UN PAIS PARA COMERSELO - UNA CIUDAD SOLIDARIA, fotos.
Una ciudad solidaria
-
La Hermandad de la Concepción, el colegio Sagrada Familia y la parroquia del Espíritu Santo se implican con los más necesitados,.
La ciudad de Badajoz vivirá este fin de semana un maratón solidario que se inició ayer por la mañana en la parroquia de la Concepción con la campaña de recogida de alimentos organizada por la Hermandad de Nuestro Padre Jesús de la Humildad y María Santísima de los Dolores.
El 'Fin de semana solidario' organizado por esta hermandad se realizó por primera vez en 2007 y desde entonces logra reunir cada año entre 1.500 y 2.000 kilos de alimentos que son entregados a familias necesitadas que residen en el entorno de la parroquia.
La hermana mayor de la cofradía, María Teresa Valor Salas, recordó ayer que uno de los fundamentos de las hermandades es la caridad. «Nosotros apoyamos durante todo el año tanto a los hermanos que tienen dificultades como a otras familias que piden ayuda a través de Cáritas, pero el fin de semana fuerte de recogida de alimentos es este».
También ayer se celebró en la avenida de Huelva el primer circuito del céntimo solidario, una actividad promovida por el colegio Sagrada Familia (Las Josefinas) con el que se pretende ayudar al Banco de Alimentos de Badajoz. En este caso, fueron los alumnos de 3º de la ESO que cursan la asignatura 'Iniciativa emprendedora' quienes salieron a la calle para pedir a los paseantes que aporten una moneda para cubrir una gran línea blanca que fue pintada en el bulevar de la avenida.
María Teresa Cordero y Pilar Ribera explicaron que la actividad es fruto del proyecto que desarrollan los alumnos en el concurso 'Team emprende' convocado por la Junta de Extremadura para promover el emprendimiento. «En este caso han decidido crear una ONG», dijeron las docentes. Las actividades solidarias continuaron por la tarde en el paseo de San Francisco, donde se realizó otra recogida de alimentos mientras actuaban varios coros.
Hoy domingo, en la parroquia del Espíritu Santo, habrá otra actividad solidaria para recaudar fondos que serán entregados a Cáritas del Espíritu Santo. Será a las 13 horas, tras la celebración de la eucaristía, y se servirán platos elaborados con un cerdo que ha sido regalado a la parroquia, según anunció el párroco, Valeriano Domínguez Toro.
TÍTULO: TAPAS Y BARRAS - EN MIS RECITALES NADIE SE DUERME NI MIRA EL RELOJ,.
TAPAS Y BARRAS - EN MIS RECITALES NADIE SE DUERME NI MIRA EL RELOJ,.fotos
En mis recitales nadie se duerme ni mira el reloj,.
-
El veterano declamador Antonio Lozano Bohórquez regresa al Aula HOY para recitar textos de Manrique, Cervantes, Bécquer o Shakespeare,.
Funcionario de Hacienda jubilado. Antonio Lozano va de pueblo en pueblo con silla y mesa plegables para declamar textos de Machado, Lorca, Cervantes o Jorge Manrique. Empezó de niño, en plena dictadura, recitando a Lorca para sus amigos y desde entonces no ha parado. Ahora, con 72 años, dice que nota más el desgaste físico, pero no se rinde. «Gritas, te emocionas y las pulsaciones se ponen a mil», por eso algunos repertorios ya no los declama de memoria y tira de atril. Mañana estará en Cáceres y el martes en Badajoz en el Aula HOY, donde debutó hace algunos años.
Ir por los pueblos recitando a Lorca suena a otra época.Yo me lo paso genial. Cuando voy a un pueblito de 500 habitantes y se te ponen mujeres -algún día habrá que analizar por qué no van los hombres - muy elegantes esperando escuchar algo, y empiezas a declarmarles mirándoles a los ojos se forma un silencio sepulcral. Nadie les ha interpretado textos de grandes escritores y cuando termino se forman colas para abrazarme. Me piden que vuelva para recitar algo en las fiestas a la Virgen o al santo que tienen de patrón. Satisface mucho ese trato.
Por lo que cuenta, nadie se aburre escuchándole.La gente piensa que un recital de poesía es un señor con un montón de libros leyendo y un auditorio de gente dando cabezazos, somnolientos y mirando el reloj deseando que se acabe. Y yo te puedo asegurar que en mis recitales nadie se duerme ni mira el reloj. Se hacen cortos.
Tampoco le asusta el auditorioNo, ni mucho menos. Detecto cuando tengo a gente que va con ciertas reticencias, pero muchos, cuando termino no se van del salón. No quiero echarme flores continuamente, pero es verdad. La labor nuestra es precisamente esa, emocionar.
¿El declamador nace o se hace?
No hay ningún sitio donde estudiar cómo se declama. Uno tiene que traer algo interior y va surgiendo poco a poco. Yo empecé recitando a García Lorca con quince años. En pleno franquismo no era muy popular hacerlo, pero incluso hice un recital con partes del Romancero Gitano. Uno nace siendo un sentimental y un lírico, pero luego vas perfeccionando.
¿Y el gran éxito con el que siempre triunfa?Yo no soy muy de poetas, soy más de textos. La elegía a la muerte del torero Ignacio Sánchez Mejías de Lorca, por ejemplo. De León Felipe hay algunos muy hermosos y de Machado tengo una antología seleccionada. En prosa estoy preparando un fragmento de Marguerite Yourcenar, una escritora belga que escribió un libro en primera persona sobre el emperador Adriano y habla de las tascas, los vinos y las fiestas de Roma. Me parece espectacular y todavía no lo he dicho en público.
¿Cómo es el entrenamiento de un declamador?Continuo. Yo puedo pasarme horas y sufre mucho la gargana porque doy la entonación alta en voz baja para que mis vecinos no piensen que estoy loco. Me fijo en los actores y aprendo. También busco textos apropiados para ser recitados en voz alta. No sólo declamo poemas, también pasajes de libros y cuando leo, siempre voy con esa mira. Busco poesía sencilla, que se pueda entender y que aporte con contenido.
¿Y es fácil de encontrarla?Trato de sacarle todo el partido. Hay poetas a los que le recito sus poemas y me felicitan porque notan matices que antes no veían.
¿Qué diferencia hay entre un rapsoda y un declamador?Rapsoda es un término muy antiguo y muchos declamadores les gusta llamarse también rapsoda. En realidad eran los recitadores de los ágoras de la antigua Grecia que declamaban a Homero. Recitaban con mucho amaneramiento, muy exagerado y poco real. Sin embargo, el declamador busca precisamente lo contrario. Emocinar con naturalidad. Yo soy declamador.
¿Alguna velada de la que guarde un especial recuerdo?
Supongo que cuando estuve en el año 99 en el Ateneo de Madrid. Fue un recital apasionante y me atreví con algunos poemas propios. Aquello, en cierto modo, fue una especie de reconocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario