicante, Luque, Roda de
Bará, y La puebla de Cazalla. Además, los niños Isaac Patricio Vaquero y
Nazaret Blanco no solo han cantado el segundo premio, sino también el primero de los quintos —premiado con 60.000 euros—con el número 18.102. Y todo en la primera tabla.
Zaida Carbajo y Aroa Patricio Vaquero
han tomado el relevo de sus compañeros Isaac y Nazaret. El primero de
los dos cuartos premios ha caído casi a las diez de la mañana, un total de 200.000 euros que han tocado con el número 52.215.
Una de las mujeres asistente al sorteo en el Teatro Real creyó haber
sido agraciada, por lo que las cámaras grabaron su emoción al saber que
la suerte le había sonreído. Minutos más tarde se descubrió que en realidad se había equivocado. Apenas pasadas las diez de la mañana, las niñas han cantado el 70.481, un segundo quinto con otros 60.000 euros. Poco después ha salido el tercer quinto, con el número 43.221. «¡Qué sí, que me ha tocado!», ha exclamado entonces Juan José González,
uno de los asistentes agraciado por la suerte. «De momento pagaré lo
que debo, pero lo voy a repartir con mis cuatro hijos», ha añadido a
continuación.
Y otros más «perezosos»
El cuarto quinto ha salido a las diez y veinticinco de la mañana, con el número 00943 y agraciado con 60.000 euros. La caída frenética de premios importantes se ha detenido después, con una pausa prolongada. El ritmo del sorteo ha descendido frente a la mañana. El quinto de los quintos premios ha asomado a las once y media de la mañana, con el número 59.435.
A las doce menos veinte, el sexto quinto ha tocado en el número 51.688.
La tranquilidad se ha apropiado de nuevo de la rifa. Una calma que ha
convertido al momento más esperado, el que más expectativas despierta,
en una verdadera sorpresa. El Gordo, con sus 4 millones de euros, ha caído en el número 79.140.
El bullicio creciente del público del Teatro Real ha acompañado el
canto de Lorena Stefan y Nicol Velenzuela. El segundo cuarto premio, el
71.119 agraciado con otros 200.000 euros, ha llegado a la una menos
diez.
El penúltimo quinto ha salido a la
una de la tarde, con el número 73.867. El último solo ha necesitado
menos de diez minutos para caer, con el 89.023. El premio que quedaba, el tercero, con una suma de 500.000, ha tocado en el 05163. Sobre la una y diez, todos los grandes premios de la Lotería de Navidad de este año ya habían sido repartidos.
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