CALLEJEROS - BEA, EL CORAZON GUERRERO DEL ARROYO,./ REVISTA CANTE - MUERE EL ULTIMO MOHICANO DEL CANTE, .
TÍTULO: CALLEJEROS - BEA, EL CORAZON GUERRERO DEL ARROYO,.
Bea, el corazón guerrero del Arroyo
La actitud defensiva de la cacereña contagia al equipo y lo asemeja al de temporadas anteriores,.
Un ataque contundente o un bloqueo intimidatorio que frustre una gran
acción ofensiva suelen ser dos de las acciones más espectaculares y
valoradas en el voleibol, y las jugadoras que las llevan a cabo a menudo
copan el 90 por ciento de los espacios destinados a su tratamiento
gráfico. Sin embargo, los amantes de esta disciplina deportiva cada día
valoran más las voleibolistas que se encargan de misiones más prosaicas,
como la recepción y defensa en segunda línea, y es en este apartado
donde brilla con luz propia Bea Gómez, el corazón guerrero del
Extremadura Arroyo.
Gómez (Cáceres, 1989) encarna a la perfección el rol de jugadora en
permanente estado de concentración y de constante insatisfacción en
búsqueda de esa quimérica perfección que anhelan las deportistas
inconformistas. En los últimos encuentros, su actuación ha subido varios
peldaños, tanto en recepción como en defensa. Particularmente brillante
y crucial resultó su concurso en la consecución de la primera victoria
de esta temporada, lograda ante el VP Madrid.
La jugadora cacereña no solo firmó unas estratosféricas estadísticas
en el apartado de la recepción, sino que fue capaz de, con continuas
acciones acrobáticas e inverosímiles en defensa en segunda línea,
contagiar al resto de compañeras para que el equipo se impregnara se ese
halo de escuadra compacta y aguerrida tantas veces alabada en
temporadas pasadas, que desafortunadamente esta campaña solo se ha visto
en contadas ocasiones.
Bea Gómez, fiel a su espíritu aguerrido pero humilde, huye de
personalismos, y prefiere hablar de «trabajo de equipo, porque en el
voley, como en todos los deportes en los que participan en un bando más
de una deportista, o todas remamos en la misma dirección o el barco se
va a pique». Respecto de su actuación ante VP Madrid, asegura que «sí es
verdad que pude estar más afortunada en determinadas acciones, pero lo
único que contaba al final, y lo que hacía que me sintiera feliz,
contenta y satisfecha era el hecho de que por fin hubiésemos conseguido
nuestra primera victoria».
«No hace falta que diga que con la misma actuación personal, si el
resultado final hubiera sido el contrario, mi grado de infelicidad y
frustración hubieran sido muy altos», añade. Asevera que la segunda
vuelta se vislumbra ahora «de otra forma, porque sí es verdad que
encajamos muchas derrotas consecutivas, pero también es cierto que nunca
bajamos los brazos, que cada encuentro que perdíamos nos hacía trabajar
más duro en los entrenamientos, hasta que fuimos capaces de poco a poco
ir recobrando nuestra esencia». «Ahora es cuestión de no bajar la
guardia, de continuar con el mismo nivel de concentración y la actitud
del 'cuchillo entre los dientes' , porque es evidente que va a ser
durísimo eludir el descenso», concluye la guerrera.
REVISTA CANTE - MUERE EL ULTIMO MOHICANO DEL CANTE, .
-foto--MANUEL DE LOS SANTOS CANTAOR 76 AÑOS,.
Muere el último mohicano del cante,.
Fallece a los 76 años en Jerez el cantaor Manuel de los Santos, 'Agujetas', patriarca de los cantes gitanos,.
Alguien dijo que Manuel de los Santos Pastor, 'Agujetas', vino al
mundo con un siglo de retraso. Desde luego, su estampa era antigua,
ancestral, propia de tiempos más duros y más ásperos: el rostro de
'Agujetas' era un paisaje árido, surcado por arrugas y cicatrices, con
una boca adusta que durante muchos años mostró al abrirse una dentadura
de oro. Pero lo de su tardanza al nacer se refiere a otra cosa, a su
cante, un quejido que parecía provenir de las profundidades de la
historia, como atravesando por su pura fuerza las grietas del tiempo.
'Agujetas' era el cantaor atávico por excelencia, depositario de una
tradición perdida: «'Chocolate' sabe cantar y yo sé cantar. Pero ya no
hay más nadie que 'Chocolate' y yo y Francisca 'La Paquera'», declaraba
hace diez años a 'Flamenco World'. 'Chocolate' y 'La Paquera' murieron y
Manuel se quedó como el último mohicano de una manera de entender el
flamenco. Ayer dio su último grito de agonía a los 76 años (edad sin
confirmar) en el Hospital de Jerez, donde le trataban de un cáncer.
'Agujetas' tenía algo de indio, de salvaje que no se pliega a las
costumbres y las finuras de un mundo gregario. Era un hombre arisco,
bronco, desconfiado, que vivía en una casa levantada por él mismo y solo
acudió un día a la escuela: «El que sabe leer y escribir no puede
cantar flamenco -defendía- porque pierde la pronunciación». No se sabe
seguro dónde nació, si en Jerez o en Ronda, ni tampoco cuándo, porque su
padre no se sometía a imposiciones como la de inscribir a los hijos en
el Registro. El padre era 'Agujetas el Viejo', un herrero al que
pusieron el apodo porque había trabajado en el ferrocarril, y el chico
Manuel aprendió el cante en la fragua, donde se han forjado tantas
voces, aunque también a eso le quitaba adornos hasta dejarlo en la
descarnada verdad: «Mi padre cantaba por siguiriyas cuando el hierro se
estaba calentando, porque trabajando no se puede cantar. Eso de que los
gitanos cantan por martinetes dándole al martillo es mentira»,
rechazaba.
Resulta tentador recopilar declaraciones chocantes de 'Agujetas', el
hombre agreste y encastillado en una idea ultraortodoxa de la música.
«Lo que están haciendo es una mala copia del flamenco. Cualquier
muchacha sale chillando como un perro. Flamenco puro no existe, esto que
hay ahora es una basura», decía en aquella jugosa entrevista de 2002.
De Camarón sostenía que parecía «un perro cantando», porque era «un
canastero, y los canasteros no saben cantar»; a Carmen Amaya se refería
como «una india pegando saltos»; de los payos, opinaba que «no hay
ninguno que sepa cantar, están vacíos». De sí mismo, en fin, proclamaba
que era «el mejor cantaor de todos los tiempos», pero entre tanto
extremismo también era capaz de fogonazos poéticos: «Me levanto con
dolor de cabeza porque todas las noches sueño el cante».
Dentadura de oro
El gesto sufriente de Manuel quedó inmortalizado con un intensísimo
martinete a palo seco en 'Flamenco', la película de Saura. También
fascinó a la francesa Dominique Abel, que le dedicó el premiado
documental 'Agujetas, cantaor'. Casado con una japonesa, este bárbaro
del flamenco participó en trece grabaciones discográficas, la primera
titulada 'Viejo cante jondo', de 1972; y la última 'Agujetas: Historia,
Pureza y Vanguardia del Flamenco', de 2012, una edición antológica
integrada por cinco volúmenes.
Era un cantaor caótico, capaz de cantar varias veces el mismo estilo
en un recital o de reñir permanentemente a sus guitarristas sobre el
escenario. También tenía una capacidad sobrehumana para emocionar con su
lamento. Era dueño de un metal de voz único, lo que le ha permitido ser
considerado uno de los grandes seguiriyeros de la historia. Su manera
de entender el flamenco queda ahora en manos de sus hijos Dolores y
Antonio.
'Agujetas' ya hacía mucho que no lucía la dentadura de oro que era
uno de sus signos propios y distintivos. Llevaba tiempo avisándolo, con
esa costumbre de recelar hasta de su sombra: «Me los voy a poner
blancos. Me da miedo que, cuando muera, me los quieran arrancar».
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